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𝟶𝟾


¿𝐖𝐡𝐨 𝐀𝐫𝐞 𝐘𝐨𝐮?

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—Se siente tan real, como me toca, como me besa, o siquiera como me mira, no se por que me pasa esto.

Dijiste de forma confundida.

Hace aproximadamente dos semanas has soñado con un chico muy particular, es raro por que nunca la has visto, no lo conoces, pero te parece tan familiar que cuando lo sueñas es como si lo conocieras de toda la vida.

Usualmente sueñas con él en forma "normal" no sé, en que salen a pasear, que ven televisión juntos, etc, pero hay veces que sueñas que tienes intimidad con él, muy pocas veces sueñas cosas de este tipo, pero desde hace dos semanas cada noche este chico entra en tu mente y juega contigo.

—¿Puedes describirme a este chico?

Hablo desde su asiento la señorita Freeman; tú psicóloga.

—Amm pues es alto, creo que es de ascendencia asiática por qué es de ojos rasgados, mandíbula definida y cabello castaño—pensaste un poco para recordar.

—Muy bien—hizo anotaciones en aquella libreta—Que más.

—Tiene su brazo derecho tatuado, piercings en el labio, ceja y orejas, ojos café oscuro y una gran figura.

—Se oye como si fuera un bad boy, ya sabes esos adjetivos que usan los jóvenes de ahora, pero algo quiero que me digas, cómo es él contigo, como persona.

—Pues así como dice, es todo un chico malo, pero solo cuando tengo sueños de intimidad con él, es agresivo y posesivo, masoquista, es muy extraño por qué no me disgusta, pero después de eso, es un chico demasiado dulce, tierno y amoroso, todo lo contrario.

—Nuestra mente juega con nosotros, nos hace creer cosas que no suceden o qué jamás sucederán, ese chico que aparece cada noche, es una forma en la que encontraste desahogarte, tus padres viven lejos de ti, hace dos años que no tienes una relación amorosa y casi no tienes amigos, así que inconscientemente tu misma formaste un personaje que te hace sentir todo lo que en la vida real no tienes.

—Se oye tan patético—bufaste.

—No lo es, el cuerpo y la mente buscan una forma de escapar de su realidad y el tuyo encontró una, y sobre lo real que se siente, es normal, los sueños para eso son, para sentirse reales.

—¿Y que hago para que se valla?

—Haremos un ejercicio, cómo esta persona no existe, debes intentar obtener información sobre él, ya que la mente no puede mentir sobre nombres, edades, etc, por qué no existe, así que una vez que realices esto él se irá y jamás volverá, es un poco complejo el explicar como la mente crea personajes ficticios pero si intentas buscar información real es ahí cuando se retira, pero créeme tiene más sentido de lo que crees.

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Llegaste a tu casa dejando las llaves en la mesita de la entrada, subiste a tu habitación dejándote caer en la cama, estabas exhausta y sobre todos pensativa, odiabas estar así, solo hace que te distraigas y pienses sin parar en cosas que en cierto punto no tienen importancia.

Minutos después entraste al baño a darte una ducha, tu cuerpo pedía a gritos un baño.

Al terminar saliste enrollada en una toalla, prendiste la televisión y te acercaste al armario a sacar tu pijama. Al vestirte te recostaste en la cama, tomaste tu teléfono viendo la hora, marcaban las 9:30 p.m.

Un bostezo fue suficiente para apagar todo y disponerte a dormir, pues había sido un día muy ajetreado.

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—¿Vienes por lo de siempre?

Dijiste observándolo detenidamente.

—Qué es para ti, lo de siempre.

Preguntó recargado en el marco de la puerta, brazos cruzados y una mirada fría sobre ti.

—Quiero que te vallas, eres un maldito sueño que al despertar no esta y me frustra.

Dijiste en tono molesto, te encontrabas sentada en la cama, mirándolo fijamente.

—¿Soy solo un sueño?, valla...creí que era mucho más que eso...¿segura quieres que me valla?

Comenzó a caminar hacia ti.

—Soy el único que te hace venir, y de una forma inexplicable.

Woow, ese comentario te tomó de sorpresa, te quedaste callada, no supiste qué responder a eso.

—No eres real.

Fue lo único que pudiste decir.

—¿Estás segura de eso?

Y de un momento a otro, este te tomó de la mandíbula y te aprisionó en sus besos.

Por supuesto que no te negaste, seguiste el beso, lleno de deseo y tensión sexual. Subió a ti de manera cuidadosa, bajo sus besos a tu cuello donde succionó y mordió a su padecer. Lanzaste tu cabeza hacia tras para dar más espacio sintiendo sus cálidos y mojados besos. En eso sientes que se detiene.

—¿Aún quieres que me valla?

Preguntó juguetón.

—Cállate.

Este río y volvió a besarte, el chico apretó su entrepierna contra tu intimidad, creando una corriente eléctrica de tu intimidad hasta tu columna, robándote un gemido ahogado.

—Muévete.

Pediste, aún así con ropa se sentía exquisito y querías sentirlo. Este no dudo en crear embestidas sobre la tela de tu pijama.

—A-ahh...se siente b-bien—enrollaste tus piernas en su regazo.

El chico tomó una de tus manos y la posó atrás de tu cabeza, tú con tu libre dabas ligeros rasguños en su cuello mientras lo apretabas y acercabas a tus labios.

—Quiero que me montes—dijo el chico.

—Dime quien eres primero—contestaste mirándolo fijamente.

—Si lo hago me tendré que ir—dijo firme, tú dudaste en insistir más.

—No es justo.

—La vida no es justa—dijo volviendo a besarte.

No insististe más, seguiste el beso y las caricias, disfrutabas demasiado su tacto como para arruinarlo y quedarte con las ganas, este se incorporó en cuclillas para quitarse la playera y desabrochar su pantalón dejando ver un poco de su bóxer color blanco.

—Desnúdate—pidió.

Acostada alzaste tu blusa dejando ver tus pechos desnudos, ibas a bajar tu short pero este te detiene.

—Déjamelo a mi.

Tomó el borde de tus shorts y lentamente lo retiro, disfrutando el momento, saboreando visualmente cada parte de ti.

Se mordió el labio al verte completamente desnuda, imaginando todo lo que haría esa noche contigo.

—Me encanta que no uses ropa interior, sabes que cada noche estorba.

Se acercó nuevamente a ti para besarte, pasó sus mano inquietas por todo el contorno de tu cuerpo, muslos, cadera, cintura hasta llegar a tus pechos donde apretó ligeramente ambos.

—Mmm, se siente bien.

—Y lo que viene se sentirá mejor.

Oír eso te ocasionó escalofríos, pues siempre te hacía llegar a puntos que no te imaginabas llegar.

Tomó tu cadera para girarte y colocarte sobre él, le encantaba tenerte encima suyo.

Dejaste cortos y húmedos besos por todo su cuello, pecho y abdomen, llegaste a su pantalón, volteaste y le regalaste una mirada pícara.

—Todo tuyo—hablo con la voz agitada.

Como música para tus oídos, sonreíste para ti misma, y tomando ambas prendas las retiraste con cuidado, su miembro estaba más que despierto, y a pesar de que haz echo esto varias veces, verlo, tocarlo y saborearlo siempre es un deleite.

Te acercaste a su intimidad, lo tomaste con tu mano y comenzaste a dar movimientos lentos de arriba a bajo, su respiración estaba agitada, mordía sus labios y sus ojos estabas cerrados, disfrutando del momento.

—Diablos Tn, lo haces tan bien.

—¿Quieres que lo ponga en mi boca?

Y asistiendo como loco te acercaste y le diste una lamida en la punta.

—Ah! mierda.

Sonreíste nuevamente para ti misma, te encantaba hacerlo sentir tan bien con tan poco tacto.

Poco a poco lo introdujiste por completo, comenzaste con lamidas y embestidas lentas para estimular más, este por su parte apretaba con su mano tu cabello ayudándote a acelerar tus movimientos.

—Mmm, Dios, que no me falte esto nunca.

Y con dificultad hablaba.

Aceleraste tus movimientos, intercalando lamidas, besos, movimientos de manos y succiones. La habitación entera atrapaba los gemidos y maldiciones del chico; amabas.

—Más rápido cariño, a-ah! mmm!

Y un par de movimientos más y sentiste como un líquido tibio entraba en tu boca.

—Oh! maldición.

Limpiaste tus labios un poco, y mirándolo sudoroso y agitado, bajaste de la cama y te dispusiste a vestirme de nuevo.

—¿Qué haces?—preguntó extrañado.

—Me vestiré para dormir.

—Pero-

—Puedes irte cuando quieras, por que nunca más me tendrás de nuevo.

—¿Estás segura?

Se acercó a ti tomándote de la cintura, alzaste la mirada para encontrar sus ojos.

—Yo siempre obtengo lo que quiero, y lo que quiero ahora es a ti.

Tomó tu mandíbula, estaba por besarte pero lo paraste.

—¿Quién eres?

—Acaso eso importa, solo disfrútalo y ya.

—Iré a dormir.

Te separaste de él y te sumergiste en las sábanas, le diste la espalda, no querías saber qué haría, a los minutos sentiste como entro de igual forma a la cama y se acercó para abrazarte rodeándote de la cintura.

—Soy alguien que te ama y que te ha buscado toda su vida y por fin te ha encontrado, cariño he llegado.

Frunciste el ceño volteando a verlo.

—Pero que...

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Despertaste un poco confundía y asustada, primeramente bufaste, de nuevo volvió a pasar.

—Maldito.

Miraste el reloj, siete am, tu día debía comenzar ahora. Te levantaste y diste una ducha rápida, era sábado por la mañana y aún así tú día estaba lleno de pendientes, primero irías a desayunar ya que los fines de semana no cocinas y te gusta ir a tu cafetería favorita, luego llevarías unos libros a la biblioteca, pasarías al mercado, y por último cena con unos amigos.

Un vestido blanco largo tipo vintage, zapatillas blancas, una media coleta, pendientes y collar son más que suficientes para pasar el día.

Saliste directo al café, al llegar había una larga fila. Miraste la hora, ocho diez am, valla era muy temprano para que halla tanta gente.

—No tengo todo el tiempo del mundo—murmuraste.

—Quisiera decir lo mismo—oíste a tus espaldas.

Volteaste y ahí estaba él, el chico con el que tantos días has soñado, parado frente a ti regalándote una sonrisa ladina, entraste en pánico, era demasiado para ti.

—Llevo esperando toda la vida, me he acostumbrado—habló.

—Pero que carajos...tu eres...él.

—¿Disculpa?, perdóname, un gusto mi nombre es Jungkook—dijo extendiendo su mano.

Lo sueños si que se hacen realidad.

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XSUHMINX
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