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Posibles candidatos

Senku y Kohaku salieron afuera, donde Chrome y Tsukiku los esperaban con impaciencia. Je, tío y sobrina también tenían cosas en común.

—Llevaré a Tsukiku a casa en mi auto, tú puedes llevar a Senku a casa de Tsukasa —le dijo Kohaku a su cuñado, que asintió de mala gana.

—Claro, yo me... —Fue interrumpido con el sonar de su celular—. Un momento, es Ruchiru. —Atendió—. ¿Hola?

—¿Ruchiru? —Los ojos de Kohaku se iluminaron y de inmediato se inclinó sobre el hombro de Chrome—. ¡Hola, Ruchiru! ¡¿Cómo estás?! —gritó prácticamente en el oído de Chrome, instándolo a gritarle que no lo molestara.

—¿Qué pasa? Es bastante raro que me llames a esta hora —dijo Chrome una vez pudo quitarse a Kohaku—. ¿Sucedió algo?

—¡Ponlo en alta voz! —exigió Kohaku, sacudiendo tanto el hombro de su cuñado que este tuvo que ceder para que lo dejara en paz.

—No pasa nada, papá, solo necesito tu ayuda con algo —habló Ruchiru—. Tengo que trasladar equipo pesado desde el laboratorio de mi universidad y mi auto no es lo suficientemente grande, ¿podrías darme una mano si no estás muy ocupado?

—Tengo que ir a trabajar y ya me han tenido de un lado para otro como chico de los recados todo el día —Bufó Chrome—, pero al diablo, ya llegó tarde de todos modos y ni que estuviera tan lejos, además me interesa ver en qué trabajas. Iré a ayudarte. —Sonrió con entusiasmo y pudieron escuchar la risa de Ruchiru al otro lado.

—Bien, gracias. Te estaré esperando, entonces.

—¡Yo también iré a ayudar, cariño! —exclamó Kohaku de inmediato.

—¿Eh? ¡Oh, gracias, tía! Bueno, los esperó. —Luego de despedirse, Ruchiru colgó.

—¿Eh? ¿Vas a ir? —Tsukiku la miró con desagrado—. ¿Qué pasó con lo de irse a casa?

—Vamos, tu primo necesita ayuda. —La miró mal—. No te quejes y sube al auto.

—Voy con ustedes. —Senku decidió aprovechar la oportunidad para pasar aunque sea un poco más de tiempo con ellas.

Se sentó junto a su mocosa, que todavía parecía malhumorada.

—¿Tanto te desagrada tu primo? —preguntó con diversión.

—No me desagrada, solo es molesto y además es un creído —contestó con una mueca.

—Bueno, algo tienen en común...

—¡Claro que no, anciano!

—De pequeños se llevaban bien —dijo Kohaku, con tono nostálgico—. Tsukiku lo admiraba mucho, pero...

—¡No es cierto! —Tsukiku quiso interrumpir a su madre, pero no le funcionó.

—Pero —continuó ella— al crecer los dos se volvieron muy competitivos, y ahora pelean por cualquier cosa. Al final él siempre la insulta y ella siempre lo golpea. —Suspiró con cansancio.

—Me recuerdan a ti y a Chrome —susurró por lo bajo, riendo.

—¿Qué dijiste?

—Nada, nada.

No tardaron mucho en llegar a la universidad donde estudiaba Ruchiru, y Senku se sorprendió al ver un edificio más grande que su maldito palacio. Además, eran varios edificios, con patios y jardines enormes, canchas deportistas y un sector donde había esculturas y muros pintados, entre muchas otras cosas. Por supuesto, este edificio también tenía paneles solares y pequeños molinos de viento por doquier, y hasta pudo ver construcciones tecnológicas que no reconoció en lo absoluto. Al fondo parecía haber un invernadero con otro de esos domos cristalinos gigantes que controlaban el clima al igual que en el hospital donde despertó.

Quería mirar todo y preguntar por todo, ahora lamentaba un poco no haber ido con Chrome, ya que la mocosa de seguro se burlaría de él antes que explicarlo la ciencia detrás de las máquinas que veía.

—¿Qué tanto miras, viejo? —Ella se colgó de su hombro para ver lo que miraba y Senku sintió su corazón ablandarse instantáneamente.

Mierda, todo lo que ella hacía le parecía adorable. De verdad era repugnante.

—Esas máquinas circulares que tienen una especie de reflector parabólico encima —lo señaló sin muchas ganas—. Me preguntaba para qué sirven.

—Bueno, tío Chrome de seguro te lo enseñara pronto, pero puedo adelantarte un poco de información. Creo que en tu época ya tenían impresoras 3D ¿no?

—Bastante primitivas, comparadas a lo que habíamos teorizado que pueden hacer, pero sí. ¿Tiene algo que ver con eso? —Sus ojos se iluminaron.

—Ajá, bueno aún no se puede hacer cosas tan impresionantes como las más alocadas que teorizaban, pero estamos trabajando en eso. Es un área que a mí me interesa mucho, en realidad. —Sonrió de forma resplandeciente y encantadora, con sus ojos llenos de ilusión—. Esas que ves ahí afuera funcionan como una especie de servicio de mensajería, imprime cosas grandes que se diseñan en otras universidades o laboratorios o incluso desde la base lunar, que tienen aparatos similares hechos para el mismo propósito. Se utiliza un sistema de...

Senku escuchó atentamente la explicación de su engendro. Ella dijo que solo iba a adelantarle un poco de información, pero le estaba contando prácticamente todo, sin perder esa sonrisa enorme y entusiasta suya, brincando en su asiento cuando le decía las cosas que más la emocionaban, hablándole también de las cosas que él le enseñó cuando era más pequeña y los experimentos que realizaron juntos sobre esa área, aparte de conferencias a las que fueron.

Ni siquiera se dieron cuenta de que Kohaku había parado el auto y había salido para ayudar a Chrome y Ruchiru a cargar las cosas que debía llevarse de la universidad, de tan inmersos que estaban en su conversación. Solo se dieron cuenta de que llevaban casi una hora hablando cuando Kohaku entró al auto quejándose de que Ruchiru tenía que llevar muchas cosas muy pesadas que hasta tuvieron que pedir ayuda para poder subirlas todas.

—Pero bueno, deberías ir al auto de Chrome ahora, Senku —le dijo, no sin un toque de tristeza que solo aumentó al ver la decepción de padre e hija—. O bueno... Chrome está muy cargado... Mejor le digo que yo te llevaré con Tsukasa para que pueda ir directamente a su casa a llevar a Ruchiru.

—¡Diez billones de puntos para ti! —exclamaron Senku y Tsukiku al mismo tiempo, antes de intercambiar una mirada sorprendida.

Kohaku rio y salió del auto, volviendo a los pocos minutos, encontrándose con Senku y Tsukiku de nuevo perdidos en su conversación.

La universidad era tan grande que tomaba unos minutos salir, y al salir, justo en la entrada, Kohaku se detuvo de pronto, llamando la atención de padre e hija.

—¿Qué pasa, mamá? —preguntó Tsukiku.

—Mira, mira. —Señaló algo con entusiasmo fuera del auto—. Es Ayami. Está dando uno de sus espectáculos. ¡Hay que bajar a ver! —Abrió la puerta y salió.

—¿Esa es la casi novia de Ruchiru? —preguntó Senku, rascando su oído con desinterés.

—Ajá. Y no pongas esa cara, será de la familia pronto, tienes que conocerla. —Lo miró con reproche, de una forma muy aleonada de su parte, antes de seguir a su madre leona afuera.

Senku encogió los hombros y la siguió, encontrando lógica en que debía conocer a la futura esposa de su sobrino, según su propia esposa e hija.

O esposo...

Ladeó la cabeza, sorprendido al salir y ver a un hombre en traje muy elegante rodeado de una pequeña multitud.

Reconoció la coleta castaña que vio la semana pasada cuando pasó la noche con Kohaku, pero no era una chica, todo lo que veía era a un tipo con un bigote muy fino, un monóculo y un sombrero, caminando de forma exagerada sin avanzar y gritando incoherencias.

Ese no podía ser Ayami... ¿o sí?

El auto de Chrome también se detuvo detrás del de Kohaku y Chrome y su hijo salieron de inmediato para ver el espectáculo.

Los ojos de Ruchiru se iluminaron al ver al tipo de traje elegantemente ridículo y Senku alzó una ceja.

Vaya, creyó que usaron pronombres femeninos al mencionar a Ayami, ¿escuchó mal o algo?

—¡Una desgracia, eso es lo que fue! —Ayami siguió gritando en voz claramente masculina mientras seguía dando pisotones sin avanzar realmente—. ¡Mi matrimonio fue arruinado por ti y lo sabes! ¡Me has dejado en la ruina! —Varias personas lo grababan, riendo como si no estuviera diciendo cosas sin sentido—. ¡¿Y cuál es tu defensa?! ¡¿Qué ahora puedo casarme contigo?! ¡Patrañas, blasfemias! ¡Jamás me casaría contigo! ¡Mujer diabólica y seductora!

Dijeron que era actriz, bueno... actor, más bien, pero hasta el momento no entendía para nada cuál era el sentido del papel que interpretaba.

—¡Nada de lo que digas podrá convencerme! —siguió gritando Ayami, aunque ahora extrañamente empezó a avanzar mientras seguía caminando con grandes pisotones exagerados, y Senku vio algo extraño en su ropa—. ¡Pero inténtalo, te doy una última chance!

Ayami llegó al comienzo de la multitud y de pronto se dio la vuelta bruscamente y ahora... ¡ahora sí parecía una mujer! De hecho, no lo parecía, era una mujer. Tenía un vestido muy pegado al cuerpo que lo dejaba bastante claro, estaba maquillada y sin el bigote falso se le notaba mucho los rasgos femeninos.

—¡Tomaré mi chance! —gritó con voz femenina, chillona y azucarada. Aparentemente ella también podía imitar voces del sexo opuesto, como Gen, pero a la inversa—. ¡Aunque algo debe quedarte claro y eso es que no me interesa de ti nada más que tu dinero! —siguió gritando mientras caminaba con un cotoneo exagerado, sin avanzar—. ¡No tienes opción más que casarte conmigo o mi padre te matará, y yo no tengo opción más que casarme con un millonario tan feo como tú!

—¡ATREVIDA! —De pronto se volteó y gritó eso con la voz del hombre, para luego voltearse otra vez en la mujer mientras el público reía—. ¡Atrevida no, astuta sí! Ninguna otra mujer te querrá, ¡y de mi padre no te vas a escapar! ¡Ahora cásate conmigo! ¡Acepta O MUERE!

Senku empezó a reírse de sí mismo mientras veía la obra.

Claro, ella era una actriz usando uno de esos extraños disfraces de mitad hombre y mitad mujer, se sentía estúpido por no notarlo antes. Tal parece que sí escuchaba bien.

La obra fue corta, al final terminó en que los dos llegaban al acuerdo de casarse por el bien de las apariencias, prometiéndose intentar no envenenar sus comidas mutuamente, luego Ayami hizo reverencias mientras su público la ovacionaba, antes de pedirles unos minutos de espera por los autógrafos para poder ir a hablar con Ruchiru.

—¡Ruchiru! —Su voz ya no era tan aguda como cuando estaba actuando, pero seguía siendo bastante femenina, por si le quedaba alguna duda—. ¡Qué sorpresa! ¡Pensé que ya te habías ido! —Parecía muy feliz.

—Necesitaba ayuda con algunos materiales y llamé a mi padre que vino con mis tíos y mi prima.

—¡Oh, hola! —Los saludó alegremente, antes de acercarse a Tsukiku y frotar su cabello cariñosamente—. Hola a ti también, pequeñita. ¿Cómo estás?

—Muy bien, gracias nee-chan. —Le sonrió de forma dulce e inocente y evidentemente falsa—. Hace mucho que no te veo, ¿no quieres ir a cenar a casa de mis tíos un día de estos? ¡Yo lo visitó todo el tiempo y quisiera verte por allí!

—Bueno, es verdad que ha pasado un tiempo. Podría este fin de semana. ¿Qué dices, Ruchiru? —Volteó a ver al clon de Chrome.

Apenas Ayami apartó la mirada, Kohaku y Tsukiku compartieron miradas y se enseñaron los pulgares.

Agh, claro, esas dos estaban confabuladas para juntar a Ruchiru con su casi novia, tal como Kohaku se confabulaba con quien sea para juntar a Ruri con Chrome.

Ruchiru empezó a tartamudear ante la pregunta de Ayami, hasta que a su celular llegó un mensaje que usó como excusa para zafar de la situación.

—¡Oh, es la invitación al cumpleaños de Umi! —exclamó con alivio de tener una buena excusa—. Es este sábado. No creo que puedas venir a cenar, lo siento. —Rio nerviosamente, sonrojado hasta las orejas.

Ayami de pronto sacó su celular del bolsillo del traje elegante de su disfraz masculino.

—También me invitó, nos vemos allá, entonces. Bye-bye. —Le guiñó un ojo y se fue a firmar autógrafos de sus admiradores que no eran muchos, pero aparentemente eran fieles.

—También me llegó una invitación —murmuró Tsukiku, con su celular en mano—. Es el sábado a las siete p.m. ¿Tú irás, viejo? —Lo miró con curiosidad.

Senku maldijo internamente que fuera justo el sábado, justo el día en el que se vería a solas con su mujer, pero ni modo, no iba a faltar a la fiesta de una chica tan dulce como Umi.

—Claro, iré. —Suspiró resignado, mirando de reojo a Kohaku que parecía estar pensando lo mismo que él.

En lo que Kohaku lo llevaba a casa de Tsukasa, Senku siguió hablando con Tsukiku de la impresión 3D, feliz de ver que era un tema que le apasionaba mucho a su pequeño engendro del averno, y claro que cuando se acabó el viaje de inmediato se deprimió.

Al menos esta vez Tsukiku no fue tan cortante al despedirse y pudo besar a Kohaku antes de que ambas se marcharan, dejándolo arrastrando los pies de regreso a su cárcel.

Solo Tsukasa estaba allí, sorpresivamente.

—Haishi y Minami fueron a comprar ropa para la fiesta de Umi —le informó mientras leía un libro, y Senku alzó una ceja al verlo usar anteojos para ello. Se veía rarísimo así.

—¿Tienes problemas de vista o algo?

—Soy un defensor de la paz, constantemente leo para mantenerme informado de lo que pasa en el mundo —contestó con calma—. Ahora estoy leyendo las nuevas reformas al Código Penal, ¿te interesa?

—No, gracias, tengo mucho sobre ciencia que leer. —Honestamente, por más que le encantara la historia y leer, el derecho y las leyes siempre le parecieron terriblemente aburridos y prefería evitarlo, aunque reconocía y apreciaba su importancia, por supuesto.

Se dedicó a estudiar en su habitación por un par de horas hasta que tocaron a su puerta.

Creyó que era Minami avisándole de la cena, pero se sorprendió al escuchar la voz de Haishi preguntándole si podía entrar.

—Adelante.

—Con permiso, tío. —Entró con una reverencia, muy respetuosamente. Tenía varias bolsas en sus manos—. Disculpa, pero... Si no estás muy ocupado, ¿podrías ayudarme con algo?

—¿Qué necesitas?

—Bueno, sigo castigado por la vez en la que nos perdimos en el bosque y eso. —Rio con nerviosismo—. Mi padre recortó mi mesada al mínimo y me negó acceso a mis ahorros. Aun así, estuve ahorrando todo lo de estas semanas para el cumpleaños de Umi, pero no logré encontrar nada barato que me convenciera. Y pensé que podría comprar algunas piezas y podría armar algo con tu ayuda, si puedes. —Frotó su nuca incómodamente.

—Claro. —Alzó una ceja, un poco extrañado, pero no tenía problemas en ayudar con algo que requiriera de sus conocimientos—. ¿Y qué quieres hacer para ella? —Cerró sus libros y se dirigió a su caja de herramientas y piezas científicas que Chrome le había concedido.

—Bueno, a ella le gusta el mar y esas cosas. —Bajó las bolsas al piso y se sentó allí junto a estas— Compré algunas piezas de metal, un pequeño motor y algunas linternas y cámaras y estas piezas raras que una vez Tsukiku mencionó que funcionaban para crear un control remoto, no estoy seguro. —Sacó varios paquetes y cajas de las bolsas—. Pensé que podíamos hacer una especie de submarino de juguete que realmente pueda sumergirse a profundidad considerable y grabar e iluminar y esas cosas. A ella le encanta ver ese tipo de videos y programas que muestran eso. ¿Podrías hacer algo así, tío?

—Ajá, pan comido. —Examinó las piezas despreocupadamente—. Aunque algunas de estas piezas salen sobrando... El metal está bien, decente, podríamos tener algo mejor, pero si estás corto de presupuesto supongo que no es una opción. Aunque sí que nos falta algo para darle más poder al motor, uno como el que compraste no durara mucho.

—Tendré que conseguir dinero de alguna forma. —Frunció el ceño, decidido.

—Algunas de estas piezas tampoco soportaran mucha presión, pero podemos hacer unos retoques.

—¿Me costará más caro?

—Sí.

—Bien. —Suspiró largamente—. Veré la forma de conseguirlo. Por mientras, ¿podemos empezar con lo que tenemos hoy?

—Sí, algo podremos hacer. —Siguió examinando las piezas—. Primero lo mejor: ¡dibujar planos y un mapa de pasos!

Estuvo bastante entretenido ayudando a Haishi hasta que Minami los llamó a cenar, y luego de comer volvió a sus estudios, todavía muy decidido a cumplir con su meta de volver a casa con sus leonas en solo dos semanas. No toleraría ni un día más.

La casa de Tsukasa no tenía nada de malo, Haishi era agradable y le gustaba pasar tiempo con amigos muy conocidos como Tsukasa y Minami, pero sabía cuál era su lugar realmente. Quería volver a casa.

Pasó los siguientes días concentrado en sus estudios y ayudando a Haishi en su proyecto ya que de alguna manera logró conseguir dinero para las piezas faltantes, por lo que lograron terminarlo a tiempo para el viernes.

Al llegar la noche del viernes, Kohaku y Tsukiku vinieron a cenar, esta vez sin los amigos de la escuela de la mocosa.

—¿Y qué le regalaran a Umi? —preguntó Minami a mitad de la cena, curiosa—. Yo le conseguí un precioso vestido y unos zapatos de tacón bajo como esos que le gusta usar, de mi parte y de Tsuka, claro. ¿Ustedes qué le darán?

—Escuché que últimamente está profundizando más en defensa personal —habló Kohaku con la boca llena—, así que Tsukiku y yo le hicimos una daga. —Tragó y se limpió la boca, antes de volver a atragantarse como si prefiera a hablar con la boca llena—. Es bonita y útil. De parte de los tres, claro.

—¿Y qué llevaran puesto mañana? La temática es de trajes con algún aditivo de criatura mitológica o fantástica o algo así entendí.

—Yuzuriha nos ayudó con el vestuario, no recuerdo qué era. —Kohaku siguió comiendo mientras hablaba—. También hizo ropa para Senku, ahora que recuerdo.

—¿Vendrán aquí a buscarlo mañana temprano para que puedan darle su ropa? Porque nosotros no estaremos en casa, siempre ayudamos a Ukyo a preparar la fiesta junto con la familia de su difunta esposa, ya saben. Y necesitamos cerrar todo por el sistema de seguridad.

—Oh, es cierto. —Kohaku se tomó un momento de tragar para beber agua—. Bueno, puedo... —De pronto, sus ojos se iluminaron—. Podría llevarlo a casa ahora. Que pasé allí la noche sería más cómodo.

—Claro, seguro que esa es la única razón. —Minami rio maliciosamente—. Ok, yo digo que suena bien.

—Es decisión de ustedes. —Tsukasa tampoco le puso ningún pero al asunto.

Senku intento disimular su alegría por la decisión mientras terminaban de cenar y luego no dejó de insistirle a la leona para irse de una vez, más cuando Minami empezó con sus insinuaciones de lo bien que se llevaban Tsukiku y Haishi.

Por suerte Kohaku se apiadó de él y se fueron rápido, y aprovechó el camino para hablar un poco más sobre impresión 3D con su engendro, que seguía teniendo mucho que decir sobre el tema.

Cuando llegaron a casa Tsukiku se fue directo a su habitación diciendo que tenía que terminar su regalo para Umi, por lo que Senku y Kohaku intercambiaron miradas inmediatamente.

Esperaron diez segundos después de que los pasos de su hija dejaran de escucharse, para luego lanzarse el uno contra el otro a besuquearse con desesperación, ya empezando a manosearse por sobre la ropa.

Si fuera por Senku le habría hecho el amor en el sofá a pocos metros de ellos o contra la pared más cercana, pero no era un padre tan irresponsable y sabía que Kohaku era ruidosa, así que se apartó y le tomó la mano para arrastrarla a su dormitorio, donde de inmediato ella lo tumbó en el piso y se le tiró encima.

Fue una noche bastante satisfactoria y en la mañana los dos acabaron durmiendo hasta tan tarde que Tsukiku tuvo que ir a aporrear su puerta para que bajaran a desayunar.

Senku se despertó con los golpes, notando extrañado que Kohaku, que normalmente era madrugadora y que además solía despertarse con los ruidos más pequeños por su naturaleza cazadora, seguía durmiendo profundamente.

—¡¿Piensan comer algo o se la pasaran roncando?! —gritó Tsukiku detrás de la puerta.

—¡Ya bajamos, mocosa! —respondió con un bostezo.

Ella finalmente se fue y Senku movió el hombro de Kohaku, intentando despertarla.

Le tomó unos buenos diez minutos despertarla.

—¿Mmm? ¿Qué tienes? —Frotó sus ojos con cansancio.

—Vamos a desayunar antes de que la mocosa se canse de esperarnos y nos deje desayunando solos, cosa de la cual la creo muy capaz. —Rio entre dientes, antes de levantarse para darse una ducha.

Cuando salió de ducharse, encontró a Kohaku dormida una vez más.

Alzó una ceja.

¿Tan cansada la dejó? Ella fue la que casi lo mata anoche, todavía le ardían los arañazos en la espalda y le dolía todo el cuerpo de tener que aguantar su elevado apetito sexual.

Encogió los hombros y decidió dejarla dormir un poco más, bajando a desayunar con su mocosa si es que seguía esperándolos.

Para su sorpresa, sí los esperaba aún, leyendo un libro de neurociencias mientras comía fruta picada.

—¿Y mamá? —preguntó al verlo.

—Sigue dormida, parecía estar muy cansada. Decidí dejarla dormir.

—Es ridículo, toda esta semana se estuvo levantando súper tarde. —Bufó, antes de ordenarle a un rei-bot que fuera a buscarle sus desayunos—. Yo siempre tengo que despertarla, lo cual es raro porque suele ser al revés. —Rio entre dientes.

—Tal vez está estresada —murmuró él, pensativo.

Hubiera dicho enferma, pero nunca la vio enfermarse.

A mitad de su desayuno Kohaku bajó con rostro todavía soñoliento y los ojos fijos en sus desayunos.

—Tengo hambre —dijo de inmediato.

—Rei-bot, pídele a Frei-bot algo para mi mamá —ordenó Tsukiku, mientras que Kohaku le robaba sus panqueques a Senku.

Terminaron de desayunar juntos mientras Kohaku comía a dos manos y ellos hablaban de ciencia, hasta que Senku recibió un mensaje de Chrome enviándole el material de estudio para hoy ya que no tendría clases.

Bien, mejor no descuidar sus estudios.

—Tengo que ir a ocuparme de algo unas horas, pero volveré para almorzar —dijo Kohaku una vez acabó de comer—. ¿Estarán bien? —Miró con ojos entrecerrados a su hija.

—Claro que sí, mamá, no nos llevamos tan mal. —Tsukiku bufó.

—Tengo que estudiar, es una buena oportunidad para preguntarle cosas a alguien que no es Chrome. —Senku sonrió cuando los ojos de su mocosa se iluminaron con interés.

—Muy bien, entonces me iré tranquila. Cualquier cosa ya saben que tienen a Reimo. —Se fue a su habitación seguramente para prepararse.

Senku empezó a estudiar el material que le envió Chrome mientras Tsukiku seguía leyendo su libro de neurociencias.

Él no pudo evitar mirarla de reojo varias veces, viéndola muy concentrada en lo que hacía, solo despegando los ojos del libro para buscar algunas cosas en su celular.

Recordó que ella dijo ante Maiko que estaba estudiando psiquiatría para ayudar con su memoria. ¿Todavía seguía tan empecinada en ayudarlo?

La Dra. Mironi también dijo que no podrían recuperar su memoria a menos que obtuvieran los planos del aparato que le borró los recuerdos. ¿Era por eso que ella estuvo tan obsesionada con el laboratorio subterráneo y obtener la contraseña? ¿Seguiría buscándola o ya se habría rendido?

Quería preguntarle, pero no tenían privacidad en el comedor, por lo que sabía, así que prefirió quedarse con la duda por el momento.

Encontró algo difícil de entender en el material de estudio de Chrome y decidió preguntarle a Tsukiku.

—¿Anillos de plasma a través de la ionización de partículas? —Ella apoyó la barbilla en el libro, pensativa—. Mmm, bueno, si te está hablando de lo que está intentando hacer tu empresa ahora, se trata específicamente del proyecto que planean con la luna marciana Phobos, básicamente planean generar un campo magnético artificial para...

Senku empezó a tomar notas en su celular y luego de que ella acabara de explicarle varias cosas, porque le hizo varias otras preguntas, siguieron estudiando.

Le hizo otra pregunta al cabo de un par de horas y ella le dio otra larga y detallada explicación, misma que fue interrumpida a la mitad por Kohaku regresando a casa.

Almorzaron y luego ambos siguieron estudiando otro par de horas hasta que Kohaku les dijo que ya era tiempo de que empezaran a prepararse para ir a la fiesta de Umi.

Los tres tenían disfraces a juego. Senku tenía un traje rojo sangre, con un tridente como aditivo y una sola ala de murciélago roja saliendo de su espalda, del lado derecho. Kohaku tenía un vestido muy pegado al cuerpo color azul muy oscuro, tenía una serpiente falsa como bufanda que también rodeaba sus hombros, tenía una cola y una sola ala azul, del lado izquierdo. Tsukiku tenía un vestido violeta bastante suelto y adorable que le llegaba hasta las rodillas, con un moño rojo sangre atado a su cintura y unos pequeños tacones rojos, tenía una diadema con cuernos de demonio y dos alas, una roja y una azul.

Para la ocasión especial Tsukiku tenía su largo cabello atado en una coleta alta con las puntas rizadas, y a Senku no le gustó del todo que usara maquillaje (¿no era muy pequeña para eso?), pero aun así no se quejó porque al fin y al cabo era decisión de ella.

Fueron a la fiesta, llegando un poco tarde, por lo que al llegar al salón este ya estaba bastante lleno.

Senku ya debería tener un nivel suficiente para no ser tan evidente que perdió la memoria, pero aun así Kohaku le aconsejó siempre quedarse cerca de personas que supieran su secreto para que pudieran intervenir por él si alguien hacía una pregunta que no podría contestar.

Gen no tardó en acercarse a ellos, con una máscara llena de plumas de pavo real, con un niño pequeño idéntico a él siguiéndole el paso, con la misma máscara más pequeña.

—¡Pero sí es la familia Ishigami! ¡Qué placer poder vernos otra vez!~ He estado tan ocupado con mis deberes diplomáticos y manteniendo a la prensa controlada que me ha sido realmente difícil darles siquiera una visita en estas épocas difíciles~, pero me alegra verlos en este evento social para la familia y amigos cercanos~. Por cierto, aquí está mi hijo al que obviamente ya conocen, pero por juego se los presentaré otra vez~. Di hola, Neo-chan.

—Hola. —El niñito que debía tener unos seis años agitó una mano hacia ellos con una sonrisa alegre.

—Wow, es... muy parecido a ti. —Parecía que habían hecho copia y pega, solo le faltaba tener la mitad del cabello de color blanco.

—Mira quién lo dice~. —Gen rio cantarinamente, antes de mirar a un lado del salón de fiestas—. Hablando de copias, allá hay otras. —Señaló a un costado.

Senku siguió su vista, encontrando a Amaryllis y Soyuz sentados en una mesa con una chica (¿su hija?) increíblemente idéntica a Amaryllis, solo que con ropa moderna y el cabello atado en una coleta baja. Parecía tener la edad de Ruchiru o algo así.

—Así que esos dos se casaron, ¿eh? —Rascó su oído con desinterés.

—Su hija se llama Amaranth —le dijo Kohaku—. Vamos, vamos a saludarlos.

—Agh —Senku se quejó por lo bajo, pero fue a saludar de todos modos, al menos era bueno ver caras conocidas de la época que recordaba.

Mientras Kohaku conversaba con entusiasmo con Amaryllis, Senku vio de reojo a otras dos caras conocidas, aunque estas no le agradaban del todo. Eran Myuji, ese guitarrista que siempre miraba con coquetería a su esposa, y su hijo Kei, que miraba con coquetería a su hija. Agh, qué mal le caían.

Para colmo, cada vez que pensaba en Myuji coqueteando con Kohaku, por alguna razón siempre tenía dolores de cabeza, por lo que decidió no pensar en eso y concentrarse en otras cosas.

Su mirada se desvió por el salón de fiestas, encontrando a Ryusui con Francois y además un sujeto de cabello negro que probablemente era el hermano que mencionó Chrome. Y aparentemente Ryusui tenía una sobrina, que además era otro copia y pega del padre, igual al hermano de Ryusui pero versión femenina.

Miró a Tsukiku y rio para sí mismo porque efectivamente su cara era copia y pega de la suya, aunque al menos tenía los ojos azules y la naricita adorable de su madre.

—¡Tsukiku! —De pronto Misaki se acercó a ellos, con una máscara de fénix emplumada usada como diadema—. Bonito disfraz, ¿has visto a Yok? Dijo que ya estaba aquí.

—Vamos a buscarlo, entonces. —Sonrió felizmente al estar con su amiga—. Voy a estar con Misaki, mamá —le dijo a Kohaku, antes de marcharse con la pre-adolescente pelirroja.

Senku y Kohaku se sentaron con Soyuz y Amaryllis por el momento, mientras las mueres conversaban. Soyuz le hizo un par de comentarios sobre la Isla que Senku estuvo feliz de poder comprender, puesto que estaba hablándole más que nada de los avances tecnológicos en la isla, cosas que ya había aprendido con Chrome.

Al poco tiempo, las luces se apagaron y la música tenue se silenció por completo, al igual que las conversaciones.

Un reflector apuntó a las escaleras del salón y Umi empezó a bajar por allí, con su brazo enganchado al de su padre, ambos sonriendo mientras la gente aplaudía con entusiasmo.

Umi estaba vestida con un vestido blanco con toques dorados, con dos alas grandes de ángel semi-desplegadas detrás de la espalda. Ukyo tenía un traje blanco con los mismos toques dorados y unas alas caídas detrás, los dos casi parecieran brillar bajo el reflector.

Música de vals empezó a sonar y Ukyo y Umi comenzaron a bailar al llegar al centro del salón, sin perder las sonrisas. Muchas otras parejas se unieron a bailar también y el mismo Soyuz decidió invitar a su hija a bailar también.

Eso lo hizo pensar en su hija y rápidamente la buscó con la mirada, encontrándola saliendo del salón hacia el jardín en compañía de Misaki, Yok, Haishi y Kinji.

Su curiosidad se disparó y, aprovechando que Kohaku estaba distraída hablando con Amaryllis aún, decidió cruzar el salón para ir a ver qué tanto hacían esos mocosos.

Cuando salió al jardín, buscó con su mirada a los mocosos, pero no logró verlos por ningún lado.

¿Dónde se metieron?

Cuando iba a adentrarse más entre los árboles, de repente su celular sonó.

Frunció el ceño de inmediato, sabiendo que Chrome y Tsukasa estaban adentro y no tenían motivo para llamarlo, por lo que esta llamada solo podía ser de una persona.

Sacó el celular y miró seriamente la pantalla.

Una parte de él no quería contestar, pero su curiosidad era más fuerte y no pudo evitar ceder, contestando a la llamada.

—Dr. Ishigami, por poco pensé que no contestarías. Veo que todavía no recuerdas nuestro trato. —Suspiró con ligera exasperación—. Tenía la tentación de arruinar tan bello evento con algunos "spy-dots" como tu adorable hija los llama, pero me parece más entretenida la idea de jugar con tu mente carente de recuerdos. —Rio con suavidad—. En este mismo instante, tengo a mi infiltrado a mi lado, acaba de salir del salón y estamos cerca. —Senku se quedó sin aliento, volviendo rápidamente al salón y asomando la cabeza para ver quiénes estaban allí. Ahora había mucha gente bailando y las luces eran muy tenues, solo logró reconocer a Ukyo y Umi bailando en el centro del salón y a Kohaku todavía sentada con Amaryllis—. Te estamos observando ahora... pero pronto volverá al salón. ¿Podrás reconocerlo? ¿Podrás estar seguro?

—No creas que jugaras con mi mente, como si fuera a creer que me darás tu mejor AS tan fácilmente —gruñó por lo bajo, todavía examinando el salón.

Logró ver a Ryusui y Francois. Kirisame estaba con su hijo en una mesa cercana también, ambos viéndose decaídos.

—No es mi mejor AS, pero si tengo ciertos planes con mi querido infiltrado... En fin, ya lo enviaré de regreso. Aunque por otra entrada, claro. ¿Qué dices, Dr. Senku? ¿Podrás reconocerlo? —Sin más le colgó.

Senku gruñó por lo bajo, volviendo al salón a toda prisa y caminando rápidamente hasta Kohaku.

—Ven, bailemos —le dijo con voz apresurada, sin hacer caso a su gesto de sorpresa.

—¿Pero de qué diablos estás...? —Se calló, sorprendida al verlo tan apresurado por bailar.

Siguió intentando preguntar por qué diablos él quería bailar, pero Senku no le contestó. La guio hasta el centro de la habitación, cerca de donde Umi bailaba con su padre, vigilando a todas las entradas del salón.

Vio a Ruchiru hablando con Ayami (que de nuevo tenía un disfraz extraño mitad sirena mitad duende) cerca de una puerta. Ginro estaba dando vueltas por ahí, pero dudaba que él fuera. En otra puerta vio a Matsukaze apoyándose justo en el marco ¿cuánto tiempo llevaba allí? ¿Llegó desde adentro o desde afuera? Alguien que no conocía lo estaba mirando desde otra puerta y, aunque le dio mala espina, no le prestó atención y siguió examinando las puertas.

—¿Puedes explicarme qué diablos haces? —preguntó Kohaku, obligándolo a mirarla—. Tú nunca bailas, ni en nuestra boda. —Lo miró con sospecha—. ¿Qué planeas?

—Luego te explicó, déjame unos minutos. Tengo que comprobar algo.

Siguió mirando y a los pocos segundos vio a su mocosa entrar con su grupito de amigos, todos parecían nerviosos, pero los descartó porque obviamente se habían quedado juntos. En unos minutos Yuzuriha entró por una de las puertas, sosteniendo sus tacones en una mano, pero ella era imposible... ¿verdad?

Vio a varias personas salir, y los siguientes que entraron en lo que duraron las próximas dos canciones fueron un par de personas desconocidas y Mirai, Kaseki y Mozu.

Gruñó por lo bajo, maldiciéndose a sí mismo por haber creído que esto le daría una pista.

Por supuesto que Kinoeda solo quería jugar con su mente...

Sin embargo, también existía la posibilidad de que realmente una de esas personas fuera el infiltrado.

Ginro, Matsukaze, Yuzuriha, Mirai, Kaseki y Mozu. Esos eran los únicos que conocía que tenían posibilidades de ser el infiltrado sí lo que Kinoeda dijo era cierto.

No quería desconfiar de nadie de ese modo, pero... ¿quizás era mejor empezar a mirar más de cerca a esos posibles candidatos?

Agh... Kinoeda realmente sabía cómo jugar con su mente, pero no lo dejaría ganar.

Algún día descubriría a su infiltrado, tarde o temprano.

Continuará...

Holaaaa :D

Me dieron ganas de actualizar esto, también porque una amix me lo pidió :3

En el siguiente cap seguiremos con la fiesta de Umi, probablemente, aún hay cosas q quiero que pasen OwO

Ojala q esta cap les haya gustado!

No olviden que se les ama con todo el kokoro!

Muchas gracias por su apoyo!

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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