☀️Cápitulo XXXVIII☀️
CINDY
Definitivamente hoy, sería un día de mierda para mí, lo presentía. Me sentía estresada, cansada y sin ánimos y sola.
Tenía ganas de beber, quería emborracharme a ver si así olvidaba algunas cosillas, o más bien a cierto hombre terco, obstinado y cobarde.
Quería salir, pero no sabía con quién; Damián se fue con la Kiracita después de terminar los últimos retoques para el lanzamiento de la canción. Casi no se pueden ir porque don señor amargado no quería que su hija pasara su cumpleaños lejos de casa. Fue muy difícil convencerlo, tuvieron que irse en la tarde después de la reunión en honor a la cumpleañera, para descargar un poco.
«Si claro, imagino todo lo que van a descansar estando solos».
la Meli en casa de su amiguita, regresa mañana en la tarde, la Taniecita con el Sebas celebrando que cumplen meses, el Gonzalo en Medellín desde anoche, el Mr y Mario no son recomendables y la Susi...
La Susi, si. Ella ya debió terminar su trabajo. Agarré mi celular y le marqué.
—Hola Susi, ¿Nos vamos a un bar a bebernos todo? Yo invito, por favor di que sí ¿Si?
—Cindy hola, primero se saluda, pero sí, si tu invitas hay que aprovechar. Eso es algo que no se ve a menudo y decir que no serían una gran estupidez. Paso por ti en treinta minutos.
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La música sonaba fuerte y aún así no tenía ganas de bailar, solo quería beber y beber.
—¡Ay por Dios! Cindy, quita esa cara de aburrimiento que me vas a contagiar, se supone que vinimos aquí a distraernos. —Se quejó. Bebió un trago, se levantó, tomó mi mano y me arrastró a la pista de baile.
Merengue, un buen ritmo para bailar, solo que es mejor en pareja. La Susi empezó a mover sus pies y sus caderas incitandome a qué hiciera lo mismo, ver su entusiasmo me animó a hacerlo también.
Nuestras risas y los movimientos del baile atrajeron nuevos bailarines, también la atención de un par de chicos que no dudaron en acercarse a nosotras.
—Hola hermosas, ¿Nos permiten esta pieza y después, nos acompañan a nuestra mesa? —Invitó el moreno.
—Gracias guapo, pero no...
—Claro que sí —dijo Susi, le di una mirada asesina—, nos encantaría —respondió, el moreno colocó su mano en mi cintura y yo la mía en su hombro para empezar a bailar.
Bailamos tres canciones más y luego nos fuimos a sentar en la mesa que ocupaban los chicos, cada uno lo hizo a nuestro lado.
El moreno dijo llámarse Alexander y el que le hacía compañía a Susi, Juan jose, pero pidió que lo llamaramos "Juanjo". Hicieron unas cuantas preguntas e igual nosotras para conocernos un poco. Hasta el momento parecían agradables, nos invitaron a bailar unas canciones más y bebimos no se cuántos tragos, yo bebía más que la Susi y ya mi cabeza empezaba a darme vueltas. Creí que me sentiría mejor si me emborrachaba, pero no. En vez de eso ahora solo pensaba en Juan, enlos pocos momentos que vivimos, los cuales reconozco fueron muy lindos. También recordé cada desplante que me hizo, su rechazo y el momento en que me mandó al diablo. Me levanté de mi asiento para ir al baño a llorar y desahogarme, no quería hacerlo enfrente de ellos.
No se cuánto tiempo había pasado, solo lloré y lloré sentada en el inodoro del baño, ahí seguía sin importar que golpeaban la puerta y me gritaban. De nuevo escuché unos golpes.
—Cindy, ¿Por qué tardas tanto? hay personas aquí impacientes. ¿Te sientes bien? —preguntó "la" Susi preocupada. No sabía que responder, así que preferí callar. Siguió golpeando la puerta hasta que se cansó—. Abre la puerta Cindy o si no la tiraré, sabes que lo haré —Sabía que sería capaz y no tuve más opción que abrír sin levantarme del inodoro.
—Solo me siento mareada Susi y esperaba que pasara. —dije para quitarmela de encima.
—Si, claro, cómo no. ¡A ver! desembucha. Soy todo oídos ¿Que tienes? —Se giró hacia las otras chicas—. Disculpen, este baño no funciona, usen los otros. —Se metió, cerró la puerta y se recostó sobre ella—. ¿En serio estás así por el tal Juan? —Fruncí mi ceño y la miré al escucharla—. No me mires así, Alex me preguntó quién era él, al parecer lo mencionaste un par de veces —Bajé mi mirada y levanté mis hombros. Se arrodilló para sujetar mis manos.
»Puedes contarme, tal vez pueda ayudarte, y si no pues, almenos te habrás desahogado.
—Bien, pues si. Hoy me dio la depre porque me sentí sola, todos están felices disfrutando de la compañía de sus seres amados y yo... —Mis ojos se aguaron y los cubrí—. No lo entiendo Susi, estábamos bien y luego me dejó. Bueno, reconozco que tuve algo de culpa, pero no fue pa' tanto.
—¿Por qué crees eso? Explícate mejor.
—Juan y yo empezamos a salir desde la fiesta de beneficencia a la que me invitó, me sentí feliz y orgullosa de ir de su brazo, me divertí mucho para que negarlo. Luego nos fuimos a un hotel y fue a un mejor, esa fue la primera vez que hicimos el amor. —Sonreí al recordarlo—. Todo marchaba súper bien, fueron las dos semanas más felices de mi vida, pero luego todo cambió. Fuimos a comer a un restaurante y ahí empezaron todos los problemas.
—¿Cómo? No entiendo, ¿Qué tiene que ver eso?
—El mesero le preguntó que quería comer y luego preguntó ¿Y su hija?.
—¡Ouch!. Eso debió molestarle. Supongo.
—Se pintó el cabello después de eso, se empezó a ejercitar, no vi nada malo que quisiera verse bien, lo malo era que se sentía avergonzado, temeroso y luego llego yo y meto las de caminar para reforzar sus temores y prejuicios estúpidos.
—¿Qué fue lo que hiciste?
—Lo llevé a un bar donde habían muchos jóvenes y hombres muy guapos. Varios se acercaron a nuestra mesa para pedirle permiso de bailar con su hija y pues, se molestó.
—¿Y te terminó por eso?
—En parte, pero en realidad fue porque el pinki se metió en lo que no le importa y se lo exigió. Pa' seguir con el cuento, mientras fue al baño un tipazo se me acercó, estaba muy bueno Susita, ni modos que no lo viera, le sonreí y mordí mi labio mientras lo veía y pues, estaba tan embobada que no me di cuenta que Juan me observaba.
—Ay Cindy, solo a ti se te ocurre mirar así a otro hombre delante de tu pareja. Apuesto a que sí él lo hubiera hecho hubieras hecho un escándalo —Negó con su cabeza.
—Si, pero no fue delante suyo, él no estaba, y en mi defensa el tipo se parecía a Henrry Cavil, no soy ciega por Dios.
—Si, pero con eso creaste desconfianza en él, además de alimentar su inseguridad sobre tí.
—Lo sé, me lo dijo. Dijo que él solo era un capricho para mí y en cuanto se me pasara lo dejaría por alguien de mi edad, que ya había pasado por algo así y no quería repetirlo. —Suspiré—. Te aseguro Susi que no es así, yo no sé que le vi, ni siquiera sé por qué él, pero... Lo amo y me duele mucho que no quiera estar conmigo.
—Bueno Cindy, es algo complicado porque lidiar con una persona que tiene inseguridades, miedos pasados y prejuicios no es nada fácil. No sé que decirte más que tú eres la única que decide si pasas la hoja o haces un último intento —Señaló mi teléfono, reí al entender su punto.
—Tienes razón, uno más. —Ahora fui yo quien la tomó de la mano y la arrastró a la pista.
Los chicos estaban sentados, supongo que esperando por nosotras, tomé una fotografía de Alex, escribí y le di envíar.
De inmediato salí del Whatsapp y me reí imaginando su cara. Sentía mi teléfono vibrar, pero no lo tomé.
Bastaron unos segundos para recibir la tan esperada llamada. Me alejé un poco para poder responder.
—Hola, hombre terco.
—¿Qué se supone qué haces? —preguntó molesto.
—Hacer lo que quieres, salir con otro.
—¿Y para qué me envías su foto? ¿Qué pretendes? ¿Me enviaras un vídeo también? Inmadura.
—No, con la fotografía es suficiente —Reí—. Es guapo y pues, quería que supieras que voy a acostarme con él, a menos claro, qué vengas por mi y sea contigo con quién lo haga, así que tú eliges ¿O me acuesto con él esta noche, o me acuesto contigo?. Ya sabes dónde estoy, piensa bien lo que harás —Colgué muy contenta por mi osadía.
Me senté de nuevo con los muchachos, la Susi clavó sus ojos en mí queriendo saber lo que había hecho y ya que ella me animó, le enseñé mi teléfono. Abrió la boca y se acercó a mi oreja.
—Estás loca, ¿Como le envías algo asi? Se supone que lo convenzas de darse una oportunidad, no que lo ahuyentes —Se burló.
—Eso hago, si viene sabré que le importo y haré lo que sea para convencerlo de que volvamos —Sonreí mientras movia mis cejas.
—¿Y qué pasa si no viene?
—Entonces entenderé que no hay nada por que luchar, renunciaré a él y seguiré con mi vida.
«Ya estoy arta de tantas dudas y tomaré una decisión, si no vienes a impedirlo prometo dejar todo así y aceptaré que solo estoy perdiendo mi tiempo»
—Eso espero porque ya no quiero verte así, no pareces tú. —dijo Susi esbozando una sonrisa.
Mientras esperaba por él, seguimos bailando y bebiendo con los chicos, la Susi se veía muy entusiasmada con Juanjo, se fueron alejando poco a poco hasta que los vi devorándose la boca.
«Mira no más que aflojadita saliste Susita »
—¿Quieres que hagamos lo mismo? —La voz de Alex me trajo de vuelta.
—Eh, no. Yo, estoy con alguien y... Lo espero. Disculpa si...
—No te preocupes, lo supuse en cuanto lo nombraste.
—¿Entonces por qué tú invitación? —cuestioné con mi ceño fruncido, Alex levantó los hombros y río.
—Tenía que intentarlo.
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Una, dos horas y nada que aparecía el hombre, ya me empezaba a desesperar y a sentirme desilusionada.
—Hey Cindy, tengo pis ¿Me acompañas? —Asentí, Susi se levantó y caminó en dirección a los baños, la seguí y voltee con la esperanza de verlo, detuve mis pasos y sonreí en cuanto lo vi cruzar la entrada.
Mi corazón se alteró, la felicidad me invadió y corrí hacia él sin importarme que Susi me llamaba.
—¡Viniste! —exclamé, no podía ocultar la emoción.
—Tu, me chantajeaste —dijo en tono molesto. Miró detrás de mí, voltee y ahí estaba Alex observandonos.
Voltee de nuevo para ver a Juan, su rostro estaba serio, sus ojos parecían llamas ardientes del enojo.
—Vamonos —espetó. Tomó mi mano y me llevó a la salida casi a rastras.
Abrió la puerta de su auto para que entrara y lo hice gustosa. En el camino no hablamos, solo esperaba llegar a dónde sea que me llevaba. Tararee un par de canciones, creo ¿O tal vez fueron más? No recuerdo bien, unos minutos más tarde el auto se detuvo, observé por la ventana el lugar y mi rostro se contrajo.
—¿Por qué me traes a casa? —protesté porque esperaba que me llevara a un hotel.
—Porque aquí vives —respondió con ironía.
—Bueno si, pero yo creí que...
—Ya estás segura en casa, así que baja y entra.
«Pero ¿Qué mierda?»
—¿No vas a entrar conmigo?
—No. —respondió sin mirarme. No dije nada, solo bajé del auto molesta y a la vez defraudada.
»¡Cindy espera! —No hice caso, busqué mis llaves e intenté abrir la puerta, pero el coraje que traía no me dejaba..—¡Cindy!
—¿Qué? —grité.
—¿Por qué estás molesta? Me pediste que fuera por ti y lo hice.
—Si, pero es que... —Pensaba en como explicar—. Yo, quería verte, que habláramos sobre nosotros y que...
—Ya todo está dicho, no sé que más quieres oír, Cindy.
—Pues no, no lo acepto. Lo único que quiero oír es que quieres que lo intentemos de nuevo, que estemos juntos como una pareja y que confías en mí amor por ti. —Me acerqué—. Déjame demostrarte que puedo amarte sin límites, Juan —Acaricié su rostro—Déjame demostrarte que podemos ser felices por favor, que aunque a veces meto las patas hasta el fondo, yo puedo y quiero amarte solo a tí. Te aseguro que te quiero y aunque digas que no, tu también me quieres. Solo tienes miedo y es injusto. Es injusto que me culpes de algo de lo que no soy culpable —Me entró la desesperación al no obtener respuesta, ni siquiera una mirada y comencé a llorar.
—No, no quiero que llores. —Me miró por fin.
—Entonces no me hagas llorar con tu rechazo.
—Cindy yo no sé que decirte, yo...
—No digas nada, solo déjame amarte. ¡Por favor! —Atraje su rostro hasta el mío para quedar cerca de su boca—. Por favor, te estoy suplicando y no suelo hacer eso. No te fallaré, lo juro por mi vida —Sus ojos miraron los míos con ternura y entonces supe que era el momento.
Cerré mis ojos y lo besé con todo el amor que tenía para él. Lo dudó, pero luego correspondió con la misma suavidad y ternura.
—Espera, no estoy seguro y, estamos aquí, afuera de tu casa, nos pueden ver y...
—No te preocupes, los vecinos son chismosos pero decentes, deben estar durmiendo, no espiando por las ventanas y... la casa está sola ¿Recuerdas? nadie nos va a interrumpir —Volví a besarlo, esta vez con más pasión haciéndole saber que lo deseaba. Tomé su mano y lo lleve dentro de la casa para continuar besándonos con pasión, acaricié su pecho despacio y poco a poco lo fui llevando a dentro de mi habitación.
Logré quitar su saco y también su camisa, al entrar me deshice de mi vestido, no traía sostén, así que mis pechos quedaron al descubierto. Se acercó para acariciarlos y besarlos uno a uno con toda la experiencia que me encantaba, caímos en la cama y me dejé llevar por todas las sensaciónes que provocaba en mi. Sensaciones que hacía mucho tiempo no sentía.
lo extrañaba.
☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️
A la mañana siguiente, desperté cansada y con un poco de jaqueca, creo que los tragos me pasaban factura. Abrí mis ojos lentamente, recordé lo que sucedió en la madrugada y sentí miedo de voltear y darme cuenta que Juan no estuviera conmigo.
Giré mi cabeza despacio y mi corazón sintió el revuelo al verlo aún dormido boca abajo. Se movió al sentirme acariciar su espalda y entonces me levanté de sopetón.
—¡Carajo!
—¿Qué sucede? —Se espantó por mi grito.
—¡Mierda Juan! 'La' Susi. Ella estaba conmigo anoche. La olvidé en el bar —dije muy angustiada.
—¿Cómo qué la olvidaste? ¿No estabas sola? —Negué—. Llámala —Asentí, tomé mi celular y marqué su número pero me envió directo al buzón provocando que me angustiara más.
—Llamaré a su casa, a lo mejor está ahí. —Unos timbrazos y hubo respuesta—.Hola, buen día.
—Buenos días, ¿Qué desea?
—Eh, por favor me puede pasar a Susi.
—La señorita no está, salió anoche con una amiga y aún no regresa. —Colgué la llamada al escuchar eso.
«Carajo, ahora sí me preocupé»
—No ha llegado.
—Tranquila, a lo mejor se fue con una amiga, o un familiar.
—No, ella no tiene familiares aquí y amigas solo nosotras.
Imágenes de ella y Juanjo chupeteándose vinieron a mi mente.
«¿Se habrá ido con él?»
«¿Y si no?»
«¿Y si le pasó algo?»
«Ay, no, no, no»
«¿Dónde andas Susi?».
Me pregunté.
¿Qué sucedió con Susy?
Próximo capítulo dedicado a ella.
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