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☀️Capitulo XXX☀️


RAYO DE SOL

Lunes, día que a nadie les agrada, pero en esta ocasión era un día de emoción y muy esperado para algunos.

La mañana se sentía larga con el estrés de la nueva colección de Macías Moda dentro de dos meses. Los insumos no habían llegado y los diseños no habían sido aprobados por los nuevos socios, ellos deseaban algo innovador, así que la diseñadora tuvo que modificar cada uno acortándole el tiempo para la entrega. En un par de horas será la reunión para presentar los nuevos diseños. Por supuesto, todos estaban nerviosos porque el tiempo se agotaba, debían enfocarse en su trabajo.

—Buenos días Sebastián.

—Buenos días Valeria, pasa y siéntate.

—Gracias y... ¿Para que me mandaste a llamar? —Le sonrió.

—Lo que pasa Valeria es que tengo varias quejas de Mery sobre tu trabajo, llegas tarde, te vas antes de terminar los ensayos, incluso faltaste a un par de ellos.  Dos de tus compañeras reportaron agresión verbal de tu parte hacia ellas y el vigilante colocó una queja hoy en la mañana por lo mismo. Cómo comprenderás, debo hacerte un llamado de atención, pero antes quiero escuchar tus razones.

—Eso no es cierto Sebastián, Mery es una exagerada, he estado bajo mucha presión y no me he sentido bien, por eso me fui temprano esos días, y las veces que falté pues, culpa a Mauricio porque estaba con él. Con respecto a los otros, se la pasan molestándome, me odian solo porque son amigos de la estúp... De Kira y no me voy a dejar insultar de esos tres.

—Debiste informarlo enseguida y tus citas con Mauricio, deben ser en tus ratos libres, no en horas laborales. Recuerda que tienes un contrato y debes cumplirlo.

—Ya te dije que Mauricio me dio permiso, además; él es el dueño de todo esto y quién manda aquí. Así que si tienes algo que reclamar, reclámale a él. —Se levantó de su asiento para salir.

—Espera Valeria, aún no termino contigo y no te he dicho que te vayas —Le habló fuerte.

—Lo que sea que tengas que decir, díselo a mi prometido. —Sonrió enseñando su anillo—. Con permiso me retiro. Caminó hasta la puerta de la oficina e intento abrirla pero fue detenida al ser tomada del brazo—. ¡Óyeme! ¿Qué te pasa? ¿Quién te crees que eres para tratarme así? —Forcejeó— ¡Suéltame! o le diré a Mauricio que me estás maltratando.

—Anda ve, y de paso háblale de tu compartimiento, cuéntale también de los cuernos que le pusiste en Medellín con Damián Díaz. —El rostro de Valeria se contrajo al escucharlo y Sebas sonrió al notar sus nervios.

—No sé dé que hablas, lo que sea que te haya dicho Tania, miente. Yo amo a Mauricio y nunca le haría algo así. Estamos juntos, te guste o no y... pronto nos casaremos, así que ubícate porque yo seré la señora Macías, en cambio tú, seguirás siendo un empleaducho más de esta empresa, me debes respeto y...

—No te debo nada Valeria. Y si, tienes razón, soy un empleado más de Macías Moda, pero te recuerdo que tú también lo eres, y aunque seas la "prometida" del hijo del dueño —Aclaró—, yo soy tu jefe, estoy por encima de ti, y eso de ser la señora Macías, ya lo veremos mentirosa.

—¡Auch¡ —Se quejó cuando Sebas soltó su brazo con brusquedad—. No me interesa lo que tú pienses Sebastián, Mauricio me ama, está loco por mí y en este momento le pediré que te corra como el perro que eres.

—No más que tú —Su rostro se tornó rojo de la ira e intentó abofetearlo, pero Sebastián fue más rápido atrapando su mano.

—¡Suéltame! Déjame ya imbécil, quítame tus manos de encima. —Forcejeó una vez más logrando que Sebastián la apretara más fuerte—. ¡Que me sueltes!, me lastimas, no...

—¡Suéltala Sebastián! —Ordenó Mauricio con voz demandante al entrar a la oficina—. ¿Qué es lo que te pasa? Los gritos se escuchan desde afuera —Sebas aflojó su agarre y Valeria aprovechó para correr a los brazos de Mauricio sacando unas cuantas lágrimas. La abrazó y señaló a Sebas—. Contigo hablo más tarde.

—No amor, debes hacerlo ahora, tu amigo me trató muy mal por los chismes que le dieron Mery y los otros dos, y también Tania —Limpió sus lágrimas—, ella lo ha envenenado en mi contra, inventó cosas sobre mi y ahora Sebastián cree que te engaño Y... Y, me pidió que me acostara con él a cambio de no decirte. Quiso besarme a la fuerza en cuanto me negué.

—¿Qué? Eso no es cierto Mauricio, está mintiendo. Es una...

—¡Ya Sebastián! Por tu bien espero que tengas una justificación lógica para tu comportamiento. —El enojo se notó en su voz y Sebastián se sintió ofendido.

—¿En serio le vas a creer Mauricio? —No hubo respuesta por parte del hombre que lo miraba furioso.

Sebastian se sintió decepcionado y a la vez molesto con él por dudar

Miró a Valeria y sonrió, pensó que era muy buena actriz y cualquier duda que tenía sobre lo que Cindy le había dicho, se había esfumado. Valeria no era una buena persona y tampoco era la mujer que su amigo necesitaba. No sabía cómo, pero la alejaría de él, aunque ahora estuviera bajo su hechizo y manipulación.

Pasó por un lado saliendo de la oficina furioso, ordenó a la secretaria redactar una suspensión por tres días para Valeria, la cuál firmó en cuanto estuvo y se fue a casa.

Valeria por su parte no dejaba de derramar lágrimas mientras le hablaba a Mauricio como Sebastián la había ultrajado, sabía bien que ahora que él estaba en su contra, sería una piedra en el zapato y debía romper los lazos de amistad de esos dos. Además, tenía la ventaja que Mauricio se portaba más amable y complaciente con ella desde aquella bofetada, el hombre se sentía culpable por eso y trataba de complacerla en todo, caprichitos bastantes costosos, incluyendo el anillo de compromiso que le dio hace unos días.

—Sé que es tu amigo amor, pero te juro que lo hizo. No es la primera vez que me insinúa cosas, no te lo dije antes  porque sé lo mucho que lo quieres, yo no quería causar problemas entre ustedes. Si no me crees puedes preguntarle a Angie, a ella también la ha acosado y sabrá Dios a cuántas más.

—Me cuesta creer todo eso que me dices Valeria, conozco a Sebas desde que éramos niños y nunca he sabido que haga cosas como esas, además no lo necesita, él puede tener la mujer que quiera sin tener que recurrir a esos métodos.

—¿Entonces crees que miento? —preguntó haciéndose la ofendida.

—No, claro que no amor, creo que entendiste mal, te confundiste, estabas nerviosa, estresada y tal vez...

—¡Bien!, si no me vas a creer ¿Para que te cuento las cosas?, por eso preferí callar, porque sabía que no me creerías —dijo molesta saliendo y cerrando la puerta con fuerza.

La secretaria la llamó en cuanto la vio salir y le entregó el memorando con una gran sonrisa de satisfacción en su rostro. Valeria la tomó y al leer  la notificación de su suspensión, su enojo creció más. Se fue enfurecida a buscar a Angie, ahora más que nunca seguiría con su plan de romper la amistad de Sebastian con Mauricio.

—¿Estás segura de lo que vas a hacer Valeria? —preguntó Angie temerosa.

—Por supuesto. Sebastián es un metiche, bastardo, mal nacido. Tienes que ayudarme, esto no se va a quedar así. Ya sabes lo que tienes que decir si Mao te pregunta. Me ayudarás ¿Verdad?

—No lo sé Valeria, te he alcahuetado todo, pero esto es diferente. Es calumnia y es delito por si no lo sabías, no quiero perder mi trabajo si se descubre que mentí, sabes bien que lo necesito por mamá, necesito el seguro, ahorrar dinero y pedir un préstamo para pagar su cirugía. —Dudó.

—No te preocupes Angie, ya estoy arreglando eso con Mao, estoy segura que te prestará el dinero. Ahora, sí quieres que sea pronto hazme ese pequeño favorcito amiga. Te prometo que en un par de días tendré una respuesta positiva para ti, tu déjame eso a mi. Piensa en tu mami.

—¿Lo prometes?

—Claro —Sonrió al convencerla.

☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️

—¿Está segura de lo que dice, señorita?

—Si señor Macías. Carolina también puede confirmarlo si duda de mí, la escuché contarle a su hermano por teléfono. Por eso quiso renunciar, Mery la convenció de quedarse.

—Lo ves amor, Sebastián no es quién dice ser. Debes hacer algo antes de que suceda una trag... —Detuvo sus palabras al ver que Mauricio se iba—. ¿A dónde vas amor? ¡Mauricio —gritó, pero él no se detuvo. Salió de la oficina dejándo a las mujeres solas.

Mauricio estaba confundido y quería respuestas, a pesar de lo que había escuchado se rehusaba a creer en algo como eso. Fue a buscar a Sebastián a su departamento porque la secretaria le informó que se había ido.

Subió al edificio y tocó el timbre con insistencia hasta que la puerta fue abierta.

—¿Qué haces aquí Mauricio? Quiero estár solo.

—Te dije que hablaría contigo y lo haremos ahora —respondió cerrando la puerta.

—No se de qué, veo que ya todo está claro para ti. Soy un mal nacido que se aprovecha de su cargo para obtener favores sexuales de las modelos, no importa el método ¿No?—respondió melancólico.

—Sebas, dime qué nada es cierto por favor, dime qué es un malentendido y que...

—No tengo que decirte nada Mauricio —Levantó la voz enojado— Me conoces desde que éramos niños, yo no necesito cometer esas atrocidades, puedo tener la mujer que se me antoje. Si tienes dudas Mauricio es porque no me conoces lo suficiente bien.

—Sebas quiero creer en tí, pero necesito una explicación.

—No tengo una. Solo que tu novia es una embustera, ambiciosa y muy hábil para manipular.  No sé como te dejaste envolver por ella, no me explico por qué dejaste a Sol por una arpía como ella.

—¡Sebas basta! no te permito que hables así de Valeria, es mi prometida, aunque no estés de acuerdo —La defendió.

—¿Por que vas casarte con ella? Ni siquiera llevan un año juntos. No la conoces lo suficientemente como para dar ese paso.

—No necesito de años de relación para saber que quiero estar con ella. El tiempo no dice nada, es la persona la que te hace sentir completo, sea en días o años.

—Si, en eso tienes razón. Lo he visto con Sol. He visto el brillo en sus ojos, la felicidad en su sonrisa cuando está con Damián, ni siquiera cuando estaba contigo se veía tan feliz como ahora. Y no fue el tiempo, fue él.

—Ahora resulta que el novio de Kira y tu son amigos, y que fui un mal novio.

—No dije eso.

—Si, fue lo que dijiste. Valeria tiene razón, Tania te ha lavado el cerebro, desde que andas con ella has cambiado. Te has distanciado de mí y...

—No es cierto Mao, eres tú quién lo ha hecho desde que estás con ella. La prueba está en qué no me dijiste lo de tu compromiso ¿Cuando decidiste cometer esa locura?. No lo hagas, ella no es mujer para tí.

—No tienes derecho a entrometerte en mis decisiones. No vine aquí a hablar de eso, si no de tí y lo que sucedió hoy.

—Respóndeme algo Mauricio. ¿Cuántas veces Sol vació tu tarjeta de crédito, o la que le diste? ¿Cuántas veces se fue a celebrar sin ti? ¿Cuánto dinero gastabas  para disculparte por algo que hiciste mal y conseguir su perdón?  Dime cuan...

—Ya Sebastián, no puedes compararlas porque ellas son distintas.

—Oh sí, demasiado distintas. Valeria jamás podría comprarse con Sol. Ni en sueños. Estoy seguro que con una disculpa, un ramo de flores o una caja de chocolates hubiesen sido suficientes, en cambio Valeria te perdonó que la golpearas con un departamento en el centro de la ciudad.

—Yo se lo ofrecí, ella no lo pidió y eso no es de tu incumbencia, no tengo po...

—Si, ya entendí. —Suspiró—. Pase lo que pase Mao, eres mi amigo y voy a estar ahí cuando te des cuenta de la clase de persona que es tu "prometida
"—El silencio reinó por unos segundos hasta que el teléfono de Sebas sonó, lo sacó de su bolsillo y se lo enseñó—. Es Tania, quiero y necesito hablar con ella. Por favor cierra la puerta cuando salgas.

Respondió la llamada y entró a su habitación.

Quiso sonar normal y trató de ocultar sus emociones, pero su novia como buena chica observadora notó que algo le sucedía, insistió e insistió hasta que Sebas se desahogó con ella.

La ira y la indignación se apoderaron de la chica. Quiso ir a abofetear a Valeria, pero Sebas se lo prohibió.

—Es una maldita perra la muy...

—Ya Tania, no te preocupes, lo solucionaré. No te involucres por favor. Mejor ve con los muchachos y excúsame con ellos por no acompañarlos hoy, no estoy de ánimos ahora.

—Está bien mi vida, pero en cuanto terminemos me iré a verte y no me lo podrás impedir —dijo agobiada—. Te amo, descansa y nos vemos en un rato.

—Ok.

Tania se sentía angustiada, quería desocuparse rápido para ir con Sebastián para ayudarlo con esto, salió en busca de los muchachos, había quedado en recogerlos  para llevarlos al iceberg club en la camioneta de su papá porque era más grande.

Apenas cruzó la puerta Kira se percató de la cara que traía su hermana y se preocupó.

—¿Qué pasa Tania? ¿Te sucedió algo? —cuestionó llamando la atención de los demás.

—No, a mí no, a Sebas —respondió dudosa, recordó las palabras de Sebas y de nuevo la ira se apoderó de ella y aunque él le pidió callar, no pudo hacerlo.

—Taniecita, ya dinos ¿Le pasó algo malo al Sebas? —preguntó ahora Cindy con preocupación.

—¡Huy! No puedo con el coraje que traigo. La muy perra de Valeria acusó a Sebas con Mauricio de intentar aprovecharse de ella, una tal Angie que es amiga suya dijo lo mismo y... —Apretó su puño con fuerza— Voy a matar a esa perra, le voy a arrancar el cabello y trapearé toda Macías moda con el.

—Trapearemos, porque yo te acompaño. Es más, vamos de una vez y...

—No cindy. Ahora no haremos nada porque Sebas quiere que vayamos al club y demos lo mejor. Si quieren ayudarlo, impresionen a Mike.

—Está bien Taniecita, pero mañana mismo iré contigo a arrancarle los pelos a la barbirucha esa.

—Y yo también, ni piensen que me voy a quedar aquí. Sebastián me cayó bien. —Las apoyó Susi.

—A ver, ninguna aquí va a arrastrar a nadie ni a meterse donde no las han llamado. Ninguna de ustedes está segura ni tiene pruebas de que Valeria haya mentido, hay que hablar primero con...

—¿¡Qué mierda dices Damián!? ¿Acaso crees en lo que esa dice y estás dudando de mi novio? Dímelo ahora mismo para agregarte de una vez a mi lista de personas no gratas. —Atacó molesta Tania.

—No, no es eso Tania. Es que lo que dices es bastante grave y muy bajo. No puedo creer que Valeria haya hecho algo así, piensa que cabe la posibilidad de que sea un malentendido y que ustedes la estén juzgando mal.

—¡Jodete Damián!  —Levantó la voz enojada por atreverse a dudar de su novio—. Sebas sería incapaz de hacer algo así y no te permito que lo dudes.

—Tania, no me malinterpretes, pero...

—¡Pero nada Damián! aquí el asunto es sencillo, o estás con Sebas, o estás con esa maldita perra mentirosa, y por lo que veo estás con ella. ¿No es así?

Las miradas recriminatorias se posaron en él, incluyendo la de su novia.

Parte 1/2


(09-07-23)

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