Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

RAZÓN DOCE.

•|.Tímido.|•

"""

Normalmente en este momento me sentiría frustrado y le preguntaría a Giyū el porque está tan cercano a Kochō, desde siempre se ha notado cariñoso con ella y me molesta porque esa mujer sabe que a mí me molesta, lo supe en el momento en el que me miró a los ojos y sonrió de esa forma tan desagradable. Aquella mujer siempre parece sarcástica, ¿qué diablos le ve Tomioka?

Desde antes son amigos, Tomioka sabe de sus investigaciones y es la única entre los Pilares que puede tener una charla medianamente decente con él. Quisiera preguntarle, saber que tiene con ella porque mi cerebro no deja de bombardear la paz mental que tanto me ha costado conseguir para esta tarde.

Sin embargo, no me gustaría comenzar un interrogatorio en este momento. Giyū esta tranquilo mirando a Kaburamaru deslizarse de un lado a otro mientras caza un ratón que deje suelto para él. La expresión de Tomioka mientras sigue con la mirada la escena me parece linda, y las preguntas que me hace también.

—Obanai, ¿por qué lo pones a cazar?— Me miró curioso, similar a un niño emocionado.— ¿No es mejor darle el ratón muerto?— Volvió a mirar a Kaburamaru activamente, poniendo sus manos por sobre el suelo.

—No.— Dije caminando sentándome a su lado, uniendome junto a él a la observación de Kaburamaru. Giyū se alegró y se acercó más a mí.— Kaburamaru debe cazar su propia comida algunas veces, de lo contrario se vuelve flojo.— Escuché el chirrido del roedor y pensé que había sido mordido pero en realidad se había escondido debajo de unos muebles.— Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que cazó algo y ahora es muy lento. Está muy malcriado.

—Oh, pero ¿por qué un ratón? Ese es tierno.— Señaló con una expresión entristecida, tal vez sienta lastima por el animal.

No me había dado cuenta de que son 'lindos', para mí son desagradables, casi todos los animales pequeños me generan algún tipo de rechazo, por eso le doy a Kaburamaru esa clase de animales; ratones y algunas veces conejos pequeños. Esos últimos en situaciones muy especiales y sin ninguna otra persona a lado, después me tachan de malvado, bajo mi percepción siguen siendo roedores feos llenos de pelos.

—Los roedores son la presa favorita de Kaburamaru.—
Expliqué y en su expresión pude ver el entendimiento.

—¿Pero por qué no ratas? Son mucho más grandes y-

—No.— Lo Interrumpí apretando los labios viendo como ladeaba la cabeza con confusión.— Las ratas son asquerosas, Kaburamaru no las come por nada del mundo. Igualmente no está acostumbrado a presas grandes, puede lastimarse.

Tomioka cuando termine de hablar se rió de mis palabras mientras me miraba con sus ojos brillando en una agradable calidez. Ladee la cabeza confundido ignorando momentáneamente a Kaburamaru intentando entrar en el mismo agujero que el ratón, ese flojo está durando mucho más tiempo que las veces anteriores.

—Lo tienes muy mimado.— Señaló sonriente, yo me sonroje por su comentario. No lo tengo mimado, solo le doy sus cuidados necesarios.— Es maravilloso que lo cuides tan bien. Eres un gran dueño, Obanai.

—Oh, bueno... M-muchas gracias, Giyū.— Tomioka dejo de mirarme cuando se escuchó un siseo de serpiente y un quejido doloroso del ratón, por fin Kaburamaru lo había cazado. Salió por debajo del mueble y se dejó ver con el ratón blanco retorciéndose entre sus colmillos, aparentemente satisfecho por su caza.— No te sientas orgulloso, ¡tardaste demasiado!

Kaburamaru se quedo un segundo mirándome, como si no le importará y después siguió su destino mostrando con orgullo su presa, se escondió entre los muebles.

—¡Eres un flojo!

—No lo regañes.

No conteste pero me di la libertad de observar a Tomioka, amando hacerlo cada vez que tengo una pequeña oportunidad y sentir las cosquillas extrañas que me causa cuando él también lo hace. Nos miramos fijamente con una expresión amorosa y tímida, sintiendo algo de vergüenza de mostrarnos así entre nosotros mismos.

Giyū ladeó la cabeza y se acercó a mí un poco más, tocando mi mano, aquella sensación placentera de nuestras pieles unidas me gustó, ahora con mis dos manos envolví su palma con cariño, mirando la expresión sonrojada que Tomioka no pudo evitar poner.

—Te extrañé.— Confesó él, con su otra mano cubriendo las mías.

—Lo sé.— Sonreí mirándolo.— Aún no entiendo porque no me avisaste lo que pasó.

—No quería que te preocuparas por Kochō.— Las cejas de Giyū se curvaron un poco con los labios temblorosos, notándose avergonzado.

—¿Viste mejor que me preocupara por tu ausencia?— Siendo sincero seguía molesto con él por no decirme, eso me molestaba más que su cercania con Kochō. Giyū se encogió soltando mis manos para después jugar con las suyas.

—No pensé que te importaría.— Admitió evitando mi mirada.

—Cara de rata.— Rode los ojos fastidiado por esa clase de comentarios, ¿por qué dice eso? ¡Estuve toda la maldita semana queriendo matar a alguien!— Cualquier cosa que te involucre me importa, no dudes de eso.

Él asintió sonrojado, disculpándose por su pensar, yo en cambio volví a preocuparme y destapar la ansiedad de que todos sepan de nosotros ahora. No quiero que el trato hacia mí cambie o perder mis amistades. Shinazugawa probablemente me debe estar odiando en este momento, ya ni siquiera ha de querer verme, al menos Kanroji me da la esperanza de que con ella todo irá bien, es más comprensible.

Jamás pensé que mi relación con Giyū fuese secreta para siempre, en algún momento iría levantando sospechas y todo se iba a ir revelando en el tiempo precisó pero que sucediera como esto fue difícil de preveer. Ni siquiera habíamos terminado de confirmar nuestro noviazgo cuando ya todos hablaban de nosotros actuando indecorosos en lugares inoportunos. Es molesto.

Escuchó como Giyū da un sonido y lo miró.

—Te ves preocupado, ¿qué sucede?— Se acercó un poco más a mí.

—Me da vergüenza el problema con el Kakushi.—Confesé.— ¿Cómo los demás estuvieron contigo? ¿Dijeron algo?—  Pregunté, a sabiendas que él ha estado en contacto con todos y de seguro a recibido algún trato distinto.

—No note ningún cambio, sabes que no soy bueno percibiendo esas cosas.— Se escuchó tranquilo.— Pero nadie dijo algo al respecto.

Esas palabras aunque buenas no creo que apliquen para mí, mi círculo social es pequeño pero bastante volátil e inestable. De todas formas me siento más tranquilo por él, no me gustaría que a Tomioka las cosas se le complicaran, a veces se deja pisotear muy seguido por las personas.

—Me preocupa Shinazugawa.— Confiezo observando la sorpresa de su rostro.— No tienes idea de cómo es cuando algo no le gusta, ¿no lo haz visto o sí?

Rápidamente niega sin cambiar la expresión, no pude ser capaz de distinguir algún tipo de mentira en su reacción.

—No, no me gusta involucrarme con la mayoría de Pilares.

Aquello me llama la atención y alzo una ceja pero no digo nada, en su lugar suelto un suspiro cansado y estresado por toda la situación en la que estamos involucrados.

—Dios, qué estrés.—  Me quejo observando por un segundo a Giyū, se veía tierno mirando a la dirección en la que se fue Kaburamaru, con la esperanza de que volviera a salir pronto.

Me sentí feliz de que Tomioka se haya llevado bien con él de manera rápida, son muy pocas las personas con las que Kaburamaru se siente cómodo y me gusta que Tomioka sea una de ellas, hasta se deja acariciar y cargar por él. Miré a Giyū unos segundos más fijándome detalladamente en sus pequeñas expresiones, desde las cejas relajadas, su nariz respingada hasta sus labios rosados, lindos y suaves.

Tuve una idea y la medite un poco, no soy de los que sientan esa necesidad de dar cariño a alguien pero Giyū es mi excepción a toda regla que me haya impuesto, feliz y vergonzosamente lo acepté.

—Ey, Giyū.

—¿Eh?

Salte a los brazos de Tomioka, abrazándolo y atrayendolo a mí, como siempre aún con la sorpresa él no me suelta, me mantiene atrapado con una respiración tranquila pero por mi oreja en su pecho puedo diagnosticar que está nervioso, su corazón late de manera apresurada logrando igualar mi propio ritmo cardíaco.

Alzo la mirada y Tomioka me está viendo, sonrojado y sonriendo tímido luciendo adorable. Yo mismo siento una ansiedad creciente cuando con un poco de valor dejo de abrazarlo con la intención de quitar mis vendas, ha pasado mucho desde la última vez que nos besamos y quiero volverlo a hacer.

Su respiración se detiene por un segundo cuando comprende lo que hago, desde la primera vez jamás me he quitado yo mismo las vendas, ni siquiera había sentido la enorme necesidad de besarlo como ahora. Seguramente es porque la última vez se fue a media sesión de besos, no hemos estado juntos como debe ser y lo más importante; por primera vez estamos en un lugar privado sin que nadie nos pueda molestar.

Ya no tengo el miedo de ser visto por un extraño sin querer o que nos arriesguemos a nuevamente estar en el centro del chisme. En este momento tanto Tomioka y yo estamos en mi finca, podemos hacer lo que queramos sin ningún problema más allá de nuestras propias vergüenzas.

Cómo era de esperarse Giyū se remueve en su sitio y sus manos me ayudan a deshacer las vendas observando con detenimiento todos mis movimientos faciales y en consecuencia por la atención me sonroje más.

Sus labios se movieron en busca de comentar algo pero preferí ignorarlo tomándolo de las mejillas y presionando nuestras bocas, suave y tímido al principio con movimientos no acostumbrados. Pude sentir sus nervios y la sorpresa por la manera en la que se quedó congelado en un instante, dudó un segundo en llevar sus manos a mi cuerpo y luego prefirió apretar la ropa para que yo me acercara más, estamos bastante nerviosos.

Mis manos fueron bajaron a su pecho dónde lo sujete del uniforme para cumplir lo que quería, sintiendo la forma en la que sus brazos dejaron la timidez y me envolvieron por completo. Nuestras bocas también dejaron de sentir vergüenzas por la manera más activa y necesitada en la que nos besábamos, pude sentir sus jadeos perderse en mi boca.

Sus labios se abrieron un segundo y yo con un nuevo sentimiento creciente y experimental en mi interior adentre mi lengua, otra vez yendo despacio, intentando hacer que Giyū tenga la oportunidad de alejarse si resultaba ser demasiado y sin embargo, fuera del nervio inicial, siguió el beso con aún más pasión que antes.

No me dejaría ganar, respondí con aún más acercamientos y acciones atrevidas.

Está sensación era diferente a los otros besos y la idea de estar simplemente nosostros dos solos me hacía temblar, lo húmedo y tierno de su boca me hizo sentir una sensación caliente en mi vientre. La forma en la que sus manos apretaban no solo mi ropa, sino también mi proprio cuerpo con cariño era demasiado para mí y aun así estaba esperando por más.

Mi lengua se entrelazo con la suya, ambas moviéndose entre si mientras exploramos la boca del otro. Llevo mis manos por su cuerpo, acariciando todo lo que se atraviese hasta llegar a sus hombros, envuelvo un brazo por su cuello y con mi mano libre jalo leves mechones de su cabello para acercarlo más. Ladeó la cabeza para profundizar en su boca y mi calor acrecienta sin control con cada gemido o jadeo que alguno de los dos soltamos.

Por supuesto que la sensación era caliente, viajando por todo mi cuerpo logrando que mi corazón lata con fiereza. Solo puedo pensar que no es suficiente.

Me acerque un poco más, sentándome a horcajadas sobre él abrazando sus caderas con mis piernas mientras mis manos se aferraban a su cuello jalandolo aún más a mí, sentía la necesidad de estar pegado por completo a Giyū en medio del beso.

Lastimosamente todo lo bueno tiene que acabar.

De imprevisto Tomioka se separó con un gemido avergonzado, mirándome a los ojos con los zafiros brillantes, dejando de apretar mi cintura para bajar un poco más las manos hasta mis caderas.

¿Fue demasiado?

—O-oye, respirar también es importante, ¿sabes?— Sus pulgares se movieron acariciando círculos por sobre mi uniforme, de sus labios salian jadeos mientras hacía el intento de respirar adecuadamente. Yo solo pude mirar como su boca estaba rojiza y brillosa por mi propia saliva.

Cuando procese bien lo que dijo me di cuenta de que yo también necesitaba respirar, se notaba en mi respiración agitada y nerviosa.

—Oh, sí, c-claro.— Rasque un poco mi mejilla incapaz de volver a mirar a los ojos de Giyū, bastante avergonzado de nuestras acciones como para afrontarlo.— ¿Te molesta?— Busque indagar un poco, observando en segundos su rostro y después esquivarlo.

—No me molesta.— Un suspiro pesado salió de sus labios cuando intento regular su respiración.— Me gusta, en realidad. Me tomó desprevenido que b-beses tan bien, supongo que tienes experiencia.— Se rió de eso último, como una especie de broma.

Apreté sus hombros con fuerza, soportando las ganas que tenía de salir huyendo debido a ese último comentario. Era vergonzoso y me alarmó bastante.

—¿E-experiencia? ¡Tonto, tú sabes que no!— Exclame evitando que piense otras cosas.— No he hecho esto con nadie, lo que pasa es que yo-.

—Eso lo sé Obanai, era un pequeño chiste.— Me interrumpió y se inclino hacia a mí besando uno de mis cachetes con suavidad, sus manos afincaron un poco más mi cuerpo a sus piernas y me sostuvo mientras me beso los labios.— No me salen, ¿verdad?

—No, no te salen. Eres pésimo.— Hablé encima de su boca, besándolo sutilmente volviendolo a abrazar del cuello.— Mejor no hables, molestas.

No escuché nada que avisará que le haya disgustado mi comentario, en su lugar tarareó y siguió el beso con ánimo, no durando mucho en volver a jugar con nuestras lenguas haciendo ruidos húmedos.

—Te gusta mandar.— Logró decir cuando me separé un segundo, mordiendo suave el labio inferior antes de lamer y volverlo a besar.

—Me gusta el silencio.— Corregí deteniendo el beso, riéndome de la expresión extraña que había puesto Giyū, con los ojos brillando.— Por eso me encantas.— Admito agrandando mi sonrisa, observando como Tomioka se sonroja más por mis palabras y un revoltijo de cosquillas atacó mi estómago por mi propia cursilería. Él me evito la mirada un segundo con su rostro extrañado.— ¿Qué? Yo también puedo decir cosas tontas.

—Nunca dije que no pudieras, solo no me acostumbro que seas así.— Se abalanzó hacia mí escondiendose en mi cuello, sus manos tomaron con fuerza mi cuerpo acercándonos más en un abrazo cariñoso.— Te amo, cariño.

—¿Q-qué?

Abrí los ojos por su apodo, quise alejarme de él por la sorpresa y mirarle a la cara para 'reclamar' por decirme así sin avisar pero no podía alejarlo de mi cuello, se estaba escondiendo.

—¡E-ey! ¿Có-cómo me dijiste, estúpido?

—Obanai.

—¡Mentiroso de-!

Simplemente no pude terminar el insulto, las manos de Giyū subieron a mi torso justo en mis costillas y me hizo cosquillas encima de la ropa, ¿desde cuándo yo tengo cosquillas? Me retorcí en sus brazos intentando alejarme pero sin mucho éxito, en realidad secretamente estaba disfrutando de esta atención exclusiva y divertida. No quería que esto se detuviera.

Por el movimiento Giyū se apartó de mi cuello y aunque sus acciones sean divertidas su expresión contradictoria no muestra nada más que no sea una sonrisa diminuta junto a un sonrojo tenue, sus zafiros brillaban con una nueva alegría.

No pude alejarme de él hasta que por fin se digno a recordar lo que estábamos haciendo antes y me beso, suave y cariñoso; cómo siempre demostrando una especie de dulzura que solo él podría tener aún haciendo algo tan mundano. Con suavidad metió su lengua en mi boca, la pude sentir rozando la mía buscando tímidamente el permiso de moverse y después siguió examinando todo mi interior.

Era agradable y emocionante, tal vez incluso un poco excitante y por el cosquilleo fácil de reconocer en la parte más baja de mi cuerpo es que decidí dar por terminado su control. Preferí intensificar mi propio ritmo a sabiendas que me era mucho más fácil mantenerme a raya si soy yo quien controla el beso, ahora era Giyū quien se estremecía tímido bajo mis labios.

Nos quedamos así hasta casi el anochecer, dónde Giyū se fue a hacer su trabajo dejándome solo con Kaburamaru.

Debí comenzar mi entrenamiento de rehabilitación hoy.

......

El sol en su punto más alto, calentaba el terreno y mejoraba mi pobre visión desde la lejanía, tenía al objetivo entre ceja y ceja mientras me acercaba lento pero decididamente, logrando sentir satisfacción por el arduo esfuerzo que hice para por fin llegar a este increíble momento.

El pobre Kakushi estaba despistado charlando con otros ocultos, seguramente hablaban de otras personas porque ese imbécil es un chismoso de primera, ¡le voy a dar una lección que no olvidará nunca en su vida!

Cómo dije, fue un trabajo un poco difícil ya que los Kakushi siempre están cambiando de lugares y viajan de por aquí y por allá para evitar ser reconocidos, este en particular no había salido de las propiedades de Kochō pero sí que se había mantenido escondido de mí por dos días, incapaz de caminar cerca del mismo lugar donde estaba yo. Cómo su uniforme lo indica era bueno para mantenerse oculto pero sus habilidades de principiante no sirvieron absolutamente de nada en contra mía.

El hombre era bastante estúpido a decir verdad, si era un cobarde de primera ¿por qué no cumplió su juramento en primer lugar? Tal vez creyó que sus escondites estúpidos me iban a cansar, por supuesto que no, su falta de valentía me llenaba aun más de molestia y me obligaron a no tener ningún tipo de piedad contra él.

Lo podría considerar un criminal, ¡me hizo enojar por completo!

Repitiendo constantemente la palabra 'criminal' en mi cabeza lo tome desprevenido.

—¡Eso no es todo, él también...! ¿E-eh?— Se detuvo por mi mano sobre su hombro y la mirada asustada de sus compañeros. De forma lenta giro el rostro con leves espasmos hasta mirarme la cara y alarmarse, probablemente si se hubiese topado con un demonio no se hubiese asustado tanto.— ¡Ahh, u-usted, usted señor!— Con lloriqueos rápidos se dió la vuelta, haciendo una reverencia que no era por nada menos que mi perdón.— ¿Q-qué se le ofrece?

—Eres Sōka, ¿no?— La pregunta sobraba, lo reconocí de inmediato por los anteojos redondos y gruesos usaba. Él se encogió, tembló su cuerpo y asintió después de dudar, reconociendo que no tenía ningún tipo de escapatoria. Mire en dirección a sus amigos quienes se quedaron en silencio sin intención de decir alguna palabra.— Oigan, necesito que nos dejen a solas un momento, ¿hay un problema?

—¡Oh, no, no! No sé preocupe, señor, nosotros ya nos íbamos.

—Íbamos a-a...

—¡A preparar un funeral! 

Aquello último fue una exclamación y aunque ocasionó un lloriqueo en Sōka hizo que los demás se fueran de inmediato, dejando a su suerte al imbécil a mí lado, me empecé a sentir satisfecho por como me iban saliendo las cosas.

—S-Señor, ¿usted no cree que...?

—Silencio. Si hablas te mato.— Cuando me asegure de que estuviéramos solos lo obligue a sentarse con un golpe en la espalda.

Logré desequilibrarlo y en consecuencia cayó de rodillas con sus manos sobre el suelo lleno de piedras pequeñas, tenía la respiración cortada y una mirada asustada. Volví a preguntarme si valía la pena golpearlo de la forma en la que pensé en un momento, despues de todo era alguien de rango distinto y realizar estás cosas era equiparable a rebajarme a su nivel.

—¿Por qué no pudiste mantener la boca cerrada?— Pregunté con brazos cruzados, observando desde mi posición como el hombre se retorcía en su propio sitio. Si no tuviera el estúpido uniforme de Kakushi pudiera ver por completo la expresión patética que está haciendo en este momento, no solo sus ojos.— ¡Anda, contesta!— Mi grito logro hacer que se asustara aún más.

Maldito cobarde.

—Lo siento, lo siento, en serio.— Estaba de rodillas, pidiendo perdón como un gusano destrozado.— Y-yo no quería hablar eso con nadie, ¡se lo juro!

"Jurar" no es una palabra que me guste si proviene de él. Otro golpe, así puede dejar de jurar en vano.

Tal vez no me molestaría tanto el rumor si por lo menos hubiese sido sincero y fuese dicho besos en el rostro, ¡no cosas acaloradas! Ni siquiera me había quitado las vendas para que venga esta maldita basura a decir cosas que no son. Con más enojo lo ví estando en el suelo, incapaz de mirarme a los ojos y aun con el cuerpo temblante.

Mis manos temblaban en una necesidad de descargar mi furia hacia él, había hecho algo imperdonable. Cuando caminaba hacia acá los kakushi e incluso las niñas de la finca mariposa me miraban extrañados, ¡una de ellas me preguntó por Giyū a propósito! ¿Cómo se atrevía a mencionar el nombre de Tomioka de todas formas? 

Dejé de pensar, necesito ser rápido si quiero evitar la presencia de Kochō. Di un par de pasos hacia él, el tarado había comenzando a gatear en busca de escapatoria pero lo detuve con una sutil patada. Aunque no use mucha fuerza aún así se quejó del dolor, era patético.

Estaba al frente de él y el alzó su mirada desde el suelo, casi encogiéndose en sus propia miseria cuando me vio.

—¡S-señor, lo siento! En serio, ¡perdóname!— Sus lloriqueos se intensificaron cuando vió que saque la katana de madera que uso para entrenar, tengo una buena idea para él en este momento.

—¡Ningún perdón, no te mereces absolutamente na-!

—¡Oiga, detengase!— Una tercera voz en la discordia me interrumpió.

Ambos giramos el rostro a la dirección del recién llegado y casi pude asesinar a ambos a golpes al ver a quien había llegado; Tanjiro Kamado. ¡Ese inútil todavía estaba de reposo! Ignore que yo aún estoy fuera de servicio.

—Tú, maldit-.

—¡Ayúdame, por favor!— Sōka grito como si ese imbécil lo fuera a salvar, un cazador de ese rango y en sus condiciones no puede hacer absolutamente nada contra un Pilar como yo.

Kamado se puso firme e inflo las mejillas mirándome en desaprobación, como si eso me importará.

—¡Deje de golpearlo! No está bien que abuse de su poder de esa manera, Iguro.

¿Este imbécil me alzó la voz? E incluso tiene la valentía de señalarme como si yo hubiese hecho algo malo. En este momento entiendo la necesidad que tuvo Shinazugawa de molerlo a golpes.

—¡Sí, eso, eso!— Por cada vez que el kakushi hablé lo voy a golpear con mi katana, me tiene harto.

—Escúchame, Kamado.— Dije presionando rápidamente la katana contra la espalda del hombre en el suelo, se había arrastrado para intentar escapar.— No es mi problema si no te gustan mis métodos de escarmiento, pero este desgraciado ha hecho algo imperdonable; una completa criminalidad y no pienso dejárselo pasar.

El rostro del cabello borgoña cambió a entendimiento y llevo su mano a la altura de su barbilla, mirando después confundido.

—¿Criminalidad como cuál?— Preguntó mirando al tipo en el suelo.

—¡No hice ningún crimen! ¡Agh!— Afinque con un poco más de fuerza la katana contra su cuerpo.— N-no diré más nada, lo siento.

Respire buscando el pequeño apice de paciencia que tengo en lo más profundo de mi cuerpo, deseando con todas mis fuerzas desaparecer a Kamado.

—Esta basura comenzó un rumor muy vergonzoso y para nada cierto sobre mí y Giyū, es mi deber hacerle saber que lo que hizo está mal. 

—¿El chisme de los besos?

Hasta un idiota como él está enterado, estoy perdido. Cuando iba a asentir el frentón se me adelantó.

—La señorita Kochō me dijo que era cierto.— Confesó con voz confundida, como si no supiera cuál versión de los hechos creer.

¿Esa cínica ha estado diciendo que es cierto?

—Ella me pidió de favor que mantuviese a Giyū alejado de usted cuando estaba de reposo.— Se tomó una pequeña pausa y una vena de cólera se acrecentó en mi frente.— Pensé que sería difícil porque yo aún estaba herido pero Giyū es facil de alejar.

¿Qué clase de relación tenía este tonto con Giyū? ¿Por qué dice su nombre tan arbitrariamente como si no fuese nada? ¿Con que derecho este imbécil me prohibía ver a Tomioka? ¿Por qué cara de rata no me lo contó en primer lugar?

Cómo sea, lo averiguaré luego.

—¡P-pues Kochō te mintió, no estábamos haciendo nada inapropiado!

—Jamás dijo que los besos eran del tipo inapropiado, ¿A caso así fueron?

Maldito frentón, ¿Ahora quiere burlarse de mí?

—Da igual lo que haya dicho esa mujer. De todas maneras tus palabras estúpidas no podrán cambiar nada, esta escoria va a recibir un castigo digno, es lo correcto por jurar en vano.

Pensé que era suficiente pero un resoplido berrinchudo se volvió a escucharse de su parte. A este punto voy a golpearlo también, si no deja de meterse seré desobediente al Patrón y le daré la paliza que ha pedido desde hace tiempo.

—¡Lo correcto es que lo deje ir!— Miré a Kamado a los ojos y a propósito volví a golpear al Kakushi para dejarle en claro que no me importan sus palabras.— Si no se muestra sensible a la situación ¡le tendré que decir a la señorita Kochō!

¿Y este estúpido a caso piensa que yo le temo a esa mujer?

¡¿Por quién carajos me toma?!

—¿Y a mí que me importa esa tipa? ¡Ya lárgate y no te metas!

Lo voy a ignorar, me importa un demonio lo que ese estúpido piense o diga, por mi que llame a quien quiera pero la satisfacción de mi escarmiento voy a tener. Kamado se quedó se quedó parado con una expresión difícil de leer antes de que yo vuelva a poner por completo mi atención en Sōka, el cual se mantenía quieto mirando al de cabello borgoña con mirada suplicante, susurrando entre dientes pidiéndole ayuda.

Mi plan de castigo era el siguiente, tomarlo y obligarlo a permanecer atado en uno de mis postes de entrenamiento y practicar mi esgrima con él, intentando fallar a propósito en algunas ocasiones, no es la paliza que tenía planeada pero es suficiente para complacerme y dejar de perder tiempo en mi recuperación.

Lo agarre de la ropa levantandolo, queriendo salir de manera rápida de la propiedad de Kochō pero nuevamente el frentón empezó con su palabrería.

—¿No le parece que es muy salvaje y exagerado una golpiza de tal magnitud por algo no importante?— Habló intentando abogar por el diablo otra vez, no entiendo por qué se mete, ¿por qué no simplemente hace como si no vio nada y ya?

—Porque lo que hizo no estuvo bien y sí es importante, niño.— Sin mucho esfuerzo alce al Kakushi del piso y lo sostuve de la ropa para llevarlo a mi propiedad, pude escuchar un par de lamentos absurdos e inútiles salir de su boca.— ¿Tus padres no te enseñaron a obedecer a tus mayores? Ya piérdete.

—Mis padres me enseñaron a hacer lo correcto, ¿a tí no?

Mis padres no me enseñaron un carajo, ¿Por qué sigo con esta maldita conversación?

—Eres desagradable, ¿por que no gastas tu energía entrenando? Así dejarás de ser un bulto contra las lunas y nadie tendría que morir por tí.— Quise decir más pero sentí que de todas formas mis palabras fueron mal recibidas por la manera en la que me miró, bastante dolido.— Métete en tus propios asuntos.— Me sentí un poco desahogado tras decir eso, desde hace un par de días anhelaba gritarle algo similar.

Fue muy de gratis lo último que dije, tal vez toque una fibra sensible para ambos pero aún así me di media vuelta ignorando por completo al frentón. Si se siente mal por mis palabras vendría siendo su culpa de todas formas, yo no lo invite a que abogará por basuras como las que traigo conmigo.

Había querido "hablar" con él respecto a su última misión porque en el interior me encontraba culpandolo inútilmente y sin sentido del deceso de Kyojirou, aún sabiendo que Rengoku estuvo feliz de morir cumpliendo su deber y que un cazador de bajo rango no puede hacer nada contra un enemigo poderoso. No tiene caso culpar a terceros por algo que nadie en particular tiene la culpa pero me es fácil encontrar a Kamado culpable y odiable de todas formas.

Lo aborrezco por completo, representa absolutamente todo lo que odio.

No me di cuenta que Tanjiro se había rendido conmigo y que abandonó al Kakushi a su suerte, ignore la culpabilidad en el fondo de mi cabeza con bastante rapidez y camine con mucha sencillez hasta mi espacio de entrenamiento con Sōka sujeto del brazo con bastante fuerza, se retorcía bajo mis manos en señal de dolor.

Ví a Sōka girar su cabeza hacia atrás observando a Tanjiro nuevamente, acomodándose sus gafas con la mano libre y después me miró a mi con miedo.

—L-lo que dijo fue muy cruel.— Comentó casi muriéndose de miedo.— El niño esta llorando.

Tras escuchar eso mire un segundo más al oculto y después rectifique mis palabras. Tal vez...

—Te romperé el brazo si hablas otra vez, cállate.— La presión en su extremidad aumente y él inmediatamente se disculpo, callandose por completo regalando unos minutos de preciado silencio.

Tal vez, probablemente y en una pequeña cantidad si fuí un cretino con ese estúpido, saque algo que no tenía nada que ver con la conversación por mi propio dolor.

Ya ni modo, que use mis palabras para entrenar y no llorar.

Que sea un hombrecito.

.""'.

Obanai es una pequeña mierda, cómo lo amo al hdp.

Ya tengo el próximo capítulo comenzado, intentaré actualizar más rápido la próxima vez pero no prometo nada.

Espero que les haya gustado, los quiero <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro