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☀️Capitulo XXXII☀️


KIRA

«Me asfixias, estás siempre pegada a mí como un chicle y ya no lo soporto.

Me asfixias

Me asfixias

No lo soporto»

Estúpidas palabras resuenan y resuenan en mi cabeza desde que salí de ese club. Apenas llegué a casa subí a mi habitación para meterme debajo de mis cobijas y lloriquear a gusto, pero el momento fue interrumpido.

—Kira ya deja de lloriquear, no sé por qué le haces caso. Damián dijo todo eso porque estaba mal y muy dolido por lo que pasó, estaba bastante ilusionado con conseguir el contrato. Ya no te tortures. —dijo Tania quitando la cobija de mi cabeza.

—Lo sé —respondí con tristeza.

—¿Entonces? —Levanté mis hombros—. Aún así me dolió todo lo que dijo.

—Ay hermanita, no quiero que estés triste y menos por algo que tiene solución. —Acarició mi cabello.

—Y yo no quiero que plantes a Sebas por mi culpa. Ve a verlo y no te preocupes, estoy bien. Ya se me pasará.

—No estoy segura de irme ahora y dejarte sola así como estás. —Noté la preocupación en su voz.

—Ya te dije que estoy bien, vete con Sebas, él te necesita más que yo en estos momentos y...

—¿Pasa algo niñas? —Me cubrí con mi cobija de nuevo al escuchar a papá.

—Papi, es que se peleó con Damián y ya sabes cómo se pone.

«Chismosa».

—Y ella tiene que ir a apoyar a su novio que está en problemas, en vez de estar aquí de metiche. —dije molesta aún arropada de pies a cabeza.

—¿Eso es cierto nena? Porque si es así debes ir a darle tu apoyo a Sebastián, vete tranquila que yo me encargo aquí.

—Está bien papi, me voy —dijo, levantó la cobija y me dio un beso en la mejilla—. Adiós y ya deja de martirizarte.

En cuanto salió de mi habitación papá se sentó a mi lado y empezó a hablarme como siempre lo hacía para animarme, me pidió que le contara lo sucedido y lo hice. Sin omitir ningún detalle. Después de escuchar sin decir nada,
fue abajo y regresó con un té de Valeriana que preparó para mí. Lo recibí y comencé a beberlo despacio porque estaba caliente. Papá se sentó de nuevo a mi lado y me observó con dulzura. Mi teléfono empezó a sonar y al ver que era Damián lo ignoré, no quería hablar con él ahora.

—¿No vas a responderle? Házlo nena, necesitan hablar.

—No, ahora no.

El teléfono continuó sonando con insistencia y pronto papá se quejó. Lo tomé para apagarlo, pero esta vez el nombre de Carol apareció y respondí.

—Hola Carol, que gusto me da escucharte.

Hola Kira, llamé a decirte que estoy en Bogotá, quiero que la pasemos juntas los días que estaré aquí y... Te digo de una vez que no quiero un no por respuesta, es más. Ábreme la puerta que ya estoy afuera de tu casa.

—¿Qué? ¿Qué haces aquí? ¿Y las clases?, ¡ay Dios! ¿No me digas que te expulsaron? —Me levanté y corrí escaleras abajo descalza con mi teléfono pegado en mi oreja.

El grito que pegó Carol al verme atrajo a papá, bajó las escaleras corriendo con una expresión de susto en su rostro, el pobre casi resbala por las escaleras.

—¡Niñas por Dios!, no saben el susto que me dieron ¿Cómo gritas así?. —regañó a Carol.

—Lo siento señor Duarte. —Se disculpó Carol mientras me apretaba con un abrazo rompe huesos—. Alista tus cosas Kira que nos vamos. —Me soltó y fue hasta papá—. Señor Duarte, me la llevo por tres días, espero no se moleste con ella por faltar  a la u.

—Claro que no, de hecho te lo agradeceré. Necesita un respiro.

—¡Huy, que lindo es usted!.

☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️

La verdad no quería venir, pero después de pensarlo bien, decidí que si Damián no me quería cerca porque está harto de mí, pues le daría espacio y de paso aprovecharía para distraerme con Carol y su familia.

—¡Ay ya calla ese aparato! ¿Quién es el insistente? —Se quejó Carol.

—Damián —respondí con nostalgia.

—¿Tu novio? ¿No le vas a responder?

—No.

—Están enojados supongo.

—Supones bien.

—Préstame tu teléfono. —pidió extendiendo su mano, no sabía para que lo quería, pero aún así se lo di—. Bien, y ahora... Listo. Apagado —dicho eso lo metió en su bolso—. Ni me lo pidas porque no te lo daré hasta que regresemos.

—¿Qué? Pero y si...

—Si necesitas llamar a tu papá o a tu hermana puedes usar el mío. No quiero que estés distraída o triste mirando ese aparato,  más si se trata de evitar a tú novio. ¿Por qué sé pelearon? Digo, si se puede saber.

—Bueno, pelearnos, pelearnos no. Es que... Dijo que soy un chicle, que lo asfixio y ya no lo soporta, me enojé, lo golpee y aquí estoy.

—Vaya, estos hombres son todo un caso. —Suspiró decepcionada.

—¿Por qué lo dices así? ¿Pasó algo con tu amigo, el del aeropuerto?

—Si, discutimos por lo contrario de lo tuyo. El idiota me dijo que no le dedico tiempo y que no me quejé si decide buscar en alguien más lo que yo no le doy porque "lo tengo descuidado" el muy imbécil. Ah, pero me le lancé encima y lo golpee con todo el coraje que me dio por amenazarme con ponerme los cuernos. —Se río—.  Hubieras visto su cara cuando agarré mis tijeras y lo corretee por todo el departamento mientras le gritaba que le cortaría el pene si lo hacía. —Me reí también imaginando la situación.

—Pobre, estás loca Carol. Aunque lo merecía por idiota. —Suspiré despacio —. Tú porque lo descuidas y yo porque lo asfixio. ¡Qué incomprensibles somos los seres humanos! Yo, en ningún momento quise incomodarlo Carol, al contrario, yo solo quería estar a su lado, pasar tiempo juntos y darle todo mi amor, pero al parecer dar todo no es bueno.

—Y dar poco es peor. Creo que por eso existe el equilibrio.

—Supongo que sí.

—¡Bueno ya! dejemos de hablar de ellos y disfrutemos estos días. Cuando regresemos decidimos que hacer con los idiotas.

—Si, hagámoslo.

☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️

Estos dos días aquí han sido... Grandiosos. No me puedo quejar. Carol es muy alegre y ni que decir de su familia, me he sentido muy bien con ellos. Salimos a bailar con sus primos la misma noche que llegamos, ayer fuimos a comer también con ellos a un restaurante de comida china, después ella y yo recorrimos varios centros comerciales, y hoy tomamos el sol en la piscina. Me divertí mucho estos días y ni siquiera tuve tiempo de pensar en lo que pasó, aunque no puedo negar que he extrañado mucho a Damián, he querido llamarlo y saber cómo está, pero me cohibí para no molestarlo.

La mamá de Carol fue muy amable,  hablamos con ella anoche para que nos aconsejara. En conclusión; Carol debe hacer espacio para salir con su amigovio, si quiere seguir con él claro, y yo debo dejar que Damián me busque, no siempre debo ser yo quién lo haga. Sonó lindo como lo dijo, pero entendí bien que me dijo, intensa.

Será un poco difícil, pero lo intentaré.

«Te daré ese espacio que quieres mi amor»

Me dije mientras Carol pagaba la carrera y yo bajaba las maletas del taxi.

Ella se quedará conmigo esta noche y mañana temprano la acompañaré al aeropuerto.

«¡Dios! ¿Qué trae esta mujer en estas maletas?»

Pesan muchísimo y casi no las puedo arrastrar.

Saqué mis llaves, abrí la puerta y cuando entré, mi corazón casi se detuvo al instante que mis ojos lo vieron de pie observarme, sentí esas cosquillas en mi cuerpo y muchas ganas de correr hacia él y tirarme encima. A pesar del desespero y las ganas, me contuve.

—Hola. —Me saludo. Rascó su nuca, señal que estaba nervioso.

—Ho, hola —respondí, igual o más nerviosa que él.

Se acercó y tomó las maletas al verme apurada con ellas,

—¿A dónde las llevo? —preguntó mientras yo solo lo observaba sin saber que decir.

—Hola guapo, gracias por ayudar con mis maletas. —dijo Carol extendiendo su mano. Damián soltó las maletas para poder tomarla—. Yo soy Carol, todo un gustazo galán. —Le sonrió mirándolo de arriba hasta abajo y se quedó en sus ojos de nuevo.

—Damián, gusto en conocerte, Carol.

—Damián eh, hasta que por fin conozco al hombre que escribe tan hermosas palabras —Su mirada pasó a mí, podía leer lo que me decía  ¿Le enseñaste la carta?—. Puedes llevarlas arriba guapo, a la habitación de Kira. Gracias, eres muy amable, Damián. —Volvio a sonreír.

En cuanto Damián subió con las maletas, me acerqué a Carol y le di un codazo tan fuerte que se quejó

—¡Que agresiva! Y celosa.

—Te lo mereces por coquetear con mi novio. —Le saqué la lengua y ella hizo lo mismo.

—Te espero arriba cuando terminen de hablar. Recuerda todo lo que te dijo mamá, y de mi parte te digo que no se la pongas fácil, hazlo sufrir un buen rato. —Guiñó su ojo y subió las escaleras.

Estaba ansiosa por escuchar lo que Damián tenía para decir, sería difícil aguantarme las ganas que tenia de besarlo, lo extrañé muchísimo estos días. Mordisquee una de mis uñas en cuanto lo vi bajar las escaleras. Nuestras miradas se encontraron y toda yo empezo a temblar, el nudo en la garganta no me permitió pronunciar palabra alguna

—¿Podemos hablar? —preguntó acercándose a mi. Asentí—. Yo, vine a disculparme. Perdóname por favor, de verdad lo siento mucho Gata. No quise herirte, yo solo... cuando me enojo o me siento decepcionado, pierdo el control de mí, suelo decir puras estupideces.

—Cuando te enojas dices lo que sientes y no te atreves a decir.

—No, no es así. Solo digo y hago idioteces de las cuales después me arrepiento, por favor perdóname. —Coloco su mano en mi rostro y me miró con tanta dulzura que casi me derrito

—Fue un error Damián—dije dándole la espalda.

—Si lo sé, fue un gran error de mi parte y por eso estoy aquí para enmenda...

—No hablo de eso, hablo de nosotros.  Fue un gran error usar lo de "un clavo saca otro clavo" sin estar completamente sanos en nuestros corazones. Algunas veces funciona, otras no, o peor aún, solo funciona en una y creo que...

—¡No, no, no! Ese no es nuestro caso Gata. —Me hizo dar la vuelta para tomar mi rostro y mírame fijamente—. Eso que dices no es del todo cierto, tu y yo sentíamos algo cuando decidimos darnos una oportunidad. No estábamos seguros de que era, pero ahí estaba el sentimiento y por eso lo hicimos, porque nuestros corazones nos lo pedían, no por querer olvidar a las personas que nos lastimaron sino porque así lo quisimos. Te amo, lo juro y estoy muy seguro de que quiero estar contigo hoy, mañana y todos los días que Dios me permita vivir. Quiero que seas mi esposa y la madre de mis hijos. Prometo controlar mi humor y morderme la lengua si es necesario pero, no me dejes, no rompas conmigo por favor, dame otra oportunidad ¿Si?

Mis ojos se humedecieron al escuchar tan bellas palabras al igual que los suyos. Una lágrima corrio despacio por su mejilla haciéndome sentir terrible por hacerle pensar eso, levanté mi mano y la limpié despacio mientras lo miraba con amor y orgullo, ya no pude contenerme más y uní nuestros labios dando paso al más dulce de los besos.

—No pensaba dejarte. —susurré cerquita de su boca.

—¿No? —preguntó con duda.

—No, yo me refería a que hicimos las cosas mal, debimos conocernos bien antes de empezar nuestra relación de pareja y no en el transcurso. Estar más despejados y... No sé si me estoy explicando.

—No mucho, pero no sigas por favor. Mejor bésame otra vez —Sonreí y lo hice con el mayor de los placeres.

—Moría de ganas por besarte desde que te vi, te extrañé mucho mi amor.

—Yo más.

—¿En serio mí am...

El sonido de varios mensajes me detuvieron. Revisé mi teléfono y eran mensajes de WhatsApp de Carol.

En línea.

Bonita manera de hacerte la difícil y hacerlo sufrir.

Ni siquiera le tomó un minuto "por Dios" ¡Qué facilona!

PosdataCursis. 🤢

Espero que te de un excelente delicioso de reconciliación. Vete y comételo todito.

Reí y volví a besar a mi novio.

—¿Quieres que salgamos? —preguntó besando mi mano.

—Me encantaría mi amor, pero le prometí a Carol acompañarla mañana temprano al aeropuerto, estamos algo cansadas y planeamos una pijamada para charlar mucho. No quiero dejarla sola.

—¿No hablaron mucho estos días?

—Un poco, la pasamos muy bien.  Nadamos en la piscina, salimos con sus primos y hermanos a bailar, a comer y...

—¿Ah Si?. Tu te divertías mientras yo moría de preocupación y angustia.

—Eso, mi amor, es toda tu culpa, no mía.

—Ok, lo merezco ¿Pasas mañana por mi casa después de dejar a tu amiga?

—Lo siento, pero tampoco se va a poder, mañana tengo algo que hacer después de eso.

—¿Me vas a castigar?  —Colocó cara de preocupación.

—No lo había pensado, pero sería lo justo ¿No?

—¿A dónde irás? —Quité mis manos de su cuello y mire a otro lado.

—Yo... Eh —Tosí—. Iré a ver a... Mauricio.

—¿A tú ex? —Asentí—. ¿Para qué? —

—Necesito hablar con él antes de que la loca de mi hermana haga su escándalo en Macías Moda. Ella siempre tiene un plan b y descubrí cuál es; Zulia.

—¿Y Zulia es? —cuedtiono con su ceño fruncido.

—Es la hermana de Mauricio, una mujer de temer cuando se trata de defender a sus seres queridos, y Sebas es uno de ellos. Créeme cuando digo que no quieres tener a Zulia Macías como enemiga. No me gustaría estar en los zapatos de Valeria si desata su furia, no volver a pisar una pasarela sería nada comparado con lo que Zulia le haría.

—Guou, me hiciste dar escalofríos ¿Tan malvada es?

—No, no es malvada. De hecho, es muy linda persona, pero métete con un miembro de su familia y conocerás al demonio que habita en ese aparentemente frágil cuerpecito. Siempre ha sido así desde que la conozco, recuerdo que sus padres me contaron que una vez, se agarró a golpes con unos chicos porque molestaban a Mauricio, Zulia se inscribió en una academia de artes marciales solo para poder golpearlos ¿Puedes creerlo?.

—Vaya, que mujer, ya quiero conocerla.  —Le di un pellizco y se quejó.

☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️

Aunque quería dormir hasta tarde, el estúpido celular no paraba de sonar, la alarma que coloqué a las cinco de la mañana sonaba y sonaba. Carol debía estar a las siete en el aeropuerto y como tarda una eternidad para arreglarse, era mejor madrugar.

A las 6 y 20 a.m ya estábamos bajando las escaleras, papá con las pesadas maletas.

En cuanto abrí la puerta vi la silueta del hombre de pie junto a la reja. Confieso que me sorprendí, se dio la vuelta y nos sonrió.

—Buenos días. —dijo. Se acercó, me dio un besito chiquito y luego saludó a Carol y a papá. —¿Les ayudo a subir las maletas al taxi?—Ninguna de las dos respondió, nos miramos confundidas y él simplemente las tomó.

—Bueno, mi ayuda termina aquí niñas. Buen viaje Carol, saludos a tus padres —dijo y luego entró a la casa.

—No me dijiste que venías mi amor.

—Bueno, lo pensé mucho anoche y decidí que era mejor que yo las acompañara para que estuvieran seguras, no es bueno que dos chicas anden solas por esta ciudad.

—¡Ay que lindo! Muchas gracias Damián. Lástima ese geniecito que te gastas. La próxima vez... —Lo señaló—,  tomaré el primer vuelo para acá y te patearé las bolas, así te quedes sin descendencia.

—Gracias, tu también eres muy linda Carol.

—Lo soy. —respondió pasando por su lado.

Subimos al taxi y en 15 minutos ya estábamos en el aeropuerto. Damián y yo nos despedimos de Carol  después de verla tomar su vuelo y decidimos caminar a Macías Moda porque estaba cerca.

—Bueno, ya estamos aquí —dije observando la entrada de Macías Moda.


Buenas noches.
Quiero agradecer todo el apoyo que recibe esta historia y la paciencia que tiene para cada capítulo. Muchas gracias de todo corazón.
Bendiciones 😇🙏🙏.

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