☀️Capitulo XXXIII☀️
KIRA
Damián silbó con sorpresa al ver la compañía.
—No creí que fuera tan grande, pensaba que era más pequeña ¿Cuántos pisos tiene? —Observaba el enorme edificio de arriba a bajo.
—Siete, fue pequeña en sus inicios, con el tiempo fue creciendo hasta convertirse en la compañía que es ahora, con mucho esfuerzo claro. —expliqué. Tomé su mano y lo guíe a la entrada.
—Buenos días señorita Duarte, que gusto verla. —Saludó amablemente Lorenzo: el vigilante.
—Buenos días Lorenzo ¿Cómo se encuentra tú familia?
—Muy bien señorita, muchas gracias por preguntarlos. Se pondrán muy contentos en cuanto les diga que la vi.
—Me alegro por ellos, y saludalos de mi parte, en especial a Linda. Dile que tengo unas cosas. —dije. Miré a Damián y luego a Lorenzo—. Lorenzo, él es mi novio y viene conmigo ¿Podrías darle un pase por favor?.
—Claro que si señorita. Documento por favor.
—Si, claro. —respondió. Buscó en su bolsillo de la parte trasera de su pantalón la billetera, sacó su cédula y se lo extendió.
En cuanto Lorenzo le pasó el carnet de visitantes, seguimos al ascensor, presioné el botón del piso 6. Las puertas se abrieron dejándome ver a la secretaria escribiendo en su computadora.
—Hola, buen día Maritza. ¿Cómo te va?
—Señorita Duarte, bienvenida. ¿Qué puedo hacer por usted?.
—Am, necesito hablar algo importante con Mauricio ¿Está?
—Si señorita, pero no la puede atender ahora. No está solo, la señorita Zulia está con él ahor...
Voltee al escuchar la voz de Zulia.
—Kira, ex cuñada. Cuánto tiempo sin verte. —Interrumpió al verme, me sonrió y clavó sus ojos en mi novio, al igual que Mauricio que estaba a su lado. —No te pregunto cómo estás, porque veo que estás muy bien, y también bien acompañada.
—Hola Zulia.
—¿No me presentas al guapote? ¡Qué mal educada te has vuelto!
—Eh, si. Él, es Damián, mi novi...
—Bueno, yo las dejo, pueden usar mi oficina para que hablen todo lo que quieran. —dijo Mauricio dando un paso para irse.
—¡Espera Mao!, en realidad vine a verte a tí. —expliqué, frunció su ceño confundido.
—¿A mí? —creo que todavía no lo podía creer.
—Si, necesito hablar contigo. ¿Me das unos minutos? —De nuevo miró a Damián y yo también.
Me sentí incómoda al ver la manera en que ambos se miraban.
—Claro, pasa a mi oficina. —respondió por fin Mao.
—Ve tranquila, yo me encargo de este bombón. —Colocó su manos en el hombro de mi novio y le sonrió.
«¿Está coqueteando con él?»
Mi estómago se retorció un poco de solo pensarlo.
»¡Que pena que no pueda comérmelo! ¿Una lámidita si puedo darle?
—Obvio no, solo yo puedo hacerlo. —Río. —Veo que sigues igual de posesiva.
—No...
—Sol, no tengo todo el día para esperarte, tengo trabajo que hacer. —Se quejó Mauricio por la tardanza.
—Ya voy. —respondí. Fui hasta mi novio para darle un beso cortito. —No tardo. —Le dije y entré con Mauricio a la oficina.
Estaba igual como la recordaba. Nada ha cambiado. Tomé asiento y esperé a que Mao lo hiciera también.
—¿Para que viniste a verme? —preguntó sentandose en su silla.
—Quiero hablar contigo sobre Sebas. Pedirte que por favor le pidas a Valeria que se retracte sobre todo lo que dijo de él. Sebas es nuestro amigo Mao, lo conozco y tú lo conoces desde que eran niños. No puedes dudar de él, él no sería capaz de hacer...
—Lo sé Sol, pero no puedo dudar de Valeria.
—¿Entonces crees en su palabra? Si le crees significa que dudas de Sebas, no entiendo por qué dices que no.
—Creo que Valeria está confundida, estaba nerviosa por la discusión que tuvieron, ella mal interpretó las cosas. Pero me confunden las otras dos.
— ¿Te refieres a la mejor amiga y la amiga de la mejor amiga? ¡Qué coincidencia! ¿No?
—Sol, fíjate bien en lo que estás insinuando. Podrías meterte en grabes problemas.
—No te lo estoy insinuando, te lo estoy diciendo Mauricio. Valeria pudo pedirle a su amiga que dijera todo eso y ella a la otra. Piénsalo, es muy raro que solo ellas hayan sido "víctimas de acoso" por parte de sebas y las otras modelos no.
—¡Basta Sol! No te permito que calumnies a mi novia —reclamó alzando la voz.
—¿Y ella si puede calumniar a Sebas? —respondí igualando el tono y él hizo silencio—. ¿Qué te pasa Mauricio? Abre los ojos de una vez y date cuenta que tú novia es una vil mentirosa, te ha estado engañando todo este tiempo. No es una buena persona, no te merece.
—Suenas como una mujer despechada. —Bajé la cabeza y sonreí con sarcasmo ocultando el enojo.
—Ok. Veo que lo que yo diga va a sonar así, pero te aseguro que no lo es, si llegaste a conocerme aunque sea un poco Mao, lo sabes de sobra. No pierdo más mi tiempo tratando de hacerte razonar. Vine aquí a pedirte algo y debí hacerlo apenas llegué para evitarnos todo esto.
—Bueno ¿Y qué es lo que quieres? —Se recostó en su silla a esperar la respuesta
—Quiero que investigues bien antes de tomar una decisión, revisa las cámaras y pídele a Melendi que...
—No, no voy a hacer eso. Eso sería aceptar lo que dices y...
—Por favor Mao, si no quieres hacerlo por mí, hazlo entonces para restregarme en la cara que soy una ardida y resentida.
—¿Lo estás aceptando?
—No. Porque no es cierto.
—Dime una cosa Sol, tu novio ¿Por qué lo trajíste? ¿Querías darme celos o qué?
—Por supuesto que no. Él quiso acompañarme y no le vi ningún problema.
—Ah, ¿Es inseguro y teme de lo que pueda pasar aquí? —Sonrió.
—No, para nada. Él no tiene nada de que preocuparse porque confía en mí y sabe bien que nunca, jamás le faltaría.
—¿No? —cuestionó colocándose de pie, dio la vuelta y me tomó por el brazo suavemente obligándome a levantarme también y quedar frente a frente—. ¿Estás segura Sol? ¿Ni siquiera conmigo?
—Muy segura, y tú, ya eres pasado.
—¿Lo amas tanto como me amaste a mí? —preguntó pegándome más a su cuerpo.
—No —respondí mirándolo a los ojos—. Lo amo mucho más de lo que alguna vez, te amé a tí. —Sé que él esperaba oír otra cosa, su sonrisa me lo dijo. Revisó en mi miradaalgún gesto que le hiciera saber que mentía, pero no lo halló.
—Eso, sí alguna vez me amaste. Ya amas a otro, no eres más que una mentirosa. —Me soltó.
—Deja de decir eso, aquí la única mentirosa es tu novia Mauricio. Y aunque ahora lo dudes, te amé pura e incondicionalmente, sufrí, lloré tu traición e hice cosas estúpidas de las que ahora me arrepiento.
«Como intentar lanzarmele a un camión»
Pensé, pero no se lo dije. Me avergüenzo de eso.
»Pero si esperabas que llorara años por ti, lo siento. Tal vez hubiese sido así porque no tienes idea de como me dolió lo que me hiciste, pero Damián apareció en mi vida para evitarlo y hacerme ver qué perdí mi tiempo amando a alguien que no merecía ni una pizca de mi amor.
—Sol, no quise ofend...
—¡Kira!, mi nombre es Kira. No vuelvas a llamarme así. Dejé de ser tu Sol el día que decidiste traicionarme. Así que te exijo, que me llames por mi nombre de pila. —exploté. Tomé el lápiz que estaba en el escritorio, un pedazo de papel para anotar algo y se lo puse en las manos—. Pese a lo creas de mi Mauricio, te digo que no odio a Valeria por haberme quitado tu amor, reconozco que lo hice en su momento, pero después le agradecí, y no por lo que me quitó, —Lo miré fijamente a sus ojos—, sino por lo que me dio. Después de todo, fue ella quién lo puso en mi vida, y no sabes cuánto se lo agradezco.
—¿De qué hablas? —preguntó confundido.
—En Medellín —Señalé el papel y salí de la oficina dejándolo más confundido.
En cuanto estuve fuera miré en todas las direcciones buscando a mi novio, pero no lo vi por ningún lado.
—Si busca a su novio, la señorita Zulia se lo llevó a dar un recorrido.
—Oh, gracias Maritza. Adiós.
Me dispuse a recorrer las instalaciones en busca de él, hasta que di con su paradero en la cafetería. Él y Zulia hablaban de algo que al parecer era muy divertido porque mi querido novio no paraba de reír. Se veía muy feliz con la charla. Sentí celos de verlos así, conocía a Zulia y aunque era un poco mayor que Damian, sabía que si un hombre le gustaba haría lo que fuera para tenerlo y Damián, le había gustado, de eso me di cuenta.
Caminé hasta llegar a ellos, al percatarse de mi presencia Damián se colocó de pie para tomar mi mano.
—¿Nos vamos, mi amor? —pregunté marcando mi territorio..
—Si ya terminaste lo que tenías que hacer, vámonos —Me sonrió.
—Zulia, me dio gusto verte. Gracias por cuidar de mi novio.
—No te preocupes. Fue todo un placer. —dijo con descaro. Se acercó a él y le dio un beso en la mejilla muy lento—. Adiós Damián, cualquier cosa que necesites me hablas, ya tienes mí número.
—Adiós Zulia —dijo algo incómodo, creo que notó mi molestia. Me tomó por la cintura y bajamos a recepción.
En cuanto Lorenzo nos vio, se acercó a nosotros.
—Señorita Duarte ¿Me permite un minuto?
—Si, claro Lorenzo. ¿En que te puedo ayudar?
—Yo, te espero afuera —dijo Damián y salió de las instalaciones.
—Disculpe mi atrevimiento señorita, quería invitarla el próximo domingo a la primera comunión de mi hija. Ella la aprecia y me pidió que la invitara.
—Claro que si Lorenzo. Muchas gracias por la invitación. Ahí estaremos, mi novio y yo.
—Gracias señorita. Mi hija se pondrá muy feliz. Ah y, muchas gracias por la ropa y el muñeco de peluche. Le gustó mucho.
—Lo hice con gusto.
Salí en busca de mi novio, estaba recostado en un poste hablando por el celular, corrí y salté sobre su espalda enrollando mis piernas en su cadera, tambaleó, pero me sujetó levantandome un poco más. Dio un par de vueltas conmigo y luego me bajó. Pasó sus manos por mi cintura y yo por su cuello.
—Besame. —pedí.
Sonrió y luego unió sus labios con los míos en un dulce beso que me transportó a otro mundo. Me encantan sus besos, de todas las maneras que me los da.
»Jamas voy a cansarme de que me beses mi amor. ¡Qué rico lo haces!
—¿Si? ¿Quieres otro?
—Por favor.
De nuevo nuestros labios se juntaron, solo que esta vez su beso era más feroz, más pasión y más des...
—¡No lo toques estúpida! Sueltalo. —Fui brutalmente separada con un tirón de pelo, tan fuerte que me quejé del dolor. Sujeté las manos que tiraban de el intentando que me soltara.
—¡Déjala Valeria! ¿Qué te pasa? ¿Te volviste loca? —Intervino Damián, sujetó sus manos y logró que me soltara.
—¿Estás acostándote con esa estúpida Gansito? —reclamó histérica. Me hice a un lado y la miré con rencor.
—Eso a ti no te importa y no me llames así. —Espetó él.
—¡Contesta! —exigió golpeando su pecho.
—No, no me acuesto con ella—. Me tomó por la cintura pegandome a su cuerpo—. Le hago el amor, es mi novia, será mi esposa y la madre de mis hijos, estoy enamorado de ella, la am... —El fuerte impacto de una bofetada detuvo sus palabras. Los ojos de Valeria se llenaron de lágrimas, eso me hizo saber que todo lo que dijo Damián, le dolió.
—¿Quién te crees para golpear a mi novio? ¡maldita perra! —La indignación y el enojo se apoderaron de mí y la empujé fuerte.
—¿Tu novio? Por favor, está contigo solo para vengarse de mí, pobre estúpida.
—Estúpida tú, que dejaste el paraíso para irte al infierno. Porque ahí estás ¿Verdad? Se nota que no eres feliz, no sabes cuánto te compadesco. Debe ser duro estar con un hombre al que no amas, estar con él en la cama mientras deseas que sea otro el que te toque, el que...
—¡Cállate! Cállate maldita —Se lanzó contra mí furiosa y dolida. Agarró de nuevo mi cabello, pero esta vez también la tomé del suyo.
Damian intentaba separarnos, y yo solo quería golpearla y arrancar su rubia melena. Se quejaba en cada tirón y yo igual. Los brazos de Damián ahora apretaban mi cintura mientras que los de Lorenzo sostenían la de Valeria.
»Suéltame Imbécil, voy a dañar la carita de mosca muerta de esa estúpida, que no es más que una zorra disfrazada de angel. —Forcejeaba para liberarse del agarre de Lorenzo mientras gritaba.
—Estás hablando de tí, te recuerdo que la quita novios aquí eres tú; además de ser una perra mentirosa, sin sentimientos capaz de dañar a una persona con tal de conseguir lo quiere. —Logró soltarse y me dio una muy fuerte bofetada.
La fuerza del impacto hizo que Damián me soltara. Llena de enojo debolví el golpe con la misma fuerza, y luego otra.
—¡Ya es suficiente! Se detienen las dos —ordenó Damián.
—Ella fue la que empezó. —me excusé.
—Si, pero no le sigas el juego. Vámonos ya.
—Está bien, como tú digas mi amor. — respondí dandole un beso largo en los labios para molestarla.
—¡Suéltalo, no lo toques per..
—¡Valeria! —El grito de alguien nos alertó.
La chica la tomó del brazo haciendola retroceder unos pasos, le hizo seña con los ojos y volteamos a mirar. Ahí estaban Mauricio y Zulia observándonos con desconcierto y enojo. Él odia los escándalos, más si son en la compañía, la próxima campaña está cerca y un escándalo no les conviene en estos momentos. Está furioso, lo puedo ver en sus ojos, pero la más furiosa; es Zulia. La manera en que miró a Valeria me causó escalofríos, y también a ella, de eso me percaté. Zulia es muy astuta y estoy segura que se dio cuenta de lo que pasó.
—Mauricio, amor. Mira lo que me hizo la loca de tu ex. —Caminó rápido hasta él y se e acurrucó en su pecho.
—Entremos, tienes muchas cosas que explicar Valeria.
—No es así, fue Kira quié...
—¡A ti te andaba buscando, maldita hija de perra!, mentirosa trepadora, sizañosa y mala amiga. —Espetó mi hermana furiosa—. Ahora sí, a ver ¿Qué fue lo que dijiste de mi novio maldita?
—¡Basta! no quiero más escándalos aquí. Con el de hace un rato fue suficiente. —Mandó Mauricio con voz demandante.
—Pues de malas, yo no me voy de aquí sin dejar el nombre de Sebas limpio y sin arrancarle las extensiones a la arpía que tienes por novia.
—¡Ya es suficiente!, exijo respeto para la compañía y para mí. Esto no es un ring de boxeo ni un mercado para que hagan esos escándalos tan bochornosos. —Nos reprendió Zulia.
Parte 1/2
Buenas, buenas.
Últimos capítulos...
No sé cuántos, pero ya casi.
Muchas gracias.
😘😘😘😘
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