Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

RAZÓN TRECE

|.Decepcionado.|

'''''

Ya quiero volver a ver a Obanai, lamentablemente eso tuvo que posponerse por mi propia mediocridad.

En definitiva no fue una noche que se tenga que llamar difícil, en realidad fue tranquila y la cantidad de Demonios aparecidos fue considerablemente más baja de lo habitual pero aún así logré salir lastimado. Un corte profundo en el brazo siendo ocasionado por un ataque sorpresa. He de admitir que no tenía una concentración debida, me encontraba pensando en cosas mucho más importantes, cosas que aún sigo pensando hasta este momento.

Entre tantas cosas la más resaltante es Obanai y lo nuestro. Jamás había llegado a considerar que podría tener a alguien conmigo, que pueda amarme y se me tenga permitido poder amarlo las veces que yo quiera, ha decir verdad me esperaba pasar mis días solo hasta que llegue el tan deseoso momento donde un Demonio me asesine por mi debilidad.

Sin embargo, eso era antes. Me siento cálido y feliz por primera vez en mucho tiempo por poder pensar en Obanai como un cercano, con él tengo una razón para seguir haciéndome más fuerte y seguir luchando contra este mundo. Él logra hacer que no piense tanto en mí, que toda mi atención se vaya a él y las palabras que me dice cuando estoy deprimido. No es el mejor hablando, pero hace el intento, se nota que se esfuerza por mí y eso me hace pensar que tal vez yo valga un poco ese esfuerzo.

Obanai me hace pensar que tal vez deba esforzarme más en mí en lugar de compadecerme tanto y de encerrarme en mi propia desgracia, gracias a ese pensamiento pude hacerme más cercano con Tanjiro. Hablar con él me ha ayudado a sentirme mejor, incluso su hermana a pesar de ser un demonio, me demuestra un gran aprecio y me hace pensar que no me equivoqué por haberla dejado vivir.

A veces durante las noches me acerco a ellos para ver si quieren hablarme, disfruto de la personalidad tan amable de Tanjiro y la cercanía silenciosa de su hermana. Alguna veces me distraigo tanto con las anécdotas de Kamado y su ardiente expresividad que no me doy cuenta que Nezuko se ha escapado de su caja y se pone a jugar con mi cabello haciéndome peinados.

Llegué a considerar que son importantes para mí, quisiera tener lo suficiente para protegerlos.

Aún así, siento algo de frustración con Tanjiro.

Hace unas semanas, tras haber muerto Rengoku, yo aproveché el tiempo que estuve vetado de la Finca Mariposa para conversar con Kamado, me contó que se hizo discípulo de Rengoku y que está aprendiendo otra respiración. Me enoja que este dejando de usar la respiración del Agua, puedo comprender que su cuerpo no pueda adaptarse pero que su enorme talento se vaya en una respiración nueva me hace creer que jamás podré salir de el puesto que usurpe.

No quiero obligarlo a que siga luchando con una respiración que no puede dominar, es egoísta, lo pondría en un gran aprieto al romper su katana por mal manejo, aún así no quiere decir que no me haya quejado un poco con él.

Se lo tomó bien y me señaló que seguirá usando la respiración del Agua, pues aún no maneja la "Respiración Solar" o algo así habia dicho . Jamás había escuchado de ella, fuera de mi egoísmo me alegra saber que ha estado creando su propia respiración.

El amor de Tanjiro hacia su hermana lo ha impulsado a hacer muchas cosas para salvarla, se ha hecho más fuerte y en vez de llorar por sus desgracias se impone ante el peligro y es capaz de hacer hasta lo imposible por ella. Nezuko también hace lo mismo por su hermano, ambos son un buen equipo. Admito que me da algo de envidia.

Sigo despreocupadamente a Kanzaburo quien fue el encargado de hacerme cambiar de opinión sobre la herida de mi brazo. Quiero volver con Obanai lo antes posible pero él se ha enfocado en que vaya a la Finca Mariposa para ser atendido, Kanzaburo dijo que posiblemente se necesite coser. No tuve mayor remedio que obedecer, no me gustaría que mi cuervo estando tan anciano se preocupe por mi tonta terquedad.

Tal vez aproveche para conversar un poco con Tanjiro, lo he visto decaído por Rengoku. Fue una perdida devastadora, algunos kakushi y cazadores también se han visto deprimidos. Me siento arrepentido de no haber sido capaz de seguirle una conversación.

Bajo la mirada a mi haori y veo que está un poco roto, arrugue las cejas en rechazo. Cuando llegue a la Finca Mariposa voy a enfocarme en coserlo, posiblemente algunos de los cuidadores quieran ayudar pero no me sentiría cómodo que trabajen más por mi culpa. Lo coseré yo mismo.

Llego a la Finca Mariposa y apenas está saliendo el sol, es un lindo amanecer. Me quedé mirando unos segundos más al alba hasta que decidí entrar al lugar, observé a mis alrededores cuidando de no hacer algún ruido que pueda despertar a algún internado. Estoy buscando a cualquier persona en este momento, preferiblemente a Kochō o la otra niña de coletas, creo que su nombre era Aoi.

No me apresuro adecuadamente en mi búsqueda, aún con el dolor no lo considero tan grave como dice Kanzaburo, tal vez por la enorme cantidad de lesiones en el pasado donde casi he muerto. Esto, sin querer sonar presumido, es solo un pequeño rasguño.

Mientras paso un par de habitaciones revisando las de puertas abiertas en busca de alguna pista no soy capaz de notar la presencia de los cuidadores, vuelvo a alzar la vista en busca de Kanzaburo pero olvidé que se había quedado a fuera. A Kochō no le gustan los animales peludos o con plumas dentro de sus recintos. Dice que son sucios y pueden darles alergias a los pacientes.

Cuando cruce un pasillo para buscar más al fondo tuve un susto con alguien cubierto de sábanas. Di un brinco para atrás alertando al cuidador.

—O-oh, ¡lo siento mucho!— Pude reconocer su voz como el hermano pequeño de Rengoku, también siendo a palabras del menor hermano de Obanai. Había escuchado que se criaron unos años juntos, he de admitir que no he tenido el valor de preguntarle a ninguno la razón.

Ya había hablado con él el tiempo que Obanai estuvo en reposo, meramente motivado por el deseo de causar una buena impresión, impresión que fue mínimamente arruinada cuando se enteró de los rumores.

Se me es complicado terminar de abrirme y reaccionar rápido a lo que voy a decir. Me toma un par de segundos más de lo esperado en alguien normal responder. Aun así Senjurou parece no notarlo al estar ocupado en quitarse aquellas telas blancas de encima.

—Esta bien, me encontraba muy distraído.— Dije y pude ver cómo de inmediato el joven se quitó las sábanas y me miró enseguida, sonriendo sutilmente con ojos cerrados como si fuéramos cercanos, de alguna manera.

—Tomioka, un gusto volver a verte, ¿Necesitas...?— Su voz se congela al verme sujetar torpemente mi brazo, mi haori tenía sangre aunque la cantidad sea exagerada para lo que de verdad fue ese corte.— ¡Déjame ayudarte, ven!

Volvió a ponerse las sábanas encima para tener una mano libre y jalarme del haori hasta alguna otra parte. Me parece sorprendente la manera en la que aún puede ver con sus ojos siendo tapados, tal vez ya se acostumbró al espacio y puede saber dónde queda cada habitación sin la necesidad de ver.

No pude evitar sentir un destello de culpa en el interior de mi pecho, Senjurou estaba, probablemente, cambiando las sábanas de las camas y tiene que posponer aquello por mi torpeza. Logré hacer una pequeña mueca en mi cara llena de inconformidad por mi situación.

Llegué a una de esas habitaciones donde Kochō conserva materiales médicos, todo es blanco y espacioso y los olores a medicamentos junto a hierbas medicinales llegaron a mi nariz la cual se arrugó, era algo desagradable. Me hizo extrañar el aroma corporal de Obanai, era suave y algo dulce.

—Sientate ahí, por favor.— Señaló a una camilla cuando volvió a quitarse las sábanas, está vez las dejó a un lado mientras caminaba a otra parte en busca de lo que supuse era lo que usaría.

Yo fuí a sentarme obedientemente, mire el alrededor una vez más y una pequeña duda apareció en mi mente, ¿Dónde estaban los demás cuidadores? Acto seguido, volví a mirar al jovencito Rengoku con extrañeza preguntándome si es él quien me va a coser.

No es por menospreciar su esfuerzo, pero a penas tiene un par de semanas y siempre lo he visto haciendo un trabajo de limpieza, ¿Sabe atender heridas? De ser así, es admirable que haya aprendido tan rápido.

—La señorita Kochō partió anoche a una misión, avisó que vendría al atardecer.— Dijo el rubio mientras se sentaba en una silla a lado de la camilla y acomodaba las cosas.— ¿P-puedes desnudar la zona?— Una leve vacilación a la petición, de inmediato me percate de su falta de experiencia atendiendo a pacientes heridos.

Aún así me quite el haori con cuidado y el resto del uniforme superior.

—¿Tienes conocimientos sobre esto, verdad?— Pregunté dejando la ropa a un lado y extendiendo el brazo, si la respuesta es negativa no me sentiría cómodo en ser parte de sus primeras experiencias.

—Desde luego.— Aseguró.— Yo atendí las primeras heridas de Kyojirou cuando comenzó como cazador y-y también ayudé a cuidar a Obanai cuando él...— De forma imprevista él se quedo callado. Me miró sutilmente con las cejas arrugadas, pareciera como si recordara algo que le molestara.— ¿Cómo sigue Obanai?

No le ví sentido a su cambio de actitud, pero no pregunte nada. Me límite a responder.

—Esta bien.— Evite la mirada del niño y después sentí las curvas de mis labios extenderse.— Ayer antes de irme a patrullar ví que un kakushi lo estaba ayudando con su entrenamiento.— Respondí recordando vagamente al ocultó por la rapidez en la que Iguro me despidió, debió haber sido la vergüenza de tener a una tercera persona presente.

—¿No te dijo nada más?— Volvió a preguntar y yo ladee la cabeza.— ¿No mencionó a Tanjiro ni nada por el estilo?

Hice un gesto como si quisiera recordar algo más de ayer pero no fue nada, lo único que ví es que Obanai tenía un humor de perros pero siempre está así cuando hay personas al rededor.

—No dijo nada sobre él...— Respondí confundido, ¿Que tenía que ver Obanai con Tanjiro? Desde aquella vez en la reunión Iguro no se le ha acercado.— ¿Por qué? ¿Pasó algo?

Senjurou tomo mi brazo y prosiguió a limpiar la herida con cuidado, ignorando mi pregunta unos segundos mientras parecía pensar sobre qué responder.

—Nada importante, mi hermano actuando como... Como siempre.— Negó con la cabeza lleno de molestia para después dejar aquella expresión de lado y sonreír.

La respuesta me dejó un rato pensando pero no llegué a nada, evitando mirar mi brazo ví el resto de la habitación con detenimiento. La mayoría del tiempo cuando algo de esto me sucede es Kochō quien me atiende y debo decir que se siente extraño ser atendido por otra persona. Las manos de Senjurou se sienten diferentes a las de Kochō. Uno es más amable y cuidadoso, tarda mucho más para hacer un trabajo correcto mientras que la otra hace un trabajo rápido y eficiente, más profesional.

—¿Dón... Dónde están los demás cuidadores?— Pregunté sin mirarlo directamente, mi intención es sentirme alguien cercano a él pues Senjurou actúa cercano conmigo.

—Los Kakushi en este momento están preparando el desayuno, han habido muchos heridos y se necesitan más manos que de costumbre.— Sentí un pequeño pinchazo ante esa respuesta, evite mirar qué me estaba haciendo.— Aoi esta lavando las ropas sucias y las niñas limpian habitaciones.

Con esa explicación me sentí satisfecho y volvimos al silencio, no sabía con exactitud sobre qué podría preguntar en este momento y Senjurou se encuentra demasiado concentrado como para hablar.

Decidí guardar silencio mientras pensaba en Obanai, el cual ha sido mi pensamiento favorito desde hace días. Siempre me pone de buen humor recordar cualquier cosa pequeña que él ha hecho, entre ellas los besos tan apasionados que me da cada vez que tiene alguna oportunidad y su orgullo no se encuentra tan presente.

También pensé algo pequeño, desde que Obanai salió de la Sede Mariposa no he vuelto a mi Finca, mi día se resume en estar con él mientras espero mi siguiente misión. Debería volver a mis anteriores actividades pero pienso y recuerdo mis actividades de antes y todas se resumían en sentarme en un rincón de mi habitación y meditar mis pésimas decisiones, o entrenar. Debería entrenar junto a Obanai.

Volví a pensar en Tanjiro por un segundo, él en este momento está en su entrenamiento de recuperación, ¿Podría planear unos entrenamientos para ambos? Obviamente sin llevar a Nezuko, pero sería un buen comienzo para que ambos se lleven bien y no se repita una situación violenta como en la reunión.

—¿Tanjiro está en condiciones para un entrenamiento más duro?— Volví a preguntar.

—Médicamente no, su herida no ha sanado del todo pero es Tanjiro. Cualquier entrenamiento que haya, por más difícil que sea, buscará la manera de completarlo.— Lo ví pararse del banco y fue hasta unas repisas. Le di un vistazo a mi brazo y me sorprendió ver qué ya estaba cosido. Tiene buenas manos.—  ¿Vas a darle un entrenamiento especial? Eso ayudaría mucho a Tanjiro a levantar sus animos.

—Algo así, podría juntar su entrenamiento con el de Obanai y-.

—No creo que sea buena idea.— Me interrumpió y volvió hasta mí con unas vendas entre manos, volvió a tomar mi brazo y lo envolvió en vendajes. Sus palabras tajantes me dejaron callado. Sé que puede sonar mala idea pero puede ser un buen comienzo, creo.— Oh, lo siento.— Se disculpo de la nada.— No debo meterme en eso, pero considero que es mejor que lo converses con Obanai y Tanjiro primero. Ellos deben resolver sus asuntos antes de cualquier otra interacción.

—¿A qué te refieres? ¿Sucedió algo?

—Preguntale tú mismo a Tanjiro antes de irte.— Se limpió el poco de sangre en un pañuelo blanco y después alzó las manos en señal de ya haber terminado.— Listo, puedes vestirte.

Quise preguntar sobre a qué se refería pero justo en este momento algún cazador estaba llamando a algún cuidador y me dejó solo lleno de preguntas. No era secreto para nadie que Obanai "detestaba" a Tanjiro, pero no me tome el tiempo jamás de preguntarle. Es por eso que decidí obedecer a Senjurou y me vestí con el mismo uniforme, ignorando que se encontrara sucio pues más tarde lo cambiaré por otro.

Sali del cuarto con mi haori en mis manos incapaz de ponermelo en tal estado, y fuí en busca de la habitación de Kamado con tranquilidad. Sospechando algunos pequeños encuentros no fructíferos entre Iguro y Tanjiro cuando no se me permitía la entrada.

La puerta de la habitación ya estaba abierta y desde antes de verla ya se podían escuchar las voces de Tanjiro y sus amigos conversando entre si. Se vieron interrumpidos con mi presencia y todos se quedaron callados.

—¡Ey, eres tú!— El primero que habló fue el de máscara de jabalí, nunca puedo grabarme su nombre pero por alguna razón siempre quiere pelear conmigo.— ¡¿Qué haces en los aposentos del Gran Inosuke?! ¡Si no te sales te daré una paliza!

—¡Jabalí estúpido, no le faltes el respeto! ¡¿No ves que es un Pilar?!

—¿Y a mí qué me importa su puesto, Monitsu? ¡Nunca me ha ganado en una pelea! Es igual de debilucho ante mí que... ¡Que tú, por ejemplo!— Cuando terminó de decir eso le lanzó una almohada a la cara pero Monitsu se recuperó del ataque rápidamente.

—¡Siempre tienes que ser un salvaje!

—¡Ya me enfadaste!

¿Cómo pueden estar llenos de energía tan temprano?

Me sorprende la enorme paciencia que tiene Tanjiro para soportar estar rodeado de ellos.

Quedé aturdido por los gritos e hice una pequeña mueca de molestia, no me agradaban las personas con tendencias ruidosas. Me resultan bastantes molestas. Aún así los ignore mientras seguían discutiendo entre si, el de la máscara se había olvidado de mi presencia y se puso a pelear con el rubio a un lado de la cama. Monitsu no hacía mayor cosa que no sea insultarlo y pedir ayuda a Kamado, pero él se veía bastante decaído.

Pase silenciosamente entre los amigos de Tanjiro y me acerqué a él, me senté en un banco a lado de su cama y lo saludé con la mano, no sabiendo muy bien como comenzar la conversación pero hice mi mayor esfuerzo.

—Hola.— Saludé, a pesar de que mi voz fue opacada por el grito del amigo rubio de Tanjiro sé que me escuchó.

Tanjiro pareció dudar antes de hablar, los ojos rojizos miraron con indecisión y después se acomodó mejor sentándose a un lado de la cama.

—Hola.— Pude ver cómo abrió sus labios en busca de preguntar algo pero de inmediatamente se quedó callado.

Preguntarle sobre lo que sea que hay entre Obanai y él será muy difícil, a penas y puedo saludarlo correctamente sin agobiarme con sus compañeros peleándose a solo un metro de distancia. Tanto Tanjiro como yo nos quedamos mirando la lucha unos segundos antes de que el menor hablara.

—Giyū, hueles a preocupación.— Como siempre la nariz de Tanjiro parecía poder adivinar mis estados de ánimo. Parecía un perro con el olfato tan desarrollado.— ¿Qué sucede? Nunca vienes tan temprano.

Es una buena manera de intentar preguntar.

—Tú... ¿Tienes un problema con Obanai?— Pregunté con algo de incertidumbre, sinceramente no sé que me pueda esperar.

Sé del problema inicial pero Tanjiro parece no guardarle rencores a las personas, no lo hizo con Rengoku a pesar de él estar en un principio de acuerdo con matarlo a él y a Nezuko, Obanai no hizo gran cosa en esa reunión que no sea retenerlo de una manera sutil.

Kamado se muerde el labio, evita mirarme un segundo y con una mano rascando la parte trasera de su cabeza parece pensar. Puedo esperar pacientemente para que se digne a contestar, no tengo mayor prisa. No me percató cuando los amigos de Tanjiro dejaron de pelearse pues a mis oídos pasaron a ser un simple ruido blanco de fondo.

—No hubo gran problema, Giyū. Una pe-pequeña diferencia.— Jure ver una mueca en el rostro de Tanjiro como si algo le impidiera hablar, pero después volvió a su cara habitual y por lo tanto no ví el caso de volver preguntar si estaba seguro.

—Oh, imaginé que era algo más grave.— Dije satisfecho, me alegra saber que no haya sido nada tan grave.— Es que pensé que-.

—¡En realidad si fue muy grave, Señor Tomioka!— Se metió Monitsu de la nada. Con anterioridad también habia hecho lo mismo pero con conversaciones donde Nezuko estaba comprometida.

Tanjiro dijo que simplemente tiene buen oído.

Yo pienso que es un poco chismoso.

—Zenitsu, no te r-recomiendo que-.

—¡No, Tanjiro!— Dice el rubio con decisión colocando una pose de "madurez" con los brazos cruzados y una sonrisa ladina en el rostro. No sé porque actúa como si estuviera en algún libro infantil.— ¡Ese hombre te trató muy mal el día de ayer!

—Ze-Zenitsu...

Inmediatamente mi nariz se arrugó estando intrigado y algo escéptico a las palabras de Monitsu, (¿O era Zenitsu?). Mire a Tanjiro con insistencia esperando una respuesta de él.

Quisiera que fuera negativo y que dijera que simplemente es su amigo exagerando todo, pero la falta de una respuesta a las acusaciones del rubio me hicieron pensar que probablemente si haya sucedido algo malo.

—¿Tanjiro?— Pregunté esperando una respuesta.

—Fue solo una diferencia entre ambos, Giyū.— Repitió moviendo la mano y dandole una señal al rubio para que se quedara callado, este hizo caso después de un rato.— No me pareció bien algo que hacía y me metí, le falte el respeto como superior y él... Tú más que nadie debes saber cómo es cuando le llevan la contraria.

Me quedé procesando, sin duda es algo perfectamente posible si solo se es escuchado desde arriba pero de alguna manera necesito saber exactamente qué se dijeron, me gustaría hacer que Tanjiro y Obanai se lleven bien. No me gusta la idea de que Iguro ponga mala cara cuando le comente de él sin querer.

A decir verdad me esperaba cualquier cosa, reconozco que fuera de un pequeño grupo Obanai era alguien cruel pues en un principio yo era el blanco de sus críticas.

Aún así me sentí por primera vez en mucho tiempo decepcionado cuando mis preguntas fueron contestadas.

'''''

Capitulo nomás para tener perspectiva de Tomioka, a veces me aburro de escribir desde el punto de vista de Obanai.

Pero bueno, espero que les haya gustado. Los quiero <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro