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II : Hoy en día

-¿Así que realmente no se arrepiente? ¿De verdad no siente nada al ver matado a su padre?

-Le he dicho mil veces que no.

-Bien entonces no tenemos ningún motivo para dejarte ir aún. Gracias.- El abogado salía por la puerta, parecía molesto pero no podía mentir, realmente no estaba arrepentido.

25 de septiembre 2007

Han pasado 5 años desde aquella vez que maté a mi padre, durante las investigaciones nunca mostré ninguna muestra de arrepentimiento alguno, eso llevó a que mi madre me internara en un hospital psiquiátrico.

El inició de una nueva historia.

Pastillas, laxantes, calmantes eran mis 3 comidas diarias; la gente pensaba que estaba loco, cuando la noticia salió a la luz, todos realmente pensaban que era un psicópata, o ¿porque lo hice enfrente de un niño?¿cómo es posible que un joven cometiera tal asesinato?

Eran las palabras que todos los días escuchaba, ¿acaso ellos sabían por todo lo que pasé por culpa de el? Claro que no. Solo quieren morbo y más morbo más no saben el otro lado de la historia.

El día estaba tranquilo, nos encontrábamos en el patio del hospital era la misma interminable rutina de salir a despejarte un poco de las paredes blancas; en el hospital pude encontrar muchas historias más retorcidas que la mía, también hice algunos amigos, entre ellos el señor Kim y Ruy, el señor Kim es un anciano con demencia que dejaron internado hace unos años, la demencia no es una enfermedad mental grave pero sus hijos eran unos hijos de puta y no querían pagar un asilo: Ruy era diferente tuvo varios intentos de suicidio en el pasado y su familia la interno para ayudarla.

El señor kim era muy sabio como chismoso, solía tejer y dibujar, era como uno de sus pasatiempos. Y Ruy amaba cantar era su mayor talento, todos disfrutamos escucharla en las fiestas festivas o cuando ocurre algún evento importante.

-Escuché que un nuevo plantel de doctores vendrá.- Comentó el señor Kim tejiamos las bufandas de invierno cuando el señor kim lo dijo.

Hace mucho que no venían nuevos doctores
-Es una gran noticia nos salvaremos de los fideos fríos jajaja.- intentaba forzar una sonrisa porque realmente la noticia era mala, cuando hay un cambio en los doctores la mayoría son novatos y nos tratan como niños de jardín, pero no quita la sorpresa al ver nuestros expedientes.

-¿Y cuando llegan?- Preguntó Ruy que seguía con su batalla contra el estambre.

-Supongo que llegaran mañana, espero que estos no sean novatos como los de la última vez.

Y vaya que no eran novatos.

A la mañana del dia siguiente nos pidieron ir a la sala principal a recibir a los nuevos doctores, cuando entraron al lugar todos notamos sus auras y miradas, eran totalmente  frías sin ningún tipo de expresión o mueca a comparación de los novatos que llegaban con caras sonrientes y frases de maestra de preescolar, ellos eran diferentes y eso asustó a la mayoría en el lugar, pero había alguien en especial que llamo mi atención por completo... Vestía al igual que todos una bata blanca, unos lentes negros y su cabello se encontraba de lado, su mirada la tenía fija en algún punto, parecía demasiado concentrado, mi mirada solo estaba puesta en él, sentía que lo conocía de algún lado...

-Bien señoras y señores les presento a sus nuevos doctores, espero que los reciban con los brazos abiertos, a partir de hoy ellos se harán cargo de ustedes.-

La directora del hospital anunció mientras estaba a lado de ellos, todos saludaron y continuamente se presentaron; no le presté atención al nombre de la mayoría de ellos, solo esperaba el de...

-Mi nombre es Hwang Ji-hu y estoy para servirles.- dió un paso al frente y saludo normalmente.

Así que... Hwanh Ji-hu.

inceramente  era atractivo aunque su mirada seguía siendo fría y sin expresión alguna, por alguna razón la curiosidad empezó a torturarme ¿Quien era el? ¿Dónde lo había visto antes? Empecé a preguntarme, no quería asustarlo al hablarle de la nada así, pensaría que estoy loco; aunque creo que de igual manera lo pensaría, estamos en un hospital psiquiátrico era evidente que pensara eso.

Momentos después nos mandaron a nuestras habitaciones, se acercaba la hora de la siesta; decidí que lo mejor sería dormir y descansar un poco, vería más tarde si tendría la oportunidad de hablar con el, me dirigí a la cama y cerré mis ojos...

Segundos después aún con los ojos cerrados, pude sentir una fresca brisa, me parecía extraño ya que el aire acondicionado estaba apagado.

¿Q-qué...?

Al abrir mis ojos pude contemplar aquella vista que años atrás había dejado de soñar, era la misma sensación de paz y despreocupación, las flores se movían por el aire, el sol seguía siendo tan fuerte, era igual que aquélla vez.

¡Era ese campo de flores blancas!

Al despertar estaba agitado, después de cinco años volví a soñar con ese lugar era algo realmente extraño; después de lo sucedido con mi padre estuve bajo las observaciones del fiscal y aunque seguía siendo menor de edad pude salvarme de estar en el hospital, no había señales de arrepentimiento de mi parte y no creo que haya, misma razón por la que sigo aquí.

Cuando entré al hospital no volví a soñar específicamente ese sueño, claro que las pesadillas no tardaron casi en llegar...

Todas las noches mi cerebro reproducía la misma escena de yo apuñalando a mi padre. Pero había ocasiones donde esa primera noche de infierno en el bar también se veía en mis sueños.

Por un tiempo dejé de soñar por completo, tanta tranquilidad en mi soñar, supongo que era por todos lo medicamentos que consumía al día, pero no le di importancia; había olvidado por completo aquel paisaje que en mis sueños aparecía y pareciera que esta volviendo, lo que sentía era demasiada confusión acaso cada cierto tiempo sueño con eso? Cuando empecé a soñar con ese lugar mi tragedia empezó, ¿acaso es una señal...?

1 semana después•

Era la hora de mi atención psicológica, durante todo el día no había logrado ver al doctor, pero bueno el dia aún no terminaba.

Una enfermera me dirigía a la sala de psicología, me pidió que me sentara y esperara al doctor y fue lo que hice con demasiado gusto, cuando el sonido de dos toques se escuchan en la puerta.

-Hola buenas tardes joven Min, es un placer conocerlo.- Era el, el doctor Ji-hu; solo pude hacer una cara de sorpresa. Era jodidamente sexy y atractivo.

-Hola, es un placer. A decir verdad tenía muy poca fé en estas citas, ya que en la mayoría de citas terminan en una nueva receta medica con más pastillas y al igual que medicinas innecesarias.

-Bien, me presento de nuevo, soy el doctor Hwang Ji -hu, a partir de ahora seré tu psicólogo así que empecemos a checar tu expediente.

De acercó a su asiento y parecía sacar una carpeta amarilla donde supongo que vienen mis antecedentes. Mierda ahora si lo espantaré.

-Kim young-min, 22 años nacido en Seúl corea, llegaste al hospital psiquiátrico cuando tenias 17 años, vaya... llevas 5 años, ¿como llegaste aquí?

- ¿Qué acaso en su libreta no dice? Realmente no quiero decirlo, solo léalo y yo responderé sus dudas.

-Joven Min, lo siento es una parte importante que usted me cuente, así que por favor insisto. ¿Como llegó aquí?

-Ah... fuí secuestrado y violado cuando trataba de prostituirme ¿Contento?- mi suspiro después expresó algo de molestia.

-Entiendo comencemos, ¿por qué razón hiciste eso?

-Tenía que conseguir dinero para mi hermano.

-¿Entonces por eso la discusión con tu padre cierto?

-Si.- la conversación estaba empezando a molestarme, será porque no me gusta para contar ese pasado que a cualquiera le desagrada.

-La reacción de cualquier padre al ver que su hijo se está prostituyendo es de esa manera así qué no le veo la razón para matarlo.

- Espera. ¿Qué mierda acabas de decir? - Esas simples palabras fueron suficientes para levantarme de el asiento exaltado por ese asqueroso cometario.

Esto no iba por buen camino.

-Tranquilo, solo digo lo que pasa en este caso- ¿acaso este hombre me está provocando a propósito?

-Sigamos, ¿quién lo interno en este lugar?

-Mi madre. - Con solo pensar en ella no pude contener apretar mi puño con fuerza, pensar en ella me ponía frustrado y triste al pensar que ella nunca hizo nada para detener a mi padre.

- Entonces..

- Y fin, después de eso supongo que encontraron "pruebas" suficientes para encerrar en un jodido psiquiátrico a un adolescente de 17 años, que solo quería llevar dinero a la boca de su hermano.

Sólo seguía escribiendo anotaciones en su libreta y eso me enojaba.

-Supongo que piensa en las pastillas que me va a recetar ¿cierto?- Solté un pesado suspiro de total cansancio -Pastillas... o queridas pastillas cuando sera el día que las deje de consumir.-

Sinceramente estoy empezando a pensar que un día de estos tendré una sobredosis por tanto consumo de ellas, porque si, ellos piensan que estoy verdaderamente enfermo y necesito ayuda.

El solo me entrego un papel con su letra totalmente indescifrable, o vaya que sorpresa más medicina.

-Solo quédate con esa mierda, no necesito nada que tenga que ver con pastillas.-

-No le estoy preguntando, tómelo.- su voz demandante era más molesta de lo normal.

-He dicho que no voy a tomar tu estúpido papel.- quite su mano de enfrente y solo salí de la habitación, ¡que cita más molesta!

La hora de dormir llegó y las enfermeras nos encierran en nuestras habitaciones hasta la mañana, el protocolo era permanecer ahí hasta que el despertador sonara, por alguna razón era regla no me gustaba; con los anteriores enfermeros tenía un trato, me dejarían 30 min en el patio hasta la 1:50 am, ¿por que a esa hora? Muy fácil todos lo demás pacientes bebían algo en reuniones a esa hora y yo era el único que lo sabía, y no querían un regaño de la superior.

Cuando los enfermeros anteriores dejaron el hospital, olvidaron un pequeño detalle, la llave de mi habitación la tenía justo en mis manos, gracias a la enfermera casi única con la que convivía, así que solo tenía que esperar el turno de vigilancia del segundo piso; cuando el turno cambio salí de mi habitación lo mas cuidadoso posible, quería realmente conservar mi llave.

Camine por los pasillos intentando esquivar enfermeras, las cuales no había, ¿acaso también ellos tenían reuniones? Seguí caminando hasta la sala, cuando unos ruidos como de perro agonizando llegaron a mis oídos; la curiosidad me entró así que decidí ir a buscar ese ruido, el ruido provenía del área de limpieza; la puerta de limpieza estaba abierta así que solo echaría un vistazo, como el hospital estaba oscuro me dio miedo y solo agarre una lámpara de la recepción,la cual no ocupe por lo que vi.

¿Q-QUE MIERDA?- Estaba apunto de gritar, pero recordé mi llave y solo me tape la boca; un enfermero cuyo nombré no recuerdo estaba encima del doctor Hwang Ji-hu, y vaya escena; los sonidos de perro agonizando no eran más que sus gemidos.

¡¡Vaya manera de arruinar mi noche Ji-hu!!

Al ver eso solo me dirigí a mi cuarto lo más rápido posible, tuve la impresión de que Ji-hu me vio así que solo corrí lo más rápido de ese lugar, llegue agitado a la habitación, ¿quien no lo estaría después de ver como tu doctor se echaba a otro?

Me acosté en mi cama y solo me quede tendido en la cama viendo hacía el techo esperando a quedarme dormido.

A la mañana siguiente evité por completo ver al doctor Ji-hu, no quería verlo después de ver cómo se apareaba anoche, que ver eso no era de todos los días, además puedo jurar que por un segundo pudo verme, así que solo evitarlo era mi opción.

Mi hora favorita del día, hora del medicamento llegó, así que solo tenía que esperar al enfermero que me diera los medicamentos.

-Buenos días señorito min, ¿cómo amaneció?-Oh no, ¡¡Que hace el aquí!!

El doctor Ji-hu entró por la puerta con un carrito de medicinas, su cara era sádica como si se fuera a vengar de algo, estaba claro qué hoy me quitaban mi amada llave, pensé lo peor al punto de querer salir corriendo.

-H-hola señor Ji-hu, b-bien amanecí bien.- solo pude sonreír, mi cara pedía  ayuda a gritos en verdad.

Solo pude voltear mi cabeza evitando cualquier tipo de miradas, me sorprendí al ver que se sentó en el sillón y solo saco un sándwich del carrito, no me esperaba la tranquilidad con la que se lo empezó a comer, ¿que trataba de hacer?

-O-oye ¿Qué es lo que haces? ¿Que acaso no me darás el medicamento?

- Tu mismo dijiste que ya no querías más pastillas ¿no? Tranquilo no le diré a nadie- ¿Acaso quiere que no lo delate por lo de ayer...?

- ¿En serio? ¿Cómo se que no es una trampa?- apunte mi dedo hacia el con toda la sospecha posible,me daba la espina que algo andaba mal...

-¿Sin trampas?- dio un mordisco al sandwich y se dispuso a sólo mirar mi habitación. Vaya que era entrometido...

El silencio inicio y cada vez más se volvió mas incómodo, solo me quedaba rezar para que ya acabara su sandwich.

- Bien termine.- se paró del sillón,  agarró el carrito de medicinas y estaba apunto de salir de la habitación hasta que se acerco a mi.

Enredó sus manos en mi cintura apegándome hacía él haciendo que nuestra distancia fuera minúscula.

De la nada siento unos labios apegados a los míos...

¿Qué demonios?

Un maldito beso fue lo que recibí, un tierno e imponente beso, pude sentir sus labios mojados sobre los míos, pude sentir como mi corazón reaccionó y simplemente le seguí la corriente, moví mis labios junto con los de el tratando de procesar que era lo que estábamos haciendo en ese momento, mi cerebro se repetía una y otra vez, ¿que  carajo estoy haciendo?

- ¡Ah! Y por favor mantén en secreto lo de anoche, es un trato- Antes de retirarse puse ver como guiñaba antes de salir.

Fue lo único que dijo después de eso, ¿que acaso no se dió cuenta de lo que acaba de pasar?; después de eso solo me recosté en la cama, mi cabeza sólo  daba vueltas, no podía llegar con dejar de repetir esa escena en mi mente, sentía mi cara caliente y mis manos estaban sudorosas, como si estuviera en un edificio y el vértigo estuviera sobre mi... A los instantes me dormí...

Mientras dormía pude repetir ese lugar que contante mente irrumpía en mis sueños, era el mismo nunca cambiaba, solo que ahora era diferente, está vez alguien estaba tomando mi mano, la escena era compleja de descifrar; estaba sentado en el pasto recolectando algunas flores, sostenía mis 6 flores blancas y alguien a lado mío cuyo rostro no identifiqué, ¡maldición esto cada vez es más complicado...!

La enfermera llegó a despertarme, la hora de artes había empezado; en esa hora solemos dibujar con crayolas y pintura acrílica (no tóxica por supuesto), el lugar de mi sueños seguía en mi mente, así que decidí expresarlo en el lienzo, digamos que no era el mejor pintando, pero la intención de expresarme era entendible.

Después de dos horas de mucho esmero terminé, mi ropa estaba manchada y algo sucia por el agua que había derramado; al terminar fui con el señor Kim quería enseñarle mi arte, pero al buscar no lo encontré por el salón, supongo que pasó la hora de su siesta. Decidí ir a enseñarle a los enfermeros entre ellos Ji -hu, la mayoría de enfermeros me eligió y me pidieron colgarlo en la sala de estar, justo en medio para tener toda la atención en mi pintura, pero Ji-hu actuó diferente, cuando lo vió su cara fue como si hubiera la muerte en vida, segundos después sólo se fue...

Ni siquiera un cumplido por preciosa pieza de arte se escuchó de su parte. ¡Que molesto es!

Durante todo el día no logre verlo, en el comedor esperando la cena pude ver como llegaba a la sala, al dejar su abrigo en la recepción pude percatar que algo caía de el.

U-un p-pétalo... ¡y es blanco! No pude evitar levantarme del asiento, intente buscarlo por el pasillo pero fue imposible encontrarlo, el pétalo se perdió de vista.

Decidí ir a buscarlo a la sala de enfermeros, pero estaba haciendo al parecer cosas, así que mejor decidí evitar hablar, volví al comedor, era la hora del postre; mi mente estaba llena de preguntas, ¿es una coincidencia? ¿El tiene algo que ver con ese sueño? ¿A donde fue? Eran las preguntas que rodearon mi cabeza, por primera vez en mi vida quería un laxante, me sentía agitado y mareado, mi cabeza no soltaba esa duda o más bien no paraba de pensar en las posibilidades de que tenga algo que ver con los sueños, aunque viendo a la realidad las posibilidades son casi nulas.

La semanas de citas llego, es una semana en la que familiares y amigos te visitan, nunca antes había tenido una solo de mis abogados, el guardia llamo a mi habitación, comentó que tenía una visita, me pareció extraño ya que la cita del abogado era el próximo mes; al dirigirme a la sala de citas pude ver una cara conocida...

-R-remi ¿qué haces aquí?- Remi se encontraba llorando, al punto de decir destrozado, al verme no pudo evitar llorar aun más.

-R-remi, tranquilo ¿que sucede?- llegué a sostenerlo en cualquier momento perdería el equilibrio y se echaría al suelo...

-P-perdoname Min...-llorando dijo- En serio perdóname...- no pude evitar que mis ojos se cristalizaran, las lágrimas amenazaban con salir, no entendía porque me pedía perdón

- Y-yo fui el culpable de todo, si n-no te hubiera dado esos consejos, no habrías pasado por e-eso...- sus lágrimas eran interminables, sentía una tristeza inmensa al verlo así, no quería que se sintiera culpable...

-N-no Remi tranquilo... no fue tu culpa.- lo abracé lo mas fuerte posible aunque no pude evitar llorar junto a el, el abrazo lo calmo un poco y solo recargo su cabeza en mi pecho, parecía que realmente lo lamentaba...

Después de calmarnos, empezamos a hablar sobre lo que paso después de lo que sucedió, el se refugió y callo en depresión al sentirse culpable de lo que me había pasado, mientras seguimos hablando pude sentir la mirada de alguien.

Ji-hu estaba en la puerta recargado, viendo hacia la mesa fijamente, por un momento decidí no prestarle atención pero su mirada era realmente penetrante; la hora terminó.

-De verdad si necesitas algo, lo que sea, realmente lo que sea, no dudes en pedir mi visita, necesito que sepas que me tienes en cualquier momento.

-Remi, no necesitas hacer eso si te sientes mal por lo que pasó... la decisión fue mía y de nadie más.

-De igual manera, somos amigos ¿No?

-Claro que si.-Su sonrisa era tan cálida en ese momento que parecía que iba a llorar otra vez en ese momento.

Nos despedimos con un gran y fuerte abrazo y el guardia dirigió a Remi a la salida, yo solo me paré de la mesa y me dirigí al chequeó para entrar a mi habitación, Ji-hu fue el encargado del chequeo,

- ¿Quien era el?- rápidamente empezamos con las preguntas mientras checaba mis bolsillos.

- Un viejo amigo de la secundaria...- seguía un poco melancólico por lo que Remi me comentó así que solo respondí...

- ¿Es tu novio?-era insistente al querer saber de quien se trataba.

- No vengo a hablar de mi vida amorosa con usted.

Me miro fijamente, parecía disgustado con mi respuesta pero sinceramente no mentía.

Después del chequeo solo me dirigí a mi habitación, tenía muchas cosas en que pensar y otras por ordenar.

En la noche, decidí leer un libro que dejé hace un tiempo, antes de eso decidí asomarme por la ventana de la puerta a ver un poco el pasillo y solo pude ver al doctor Ji-hu caminar por el, decidí que ese sería el momento perfecto preguntarle sobre el pétalo blanco en su abrigo, tome la llave del cajón y salí de la habitación.

Al caminar por el pasillo pude ver la puerta del patio abierta, así que decidí buscarlo ahí, como la noche era muy linda me senté a ver la hermosa la luna perfectamente redonda y luminosa, cuando por sorpresa  alguien tocó mi hombro por atrás.

-Vaya que te gusta romper las reglas Joven Min.- Ji-hu se sentó a un lado mío e igual observó la luna.

- Lo siento, no podía dormir y aparte quería hablar contigo...

-Bien dime, ¿Qué quieres saber?

-¿Conoces el campo de flores blancas?- al decir eso su cara cambio totalmente, su cara parecía endurecerse por completo ¿Que sabía de ese lugar?

Un mueca se presentó en su rostro, un poco indescifrable pero podría decir que era entre sorpresa y preocupación.

- ¿De donde conoces ese lugar?- pregunto después de tragar duro, parecía nervioso.

- Hace años empecé a soñar ese lugar, me veía a mi mismo en ese paisaje, bueno hasta que en un sueño pude ver como otra persona estaba ahí conmigo tomando mi mano, ya hacia tiempo que no lo soñaba hasta hace poco unas semanas...-

-Te llevaré a ese lugar.- pude ver como se paraba de repente del piso y regresaba a la sala con prisa.

- ¿Qué? ¿A donde?- le grité antes de que entrara, no sirvió ya que solo entro y no me dirigió en ningún momento la palabra

En el hospital hay un protocolo de seguridad hacia las visitas al exterior, alguna de ellas es estar acompañado de un enfermero cuyo trabajo sea cuidar cualquier intento de escape o accidente.

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-Buenos días directora.

-Oh, buenos días doctor Ji-hu. ¿Se le ofrece algo?

-Si directora, necesito salir con el joven Kim young-min, se acabó un medicamento específico para su receta y tratamiento, no podré ir sólo ya que es un medicamento difícil de transportar por asuntos legales, podré llevar unos cuantos guardias pero no serán realmente necesarios ya que con el último suceso hace semanas necesita protección el hospital.

-Doctor Ji-hu sabe muy bien el expediente del joven, no a habido ningún tipo de avance, sería mejor que otra doctor lo acompañe por está vez.

-Directora, el necesita salir por un momento aunque sea en un transporte, tal vez eso lo pueda despejar un poco y hacerlo entrar en razón, ¿no lo cree?

Y podrían tener lógica sus palabras, el joven ya llevaba 5 años en esa cárcel que ya ni recordaba la última vez que vió el mundo exterior, fuera de esas blancas paredes.

Parecía meditarlo un segundo para después dar su respuesta.

-Esta bien, pero que un guardia lo acompañe doctor.

-Claro, tendremos cuidador directora.-  Se despidió con una sonrisa tan radiante que reflejaba su orgullo por la victoria.

Esto sería un viaje muy interesante...

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En la mañana siguiente, la enfermera llego por mí a la habitación con ropa y una mochila, ¿tenía un paseo? ¿Qué hizo Ji-hu?

La enfermera me pidió que me pusiera esa ropa y saliera con la mochila, fue algo raro ya que no sabía a donde me llevaban ni que hiba a hacer. Antes no había pasado por está situación, mi rostro reflejaba todo tipo de confusión en ese momento.

Al llegar a la sala vi a Ji-hu con ropa normal, no puedo negar que se veía demasiado bien pero, ¿qué es lo está pasando?

- Señorito min, ¿esta listó para nuestro viaje?

- ¿De que hablas? ¿Qué viaje?- en verdad no sabe a qué se refería, pero hace años que no voy a un viaje.

- Si señorito, ¿recuerda el viaje que planeamos hace unas semanas?- ¿De que esta hablando? ¿Acaso le esta mintiendo al guardia? Bien supongo que tendré que seguirlo.

- Si si lo recuerdo bien, ¡Estuve muy entusiasmado por el!- era muy notorio mi nerviosismo en ese momento que empezaba a comenzar la inquietud de ser descubiertos.

El guardia hizo un chequeo rápido y breve del equipaje del doctor Ji-hu verificando que tuviera mis medicamentos, una camisa de fuerza, números de emergencia y cualquier cosa que pudiera utilizar en caso de algún accidente, también firmar algunas responsivas por si algo me llegará a pasar y otras cosas más.
Después de un rato salimos afuera directo a una camioneta que supuse es de ji-hu, subimos y nos dirigimos a la salida.

Los primeros 15 minutos fueron un completo silencio incómodo, ninguno de los dos  se atrevía sacar algún tema de conversación.

- Oye, sobre el beso de la otra vez, de verdad lo siento, me deje llevar un poco, y también perdóname por lo que viste aquella noche...-

- Si descuida no le diré a nadie...-,¿Porque me siento así? Me siento enojado y a la vez feliz, ¿pero porque?...

El resto del caminó, el cuál fue largo y rotundamente aburrido, estuve dormido, estuve lamentando porque la vista de la carretera de Corea es algo muy hermoso aunque el destino fue aún mejor.

Al llegar Ji-hu me levantó ,yo al estar aún dormido no pude ver bien el lugar, pero pude sentir esa sensación familiar... Acaso...¿Es este el lugar?

Al bajar del auto pude sentir una fresca brisa, un olor a rosa invadió mi nariz, era ahí, era ese lugar que mis sueños invadía cada noche...!

El campo totalmente blanco y especular estaba frente mío, noches y días tratando de pensar como sería pisar ese campo se fueron totalmente a la mierda, nada se comparaba con lo que estaba sintiendo en ese momento.

No pude evitar voltear a ver a Ji-hu, el cual también observaba aquel  hermoso paisaje; al verlo mi corazón latió muy fuerte, sentí como si de un paro cardíaco fuese, me acerqué a Ji-hu y tomé su mano, salí corriendo hacía ese campo junto a el.

Su mano fría pero suave se sentía como en sueño, podría correr décadas  con el sólo por su tacto y calidez.

El tiempo se detuvo y solo estábamos ahí tu y yo volando como esos pétalos de rosa de ese lugar totalmente mágico...

Ese sentimiento extraño, cada día iba creciendo más y más, pero lo más raro es que...

Lo siento cada que miro a Ji-hu...

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