Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

RAZÓN NUEVE.


•|.Infantil.|•

'''''

Puedo escuchar como personas gritan a mi al rededor pero no puedo reconocer las voces. Me siento muy cansado como para abrir los ojos o hacer algún movimiento de defensa, tampoco puedo sentir mi katana cerca, no puedo hacer nada en estos momentos, solo puedo sentir como mi cuerpo se desvanece. Siento que debajo de mí está húmedo y caliente, estoy lleno de mi propia sangre, no me habia sentido tan patetico en mucho tiempo.

Hay algo que me duele en mi corazón, estaba en medio de algo importante, ¿qué era? siento que mis recuerdos se van desvaneciendo al igual que la poca conciencia que me queda, no sé si reírme o llorar en estos momentos, ¿de veras moriré de una forma tan patética? no he hecho nada, no he purificado los pecados de mi familia, no le he agradecido lo suficiente a los Rengoku, nada de lo que comencé lo termine en realidad. Solo moriré de una forma muy patética y sola, sin si quiera recordar como fue que llegué a esta posición en primer lugar.

Escuché pasos acercándose a mí, eran muchos y los siento correr de un lado a otro mientras hablan de cosas que no entiendo en su totalidad.

—¡Pilar herido!

—¡Apúrense...!

—¡No podemos perder a otro!

¿A otro? ¿A qué se refiere? No lo sé, pero mis fuerzas no son suficientes para librarme de la persona que me levanta del suelo, es suave y siento su aliento cerca de mi cara, una pequeña gota caliente cae en mi nariz después de un sollozo.

—Obanai, tú aguanta un poco ¿sí?— Su voz era reconfortante y muy reconocida, ¿Tomioka...? No, le puedo decir Giyū.— Yo te mantendré seguro.

Y como una enorme bomba cayendo sobre mí, todos mis recuerdos fueron devueltos a su posición. Sin embargo no pude decir algo, solo quedé dormido en sus brazos sin entender nada de lo que sucedió, pero siento una enorme felicidad de saber que no estaba muerto.

.......

La sensación reconfortante de estar en una cómoda cama fue lo primero que sentí al despertar, abrí mis ojos con mucha pesadez quejándome del sol que quemaba mis retinas. Solté un pequeño quejido cuando quise sentarme. Con mucha dificultad junto a un dolor pequeño pero agudo por fin pude estar más conciente de mi al rededor. Un poco doloroso pude terminar de abrir los ojos sorprendiendome de estar en la finca mariposa, mire mi cuerpo y tenía esa ropa blanca que le ponen a los cazadores débiles cuando salen muy heridos de una misión.

No me habían herido tan gravemente desde hace mucho tiempo, a este punto soy igual de inepto que los demás cazadores de la cofradía. Por mis propias heridas graves recordé por un destello a Giyū, todos los momentos de él estando en el suelo muerto me saltaron encima atacando y perforando lo más profundo de mi corazón, no pude evitar llorar otra vez. Debido a este dolor y preocupación fue que tuve esa enorme necesidad de saber qué paso, poniendo los pies sobre el helado suelo antes de levantarme de la cama. Mi abdomen y la parte baja de mi espalda me dolió, tuve que sostenerme de la pared un momento mientras agarraba aire muy cansado.

No me había dado cuenta que no había vuelto a usar la respiración de concentración total, si bien mi dolor aumento considerablemente junto a una presión en el pecho igual comencé a practicarla, unas pequeñas heridas no me haran retroceder de esa manera.

De forma lenta pude soltarme de la pared y caminar despacio, dirigiendome a la puerta buscando a alguien para que me cuente qué pasó. Resbalando los pies estuve a punto de tomar el pómulo de la puerta pero está fue abierta por alguien más, por reflejo me aleje rápido aguantando el dolor.

—¡Obanai!— La voz era de Senjuro, llevaba en sus manos lo que parecía ser un pequeño almuerzo.

—Se-Senjurou, ¿qué haces aquí?— Pregunté un poco perplejo, se supone que no debería estar en este lugar.

Él no contesto, dejo la bolsa en la mesa que estaba a un lado antes de acercarse y abrazarme sin un previo aviso. Y si bien el dolor que sentí fue mucho, no tuve la necesidad de quitarmelo de encima, después de todo yo también necesitaba uno de sus abrazos.

—¡Estaba preocupado, no quería que murieras!— Esa exclamación fue muy impropia de Senjurou, él siempre procura estar un poco más calmado.— Tenía miedo, no me quiero quedar solo.

Por supuesto, Senjurou todavía estaba muy tocado por el tema de Kyojirou, a decir verdad yo también lo estoy. Lleve mis manos a su espalda completando el abrazo mientras le daba pequeños susurros de ánimo.

—Yo estoy bien, no fue para tanto.— Dije, él de inmediato se separo y me miro un poco enojado con lagrimas aún en los ojos.— ¿Qué...-?

—¿No fue para tanto?— Preguntó en voz baja interrumpiendo.— ¡La señorita Kochō dijo que casi te mueres!

Volvió a enterrar su rostro en mi hombro llorando, había pasado varios meses desde la última vez que lo ví y a crecido mucho, un par de centímetros más y ya estaría de mi estatura, igualmente no es como si superar mi altura fuese tan difícil...

—Ya, tranquilo Senjurou, no me morí.— Tome sus hombros y lo aleje un poco.— No te preocupes.

—¿Seguro estás bien?— Está vez su rostro se mostró mucho más preocupado, tenía las cejas arqueadas mientras sus ojos examinaban mi cara buscando cualquier tipo de mentira.

—Por supuesto.— Asegure y él se separó más aliviado.— Solo tengo mucho dolor.

—¡Oh, cierto!, toma la medicina que dejo la señorita Kochō— Se alejo y fue corriendo hacia la mesa de noche a lado de mi cama, saco de la gaveta un par de pastillas.— Ella dijo que las tomes cada 8 horas.

—Senjurou, si tomo eso de verdad moriré.

Siendo sincero, a veces es más fácil la enfermedad que la cura cuando se trata de Kochō, sus medicamentos son demasiados fuertes o desagradables por más efectivos que sean.

—Si no las tomas entonces voy a llamarla.— Dejo el medicamento encima de la mesa y fue saliendo de la habitación.— Así sabremos si puedes comer con normalidad-.

—Senjurou, no es necesario.— Lo volví a interrumpir, detesto estar en este tipo de cuidados médicos.— Mejor hablame sobre lo que haces aquí, por tu ropa supongo que ya eres un cazador, ¿no?

Su expresión se avergonzó un poco y apretó las manos antes de mirarme.

—En realidad no soy cazador, pero quiero ayudar a los cazadores.— Confesó rascando su mejilla.— El patrón me permitió permanecer en la finca mariposa para ayudar a los heridos.

Hice una expresión de sorpresa mientras asentía con la cabeza, estaba conciente que Senjurou no tenía un talento con la espada. Me siento feliz de que pueda dar su aporte en la cofradia, tuve una preocupación menos al saber que no se metería en peligros cada noche.

Fue entonces que la misma necesidad que me hizo levantarme de la cama apareció, no había mejor persona para explicarme qué sucedió.

—Senjurou.— Lo llamé y él me miró sentándose en la cama.— ¿Dónde está Giyū?— Pregunté y él hizo una expresión de confusión.

—¿Eh? ¿Quién?— Preguntó agachando la cabeza antes de decir.— Oh, el señor Tomioka.

—Sí, ¿qué pasó con él? ¿está bien?— Su rostro se sorprendió por mi tono de súplica.

Tuvo una expresión de duda antes de responder mi pregunta.

—Esta bien, no tenía ninguna herida cuando llegó.— Tras escuchar eso mis hombros se relajaron, la necesidad de verlo se apaciguó y me permito caminar a la cama para sentarme a lado de él.— Estaba muy pendiente de tí.

Mi corazón se calentó ante esa declaración, mis mejillas ardieron de solo imaginarlo preocuparse por mí.

—Cuando llegaste te estaba cargando, estuvo vigilando todo el procedimiento hecho por la señorita Kochō.— No fui capaz de verlo mientras hablaba, solo me fijé en mis piernas con verguenza.

Lleve una de mis manos a mi cuello, rascando un poco y en ese momento me acordé de Kaburamaru, ¿dónde está? Me levante del colchón y preocupado agarre el brazo de Senjurou.

—¿Dónde está Kaburamaru?

—Esta con-.

La puerta se abrió interrumpiendo a Senjurou, nos giramos y era Kochō la que había entrado con su típica sonrisa, en sus manos tenía una bandeja que fue dejada en una mesa.

—Vaya, vaya.— Expresó.— Iguro, me sorprende verte tan despierto.— Se acercó un poco más a mí con intención de revisarme.— Deberías estar en cama o de lo contrario tus heridas se abrirán y no puedes darte ese lujo.— Tomo mis hombros y me afincó al colchón sentandome.

Ella tomo mi rostro y con el pulgar de su mano derecha jalo mi párpado observando mejor mi ojo y después hizo lo mismo con el otro, su expresión aunque sonriente se podía ver bastante seria. Pude escuchar como hacía pequeños sonidos de negación en su garganta y luego negó con la cabeza.

—Debes estar en reposo, perdiste mucha sangre.— Me dejo de tocar y puso ambas manos sobre sus caderas.— Estás en estado anemico, incluso para ser tú estás muy pálido.

No dije nada y solo asentí con la cabeza, me talle el ojo con mi puño mirandola un poco fastidiado, detesto los cuidados médicos. De pronto ella se dió la vuelta yendo a buscar algo que se encontraba en la bandeja que traía, cuando se volteo observé que era un par de vendas nuevas.

—Cambiate, tus vendas están asquerosas.— Por sus palabras me había avergonzado, mis mejillas ardieron un poco.— Yo misma lo iba a hacer pero Tomioka se interpuso, ¡no dejo que nadie te tocará!

Pude distinguir una sonrisa mas grande cuando terminó de decir aquello, luego de darme las vendas llevo una de sus manos a su barbilla en una pose más pensativa. Cerró los ojos como si intentará recordar algo.

—Fue una molestia cuando te estaba cosiendo, no quiso dejarte sólo ni un momento.— Esas palabras hicieron eco en mi cabeza por unos segundos, no pude evitar sonreír con muchos nervios.— Es extraño.— Su tono de voz tomo un cambio más burlesco.— Tomioka no poseía ninguna herida pero tú casi te mueres, ¿a caso fue mucho para tí, Iguro? Tengo entendido que era un demonio corriente

¿Corriente?

No quería responder, no debo darle explicaciones a nadie, menos a ella que lo único que quiere es molestar a las personas. Senjurou me tomo del hombro y me apretó, él sabe que estaba a punto de decirle algo grosero. Pero eso último que dijo me hizo sentir mucho peor, ¿un demonio corriente? no puedo creer que sea tan insignificante como para ser vencido por un demonio de esa clase.

—Tú eres el primero en golpear y menospreciar a los nuevos cazadores, ¿no es patético que casi te mueras como ellos?— Sus ojos me observaron como si fuese debil.

Que se vaya al carajo, no voy a estar soportando ni una palabra más.

—¡No te-...!

—Señorita Kochō, ¿qué tal si deja a Obanai en paz?— Fue Senjurou quien me interrumpió, yo tome aire para cruzarme de brazos, no tenía caso defenderme porque tiene razón.— Estoy seguro que mi hermano se esforzó mucho en la pelea.

—De eso no tengo duda, Senjurou.— Dijo.— Pero está es una lección para que no esté insultando a los cazadores de bajo rango.

—¡Yo no hago eso!

Por supuesto que no, yo solo los motivo para que no sean unos fracasados, no es mi culpa que sean unos llorones cuando algún superior les dice algo negativo. Arrugue mi rostro y la mire mal, en cambio ella no mostró un cambio en su expresión, lo único que hizo fue levantar la ceja como si no creyera lo que digo.

—Como sea, solo intenta no morirte.— Dijo yéndose de la habitación.— Tú más que nadie debe saber lo que significaría perder a dos pilares en poco tiempo.— Con eso ella salió de la habitación.

Senjurou soltó un suspiro muy deprimido, después cambio su semblante y se paro del colchón. Me sonrió y se inclino hacia adelante en señal de despedida, fue corriendo hasta la puerta.

—Te dejaré sólo para que cambies tus vendas, ¡voy a buscar a Kaburamaru!— Abrió la puerta y se fue de la habitación.

Yo mire las vendas en mis manos y con un suspiro me deshice de las que tenía puestas, estaban manchadas de sangre y mugre, las hice una bola de tela antes de tirarlo al tacho de basura que estaba en una esquina de la habitación. Mire la puerta del baño y me pare caminando hacia allí con la intención de lavarme la cara, podía sentir como se agrietaba la sangre seca cuando movía la mandíbula.

En el baño me hice un pequeño aseo antes de mirarme en el espejo y en efecto, Kochō tenía razón. Mi piel estaba de un color blanco enfermizo con bolsas moradas debajo de mis ojos, mis labios se encontraban pálidos y secos, muy agrietados, mi cabello se encontraba reseco y enredado, posiblemente también tenga sangre. Me sentí como el monstruo de esas historias de terror, lo tenía todo; mis cicatrices, mi color enfermo, mis ojos raros y el cabello como nido de pajaros con sangre. Me veía horrible, apreté el borde del lavabo con fuerza, a veces quisiera poder desaparecer esas cicatrices de mi piel, tal vez si las hubiese conseguido de cualquier otra forma no me dieran tanto asco y no me sintiera de esta manera.

Ví una de esas ligas para cabello y no dude en tomarla para recogerme el cabello en un intento de apaciguar mi aspecto de vagabundo, no hizo gran cambio pero ya no se podían distinguir los nudos con tanta facilidad. Ahora pude tomar mis nuevas vendas y me las coloque, está vez no olían como las que me había dado Giyū, era un olor a medicamento y sol, tal vez un poco a limpio. No era un olor agradable o relajante.

Quise ver a Giyū, ¿él querrá verme? De alguna forma siento que lo que sucedió fue mi culpa, si no me fuese ido no estaría en esta situación. Seguro piensa que solo sirvo para terminar herido en las misiones, ya ha tenido que cargarme y preocuparse por mí en dos ocasiones y ambas han sido mi culpa, debe pensar que solo atraigo desastres.

Me di un último vistazo en el reflejo y salí del baño, con desgano y dolor me dirigí a la cama pensando en quedarme o irme a mi propia finca, odio estar en un lugar lejos de mi espacio seguro, me curaría más rápido estando en mi propia cama. Cuando venga Senjurou con Kaburamaru le diré que me ayude a irme, si necesito ayuda con algún tratamiento o medicamento él mismo puede ayudarme.

Acosté mi cuerpo en la cama y mi rostro hizo una mueca de dolor, por el movimiento sentí las vendas al rededor de mi torso apretarse y me quedé quieto, temiendo a que las heridas se abran tal y como dijo Kochō, después me quedé pensando en lo que dijo ella. Una demonio corriente, si Giyū está en perfectas condiciones significa que todo lo que viví no pasó, ¿por qué a mí me afectó y a él no? Estoy seguro de haber sentido como la sangre de su cuerpo mojaba el mío, todo se veía tan real y aterrador.

Repose mirando al techo unos minutos a la vez que pensaba sobre si tomar o no las medicinas, calmaría mi dolor y tal vez pueda tener la fuerza suficiente como para caminar a mi finca, pero el sabor y los efectos que generan esas pastillas siempre son de lo peor. A veces te quitan el dolor pero te dejan en cama por horas, otras veces te da dolor en un lugar que no estaba siendo afectado. Era como una montaña rusa de posibilidades.

Mis pensamientos se interrumpieron cuando unos gritos y peleas se escucharon en el pasillo, no supe distinguir las voces porque eran varias personas gritándose entre si pero podía saber que se acercaban más a mí habitación. Pensé que eran los cuidadores de la finca, aunque hacían muy bien su trabajo siempre peleaban por estupideces, sin embargo la puerta fue abierta dejando ver que eran Shinazugawa y Giyū peleando.

Para ser sincero solo Shinazugawa estaba gritando.

—¡Pedazo de inútil, dale ese gusano a Iguro!— Shinazugawa tenía a Tomioka del brazo muy fuerte, por la coleta casi suelta del azabache adivine que lo habían jalado del cabello para traerlo hasta aquí.

—¡No lo agarres así, por favor!— Detrás de la puerta salió Kanroji sosteniendo los hombros de Senjurou quien se quedó callado mirando a los adultos discutír.

—¿De qué lado estás, Kanroji?— Con un jalón tumbó a un Giyū aturdido al suelo.— ¡Ese animal te robo!

Me fijé bien en Giyū y tenía en sus hombros a Kaburamaru acurrucado mirando todo sin alguna intención de moverse, la expresión de Giyū delataba que no quería seguir allí pero tampoco mostraba señales de moverse o sacar de sus hombros a Kaburamaru.

—No robo, Shinazugawa.— Explico Kanroji con ambas manos juntas casi suplicando, se había puesto en el medio del albino y azabache.— ¡Kaburamaru se fue con él por su cuenta!

—¿Y qué?— Replicó Shinazugawa.— ¡Le pedí que nos lo devolviera y no quiso!

—¡No se lo pediste, de una vez lo golpeaste!

Kanroji y Shinazugawa comenzaron una réplica de insultos y explicaciones olvidandose de Giyū quien era la razón de haber comenzado a discutir en primer lugar. Senjurou tomo las riendas de la situación de una forma más pasiva ayudando en silencio a Giyū a levantarse. El menor me señalo con una de sus manos y Giyū me miró, eso me hizo sentir muy nervioso, lo único que hice fue sentarme y saludarlo con la mano.

Giyū se quedó mirándome sin ninguna expresión en particular, estaba sereno y calmado, como si me analizará minuciosamente en busca de un malestar. Baje mi mano y apreté las sábanas que cubrían mis piernas, no fui capaz de ver su siguiente movimiento de lo rápido que fue, ahora estaba sentado conmigo abrazándome muy fuerte. Tenía una de sus manos en mi espalda baja apretándome contra él y la otra en mi cabeza acariciando mis nudos, su rostro se había escondido en mi cuello.

-—¡Gi-Giyū!— Exclamé por la sorpresa, llame la atención de las otras dos personas en la habitación.

Tanto Shinazugawa como Kanroji me miraron como si acabase de hacer algo inaudito a sus ojos.

No me había dado cuenta que ya tenía mis manos al rededor de Giyū correspondiendo al abrazo con leves palmadas en su espalda. Fue muy reconfortante sentir su calor otra vez, había sentido el miedo de perderlo pero ahora está conmigo abrazándome igual de intenso que yo, sentí como mis ojos amenazaban con llorar. Evitando la mirada curiosa de las personas me escondí detrás de Giyū, poco a poco siento como Kaburamaru se desliza a mi cuerpo.

—Perdoname, Obanai...— Susurró cerca de mi oreja, una corriente eléctrica recorrió mi columna.— No pude mantenerte seguro, lo-lo siento mucho.

Podía escucharlo dando pequeños hipidos, ¿estaba llorando por mí? no tiene sentido, él no debe hacer algo como eso, menos disculparse. En todo caso yo le debo una disculpa por haberlo preocupado y hacerlo pasar por estos malos ratos, no he podido ser más que un bulto. Tenía muchas dudas de lo que sucedio pero sobretodo del comportamiento de Giyū, ¿a caso se preocupa de esa forma porque me quiere? Mis manos se aferraron a su uniforme con solo pensar en esa posibilidad, mis párpados se cerraron y me pegué aún más a él.

Podría tener sentido, sobretodo por ese "beso". Mi estómago comenzó a revolverse y mi mente comenzó a sentirse mareada por toda esta atmosfera tan amorosa que empezaba a irradiar de nosotros. Me sentía tan feliz que de alguna forma me dolía en mi interior.

—¡¿Qué mierda?!

El grito de Shinazugawa nos separó, pero Tomioka en ningún momento termino de soltarme del todo. Su mano estaba por sobre la mía acariciando con su pulgar mi piel con delicadeza y amor, Giyū ya no pareciera querer irse, en su lugar solo tiene una cara sin emociones mientras mira a alguna parte de la habitación sin importarle la presencia de Senjurou, Kanroji o Shinazugawa.

En cambio, yo puedo sentir como la vergüenza me sube desde la punta de los pies hasta la cabeza logrando que me sienta caliente en todas partes. No quiero darle explicaciones a ninguno, no puedo mantener la mirada fija en ninguno por la timidez que me da que me vean así de cercano con alguien, sobretodo que ese alguien sea Giyū Tomioka, ¡yo les había dicho que lo odiaba con todo mi ser! sin embargo, ahora él está encima de mí como un enorme perro cariñoso y no tengo ninguna intención de quitarlo, de hecho puedo sentir como de forma inconsciente me escondo detrás de él y su capa de tranquilidad.

—¡No puede ser, Iguro y Tomioka se ven tan lindos!— Escuché a Kanroji decir en su sitio mientras ponía sus manos en cada lado de las mejillas, su expresión era incredula pero al mismo tiempo muy sincera.

—¡No seas ridícula!— El albino de la habitación seguía quieto en su sitio, estaba muy molesto.— Maldito gusano, ¡¿qué pasá entre ustedes?!

No me preguntó a mí, ese insulto era para Giyū pero este no contesto, se quedó callado como siempre. Llevo una de sus manos a sus mejillas secando el rastro de lágrimas que se encontraba en ellas, después apretó mi mano contra la suya. Tal vez él este un poco nervioso, entonces hice lo mismo.

—Imbécil, no grites.— Dije haciendo un gesto hacia mi cabeza con una mueca de dolor, detesto cuando el albino empieza a dramatizar las situaciones.— Duele.

Shinazugawa apretó los labios en una línea reprimiendo el impulso de alzar la voz por su creciente desesperación.

—¡Tú, tú...! ¿por qué no te sacas a Tomioka de encima?— Su voz se apaciguó un poco antes de volver a exclamar.— ¡Tú lo odias!

Iba a responder pero en cambio mis palabras se atoraron en mi garganta, fui incapaz de negar esa acusación aunque fuese falsa. 

—Obanai no me odia.— Por fin Giyū habló mirando a Shinazugawa. En una actitud infantil él me tomo del brazo y me jalo hacia él.— ¿Verdad?— Me miró intenso, detesto cuando sus ojos azules profundizan el interior de mi alma.

Giyū estaba en una distancia cercana, no podia pensar en nada más que no sea la gran ola de emociones que siento al verlo. Sus ojos son preciosos, su cabello desordenado y mal recogido me encanta, su piel lechosa con un saludable color rosado en sus mejillas, ¡sus propias mejillas tan cuidadas! y sus labios delgados con un tenue color rosa hacen que algo desconocido en mi interior se encienda como fuegos artificiales. Tomioka es muy diferente a mí, amo que sea así.

No puedo decirle que no, por más que me avergüence demostrarme así al frente de personas.

—No...— Tímido y sin mirar a nadie contesté.— No te odio, Giyū.

Una sonrisa linda se formó en los labios Giyū al mismo tiempo que una exhalación se escuchó de los presentes. Kanroji tenía una mano cubriendo su boca y la otra en su pecho por la sorpresa, Senjurou se limito a mirar a otra parte avergonzado, él estaba muy ajeno a mi situación con Giyū, pero la reacción de Shinazugawa fue la peor de lejos. Parecía que alguien lo acabase de traicionar, como si hubiese vivido el peor terror de su vida hace a penas unos segundos. Está situación es una vergüenza total.

—¿Ustedes..?— Comenzó a decir Shinazugawa, yo lo mire y ladee la cabeza esperando a que se digne a terminar.

—¿Están juntos?— Kanroji dió un paso más acercándose a nosotros, su sonrisa se mantenía pero sus ojos seguían sorprendidos por lo que veían.

Yo no supe que fue de mí en esos momentos, simplemente mi cabeza se puso en blanco al mismo tiempo que mi piel pintaba un rosado muy pálido en mis mejillas a causa de la anemia. ¡Eso no! Por más que duela no puedo dejar que se den ideas equivocas.

—¡No pienses eso!— Dije gritando, todos se congelaron y la expresión de Shinazugawa se calmó un poco, ignore por un momento a Giyū.— No estamos juntos, solo somos amigos.— Declaré y la expresión de Kanroji se volvió de pena por su error, ella se disculpo enseguida.

—¡Qué alivio!— Exclamó de forma sarcástica Shinazugawa, el cual parecía dudar de mis palabras.

Giyū apretó mi brazo pegando aún más su cuerpo con el mío cuando el albino lo miró muy mal, no me esperaba escuchar lo que dijo luego de eso.

—En realidad somos más que simples amigos.

Por Dios, ¿por qué tiene que hablar en momentos así? ¡En situaciones importantes se queda siempre calladito! 

Cara de rata es un idiota.

Tomioka está siendo demasiado infantil, es obvio que quiere enojar a Shinazugawa, tal vez sea una pequeña venganza por golpearlo o haberle jalado el cabello pero el punto es que está haciendo una escena que se malinterpreta a costa mía. Es bochornoso estar en medio de la discordia, pero no puedo decir que me desagrada ver a Giyū en esa faceta nueva, es tan serio que es divertido verlo actuar como un niño.

No contradije sus palabras, evite la mirada molesta de Shinazugawa y me concentre en otra cosa pero me era difícil con Giyū tan cerca de mí. Incómodo por la presión que sentía removí mi brazo y Tomioka me soltó de inmediato, escuché un leve sonido triste salir de él.

Senjurou quien miraba la situación sin decir ni una palabra logro entender una de mis sutiles súplicas, se acerco y miro a Kanroji y Shinazugawa.

—Es mejor que se vayan, está situación puede ser muy estresante para Obanai.— Pidió amablemente tomando el brazo de Kanroji, ella asintió con una disculpa.

Shinazugawa no se movió de su sitio, en cambio se cruzó de brazos.

—¿Por qué no se va él también, eh?— Amenazante se acercó a Senjurou y con su dedo señalo a Giyū. Kanroji hizo una especie de muro entre ellos.

—Yo voy a irme tam-.

—No, Giyū se queda conmigo.— Lo interrumpí antes de que se fuera, y por prevención tome la manga de su haori fuerte.

Unos insultos más y ellos se fueron, Senjurou me ofreció la comida que había traído con anterioridad, no me dió tiempo de negarme a ella porque Giyū la acepto por mí y dijo que se aseguraría de que yo comiera ¿desde cuándo era tan hablador? Puedo sentir un tono dulce en su voz pero su cara no ha cambiando en nada. El menor de todos dió una pequeña risa al despedirse, cuando la puerta se cerró la habitación se vio inmersa en un silencio abrumador.

Gire mi cuerpo y me acomode mejor, puse una de mis manos en la herida cubierta por vendas intentando percibir si algo se había movido, Giyū vio mi acción, de inmediato me ofreció ayuda para revisar y no se detuvo cuando me negué. Parecía que fue más una excusa para poder tocar las vendas sobre mi piel, gire mi rostro arrugado por aquella sensación, un poco dolorosa pero suave y agradable.

—¿Por qué dijiste que solo somos amigos?— Pregunto parando su tacto sobre mí, me congelé sonrojado.

—Eso so-somos, ¿no?

Fugazmente mi rostro subió hacia sus ojos que brillaron con algo nuevo, parecía decepción, ¿qué esperaba que dijera? Nuestra relación es algo complicada, no quiero apresurarme a los hechos sin una confirmación o algo similar.

—Supongo...— Susurro mirando a una de las paredes de la habitación y nuevamente tomo mi mano, entrelazando sus dedos con los míos.— ¿Esto lo haces con tus amigos?

Por supuesto que no.

Nunca le había tomado la mano a alguien, en realidad Giyū es la primera persona con la que he estado tan cercano y expresivo, tan cariñoso y fuera de mí. Es como si fuese una persona nueva estando con él, la idea de cambiar por completo me aterra pero si es a su lado me agrada, es obvio que no somos simples amigos.

—Eres la pri-primera persona con la que hago esto.— Y la primera con la que me siento así, quise decir pero en cambio me quedé callado, escuchando como sus labios soltaron un pequeño suspiro, no sé qué significo eso.— Tú también dijiste que somos amigos...

Una pequeña risa nerviosa salió de su boca, cuando me gire a verlo ya volvio a estar tan sereno como siempre.

—Dije que somos más que amigos en realidad...

—¿Qué significa eso?

Cuestione girando un poco mi cuerpo, mis manos empezaron a sudar por la creciente necesidad de escuchar esa respuesta, ¿será que se siente como yo? Una parte de mi cerebro quema por la gran incertidumbre e intriga que me causa esperar su respuesta.

—¿Qué quieres que signifique?— No me di cuenta que su cuerpo estaba tan cerca de mí otra vez, su rostro se mantenía a centímetros del mío.

Era un inmaduro e infantil, una pregunta no se responde con otra. Pero esa misma actitud me hizo derretirme cuando su mano dejo de tocar la mía y subió a mi barbilla, acariciando por encima de las vendas.

Por supuesto, somos más que amigos.

Con su otra mano hizo lo mismo, ahora tenía sus manos acunando mi cara mientras comenzaba a acercarse muy despacio, hasta que en un momento se detuvo pero sus manos sobre mí aún seguían. Adivine que quería una respuesta, es un estúpido, yo había preguntado primero.

—Yo-yo...— Podía sentir como el oxígeno se acababa por la enorme ansiedad que siento en el ambiente.— ... te quiero, más que un amigo, qui-quiero decir... uh...

No puedo hablar, no se me dan bien las palabras, en cambio lo abrace escondiendo mi rostro en su cuello, mis manos estaban fuertemente agarradas a su cuerpo deseando que él hiciera lo mismo. A lado de Giyū me siento bien, querido y protegido aún cuando solo he terminado lesionado. Me encanta esa sensación de estar abrazado con alguien y sentir su calor alimentando mi corazón. No me había dado cuenta de lo necesitado de afecto que estaba hasta que él me abrazó por primera vez y quise hacerlo siempre.

Tomar su mano, recibir su atención y describir cualidades nuevas que ninguna otra persona ha hecho, es nuevo y demasiado perfecto. Me estoy dando cuenta que Giyū Tomioka es perfecto para mí.

Aunque eso no le quite lo idiota.

—¿Me quieres?— Su voz salió fina y aguda, como la de un niño sorprendido y felíz ante un regalo. Ya me puedo imaginar sus ojos brillantes y grandes, es adorable.

No supe qué decir, solo asentí aún escondido en su cuello. Su olor me estaba haciendo sentir somnoliento, olía a flores y tierra mojada, quise oler como él, me aseguraré de no soltarlo nunca.

—Yo-yo también te quiero.— Dijo y pude sentir un beso en mi cabeza, después subió su mano a mi cabello atado y me jalo con cuidado para verme a los ojos.

Como había imaginado sus ojos estaban brillantes y sus labios tenían una diminuta sonrisa que iba dirigida solo a mí. Yo no pude mantenerle la mirada por un sentimiento impulsivo atacando mi pecho, no era desagradable solo extraño.

—Mirame.— Pidió suave sin ningún tono autoritario. Todo en Giyū era tan amable y apacible, me gustaba la tranquilidad que me brindaba. Con bastante esfuerzo pude volverlo a mirar y está vez sus manos tomaron mi cara.— Tus ojos son muy hermosos.— Me halagó con sinceridad, deje de respirar en ese segundo.— Eres precioso. — Esa declaración me hizo soltar un quejido de sorpresa y vergüenza.— Me gustas.

Sus pulgares me acarician las mejillas por encima de la tela, sus manos parecían encajar perfectas en mi rostro y la sensación de un sonrojo me quemaba hasta las orejas. Hace un momento pensé que me veía como un monstruo pero ahora, con Giyū halagando y feliz de estar así de cerca, puedo vencer a ese mal pensamiento. Me sentí muy feliz y un poco lindo.

Puedo sentir como su pulgar parecía jugar con el borde la venda, unos jalónes un poco fuertes y podría verme por primera vez. Comencé a temblar de solo imaginar su reacción, él seguro ya no pensaría lo mismo, tal vez no quisiera verme más nunca. Mi estómago se retorcía de la enorme ansiedad que me causaba no saber predecir su reacción.

Sus manos dejan de acariciarme, viajan por mi cuello y van hacia el nudo de las vendas, sus ojos azules me miraban tan fijamente que me hicieron retroceder de miedo.

—¡Es-espera!— Pedí y él se detuvo dejando de tocarme en ese instante. Es obediente, pensé con un calor en el pecho.— Yo-yo...

—No quiero presionarte, lo siento Obanai.— Pude distinguir arrepentimiento y culpa.— Entiendo que no me quieras mostrar-.

—Sí quiero hacerlo.— Interrumpí sus palabras, de veras quería abrirme y tener una confianza más allá de lo racional con él. Sin embargo mis miedos queman todo rastro de valor que puedo conseguir.— Pe-pero tengo miedo, no quiero que sientas asco.

Su rostro cambió a una mueca más seria, se acercó nuevamente y me sostuvo en un abrazo. Me mantuvo unos segundos así hasta que sus manos me acercaron a su rostro y me beso la frente, después la nariz y luego en el párpado. Eran muchos besos y mi respiración se volvía irregular por esa adorable sensación de amor que me inundaba.

—Jamás me darías asco.— Prometió después de besar un costado de mi cara.— No me importa que haya debajo, seguirás siendo precioso para mí.

Mi pecho estaba siendo presionado por unas enormes ganas de llorar, jamás pensé que alguien fuese capaz de decirme algo como eso. Por toda esa atención reuní valor y con cuidado me aleje, llevando mis propias manos al nudo de las vendas listo para mostrarme.

Por más comodidad mire a mis piernas, deshice el nudo y luego la tela cayó sobre ellas con suavidad. Estaba expuesto ante él pero no era capaz de alzar la mirada, volví a tener esa necesidad de salir corriendo pero fueron espantadas por sus ásperas manos otra vez en mi rostro. Levantaba mi cara para que lo mirara y  lo único que hice fue cerrar los ojos, estaba vulnerable. Puedo jurar que mostrarme desnudo ante él sería menos vergonzoso y asfixiante que esto.

Unos segundos de silencio.

Ya no acaricia mis mejillas con sus pulgares, es como si el tiempo se hubiese congelado. Volví a querer llorar, me arrepiento de esto. Debe sentir asco. Seguramente está pensando las palabras menos hirientes para rechazarme por completo. Debe pensar en salir huyendo lejos de un monstruo como yo...

Luego sentí calor, una sensación agradable por encima de mis cicatrices. Mi piel se erizo por el tacto de otra persona en esa zona. Abrí un poco mis ojos y él seguía mirándome con amor, una luz brillaba a través de ese azul intenso, Giyū me estaba sonriendo con su tranquilidad característica.

Él me veía con amor.

Él sí me aceptó.

Mis labios temblaron antes de chocar contra los contrarios en un beso suave y necesitado de afecto. Sus suaves labios se movían encima de los míos que estaban resecos y agrietados, ambos nos movimos de forma errática. Unas lágrimas de satisfacción y felicidad rodaron por mis mejillas pero de inmediato fueron limpiadas por sus manos. Era una sensación abrumadora y llena pero no quiero que acabe, quiero ahogarme y emborracharme todos los días de Giyū y sus besos, de sus abrazos y su mera presencia junto a mí.

De forma abrupta él dejo de besarme, arrugue el entrecejo un poco y él se rió.

—¿Por qué?— Pregunté molesto, me gustaría seguir con ese beso.

—Quiero ver más tu rostro.— Me atrapo de nuevo en un beso dulce pero corto.— Eres precioso.

Ni siquiera tuve el orgullo de quejarme, Giyū me dejó en claro que sin importar lo que dijera jamás podría molestarme seriamente con él.

—Me gustas, Obanai.— Dijo él besando mis mejillas después de durar unos segundos observandome.— Te quiero.

Me quedé sin aire por todo lo que hacía Giyū, jamás pensé que fuese una persona así de cariñosa o amorosa. Me lo había imaginado un poco reservado pero supongo que tiene la misma sed de afecto que yo.

—Me gu-gustas, Giyū.— Dije apretando sus manos pero sin mirarlo.— Te quiero.— Susurré.

Él volvió a soltar una risa y procedió a seguir besándome con dulzura.

Era sofocante pero no quiero termine.

•"""•

Intentaré hacer los capítulos relativamente más cortos a partir de aquí.

¿Qué opinan de un Tomioka cariñoso?

Yo me imagino que el pobre hombre está carente de afecto, aunque da la casualidad que la mayoría de pilares lo están. En fin, déjame saber tu opinión.

¡Gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro