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Capítulo 60

Por más que hubiese deseado ponerse de pie, le habría sido imposible a Spiderman. Todas sus extremidades estaban bajo el peso de numerosas féminas, cuyos rostros dormidos y serenos demostraban que habían estado llorando si las marcas en sus mejillas significaban algo. Agradeciendo que su cabeza todavía estaba en el regazo de su pupila con poderes arácnidos, él pudo apreciar la tierna imagen de una peliblanca, una peliverde y una pequeña genio sobre su pecho, habiendo podido lograr encajar a la perfección sin molestarse una con la otra.

-A la ONU le encantará saber esto...-murmuraba Deadpool sus malévolos planes

Las demás estaban esparcidas por todo el colchón reclamando un pedazo de él, por lo que tuvo que mover muy lentamente sus brazos primero para no despertarlas cuando intentó liberarse, teniendo que repetir el mismo proceso con sus piernas. Cada vez que Peter las miraba, sonreía ante lo calmas que lucían, emitiendo suaves ronquidos que callaron al sentir la pérdida de calor y tuvieron que recurrir a abrazarse entre sí.

-Que alguien me traiga la insulina-pedia Wolverine recibiendo un pequeño calambre por culpa de Ororo al intentar interrumpir una escena tan bonita para ella

Quitarse a Valeria de su pecho fue más fácil que con las otras dos rejuvenecidas mujeres, ganándose un beso en la frente y una caricia allí mismo por simple deseo de mostrar su cariño. El problema del escape de Spidey radicó después a la hora de lidiar con una pequeña licenciada y una mini ladrona de joyas, cuyas uñas se habían enganchado a su traje para evitar que se alejase de su lado. Solo las palabras de tranquilidad que el castaño murmuró en los oídos de ambas niñas impidió que su torso fuese exprimido por un par de bracitos verdes o rasguñado por las uñitas de una gatita.

Ahora eran ellas dos las que sentían lo mismo que Anya había sentido en la lectura del anterior capítulo

-Uff…Parece que en verdad no quieren que me vaya…- habló en voz baja sus pensamientos el arácnido, mirando la hora en el reloj de pared y decidiendo que era un buen momento para comenzar a preparar una cuantiosa cena.

-No debería sorprenderte eso, después de todo comenzaron a pelear porque te aman demasiado…- la voz de cierta pelinegra que apareció de atrás suyo, le respondió.

-¿Tu sabes lo que es el amor?-preguntaba con total honestidad y duda Peter

La pregunta solo hizo que la paciencia de Maria se volviera a cristal

-En su día también amé a alguien

Un completo silencio se hizo en la sala ante las palabras de la actual directora de SHIELD

-Muy bien abuelo. Dinos,¿Donde ocultaste la cámara para esta broma?-pregunta Danvers provocando una risa en Stan y más rabia en Maria

-Eh? Pensé que estabas dormida aún, por eso no te desperté- Spiderman dijo, procediendo a lavar algunas verduras tras quitarse los guantes y ponerse un mandil.

-Ya lo estaba desde cuándo empezaste a luchar por tu vía de escape entre tantos brazos…Peter- reveló la directora de SHIELD, dejando para el final el hecho de que conocía su nombre.

-Cómo…? – sorprendido por ver que ella conocía su nombre, balbuceó su interrogante el susodicho.

-Los dos jóvenes se refirieron así a tu persona, y después Danvers lo confirmó cuando quiso saber sobre ti- optando por lavarse las manos también y tomar un cuchillo para ayudar, ella sació la duda del Avenger.

-Debí de imaginármelo luego de recordar que no les advertí sobre ti. En fin, qué le haré…O mejor dicho, qué harás ahora que sabes quién soy? Vas a extorsionarme? Pedirme que me registre? O que te entregue a las niñas? – deteniéndose a mitad de un corte sobre un tomate para mirarla directamente a los ojos, el Parker quiso saber que pasaría.

-No hará nada de eso...¿verdad?-preguntaba con una amable sonrisa Emma junto a varias de sus compañeras

-...supongo que no....

Maria Hill aún se debatía internamente entre hacer caso a su entrenamiento de años en SHIELD, u optar en hacer la vista gorda y permitir que el hombre delante de ella siguiese protegiendo como lo hizo hasta ahora a las pequeñas heroínas y villanas. Se podía dar cuenta fácilmente que era muy distinto a como Logan lo hacía, si lo que vio en La Balsa significaba algo. Ella podía ver la dedicación que el arácnido le ponía para cuidarlas, alimentarlas, vestirlas, jugar con ellas, y brindarles educación.

Y también pudo experimentar en carne propia que ellas eran capaces de rozar el homicidio con solo amar al vigilante de Queens para no dejar que alguien más se lo lleve de sus lados.

-Sigue cuidándolas, lo estás haciendo muy bien en verdad. Además, no debes de preocuparte por tu identidad o que mis agentes intenten venir de nuevo, haré un llamado para cancelar el procedimiento de extracción- la fémina adulta le contestó, ganándose imprevistamente un abrazo que la sorprendió por completo.

-No, ahora en serio, ¿Donde está esa cámara?-pregunta ahora la esposa de trabajo de Peter

Mientras tanto, en la sala donde dormían todas las mujeres que amaban al único hombre adulto de la mansión, una pelinegra de ojos verdes se despertó al instante que su nariz captó el lejano aroma de cierta araña. Sentándose de forma asustada por la creencia de que Peter la había abandonado, tomó velozmente su muñeco de felpa y lo abrazó contra su pecho para contenerse de llorar. Alzando su nariz, la hija de Logan olisqueó el ambiente, para inmediatamente ponerse de pie y caminar en dirección a la cocina.

Spidey y Hill se mantuvieron de esa forma, abrazados en señal de amistad, hasta que un reconocido sonido hizo que se apartasen y observasen hacia abajo.

-Grrr…- fue el gruñido que emitió somnolientamente Laura Kinney mientras alzaba su delicado bracito diestro a Peter, pidiéndole tácitamente que la recogiese.

-Atácala mini yo-decia Laura animando a su mini

El adulto no se hizo de rogar, sonriendo dócilmente se hincó y besó la mejilla de la niña clon mientras esta enlazaba sus extremidades alrededor del cuello y torso masculino, regresando la muestra de cariño con ímpetu para luego volver a roncar junto al oído de la araña.

-Bueno, eso también vale...-aceptaba de buena gana esa solución X-23

-…Estás seguro de que no me estás ocultado que ella es en verdad la nieta de Logan en lugar de su hija rejuvenecida por Kang? – viéndolos fijamente al dúo, la agente del servicio secreto formuló su duda.

-Oh, por dios! Dejen de insinuar eso! – se quejó en un grito murmurado el tótem, haciendo malabares con el cuchillo en su mano y la verdura en la tabla, ya que con la otra mano estaba sosteniendo a una diminuta X-23.

-Algo debe significar si todo el mundo te lo dice, no crees? – aprovechando que tenía la primera oportunidad de tomarle el pelo al superhéroe que siempre bromeaba, Hill cuestionó con una mueca lúdica.

-Laura no es mi hija, ella es mi…- declaró con fervor el castaño, solo para detenerse a mitad de sentencia cuando se percató de lo que estaba a punto de decir.

-Ella es tu…? – socarronamente repitió la pelinegra adulta.

-Soy su esposa…- esta vez era la voz de la infante con cuerpo de Adamantium quien refutó, moviendo su cabeza para mirar a Maria ya que tanta charla la volvió a despertar.

-Bien dicho

-Oye, no estabas durmiendo? – Peter le preguntó a su protegida, asentando su frente en la de ella, casi rozando sus narices.

-Hacen mucho ruido…- volvió a dar una de sus características respuestas cortas, sin pestañear por un momento mientras se negaba a perder en el concurso de miradas que tenía con su pretendiente.

-Quieres que te lleve de nuevo a la cama hasta que sea hora de cenar? O prefieres que te tenga conmigo mientras preparo la comida? – borrando el semblante de curiosidad para reemplazarlo por uno de disculpa, la "amenaza" arácnida de New York interrogó a su futura esposa.

-Mmh…me voy a quedar…no quiero que te vayas…- pensándolo brevemente, Laura dio su respuesta al mismo tiempo que se reacomodaba en el agarre de Peter y este asentía para volver a cortar las verduras.

Una leve sonrisa se dibujó en el rostro de Hill ante tal escena, pero lamentablemente tuvo que borrarla cuando una semi dormida X-23 la miró fijamente e hizo el ademán de llevarse su mano izquierda a la garganta mientras simulaba degollarla a modo de amenaza si hacía algo estúpido.

-Se nota que la he criado bien-comentaba Logan ganándose la mirada de los que estaban cerca de él

-Vas a seguir picando el cuerpo del mocoso de goma? – Logan cuestionó, deteniéndose por décima vez desde que descubrieron el camino que habían tomado los niños.

-No puedes culparme por esto, Wolvie. O acaso a ti nunca se te ocurrió saber si están con vida de esta forma? – Deadpool replicó, demostrando astucia que generalmente sorprendía a su colega.

-Oh oh! Volvemos a escena Wolvie!-exclamaba feliz el mercenario recibiendo el gruñido característico de este

-Te refieres a ver si se mueve o algo por el estilo? – alzando una ceja, gruñó el jefe actual de La Balsa.

-Exacto! Ahora si me permites, debo seguir pellizcándolo hasta que responda de una maldita vez- moviendo su mano derecha para correr al mutante longevo, Wade procedió a tirar de la piel elástica del mini Reed Richards.

Cinco minutos estuvo James Howlett aguantando el juego de su colega de trabajo, hasta que en un punto se cansó y estaba a punto de gritarle nuevamente cuando el mercenario bocazas se paró repentinamente mientras señalaba la pierna estirada. Una serie de movimientos erráticos fueron toda la respuesta que necesitaron ambos para empezar a correr en la penumbra con sus garras y espadas.

-Apúrale el paso, Wolvie! El autor está haciendo que estas risas se lleven a otro de los mini gladiadAGHHHH! – gritaba el canadiense parlanchín, pero tropezando con sus propias piernas cuando su bolsillo sintió un dolor desgarrador.

Sacando presurosamente de allí un billete de cien dólares, ambos mutantes pudieron oír los lamentos quejidos de Benjamin Franklin pidiéndoles que lo salven rápido.

-Ahora si que lo habéis hecho perras! Nadie se mete con Benjamin Franklin!

-HUUUUUUUUUULK! – el exclamado monosílabo característico del pequeño Bruce Banner retumbó en el pasillo, despabilando a los miembros de X-Force y haciendo que giren sus cabezas al camino de dónde venían todos los gritos y risas femeninas.

-Oh no! Atraparon al pequeño Brucie! – llevándose dramáticamente sus manos a la cara, declaró Wade.

-Ahora sí que las mato…- sacándose el habano que estaba fumando de la boca y arrojándolo al suelo para pisarlo, expresó el mítico y legendario Arma X, para así en consecuencia emitir un rugido mientras corría con sus garras sacando chispas a las rejas de las abandonadas jaulas a sus costados.

-Nadie se mete con el Imperio que tanto trabajo me costó levantar-decia Wolverine aprobando la acción de su versión en la lectura

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