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☀️Cápitulo XXXI☀️

DAMIÁN

Si las miradas mataran, yo ya estaría muerto y seguramente enterrado en un potrero, pero no me importa lo que piensen.

—Mejor vámonos ya —sugirió Cindy saliendo de la casa, luego los demás la siguieron.

—Vamos Damián, tenemos que irnos —dijo Gonzalo colocando una mano en mi hombro.

La cita en en iceberg club era en dos horas, ya estábamos listos para la presentación y con todas las esperanzas puestas en el día de hoy.  Para nosotros era un sueño poder tocar ahí, y sabíamos que además de ser una puerta abierta para grabar con Bomba músic o Sky récords, también era nuestra última oportunidad. Todos nos sentíamos temerosos de embarrarla, de no gustarle a Mike, que no nos permitiera tocar esta noche y ahora con las malas vibras que nos rodea, confieso que me siento inseguro.

Nadie ha dicho nada desde que salimos de casa, ni siquiera en el camino hasta acá, pero la tensión no se podía ocultar y en el fondo, agradecía el silencio.

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—Escuchen chicos, sé que están nerviosos, pero no se preocupen, sean los mejores como siempre, confíen y hagan lo mejor que saben hacer. —Tania nos animaba.

—¿Y si no les gustamos Teniecita? —En cambio Cindy, nos contagiaba con su pesadez.

—Le va a gustar Cindy, estoy segura que hoy saldremos de aquí con un contrato. Y suponiendo que no, cosa que no sucederá, se los garantizo,  tengo un plan b que nos les contaré aún. Estate Tranquila, todos estén tranquilos por favor.

—Así será Tania, muchas gracias por creer en nosotros —Agradeció Gonzalo.

—¿Están listos muchachos? —preguntó uno de los meseros—. Vengan que Mike los está esperando.

—Por supuesto —dije no muy convencido mientras lo seguíamos a la tarima.

En primera fila estaba Mike, a su lado había alguien más que no conocía. Subimos y cada uno se acomodó en su lugar mientras cuadrábamos todo, observé a Kira que estaba de espaldas a mí, no me ha hablado ni se ha acercado a mí, supongo que está enojada y no me interesa ahora tratar de contentarla, no hice nada malo para que esté así conmigo. Es su problema, no el mío.

—Bien, impresiónenme, quiero ver esa magia de la que tanto habla Sebastián. —habló Mike alejándome de mis inquietudes.

Empezamos con la canción que escogimos y ensayamos muchas veces, hicimos lo mejor que pudimos aunque el ambiente estuviera un poco tenso, especialmente entre Kira y yo, evitaba mirarme y creo que Mike lo notó, nos observaba sin ninguna expresión en su rostro y eso me desesperó, logró hacerme sentir como un novato. La canción terminó y comencé con la siguiente, iba casi a la mitad cuando Mike levantó su mano para que nos detuviéramos.

—Chicos, perdón por interrumpirlos, es suficiente. Seré breve y muy honesto con ustedes. —La manera en que lo dijo me angustió, los nervios se notaban en cada uno de nosotros. —Son buenos, eso no lo puedo negar, mi club ya cuenta con un grupo que toca su mismo género, pensé que traían otro tipo de música a mi club. Muchas gracias por venir, pero no los necesito —Se despidió con gesto y salió sin dejarnos decir absolutamente nada.

La decepción me llegó y obvio a los demás, la ira mezclada con decepción y algo de frustración no son buena combinación, lo sabía y por eso me fui al lugar más apartado mientras los otros intentaban animarse entre ellos. Tania por su parte, fue tras Mike. No quería saber nada más, no quería escucharlos a todos, no quería oír lo mismo de siempre, estaba muy desanimado, creo que hoy todas mis esperanzas se perdieron aquí. Vi un rincón un poco oscuro y me quedé ahí, me recosté en el muro y suspiré dolido. El nudo en mi garganta me molestaba, me deseperaba, no...

—Mi amor, todo saldrá bien, ya verás que la próxima vez lo lograremos. — Los brazos de Kira me rodearon por la cintura y su voz me sacó de mis decepciones. Rodé los ojos y reí, eso que dijo era justo lo que no quería escuchar, de nadie, ni siquiera de ella.

—Quiero estar solo. —dije tratando de evitar que siguiera con esas estupideces.

—No me alejes, déjame estar contigo, me necesitas y quiero quedarme a tu lado mi amor, por favor, yo estoy aquí, apoyate en mí, desahogate y...

—No lo necesito, no ahora. Vete por favor y déjame solo Kira —Me soltó y me rodeó hasta quedar en frente de mi. No la miré, aunque ella lo hacía.

—Damián mi amor, entiendo que estés un poco decepcionado, pero no quiero que pierdas las esperanzas por esto, ya verás que la próxima vez nosotros...

—¡Ay ya Kira por favor! No quiero oírte más, vete de una vez y déjame, en paz.  —Levanté la voz, me estaba irritando en vez de consolarme.

—Yo solo quiero apoyarte y hacerte ver que pase lo que pase yo estoy aquí para tí, que aunque las cosas no salieron hoy como esperábamos, no hay que perder la fé y seguir intentando, no te des por vencido —Intentó abrazarme de nuevo y se lo impedí.

—Y yo solo quiero que le largues, ¿Qué tengo que hacer para que lo entiendas? ¡Vete! Vete Kira.

—Oye, no me hables así, te estás pasando y no me lo merezco ¿Por qué te comportas así conmigo?

«Dios, ¿no puede entender que quiero estar solo?, me asfixia con tanta melosería»

—¡Porque quiero que te larrrrgues y me dejes tranquilo de una maldita vez Kira! Déjame solo, quiero estar solo, vete y dejame respirar. ¡Me asfixias! estás siempre pegada a mí como un chicle y ya no lo soporto, me ahogas ¿Entiendes? Lárgate ¡Vete y déjame en paz! Maldita se... —El fuerte impacto de su mano en mi mejilla me calló atrayendo la atención de todos, su respiración estaba agitada del coraje y las lágrimas en sus ojos me hicieron caer en cuenta del error que acababa de cometer. Dio dos pasos atrás para dar la vuelta e irse —Kira espera, —Llamé, pero en vez de detenerse aumentó la velocidad de sus pasos—. ¡Kira!—. Volví a llamarla mientras corría tras ella.

—Déjala —pidió Tania interponiéndose en mi camino.

—No te metas Tania, es un asunto de dos. —respondí molesto por no dejarme pasar.

—Mira Damián, aunque en este momento no seas mi persona favorita y te estés ganando todos los puntos para estar mí lista negra, te diré que pongas en práctica lo que tú —Presionó su dedo en mi pecho—, me aconsejaste a mí —Recordé la mierda esa que le dije cuando ella y Sebas se enojaron.

—Esto es distinto, no te entrometas y déjame pasar.

—No, tu te quedas aquí y yo iré con ella. —se despidió de los chicos y salió también del bar.

Había metido las de caminar hasta el fondo y estaba ansioso por solucionarlo lo más pronto posible, aunque sabía que la Gata no me escucharía, no ahora.

—¿Qué pasó allá Pinki?

—No quiero sermones Cindy.

—Pues de malas, no es justo que desquites tu humor de mierda con la Kiracita. Ni ella ni nosotros tenemos la culpa que nos rechazaran.

—¡Cindy ya!, no te importa. No seas metiche.

—¡Eso!, evádeme, pero yo sé bien que todo ese humor de mierda que traes no es solo porque nos rechazaran aquí eh, es también por la barbirucha esa.

—¡Cállate! Tu no sabes nada.

—No me callo, todos nos dimos cuenta de eso, no puedo creer que después de todo este tiempo aún te importe la mentirosa esa.

—No digas estupideces.

—Estupideces o no, fue lo que diste a entender, y si nosotros lo entendimos así, pues también la Kiracita.

«Mierda, eso no lo había pensado»

☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️

Su llamada está siendo transferida al buzón de mensajes...

Es la decima vez que le marco y nada.

—¡Mierda! Contesta Gata por favor — Decidí entonces enviarle un mensaje al WhatsApp.

Gata, perdón. Lo siento mucho, hablemos por favor. Respondeme mi amor. Te lo suplico.

Pero tampoco hubo respuesta, ni siquiera lo ha visto.

Desesperado decidí ir a buscarla a su casa, ni mierda lo de esperar. Tomé las llaves de la carcacha y fui en su búsqueda, antes de llegar compré un arreglo de sus flores favoritas. Azucenas.

Toqué el timbre muchas veces hasta que la puerta se abrió.

—Buenas tardes señor. —Saludé con algo de vergüenza.

—Buenas tardes Damián. Pasa que eso debe pesar —dijo mi suegro refiriéndose al ramo—. Mi hija no está.

—¿No? ¿A dónde fue?

—Su amiga Carol vino de Estados Unidos ayer y la invitó a pasar los tres días que va a estar aquí con ella. Hace un rato se fueron. Entonces puedo suponer que como no sabías, las flores no son para mí.

—Eh, no. Son para Ki... —Suspiré decepcionado.

—Por el tamaño del ramo también supongo que la metida de pata con mi nena fue igual de... Grande.

«Ok, ahora no sabía que decirle. Aparte de la culpa, también sentía vergüenza»

—Señor yo...

—No te estoy pidiendo justificaciones, pero si te diré algo —Se acercó sin dejar su mirada de mí—, mi hija no es saco de boxeo para que descargues tu furia cada vez que se te antoje Damián. Sé que también lo hiciste en Medellín, no hay secretos para mí.

—Pero usted si los tiene para ellas ¿No? —dije con sarcasmo refiriéndome a Cindy.

—Eso es otro asunto, y tú lo sabes. Además te recuerdo que me pediste que la dejara tranquila.

—Quiero lo mejor para Cindy, es una gran persona. Merece lo mejor, ser apreciada, valorada y usted no estaba, ni está dispuesto a dárselo por culpa de complejos y prejuicios estúpidos —Su mirada me esquivó en cuanto no tuvo nada que responder—. Bueno, será mejor que me vaya. Buenas tardes señor Duarte.

—Buenas tardes Damián —cerró la puerta en mis narices.

☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️

Nunca en mi vida una noche se me había hecho tan larga como esta, son las 11:00 p.m. y nada que logro conciliar el sueño. El sofá se siente duro e incómodo y me sorprende no haberlo notado antes. Revisé mi teléfono una vez más con la esperanza de encontrar un mensaje, pero nada. Mi mensaje sigue sin ser visto y la última vez de conexión fue a 3: 20 pm.

«Una vez más, inténtalo una vez más»

Me dije, marqué su número de nuevo y nada.

—¡Puta mierda! —Aventé el celular en el sofá enojado—.  Lo apagó, tiene el ¡maldito celular apagado!.

La desesperación se apoderó de mí haciéndome sentir impotente al no poder hacer nada, no sé dónde está y no tengo forma de contactarla. La única es Tania, pero no creo que me diga nada, ni me ayude.

—¿Vas a dejar dormir o me vas a desvelar toda la noche? —reprochó Cindy sentándose a mi lado en el sofá . — A ver, ¿Dime qué te sucede ahora?

—No me contesta, no lee mis mensajes.

—Y no lo hará, al menos hasta que se le pase el resentimiento contigo. No es por hacerte sentir mal, pero la cagaste y bien feo.

—¡Pues gracias por no querer hacerme sentir peor!.

—Hum, las cosas son como son pinki, si te sientes culpable es porque tú conciencia te recrimina. —Me miró a los ojos y conozco bien esa mirada, quiere chismosear sobre mi vida privada.

—Anda, pregunta —dije dándole el permiso que quería.

—¿En serio todavía sientes cosas por... Esa?

«Lo sabía, sabía que era sobre eso de lo que quería curiosear».

—No Cindy, Valeria dejó de importarme hace mucho, simplemente no me explico como alguien puede engañarte tanto, no entiendo como pude ser tan ciego, me siento estúpido. Dos años con ella y darme cuenta que nunca la conocí me hizo sentir el más idiota de todos y eso me molestó. Soy un completo imbécil.

—No pinki, no eres imbécil. Estabas enamorado y el amor te ciega, y tú si que estabas ciego, embobado diría yo, creo que la babosa esa te dio agua de calzón porque no escuchabas. Te dije muchas veces que ella no me gustaba para ti, que había algo que... Ni siquiera escuchaste a Gonzalo cuando te advirtió, aún sabiendo que él jamás habla mal de nadie ni se mete con nadie, pero ella no le agradaba. Bueno, dicen que ojo de loca no se equivoca.

—Cindy —recriminé aunque no pude aguantar soltar una risita.

—Lo digo en buena honda, y volviendo al tema importante, ¿Qué te dio la barbirucha? Era buen polvo supongo o tal vez te lo chup...

—¡Oye! ya es suficiente, no puede uno darte confianza.

—¡Ay que aburrido! Yo solo quiero saber.

—Hasta mañana Cindy.

—Amargado —Gruñó— ¿Y la Kiracita?

—Estoy muy enamorado de ella y no quiero perderla.

—Si lo haces entonces si serás un completo idiota, pero yo hablaba de que si ella también te lo chup...

—¡Oye! que cosita contigo —Se levantó del sofá riendo—. Ok, mejor duérmete ya y deja ese teléfono. Pa que sepas la Kiracita no tiene su cel, la amiga con la que se fue se lo decomisó y se lo devuelve hasta que vuelvan, así que no jodas más con eso y descansa —dio la vuelta y entró a su habitación—. Hasta mañana —gritó antes de cerrar la puerta.

«Bueno, siendo así no hay de otra, tendré que esperar para  poder disculparme y arreglar las cosas con mi gata.»

Hola...

No sé enojen con Damián. 😇😇😇
Se siente frustrado

Sorpresa. Pronto, muy pronto tendrán buenas noticias. ( Plan b).

Y ya me mejor me 🤫🤫🤫🤫🤫.

Muchas gracias por el apoyo y por esperar.

😘😘😘😘.

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