Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Sirius la Arzobispa (Parte 1)

-En el ayuntamiento-

Aldebarán: *Abre su metia* Hola, ¿Garfiel?, ¿estás bien?

Garfiel: *Hablando por el metia* Estamos bien, me reencontré con Mimi al finalizar mi batalla con Kurgan, él está muerto.

Aldebarán: ¿Estás seguro?

Garfiel: Su cuerpo se despareció al dar mi último golpe de gracia contra él, ya no es más un problema para nosotros.

Reinhard: *Se acerca al metia de Aldebarán* Entonces ha caído, al igual que lo hicieron Regulus y Capella, también recibí información de que Roy también cayó.

Garfiel: Excelente, ¿ahora quienes nos quedan?

Aldebarán: *Se pone a pensar haciendo cuentas* Aún queda... esta que está peleando con Wilhelm.

Reinhard: *Toma conciencia* Mi abuela *se da rápidamente la vuelta* iré de inmediato.

Aldebarán: Oye espera *mira el metia* estate atento y no bajes la guardia niño.

Garfiel: Llevaré a Mimi a un sitio seguro y veré de qué puedo ser útil.

-Cruzando el lago de Priestella-

Tn: *Acompañando a Emilia luego de haber refugiado a las esposas de Regulus* Vamos amor, esto aún no termina.

Emilia: *Camina algo preocupada* Tengo mucho miedo.

Tn: *Te detienes y la volteas a ver* ¿Por qué?

Emilia: Tn, mi tía está aquí.

Tn: *Algo confundido* ¿Tu tía?

Emilia: La arzobispa, la que enfrentamos, la que yo alguna vez llamé madre Fortuna.

Tn: Te refieres a Sirius, te comprendo, pero... ella ya se ha ido Emilia, tu tía Fortuna, la mujer que alguna vez conociste, ya no existe.

Emilia: Ella está aquí, tenemos una conexión espiritual entre elfos, la última vez que la sentí fue aquella vez en la catedral de la Ciudad Capital, sé que ella aún sigue viviendo en el cuerpo de esa arzobispa.

Tn: Si ella está aquí, y me refiero a Sirius, entonces la detendremos, pero, no te trates de hacer alguna ilusión sobre la persona que ves, tu tía murió, y revivió en la forma de ese ser maligno, no hay forma de que la recuperes.

Emilia: El señor Whilhelm tiene una esperanza con su esposa, yo sé que también la puedo tener con mi tía, ella no ha muerto, si su cuerpo aún está de pie ella tiene que seguir en él.

Tn: Emilia, en verdad que no quiero desilusionarte, pero no funciona así, a ella la sacrificaron, utilizaron su cuerpo como un vaso vacío y la convirtieron en lo que ahora es, ella se fue y ya no volverá nunca, por eso lo que debes... lo que debemos hacer, es acabar con esa usurpadora y dejar a tu tía descansar en paz como se lo merece.

Emilia: *Baja la cabeza* No puedo hacer eso.

Tn: *Molestándote un poco* Emilia, estamos juntos en esto.

Emilia: No puedo acabar con el cuerpo de mi tía, aunque me jures que ella no siga en él; quizá la otra vez solo la detuvimos, pero han caído varios arzobispos el día de hoy, no quiero que ella caiga sin antes asegurarme de que pueda haber una forma de liberarla.

Tn: *Insistiéndole* No la hay Emilia, la única alternativa es matarla, no hay de otra.

Emilia: No puedo hacerlo, ella lo significó todo para mí.

Tn: Entiende que ella no...

Emilia: *Exasperándose* ¡Ella salvó mi vida... me crio cuando era una niña...!, y también... y también fue la madre... que yo nunca tuve.

-Hace décadas atrás-

Fortuna: *Hablando con Emilia* Oye Emilia, tengo que salir a atender un asunto con los obispos, quédate aquí y pórtate bien por favor.

Emilia: Claro que sí mamá Fortuna.

Fortuna: *Le acaricia el pelo* Tienes el mismo cabello plateado que tu papá, pero... esa linda carita dulce es igual a la de tu mamá, y nuestros ojos morados son muy intimidantes.

Emilia: Somos casi gemelas tía.

Emilia narrando: Mi tía Fortuna era la hermana menor de mi papá, él y mi mamá siempre estaban bastante ocupados como para cuidarme, así que era ella quien se encargaba de estar conmigo.

-Afuera de la casa de Fortuna-

Fortuna: *Camina entre los demás habitantes de su aldea dirigiéndose hacia una caravana de hombres vestidos con túnicas que transportaban maíz, frijol y arroz* -Los suministros finalmente llegaron, no sé qué sería de la aldea sin ellos- *se dirige hasta uno de los miembros de esos hombres mientras estos desalojan y entregan los suministros a los habitantes* muy buenos días señor Romanee-Conti.

Geuse: *Sonriéndole* Vaya que te gusta guardar las formalidades, pero buenos días mi estimada señorita Fortuna.

(Claramente es Petelgeuse antes de recibir la habilidad de la Pereza y perdiera la cordura, la mayoría ya lo sabe, pero dejo aquí el dato para cualquier duda).

Fortuna: Es debido que lo haga, han hecho tanto por nosotros, y como siempre, estamos más que agradecidos.

Geuse: Al contrario, perdón por haberlos hecho esperar tanto para traerles los primeros cargamentos.

Fortuna: Son cosas que suelen pasar, no hay que darles importancia.

Geuse: *Le sonríe nuevamente* Oye, sé que siempre lo pregunto, pero... ¿estarás ocupada esta noche?

Fortuna: *Le sonríe* Geuse, ya hablamos sobre esto, sabes que tengo una responsabilidad con Emilia, no la puedo abandonar, ni tampoco dejarla a la ligera, lo comprendes ¿verdad?

Geuse: Es que yo... la verdad... es que todo esto es lo único que tengo Fortuna, supongo que esto crea un sentido diferente en la responsabilidad, obsesión, necesidad, me aferro constantemente a mis convicciones debido a que tú eres lo único que las puede mantener cimentadas, Fortuna.

Fortuna: *Se le queda viendo sorprendida y sin saber cómo responder*.

Geuse: Mira, no es la primera vez que lo hacemos, ya le has dicho a Emilia...

Fortuna: Geuse, no puedo pasarme la vida diciéndole que tengo asuntos por atender en la noche, ella debe...

Geuse: *Tomándola de los hombros* ¿Por qué no la llevas entonces?, sirve... que me conozca.

Fortuna: ¿Eh?, pero... ella ya sabe quién eres.

Geuse: Una cosa es que me vea como el obispo Romane-Conti y otra muy diferente es que me asuma como...

Fortuna: *Le cubre la boca* Geuse, recuerda que debemos ser sigilosos.

Geuse: *Le quita la mano* Lo sé, pero no podemos encubrir las apariencias con las formalidades una y otra vez, tal vez sea tiempo de que lo hagamos público.

Fortuna: Geuse, serás excomulgado si lo llegan a saber.

Geuse: Eso qué importa, de qué me sirve un título si no puedo disfrutarlo al lado de una mujer como tú.

Fortuna: *Baja la cabeza medio sonrojada* Amm... bueno... quizá no sea lo mejor para tu carrera.

Geuse: Ya soy un hombre Fortuna, y puedo tomar decisiones por mí mismo *toma una de sus manos* y tú, ya eres toda una mujer y también debes de hacerlo.

Fortuna: *Suelta su mano por seguridad y lo mira directamente* Yo... ah... no sé qué pensar.

Geuse: De acuerdo *se da la vuelta* ya es hora jóvenes obispos, desalojen los últimos cargamentos que pasaremos a retirarnos.

Fortuna: Geuse.

Geuse: *La voltea a ver* Dígame señorita.

Fortuna: *Manteniendo su formalidad* Gracias por todo.

Geuse: Ha sido un placer, señorita Fortuna.

-Terminan de organizar todo y los obispos alistan sus carretas para retirarse-

Un obispo: *Viendo a Geuse* ¿Ya se encuentra listo, obispo Romane-Conti?

Geuse: *Terminando de subir su equipaje* Sí estimado pecador.

Fortuna: *Se acerca a él por última vez* Geuse, yo... no quiero parecer una carga.

Geuse: *Viéndola* No lo eres.

Fortuna: ¿Ah?

Geuse: Bueno, ya tengo que pasar a retirarme *le alza la mano* hasta pronto Fortuna.

Fortuna: *Sintiendo una ligera impotencia* Mmm... adiós *le da su mano*.

Geuse: *La toma y se acerca a su mejilla como aparentando darle un beso de despedida* Nos vemos en una hora en el lago *le susurra*.

Fortuna: ¿Eh?

Geuse: *La suelta y se reincorpora con sus compañeros yéndose del lugar*.

Fortuna: *Entre nerviosa y emocionada* Ah...

Archie: *Se acerca con ella* Señorita Fortuna, encontramos a Emilia jugando en un árbol entre algunos arbustos *la trae de la mano*.

Fortuna: *Viéndola* Emilia, te dije que te quedaras en la casa.

Emilia: *Toda nerviosa* Ah... pero... tenía ganas de saber qué era lo que hacías tía.

Fortuna: *Le toca la cabeza* Ya tendrás edad más adelante para saberlo pequeña, aún eres una niña y tienes que divertirte y estudiar.

Emilia: Pero yo...

Fortuna: *La toma de la mano* Suficiente, nos regresamos a la casa.

Emilia: *Insistiendo* Pero tía...

Fortuna: Tía nada, vámonos.

Archie: Por cierto, señorita Fortuna, ¿qué hacemos con los suministros que recién recibimos?

Fortuna: *Viéndolo* Almacenarlos en los graneros desde luego, revisen la contabilidad y hagan una distribución adecuada para los habitantes.

Archie: Sí mi señora *se va*.

-Media hora después en la casa de Fortuna y Emilia-

Fortuna: *Arreglándose frente al espejo para salir*.

Emilia: *Se acerca a ella* Te ves muy guapa tía, ¿a dónde iremos?

Fortuna: *Guarda su maquillaje* Tú te vas a quedar en casa, yo tengo una importante reunión con la asamblea de la aldea.

Emilia: ¿No puedo ir?

Fortuna: *Se hinca a su altura* No... trataremos temas de negocios hija, te aburrirás, ya será en otra ocasión.

Emilia: Cada vez que te pintas y sales me dices lo mismo, ¿por qué nunca puedo ir?

Fortuna: Porque hay cosas que solo le corresponden a los adultos y tú todavía no lo eres hija, ni siquiera has llegado a tus 100 años.

Emilia: Aunque me falten algunas décadas para ser mayor, yo creo que estoy preparada.

Fortuna: *Preparándose para irse* ¿Preparada?, aún te queda mucho para estarlo, eres una bebé todavía.

Emilia: No lo soy.

Fortuna: *Se respalda sobre la puerta* Ah... está bien, te diré la verdad *la voltea a ver* en realidad... iré a ver a un amigo.

Emilia: ¿Un amigo?, ¿ósea un hombre?

Fortuna: Sí, iré a ver al obispo Geuse con quien tengo buenas relaciones comerciales.

Emilia: ¿En serio?, ¿acaso están preparando una boda?

Fortuna: Emilia, ¿qué cosas dices?, solo son cuestiones de intereses.

Emilia: Si él se va a convertir en mi tío, déjame ir a verlo.

Fortuna: No Emilia, ya habrá otro momento para eso.

Emilia: Es lo que me repites una y otra vez.

Fortuna: Y lo seguiré haciendo hasta que lo entiendas, tengo que irme y te tienes que quedar aquí en la casa, y si insistes te voy a encerrar con llave en tu cuarto.

Emilia: Ah...

Fortuna: *Dándole una orden* Vete a sentar, dibuja, juega con tus juguetes y no salgas de la casa, ¿está bien?

Emilia: *Se va a sentar* Sí tía.

Fortuna: *Se acerca a ella y le da un abrazo para despedirla* Regreso en la noche mi amor, cuídate, no abras la puerta y quédate en casa, te quiero mucho.

-Afuera de la casa-

Fortuna: *Cierra la puerta y pone el tablón para mantenerla anclada* Bueno, a ver que me espera el día de hoy *se va*.

Emilia: *Viéndola salir desde la ventana de su cuarto* -Mmm... mamá Fortuna está ocultando algo, y quiero saber qué es- *sale por su ventana sosteniéndose de la rama de un árbol y sigue con discreción a su tía*.

-De vuelta al presente-

Sirius: *Viendo hacia el horizonte desde la catedral ya destruida por Regulus y Reinhard anteriormente* ¿Qué es lo que me pasa?, ¿qué son estos pensamientos que a mí mente están llegando?

-A unas calles cercanas a la catedral-

Priscilla: *Alumbrando todo a su alrededor con su espada carmesí para cegar su vista del control de Sirius* Muévete niña, llevamos más de dos horas tratando de contrarrestar los efectos de esta maldita arzobispa, solo me haces quedar mal al decir que lo terminaría tan rápido como matar un insecto.

Liliana: *Tocando su instrumento para reorientar las mentes de los ciudadanos librándolos del control de Sirius* No me apresures, a parte, tú tuviste la culpa por decir eso, nadie dijo que sería fácil.

Priscilla: *Le apunta con la espada* ¿Te atreves a desestimar mis argumentos?

Liliana: No, solo digo que no podía ser 100% exacto.

Priscilla: Si no estuviéramos en una misión me pondría furiosa, tienes suerte de que hay cosas más importantes.

Liliana: Por lo menos, el ayuntamiento parece ya estar libre, terminemos la batalla para recuperar la ciudad, solo queda esta maldita, yo cantaré lo mejor que pueda.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro