No quiero creerlo
Minami:
—No entiendo... si papá y yo nos vamos a mudar a la mansión Ishigami, deberías ir también —le dijo Haishi a Minami, pero ella le sonrió con tristeza.
—Lo siento, pero tengo mucho trabajo que hacer, y me será más fácil quedarme en casa donde tengo todas mis notas...
—Entiendo. —Haishi asintió—. ¿Sigues trabajando en eso del... infiltrado? —susurró, mirando a ambos lados con nerviosismo.
—Sí... Gen me ayuda, pero no hemos logrado más que descartar a algunas personas. —Suspiró con cansancio—. En fin, no podemos rendirnos, menos ahora en estos momentos tan críticos. Tú también debes tener los ojos muy abiertos, mi niño.
—Ok, haré lo mejor que pueda. —Asintió y luego se despidieron con Minami abrazándolo y besuqueando sus mejillas un largo rato hasta que él pidió piedad, a lo que ella por fin se fue, riendo.
Condujo a su casa y en su puerta se encontró con Gen y Ukyo.
—Bueno... a trabajar... —Suspiró con cansancio, llevándolos a su estudio.
Les puso grabaciones de la fiesta de Umi. Ella había guardado todo lo que grabo y también obtuvo las grabaciones de las cámaras de seguridad.
—Según Senku, en algún momento Kinoeda llamó y convocó a su infiltrado —murmuró, mirando atentamente a la masa de invitados en la fiesta de la joven amiguita de su hijo—. Los estuve observando, la inteligencia artificial de Chrome también me ayudó a filtrar un poco los minutos que podrían ser útiles, pero hay mucha gente... y muchos entran y salen todo el tiempo. Pero me llamó la atención que en un momento, justo después de la llamada de Senku, entran tres personas de regreso al salón. Un aldeano, Titan. El hijo de Nikki. Y Ruri-chan.
—Es imposible que sea Ruri-chan~ —aseguró Gen, con una mano en la barbilla—. Kohaku-chan y Chrome-chan le cuentan prácticamente todo, Kinoeda ya estaría enterado de más cosas que nosotros~.
—Cierto, Ruri sabe muchas cosas. —Ukyo rio nerviosismo—. Aunque no tenemos del todo claro qué tanto acceso tiene Kinoeda a la mente de los que controla.
—Senku dijo que lo más seguro es que el controlado no sepa que está siendo controlado, pero que no presente periodos de amnesia, que sus recuerdos sean reemplazados por otros falsos —murmuró Gen, recordando las palabras de Senku y la Dra. Mironi cuando lo llamaron a discutir ese tema ya que quería que él descubriera al infiltrado entre sus amigos—. Incluso podría ser yo y no saberlo~.
—Podría ser cualquiera, pero es que si fuera alguien que supiera demasiado, Kinoeda ya habría usado esa información en nuestra contra desde hace mucho —aseguró Ukyo, ajustando su sombrero—. Es algo que preocupaba mucho a Senku antes de la amnesia, y sabemos los problemas que trajo esas sospechas suyas... casi no quería hablar con nosotros, estaba paranoico, desconfiado, casi parecía al borde de la locura.
—Sí, y hasta estoy segura de que eso fue lo que trajo problemas en su matrimonio... —Minami hizo una mueca de tristeza—. Kohaku estaba tan triste... ella estaba segura de que su propio marido desconfiaba de ella... Hmm, pareciera que ahora que él tiene amnesia están mucho más felices que antes.
Y eso era algo de lo que habían hablado entre las amigas, que Senku antes de la amnesia estaba demasiado paranoico, cansado, loco, que no paraba de trabajar y desconfiar de todo el mundo, y que por eso hizo lo que hizo pocos días antes de dispararse con esa arma maldita que le borró todos los recuerdos.
La verdad, Minami no estaba segura de si quería que el antiguo Senku regresara...
Con el Senku de mentalidad de dieciocho años, él estaba mucho más atento a su esposa e hija, conversaba con sus amigos, dependía de ellos, aceptaba recibir su ayuda y sus consejos. Tomaba la mano de Kohaku, se sonreían, reían, hasta los había visto besarse en las sombras cuando creían que nadie miraban, y sabía que Kohaku estaba mucho más feliz.
Ahora finalmente tenían los planos del arma que había borrado su memoria y la mismísima Dra. Mironi estaba trabajando en recuperar su memoria, junto con el Dr. Xeno, el Dr. Gray y las mentes más brillantes del mundo.
Sabía que era urgente que trajeran de regreso al viejo Senku ya que era el que mejor sabía cómo tratar con Kinoeda, además de todos los secretos y acceso a armas de gran importancia que tenía, pero...
Si volvía el Senku de antes de la amnesia... ¿también volvería el Senku que trataba mal a todo el mundo y solo confiaba en sí mismo? El Senku que trabajaba demasiado y hacía sentir miserable a aquellos que lo amaban... y en especial a su esposa...
Minami estaba muy preocupada por Kohaku, y sabía que Kohaku también estaba preocupada...
Ella misma se lo había preguntado en su última reunión de amigas.
—Si vuelve el Senku de antes... ¿Qué pasara con su matrimonio y su familia? —le preguntó Minami cuando estuvieron hablando de ese tema.
Kohaku, abrazada a Ruri, la miró con los ojos llenos de miedo.
—No lo sé... Pero si vuelve a tal y como era antes... —Sus ojos de repente se llenaron de amargura y lágrimas—. Él sabrá todo lo que hice... sabrá cómo me aproveché de su amnesia para tenerlo a mi lado a pesar de que... —Se interrumpió—. Él va a odiarme... Lo sé...
Esas palabras las habían dejado preocupadas a todas, pero sabían que lo más importante era que Senku volviera para que pudiera cuidar a su hija y trabajar en la cura para las estatuas que estaban petrificadas en la petrificación caliza.
Eso era lo más importante, sí, pero... igual era doloroso en cierta medida.
—Senku no es una mala persona. —Las palabras de Ukyo la sacaron de sus pensamientos—. Sabemos que en el pasado tuvo problemas, pero... sigue siendo el mismo Senku. Todos confiamos en él, siempre lo hemos hecho. Lo necesitamos, necesitamos de su mente astuta y sus inventos. Él es el único que puede detener a Kinoeda y otros como Chamaleon que buscan apoderarse de la humanidad.
—Además~ —continuó Gen—, que vuelvan sus recuerdos no borrará los nuevos recuerdos que ha forjado. Él ha aprendido mucho en estos meses con la amnesia... —Gen sonrió con preocupación—. También me preocupa que vuelva a tener esa amargura y paranoia que lo consumía antes, pero... estoy seguro de que ha aprendido mucho de esta experiencia. No podría volver a ser tan cruel como era antes...
—Esperemos... —Minami suspiró con tristeza—. Extrañaría demasiado el verlo ser un humano normal...
El Senku de antes de la amnesia era tan frío... no parecía ser el mismo Senku que salvó a la humanidad, que se casó y formó una linda familia mientras buscaba el progreso de la humanidad. Los años más próximos previos a la amnesia fueron los más decadentes en su personalidad, estuvo casi irreconocible.
La única con la que siguió portándose medianamente normal era su hija. Tsukiku parecía ser la única señal de que Senku seguía siendo humano en esa época, él todavía la trataba con cariño, la abrazaba y le brindaba su atención, era la única a la que le daba explicaciones, pero incluso así parecía que cada vez se distanciaba más y más de ella...
Ahora gracias a Reima sabían que Senku había tenido planes de hundirse más y más en su trabajo, lo que hacía que Minami se preguntara... ¿en verdad la amnesia fue una desgracia?
A veces pensaba que, de hecho, la amnesia fue lo mejor que pudo pasarle a la familia Ishigami...
Sin embargo, no podía asegurarlo, porque después de la amnesia la que cambió bastante fue Tsukiku...
Siempre fue una niña medianamente caprichosa, malcriada y centrada en sus objetivos, pero tenía cierto encanto y chispa de felicidad, pero desde los once años en adelante empezó a volverse un poco más amargada y sarcástica, y siempre parecía preocupada por algo.
Como Haishi desde prácticamente bebé era el mejor amigo de Tsukiku, Minami estaba bastante enterada de los cambios en la hija de los Ishigami.
Sabía que ese toque de amargura y distancia en Tsukiku no se dio solo por la llegada de la pubertad, algo le pasaba, algo que se negaba a contarle incluso a Haishi.
—Ella solo habla con Kinji sobre eso —le contó Haishi a los trece años, cuando Tsukiku tenía once y comenzó a mostrar esos comportamientos tan extraños—. Ellos son como hermanos, sé que él es el que más la cuida y que ella también lo quiere muchísimo, pero... es como que Kinji se volvió el único en el que confía para contarle las peores cosas... Sé que ni siquiera se lo cuenta todo a Misaki que es hasta incluso más cercana que yo.
No obstante, el peor cambio en Tsukiku se vio cuando su padre entró en coma.
Fue como si lo que quedaba de su niñez se hubiera esfumado de golpe...
Ella dejó de pasear con sus amigos, o solo los usaba para ayudarla en sus planes locos, pero siempre estaba estudiando, experimentando, averiguando, metiéndose en todo, creando formas y más creativas para meterse en los asuntos de los mayores y, sobre todo, siempre estaba queriendo curar a su padre, despertarlo de su coma, vigilándolo y examinándolo como una doctora más...
Haishi estuvo atento a todo eso y constantemente compartía sus observaciones con Minami, que a su vez hablaba con Kohaku.
En los meses en los que Senku estuvo en coma, Kohaku estuvo demasiado depresiva, sobre todo porque antes del coma tuvieron esa pelea tan horrible... pero aun así, ella lo cuidó y estuvo con él todo el tiempo, abandonando todo lo demás para dedicarse enteramente a él y a su hija.
Minami admiraba mucho el amor que Kohaku tenía por su familia, por eso temía tanto el regreso de ese Senku pre-amnesia tan ingrato que la trataba tan mal...
Kohaku no dejaba de decir que ella fue la que cometió un terrible error, pero Minami tenía problemas en creer eso, honestamente.
Esa familia estaba llena de secretos, tanto padre, como madre, como hija.
Hmm, quizás era mejor que su hijo hubiera sido rechazado por la caprichosita de Tsukiku, pero igual quería a esa pequeña traviesa, y la preocupaba en qué problemas se metía.
—Ojalá todo salga bien... —dijo con voz triste, y Ukyo y Gen asintieron, para luego volver a prestar atención a las grabaciones.
—Miren ahí. —Ukyo de repente señaló algo—. Luna está entrando mientras habla por celular... N-no quisiera sospechar de nadie solo porque sí, pero... no sabemos la forma en la que Kinoeda se comunica con su infiltrado.
—Ahora mismo está viviendo en la mansión Ishigami ya que su esposo Sai-chan está trabajando con los demás científicos, yo podría echarle un ojo~ —afirmó Gen—. Sé que esto no es una prueba firme, pero mientras más rápido descartemos candidatos, mejor.
—Es cierto. —Ukyo asintió, también viéndose culpable—. Habla con ella, pregúntale si recuerda la llamada y que te dé detalles. Sabes de psicología así que supongo que te será más fácil detectar si es un recuerdo falsificado o no.
—Es difícil, pero... puedo pedirle ayuda a la nueva neurocientífica que trata a Senku-chan~.
—¿Te refieres a tu ex, la tal Elise? —Minami paró la oreja de inmediato.
—Sí, ella~, pero no te emociones, Minami-chan, será estrictamente profesional~.
Minami entrecerró los ojos, sin creerle nada, pero dejó caer el tema y volvió la vista al video.
—¿Qué hay de tu suegro, Ukyo? También entró justo en ese momento.
—Kinoeda no puede tener ningún interés en la familia de mi difunta esposa... —dijo con pesar—. Yo no les cuento nada precisamente para que ni se le ocurra ir tras ellos... como en el pasado fue por mi esposa... —Suspiró—. Sé que Umi tampoco les cuenta nada, así que no tendrían utilidad para él.
—Entiendo. —Minami palmeó su espalda con empatía—. Quizás ya deberían irse, yo puedo seguir revisando las grabaciones. Si encuentro algo de interés hablaré con ustedes.
—Pero no por celular —le recordó Ukyo—. Kinoeda podría estar espiando, necesitamos esperar a que nuestros equipos preparen una línea segura para nosotros.
Minami asintió y pronto se despidieron, por lo que ella siguió trabajando en observar las cintas, pero con su mente desviándose a lo que había estado pensando antes respecto a la situación de la familia Ishigami...
Al recordar todas las lágrimas de Kohaku, no podía evitar sentirse preocupada de que el antiguo Senku pre-amnesia pudiera regresar.
Sabía que lo necesitaban para acabar con Kinoeda y traer a todas las estatuas calizas, pero... ¿eso significaría que la infelicidad para la familia Ishigami iba a regresar? Estaban tan felices ahora que él no tenía memoria, pero tampoco tenía esa personalidad agria y paranoica.
Minami sabía que era egoísta pensarlo, pero... no podía evitar sentir que la amnesia fue algo bueno... y esperaba que Senku conservara esa pisquita de humanidad que fue lo que en primer lugar trajo tanta gente a seguirlo y verlo como un líder que guio a la humanidad a la grandeza y salvación. Esa pisquita que poco a poco fue perdiendo mientras más y más desgracias caían como más y más peso sobre sus hombros.
Ahora con la amnesia estaba libre de preocupaciones, podía permitirse descansar y dedicarle tiempo a su familia, podía permitirse ser feliz... ¿y era eso tan malo?
No... no podían dejarlo así, tenía que volver para detener a Kinoeda, lo sabía... pero...
—Solo espero que en verdad hayas aprendido algo... y que ya no hagas sufrir tanto a tu familia como en el pasado... Te deseo lo mejor, Senku. Con o sin amnesia.
.
Gen:
La familia Ishigami estaba llena de problemas, sin duda~... pero Gen tenía sus propios problemas.
Y uno de esos problemas se llamaba Elise Coutta, su ex novia de antes de la petrificación.
Ya tenía confirmado que su hijo, Elioth Coutta, era también su hijo, de hecho... Lo sabía desde hace tiempo, desde el cumpleaños de Tsukiku.
Cuando él le regaló el capullo de flor, ella le regaló una cajita, y en esa cajita estaba un escáner que ella misma había diseñado específicamente para él, un escáner que ya tenía escaneado a Elioth, y con las instrucciones de que se escaneara a él mismo.
En cuanto Gen se escaneó, los resultados mostraron que Elioth era, efectivamente, su hijo.
No lo sorprendió, realmente, pero... sí dolió un poco.
Elise era, en parte, la razón por la cual nunca quería compromisos en ninguna relación. Fue su primera relación seria y la única mujer de la que se enamoró, y ella de hecho lo dejó de la nada porque, según ella, no estaba hecha para el amor y quería divertirse y estar con muchos hombres, y eso también lo instó a tener su deseo de un harem con idols o demás mujeres preciosas, deseo que eventualmente cumplió al ser uno de los salvadores del mundo, pero muchas noches de diversión no quitaban la soledad al llegar a casa...
Lo único que alivio esa soledad fue el tener a Neo, aunque nunca quiso comprometerse con su madre, pero amaba mucho a su pequeño hijo de cinco años... y ahora resulta que tenía otro hijo de quince años... y con la única mujer con la que sí quiso compromisos pero lo rechazó...
La vida daba muchas vueltas, realmente.
Sin embargo, Gen no pensaba quedarse con los brazos cruzados.
Iba a aprovechar esta oportunidad de investigar a Luna para poder hablar con Elise otra vez... y así tal vez encontrar el momento oportuno para decirle que ya sabía todo, que ya no tenía caso que siguiera ocultándole la verdad sobre su hijo.
Pero primero, a trabajar~.
Fue a la mansión Ishigami, donde fue recibido por un Rei-bot al que le preguntó por el paradero de Luna y este lo llevó con sus hijos.
—Mamá está haciendo una consulta online —dijo la hija de Sai y Luna, Saira, mascando ruidosamente una goma de mascar.
—Si quieres puedo hackear su computadora a distancia para que se corte la transmisión y te dedique el tiempo a ti —dijo el hijo menor, Rey, con el rostro en blanco—. Yo hago eso todo el tiempo cuando quiero mostrarle cómo me fue en un videojuego.
—Te voy a delatar... —Saira lo miró mal.
—¡Como lo hagas yo te delataré en que le robas maquillaje!
—¡Agh, bien, pero ya no te haré galletas!
Gen los miró con una sonrisa nerviosa, preguntándose si es que así eran todos los hermanos.
"¿Así serían Neo y Elioth como hermanos?"
La verdad le hacía mucha ilusión criarlos a ambos y convivir con ambos, más porque parecía que se habían llevado bien en la fiesta de Tsukiku.
¿Y qué tal si podría incluso... recuperar su relación con Elise?...
No tenía muchas esperanzas de eso, ya que Elise no dejaba de mentirle respecto a su paternidad sobre Elioth y no se olvidaba que ella lo dejó porque prefería una vida de libertinaje y estar con muchos hombres... y podía ser que ella aún tuviera esa mentalidad.
Suspiró y se dispuso a calmar las tensiones entre los hermanos, y al cabo de unos ratos Luna salió y Gen le inventó que necesitaba hablar de un asunto serio que comprometía a las llamadas de todos en su circulo social.
Bueno, sí tenían ese problema, pero Gen no sabía mucho el respecto, solo empezó a hablar estupideces para sacar el tema de la llamada que hizo Luna durante la fiesta de cumpleaños de Umi semanas atrás.
Como era una llamada de hace más de un mes, lo normal sería que no tuviera recuerdos muy nítidos de eso, pero Gen fue cuidadoso en no ser muy obvio al respecto, ya que después de todo no tenían muchos detalles de qué tanto controlaba Kinoeda a su espía.
Por lo que sabían, bien podía tener acceso a todos los recuerdos de su infiltrado, así que si revisaba sus mentes constantemente, tenía que tomar esta conversación como si quisiera engañar al mismísimo Kinoeda.
Y... eso era muy difícil.
De hecho, Kinoeda era una de las únicas personas que podían mentirle en la cara a Gen y Gen no podría darse cuenta nunca, de ninguna forma.
Tenía una perfecta cara de póker, incluso era capaz de fingir emociones perfectamente, podía controlar sus expresiones a la perfección y sus pensamientos eran un completo enigma.
Los había engañado a todos, era el perfecto psicópata, y la verdad que Gen le tenía bastante miedo.
Por eso necesitaban a Senku. Él y Kinoeda, o Aspen, más bien, tenían una extraña relación.
Había un vinculo extraño entre Senku y Aspen, la verdad... Gen nunca fue capaz de entender del todo la relación entre ambos.
Senku detestaba a Aspen, sin duda alguna, lo veía como la mayor amenaza para su vida y para las personas que amaba, quería deshacerse de él o quizás incluso matarlo... Él sacaba lo peor de Senku, eso Gen podía verlo claramente, porque Senku actualmente tenía mucho que perder, y Aspen estaba dispuesto a quitarle todo sin el menor remordimiento.
Aspen, por su lado, era un enigma... pero parecía respetar a Senku. No obstante, Gen no tenía duda de que, en el momento en que dejara de necesitarlo para encontrar a Whyman, Aspen no dudaría en matarlo. Además, Aspen normalmente nunca se salía de sus casillas, pero una vez y solo una vez lo hizo, y eso fue la primera vez que Senku lo derrotó. Cuando creyeron haberlo matado, Aspen le gritó a Senku muchas cosas, por lo que Gen podía deducir que le tenía una envidia enfermiza, pero... algo no encajaba.
A veces le daba la impresión de que Aspen todavía trataba a Senku como si fueran amigos...
Terminó de hablar con Luna sobre el asunto de las llamadas telefónicas y no encontró nada raro en sus recuerdos difusos, ella dijo haber estado hablando con una compañera doctora de un paciente por un problema de medicamentos que no recordaba muy bien, parecía bastante normal, pero aun así Gen tomó la excusa para ir a hablar con Elise.
Cuando fue a verla, la vio hablando con Senku, enseñándole imágenes de su cerebro y de análisis que le hizo, probablemente. Senku le prestaba atención, pero parecía distraído.
Tsukiku, Saira y Elioth estaban medio espiando a lo lejos desde el segundo piso, pero corrieron apenas lo vieron notarlos allí arriba. O bueno, las chicas corrieron, Elioth se le quedó mirando un rato, antes de irse también.
Gen lo miró con nostalgia.
Quería acercarse más a él, sobre todo porque Elioth parecía interesado en tener una buena relación, pero no quería presionar y... además, también quería respuestas.
Espero a que Elise terminara su sesión con Senku y luego pidió permiso para hablar con ella sobre algo importante.
—¿Qué pasa? ¿Descubrieron algo del arma borra-mentes? —preguntó Senku.
—No, es otro asunto~. Es un tema más a discutir entre expertos en el comportamiento humano~.
—Bien, pues suerte. —Tomó unos libros y se marchó sin más, reuniéndose con Kohaku que justo llegó para recibirlo con un beso y un breve abrazo, llevándoselo luego felizmente colgada de su brazo.
Minami tenía razón... ellos se veían más felices ahora que Senku estaba amnésico.
Sin embargo, Gen quería confiar que su felicidad no sería pasajera, que esto le serviría como enseñanza una vez recuperara sus recuerdos y que podrían mejorar juntos como pareja y superar sus dificultades.
No obstante, mejor no pensar en eso ahora... quería concentrarse en su pequeña mapache anémica que rompió con él embarazada y todo y luego, al reencontrarse, siguió insistiendo en negarle la verdad sobre su hijo a pesar de que el niño no parecía odiarlo ni nada por el estilo.
Elise Coutta era un enigma para Asagiri Gen, y no podía evitar sentir que ella desafiaba sus habilidades como mentalista... y claro que no podría tolerar eso.
—Así que, Elise-chan~... ¿Cómo has estado?
Ella cruzó las manos tras la espalda, mirando desinteresadamente a una pared.
—Ocupada, el caso de Ishigami Senku es ciertamente desafiante —dijo con voz monótona.
—Me imagino~. —Le sonrió con dulzura extra azucarada, acercándose más a ella, que retrocedió de inmediato, de repente viéndolo con ese nerviosismo y anhelo típico de ella que siempre le encantó—. ¿Y qué tal todo con tu adorable hijo, eh?~ ¿Qué tal la vida de madre soltera?~ ¿Su padre te ayuda con los gastos, por lo menos? Si necesitas exigir manutención, conozco unos abogados excelentes~.
Ella carraspeó, evitando mirarlo.
—Gano bien, puedo mantener a mi hijo. Somos... felices juntos... solo él y yo. ¿Qué hay de ti? ¿Cómo has estado? —Lo miró con interés.
Gen entrecerró los ojos.
Ella parecía genuinamente interesada y hasta preocupada... y aun así, era distante.
"Siempre has sido un enigma, mi dulce Elise..."
—Bien, gracias~. También he estado algo atareado con trabajo últimamente, pero nada que no pueda manejar, ciertamente no es trabajo tan brutal como el que teníamos antes del encuentro en la Luna con los Whyman.
—¿Y qué hay de tu hijo... y su madre? —La notó más nerviosa—. Él es un niño muy lindo... y ella una mujer muy hermosa, como las que te gustan...
—Bueno, eso no lo niego~... pero mi tipo favorito de mujer tiene nombre y apellido~... —Se acercó más a ella, que abrió mucho los ojos, con su cara pálida y ojerosa adquiriendo distintos tonos de rosa—. ¿Quieres saber c...?
Se calló de pronto cuando, de la nada, se oyó un fuerte sonido y todo el suelo se tambaleó, haciéndolo tropezarse y casi caerse, pero alcanzó a estabilizarse y además alcanzó a tomar a Elise en brazos antes de que se cayera.
—¡¿Q-qué está pasando?! —gritó incrédulo, tomando la mano de Elise y corriendo junto con ella hacia la sala donde Tsukasa ya estaba dándole ordenes a numeroso Rei-bots y Reikis.
"Reikis... los reis encargados de defender la casa... ¡¿O sea que estamos bajo ataque?!"
Gen abrazó a Elise de inmediato, mirando a todas partes, buscando a Elioth con la mirada.
Normalmente se habría lamentado de estar en la mansión mientras esta estaba bajo ataque, pero ahora agradecía estar allí, porque necesitaba proteger a Elise y Elioth.
—¡Tsukasa! ¡¿Qué es lo que pasa?! —gritó al no entender nada de las ordenes que daba a los robots de ataque.
—¡Gen, tienes que correr al refugio! —le gritó en respuesta—. ¡Nos están bombardeando!
—¡¿BOMBARD...?!
—¡Tío! —Tsukiku llegó corriendo con Elioth y Saira y aparte sus amigos Misaki y Yok detrás de ella—. ¡Rápido, hay que ir al refugio! —Lo empujo para que se moviera y Elioth hizo lo mismo con Elise, aunque mucho más delicadamente que la brusca hija de Kohaku, eso sí.
Bajaron hasta el primer piso subterráneo de la casa y allí encontraron a Kohaku discutiendo con Senku.
—¡Si yo me tengo que meter a ese agujero entonces tú también! —le gritaba él.
—¡Yo debo defender la casa y a todos adentro, incluyendo nuestra hija!
—¡Tsukasa y un montón de guardias están aquí, tienes que quedarte también!
—Estoy de acuerdo —dijo Tsukasa de repente, llegando junto con Kinji, Ruchiru, Haishi y Umi—. Deberías quedarte, Kohaku.
—¡Ja, no pienso hacerlo!
—Kohaku, Kinoeda no está atacando solo —dijo Tsukasa, con gesto mortalmente serio—. Chamaleon y varios de los enemigos de Senku están con él... y están atacando desde todos los ángulos... Los escudos cubren los impactos y los reis dan batalla, pero no sabemos qué más trucos tengan... Creo que deberías quedarte cerca de tu hija en caso de que todas las demás defensas fallen...
Kohaku palideció, mirando con miedo a Tsukiku, que parecía muy preocupada.
—¿Qué tal si mandamos a Reimi? —preguntó Tsukiku finalmente—. Sé que Reimo tiene más arsenal estando en la casa, pero Reimi es una máquina indestructible, puede que tarde, pero eventualmente acabará con todos.
—No, Reimi debe protegerte —dijeron Senku y Kohaku al mismo tiempo.
—¡Puede dejarme a sus Minires! ¡A ambas, si es necesario! S-sí pasa lo peor, ellas me protegerán hasta que Reimi regrese conmigo —insistió.
Tsukasa, Senku y Kohaku intercambiaron miradas.
—Si la casa cae, sería un desastre —dijo el Dr. Xeno, llegando con la Dra. Mironi y el Dr. Gray, aparte de Sai y Luna siguiéndolos—. No hay mejor sistema de seguridad en el mundo que el de Reimo, si mostramos esa debilidad, nos pasaran por encima en un instante.
—Eso no es del todo cierto... —afirmó la Dra. Mironi—. Hay un sistema de seguridad que está muy cerca del nivel de Reimo... uno que fue recientemente mejorado con mi ayuda, de hecho.
—¿Cuál?
—Del joven Dr. Tek, ¿verdad? —dedujo Xeno.
—Ah, ¿ese chiquillo que tenía una androide llamada Katana y que nos dio hospedaje luego de pasar días perdidos en el bosque? —Recordó Senku—. La última vez casi nos matan ahí.
—Ha mejorado mucho su arsenal... y quizás sería mejor enviar a los niños allá... —propuso la Dra. Mironi, horrorizando un poco a Kohaku.
—No creo que sea buena idea que los trasladen ahora, ¡menos si son solo ellos!
—¡Tenemos los túneles subterráneos! —exclamó DJ, el experto en ingeniería y nanobots, bajando a toda velocidad por las escaleras—. No hay forma de que los detecten si van por ese medio, aunque solo llega hasta mitad del camino, luego el niño Tek deberá recogerlos y llevarlos el resto del camino.
—No, no me gusta, no creo que deban alejarse. —Kohaku negó con la cabeza.
—Si dejamos a Reimi aquí y yo me voy solo con las Minires, no hay forma de que Kinoeda crea que me fui lejos de Reimi —insistió Tsukiku—. Concentrará todo su poder aquí, ¡s-seguro que está cerca! Si Reimi se queda, ¡podría finalmente acabar con él!
—Lo dudo, Kinoeda se iría en cuanto vea que las cosas se vuelven desfavorables para él —dedujo Gen.
—¡Pero es una buena oportunidad! —insistió Tsukiku, y entonces el suelo volvió a retumbar con el impacto de otra bomba que cayó demasiado cerca.
—No sé cuánto más puedan resistir los escudos... —murmuró Tsukasa, lleno de frustración.
Kohaku miró llena de miedo a Tsukiku, y luego volteó a ver a todos los niños y adolescentes que justo ese día y a esa hora se habían reunido en la casa.
—E-está bien, creo... creo que debemos mandar a los niños lejos... pero no estoy de acuerdo en que Reimi se aleje de Tsukiku... no quiero arriesgar a mi niña.
—Pero si Reimi no sale a pelear, podrían estar abiertos a la posibilidad de que la mandamos lejos —afirmó Senku con frustración evidente por no ser de mucha ayuda.
—Si me permite... —Reimi salió volando fuera del bolsito en la cintura de Tsukiku—. Puedo disfrazar a las Minires para aparentar ser yo... Si las fusiono a ambas y les prestó un poco de mi arsenal, tendrán un buen nivel de poder destructivo, no será lo mismo, pero podría engañar al enemigo el tiempo suficiente.
—¿No te dejaría más vulnerable? —preguntó Haishi.
—No de forma significativa.
Otra bomba volvió a hacer retumbar el suelo.
—Háganlo —decidió Kohaku finalmente—. Llévenla lejos de aquí, confió en que Tek la podrá proteger. Llévense a todos los niños, el túnel es lo suficientemente grande para el vehículo de diez personas.
—E-esperen, yo puedo quedarme a pelar. —Haishi intentó protestar.
—No, tu deber es cuidar a Tsukiku —ordenó Tsukasa con voz severa—. Y también... promete cuidar a los demás... y a ti mismo. —Acto seguido, se marchó escaleras arriba para monitorear el progreso del enfrentamiento, de seguro.
—Quizás deberías ir con ellos, Elise —susurró Gen a su ex, que negó con la cabeza.
—Me basta con que mi hijo esté bien... ellos ya son diez, no quiero sobrepasar la capacidad del vehículo —aseguró y luego abrazó a su hijo.
Gen se sintió muy asustado por la situación, pero estaba aliviado de que Elioth estaría bien... ahora solo quedaba cuidar de Elise.
Misaki:
—¡Rápido, vengan por aquí! —El científico llamado DJ los guio hacia los túneles que comunicaban con puntos estratégicos de escape, y rápidamente los subieron a todos al vehículo de mayor capacidad, que era el de diez personas.
Tsukiku recibió fuertes y grandes abrazos de parte de sus padres, que parecían no querer dejarla ir, pero tuvieron que hacerlo cuando el impacto de bombas cercanas siguió haciendo retumbar el suelo.
—Ya me comuniqué con el joven Dr. Tek —dijo la Dra. Mironi—. Los estará esperando directo en la salida, con un gran pero discreto arsenal. El objetivo de esto es que pasen desapercibidos y estén lejos y a salvo en lo que controlamos la situación.
—Confió en Tek —se repitió Kohaku, aunque se notaba nerviosa—. Cuídense mucho.
Tan buena como era ella, también abrazó a Misaki y a Yok, antes de abrazar a Tsukiku una vez más y subirlos al vehículo.
Haishi y Umi fueron los siguientes en subirse, colocándose ambos cerca de Tsukiku, viéndose muy determinados a cuidarla. Kinji abrazó a Senku y Kohaku (un poco en contra de la voluntad de Senku) y prometió cuidar a todos antes de subir también. Sai y Luna abrazaron a sus hijos Rey y Saira y los hicieron subir también.
Ruchiru intentó insistir en que él era un científico y podría ayudar, pero Kohaku lo abrazó y le dijo que no pensaba arriesgar a su preciado sobrino y luego lo hizo subirse también.
La señora Elise abrazó a Elioth largó rato, antes de instarlo a subir al vehículo, completando los diez pasajeros.
Misaki notó en los ojos de Gen lo mucho que quería abrazar a Elioth también y quizás decirle algo, pero finalmente se contuvo.
Tsukiku ya le había dicho que ella fue la que le dio la prueba de que Elioth era realmente su hijo, así que esto debía ser realmente duro para él. Admiraba mucho su templanza.
Ella ahora mismo estaba demasiado nerviosa... había ido a casa de Tsukiku arrastrando a Yok porque no dejaba de escuchar mucha presión y cosas feas en la televisión, así que quiso ir a mostrar su apoyo, pero acabó metida en esa situación...
Solo esperaba que de verdad todo estuviera bien.
—¡Ok, aquí una rápida instrucción de uso! —DJ asomó la cabeza por la puerta, señalando a un panel en el extremo del vehículo—. ¡Primero, cinturones! —Todos se abrocharon rápidamente.
—¡Segundo! ¿Ven ese gran botón rojo de ahí protegido por un cristal? ¡No lo presionen por nada en el mundo! Corta la energía y detiene el vehículo, y luego para reanudar el viaje tienen que seguir todo un protocolo en un manual que está por ahí arriba en las compuertas. —Les señaló dichas compuertas—. Allí también hay algunas provisiones de emergencia, pero no las necesitaran.
—Todo lo que deben hacer es presionar el gran botón verde de allá que los llevará de forma automática a su destino y también se detendrá de forma automática. Fácil, ¿no?
—Ya sé cómo se usa esta cosa, pero gracias. —Tsukiku bufó, antes de mirar con tristeza a sus padres—. Estaremos bien... Cuídense mucho. —Acto seguido, cerró la puerta y apretó el botón verde.
El vehículo salió disparado a gran velocidad, como una especie de tren bala en miniatura.
La oscuridad subterránea que se notaba por las ventanas era algo aterradora, y las luces tenues del pequeño vehículo no ayudaban mucho.
Iban tan rápido que Misaki se comenzó a sentir algo mareada y se abrazó a Tsukiku, apenas abriendo un ojo, viendo que la mayoría tenía los ojos cerrados por reflejo ante lo rápido que estaban viajando.
Entonces... de repente, oyó movimiento, cristal rompiéndose, y el vehículo se detuvo, con la tenue luz apagándose por completo, dejándolos en completa y aterradora oscuridad.
Gritó aterrada, abrazándose más a Tsukiku, y pudo escuchar los gritos de Saira y Elioth también.
—¡¿Qué está pasando?!
—¡¿Por qué nos detuvimos?!
—¡¿Por qué ya no hay luces?! ¡No veo nada!
—¡Cállense, no entren en pánico! —Tsukiku la apartó con delicadeza y sacó su celular, iluminando rápidamente esa horrible oscuridad tan profunda. Luego, apuntó la luz de su celular a los botones del vehículo.
Misaki jadeó.
—Está...
—Sí. —Pudo notar la expresión de Tsukiku llenarse de amargura—. Alguien presionó el botón.
Todos se quedaron en silencio.
—Pero... —Umi negó con la cabeza—. ¿Quién podría haberlo hecho?...
—Dices que... —Haishi entrecerró los ojos—. ¿El infiltrado que tanto hemos buscado... está entre nosotros?
Tsukiku lo miró con ambas cejas arqueadas, antes de suspirar y negar con la cabeza.
—Yo no dije nada... pudo haber sido un fallo... como sea, será mejor que reactive esta cosa. —Se acercó a una pequeña compuerta y la abrió, mostrando una pequeña computadora.
—¿No necesitas el manual? —preguntó Yok.
—¡Ja, no! Como dije, ya sabía desde antes cómo funcionan estas cosas, mi padre es paranoico, practicamos un escape varias veces... puedo hacer esto con los ojos cerrados.
Todo empezó a calmarse una vez más, pero... después de unos minutos, Tsukiku empezó a gruñir de rabia.
—Algo está mal... ¡Esta estúpida cosa no está respondiendo!
—¡¿Q-qué dices?! —gritó Kinji con nerviosismo.
—A ver, déjame a mí. —Ruchiru intentó solucionarlo, pero tampoco lo logró.
—¡Sigo yo, soy experto en computadoras! —Rey fue el siguiente en probar, pero... luego de unos minutos, tampoco pudo—. Mmm... Esta cosa fue saboteada intencionalmente por una especie de pulso electromagnético de baja intensidad... Es posible que se corrija solo eventualmente, pero... no parece que vaya a ser pronto.
—¿Y entonces qué, nos quedamos atrapados aquí en esta oscuridad? —Saira parecía a punto de desmayarse.
—No, hay varios puntos de salida —murmuró Tsukiku con voz cansada—. Desgraciadamente no podemos llamar a nuestros padres, porque todavía no tenemos una línea segura... Habrá que salir y buscar unas escaleras...
—¡¿Salir en esa oscuridad horrible?! —Misaki se estremeció, pero pronto tragó saliva y apretó los puños con determinación—. E-está bien, si es necesario... yo lo haré.
—No creo que sea necesario que salgamos todos —dijo Yok—. La mayoría debería quedarse, y los más fuertes debemos salir y empujar el vehículo.
—Hmm, lo dijiste como si te incluyeras en la categoría de los "más fuertes", niñito —masculló Haishi con sequedad.
—Cállate y salgamos a empujar.
Haishi, Kinji, Yok y Elioth salieron para empujar el vehículo (Elioth salió más que nada a ser el que buscara las escaleras con la linterna), y los demás permanecieron dentro.
Misaki abrazó con fuerza el brazo de Tsukiku.
—Oye... ¿Realmente crees que pudo ser un fallo? —preguntó en un susurro, aunque sabía que Umi probablemente la escuchaba.
Tsukiku se quedó en silencio un largo rato.
—Sí... pudo ser... —Sin embargo, no se escuchaba convencida.
Misaki tragó saliva.
—Una vez me dijiste... que el infiltrado no podría saber si es el infiltrado... que sus recuerdos pueden ser reemplazados por otros...
—Eso dije... sí.
—Eso significa que... ¿Incluso yo podría ser la infiltrada?
Oyó a Tsukiku suspirar profundamente.
Casi no la veía, porque Saira era la única que tenía linterna ahora y no dejaba de jugar a hacer sombras con su hermano, pero podía imaginar la expresión de cansancio que tenía Tsukiku ahora mismo.
—No, Misaki, no creo que puedas ser tú... no creo que sea ninguno de nosotros... pero... tampoco puedo descartarlo del todo... pero en verdad no lo creo posible. No... No tendría sentido...
—¿No crees... o no quieres creerlo?
Una vez más, Tsukiku permaneció callada largo rato.
—No quiero creerlo... —susurró finalmente, y Misaki ya no supo qué pensar.
Continuará...
Holaaaa :D
Todavía se acuerdan de este fic? TwT
Lo siento muchoooooooo por el hiatus :'c
Este cap es una comisión de mi querida y maravillosa Paula Maxine! Todas las gracias para ella!
Ojala te haya gustado y muchas gracias por tu apoyo! :'D
Y ojala q les haya gustado a todos! Se vienen algunas revelaciones en proximos capitulos ;D
Muchas gracias por su paciencia si es q siguen esperando este fic x'D Y prometo actualizar muy prontito!
No olviden q se les ama y me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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