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☀️Cápitulo XXIX☀️


RAYO DE SOL

—Vayamos a comer helado. —propuso Cindy.

—¿Qué? ¿Aún tienes espacio en el estómago? —cuestionó Tania.

—Pos que te digo Taniecita, te da hambre cuando otro es el que paga —Guiñó su ojo provocando la risa de Sebastián.

—Vayamos entonces, yo invito ¿Alguna heladería en especial? —preguntó Sebastián aún entre risas.

—Si, hay una aquí cerca. Venden unos helados ri-quísimos, les va a encantar, se los aseguro.

—Bueno, llévanos ahí y no te acabes la heladería por favor.

—No prometo nada, Taniecita.

Se dirigieron a la heladería que estaba a unas cuantas cuadras del parque, dónde reposaban el almuerzo. En cuanto llegaron e ingresaron, Tania divisó a su hermana hablando con una chica.

—Esa de allí es Kira, ¿Quién es esa que está con ella? ¿Y Damián? No lo veo por ningún lado —preguntó con curiosidad. Cindy se fijó en ellas y reconoció a la chica.

—Ándale, esa es "la" Susi.

—¿Susi?, ¿Esa Susi? Pues Si está molestando a mi hermana le enterraré las uñas —Abrió sus dedos para mostrarlas.

—¿Quién es Susi? —Quiso saber Sebastián al no entender de quién hablaban.

—Una ex, o acostón de Damián, no estoy segura —respondió Tania.

—Yo las veo muy sonrientes y amistosas, creo que no deben preocuparse.

—Bueno, pues es mejor asegurarse —comentó Tania y se dirigió  hacia ellas dispuesta a defender a su hermana.

Cindy y Sebastián la siguieron un poco preocupados.

—Hola Kira ¿Qué haces aquí, creí que estabas con Damián? —preguntó sin quitar su mirada de Susana.

—Tania, y yo creí que tú estabas con Sebas. ¿Qué haces aquí?

—Yo pregunté primero.

—Aca estoy Sol. —dijo Sebastián. Kira se levantó para saludarlo.

—Y yo también estoy —Se unió Cindy a la charla, se sentó sin ser invitada y saludó a Susana con la mano.

Tania y Sebastián se miraron y luego se sentaron también. Kira les presentó a Susana, les contó lo que ocurrió con Damián y también sobre la invitación de Susana a comer helado.

—¿Si?.¡Qué linda Susana! —expresó Tania con sarcasmo.

—Bueno ya que aquí la Susi está de buena onda y está gastando helados, pos pidamos. Podemos ¿verdad Susita? —Cindy le sonrió divertida.

—Eh si, dale Cindy, pide el que quieras y... ustedes también. Yo invito —dijo Susi resignada.

Los demás rieron por la ocurrencia de Cindy, pero igual pidieron sus helados. Tania empezó a hacerle preguntas a Susi sobre ella y pronto una agradable charla involucrando a todos inició, mientras deleitaban sus helados.

Unos minutos después, el teléfono de Kira sonó, era un mensaje de Damián preguntando dónde estaba, había llegado a casa y no había nadie. Se levantó de su asiento y explicó que tenía que irse porque Damián la estaba esperando y salió del lugar lo más rápido que pudo, corrió las dos cuadras que faltaban para llegar más rápido y poder estár con su novio. Tocó la puerta y enseguida fue abierta por Melissa.

—Hola princesa.

—Hola Kira —La pequeña se lanzó a sus brazos para darle un abrazo.

—¿Donde estabas? —Damián preguntó preocupado, Kira se separó de Melissa, corrió hacia él y se colgó de su cuello.

—Estaba con Susi comiendo un helado. —explicó y sonrió orgullosa al recordar las palabras de Susi, lo atrajo a ella para darle un beso muy dulce como premio.

—¿Y eso por qué fue? —cuestionó con el ceño fruncido.

—Porque tengo un gran novio y porque estoy muy orgullosa de él.

Damián sonrió sin apartar su mirada de ella, acarició su mejilla y se acercó lentamente hasta rozar sus labios despacio, Kira cerró sus ojos esperando el beso que no llegaba.

—Yo también —susurró él, cortando la poca distancia, devolvió el beso de hace un rato de la misma manera.

—¿Tú también qué? —preguntó ella aún con sus ojos cerrados, él sonrió y se fue a la cocina por un vaso de agua dejándola confundida.

Kira pensó y trató de entender de que hablaba hasta que su mente la llevó al momento en que ella dijo.

«Te amo Damián»

Se sintió emocionada al principio, pero luego un poco decepcionada.

»Eres un tramposo, eso no se vale. — dijo muy sería.

Damián la miró al escucharla, dejó el vaso en el mesón y fue hasta a ella para tomarla por la cintura, tomó aire armándose de valor para poder decirlo.

—También te amo Kira Duarte. —confesó nervioso, pero seguro de sus palabras.

El corazón de Kira palpitó rápido de la emoción y pronto un par de lágrimas brotaron. Tomó su rostro y lo besó.con todo el amor y emoción que en ese momento sentía.

―Y yo a ti mi amor, no sé cuándo pasó, pero te amo Damián, no sabes lo feliz que me has hecho con tus palabras.

―También me sentí feliz cuando lo dijiste, perdón por no haber tenido el valor de decirlo en ese momento. Pensé mucho cuando venía para acá y llegué a la conclusión de que merecías saberlo. Confieso que tenía mucho miedo, aún lo tengo porque las veces que he dicho esa palabra, no me ha ido nada bien.

―Te entiendo porque yo también tengo miedo, pero confío en tí —Sus labios se unieron de nuevo en un tierno beso.

La risa de Melissa los hizo separarse. Se miraron cómplices y rieron para darse otro besito que también fue interrumpido al sentir la puerta abrirse.

―¡Carajo! ¿Qué no fue suficiente las revolcadas que se dieron en la cabaña? —Se quejó Cindy al verlos acaramelados.

—¿Se revolcaron en el lodo y no me llevaron? ¿Puedo invitar a mi amiga y a su hermano para revolcarnos también? —preguntó Melissa emocionada.

—No, tu no te vas a revolcar con nadie. —dijo Damián lanzándole una mirada asesina a Cindy.

—Pero ustedes...

—Princesa, tu tía Cindy se refería a otra cosa cuando hablo de revolcarse. Ella en realidad hablaba de... de... Eh, mejor que sea tu tía quien te lo explique, así entiende que ahora tiene que medir sus palabras y cuidar su vocabulario. Anda, ve con ella para que te explique —La pequeña corrió hacia Cindy, la miró a los ojos esperando una respuesta

Todos fijaron su mirada en Cindy mientras aguantaban las ganas de reírse, la chica estaba avergonzada y no sabía que decirle a la pequeña.

—Melissa, hola.  Te traje tu helado favorito — dijo Sebas llamando su atención.

La pequeña corrió a recibir su helado olvidando por completo la explicación, agradeció y se fue a su habitación para poder comerlo con satisfacción.

—Gracias Sebitas por eso. Pasen y acomódense que yo les prepararé un juguito de mango

☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️

La tarde pasó entre plática y chistes, unos buenos y otros ridículos, pero se divertían de solo escucharlos. En medio de las risas Susi sugirió comprar unas cervezas para mejorar el ambiente y todos estuvieron de acuerdo en beber solo un par porque mañana tocaba trabajar y estudiar.

Susi bebió el último sorbo de su cerveza y se enfocó en la botella. 

—¿Qué estás pensando hacer con esa botella? —preguntó Tania con su ceja levantada.

—Jugar —Eso provocó la risa de todos.

—Si necesitas privacidad aquí no hay, de una vez te digo —dijo Cindy.

—¿Qué? Iuch, ¡Qué mente tan asquerosas tienen todos! Yo hablaba de jugar a girarla, pervertidos. Ya que están de cochinos giremos la botella y al que señalé responderá una pregunta igual de cochina a sus mentes.

—Hu, no pues santa Susana te decimos ahora —ironizó Cindy.

Hicieron espacio para poder girar la botella e iniciaron con el juego.  La primera en ser señalada fue Cindy y fue Tania quién tuvo que preguntar, le pareció una gran oportunidad y no la desaprovecharía.

—¿Te has acostado con mi papá? —Las miradas de todos se enfocaron en Cindy y la de ella en Tania. Dudó en responder porque había hecho una promesa, pero sabía que si Tania preguntaba era porque algo sabía.

—Si. —respondió con serenidad bebiendo un sorbo de su cerveza.

—¡Oh mierda Cindy! yo sabía que te gustaban los hombres mayores, pero ¿En serio te cogiste al papá de tú amiga y... cuñada? Guau, mis sinceros respetos —habló Susi sorprendida

—¿Por qué no los ocultaste? ¿Qué pasó? ¿Están juntos? —continuó Tania con las preguntas.

—Es solo una pregunta Tania, gira la botella. —dijo Cindy cortando el tema.

La chica al no obtener respuesta, obedeció. Giró la botella y esta vez señaló a Sebastián y la pregunta la haría Kira.

—Tengo una pregunta que he querido hacerte, pero me daba vergüenza,.pero ahora que estamos aquí, pues tengo que saber.

—Bien, entonces hazla Sol.

—Kira, Sebas.

—Ok, disculpa. Haz tu pregunta.

—Es que Damian dijo algo que no me he podido sacar de la cabeza, aún me da pena, pero te juro que si no me dices voy a morir de desesperación.

—¿Qué fue eso que dijo Damián?  —preguntó Sebas observando a Damián, a la vez él observaba a su novia con ojos suplicantes y con su cabeza negaba que no dijera nada.

—Dijo que Tania cocina muy rico y que es mala en la cama. ¿Es cierto eso Sebas? —Sebas frunció el ceño, Susi y Cindy fijaron sus miradas acusadoras en Tania con la boca abierta.

—Ya dejen de mirarme así intrigosas, y tu... —Señaló a su hermana—, fórmula bien las palabras. Así es como se forman los chismes.

—A lo que me refiero es que si es cierto ese dicho que dice que si eres buena en la cocina, entonces eres mala en la cama.

—Ahhhh, te recuerdo Pinki que yo soy quién cocino aquí y hasta ahora no he tenido quejas de nadie. —protestó Cindy.

—Ay ya, la pregunta es para Sebastián, dejen que responda —reprochó Susi.

—Em, pues... —resopló—. Ser mala en la cama y ser inexperta son dos cosas diferentes, para que quede claro antes de responder.  Lo importante es que tu pareja y tú se sientan bien, experimenten cosas nuevas sin tapujos y por supuesto que sea placentero para ambos, de lo contrario abra anécdotas negativas y de ahí es de dónde viene la palabra malo o mala. Ahora respondiendo tu pregunta Kira. No, no es cierto ese dicho, Tania cocina muy delicioso y también hace muy delicioso, "el delicioso".  —Carcajearon todos al tiempo.

—Mi amor, te amo —gritó Tania contenta dándole un beso en los labios.

—Bueno, bueno. No nos vayan a hacer la demostración aquí, te creemos Sebitas.  —dijo Cindy.

—Claro, olvidaba que ustedes son unas chismosas y se chismorrean todo. ¿Sabías Sebastián que aquí nuestras queridas novias hablan sobre nuestro desempeño en la cama? —Contó Damián.

—¡Ay Dios! ¿En serio?

—Si, las escuché en una ocasión, así que todas aquí nos conocen desnudos y la calidad de nuestro trabajo, con excepción de Susi que apenas se integra, pero en cuanto tenga confianza no dudes que también sabrá todo.

—Huy Ajap, aquí la Susi prefiere verte desnudo por ella misma ¿No es cierto Susi?

—Preferiría, si. Pero le prometí a Kira que no haría nada y siempre cumplo mis promesas. Además ella me cae bien, no como la arpía de Valeria que me caía como una patada en el estómago,  por eso hacía de todo para fastidiarla.

—¿Valeria? —preguntó Sebas.

—Si, la ex de Damián. Insoportable como ella misma y...

—¡Ya Susi! No nombres a esa aquí, está prohibido después de lo que le hizo al pinki y a la Kiracita —regañó Cindy.

—¿A Kira también? ¿Qué fue lo q hizo  Val... —Susi se detuvo al notar la mirada asesina de Cindy—. Ok, ok lo siento.

—¿Estamos hablando de la misma Valeria que yo conozco? —Sebastian los miró a todos, pero ninguno dijo nada—. ¿Ella y tu eran novios Damián? ¿Qué fue lo que te... —Sebas fue interrumpido por su novia.

—Si, es la misma, pero no hablemos de eso, mejor sigamos jugando, amor.

—Está bien —dijo no muy convencido , tenía dudas y quería aclararlas—. ¿Qué les parece si compramos otras cervezas? la última para cada uno, lo prometo.

—Pero esas y ya no más, recuerda que mañana hay que trabajar y nosotras debemos ir a la universidad. —Tania acarició su mejilla.

—Claro. —Se levantó del sofá—. Cindy acompáñame. —ordenó Sebas tomándola de la mano para salir de la casa sin dejarla protestar.

En realidad era una excusa para obtener la información que quería, Tania le había pedido no hablar temas que involucraran a Kira y a Mauricio, prácticamente le prohibió darle cualquier información de su hermana y viceversa. El hombre sentía mucha curiosidad de saber que ocurrió entre Valeria y Damián, así que usaría a Cindy para saberlo.

Llegaron a la pequeña tienda y pidieron las cervezas para llevar, Sebastián pagó la cuenta y mientras esperaban el cambio decidió entablar conversación.

—¿Cómo se conocieron Kira y Damián?

—Allá en el hotel Viaggio. —respondió cortante.

—¿Ustedes se hospedaron ahí?

—Nombe no, que vamos a poder nosotros pagar ese hotel tan costoso. Damián que fue ahí a visitar a la barbirucha y... —Se detuvo cuando notó que hablaba de más.

—Anda Cindy dime, prometo que no diré nada. Solo quiero saber con quién está mi amigo.

—Tu amigo es un imbécil por cambiar a la Kiracita por esa mentirosa, infiel e interesada de la Valeria.

—¿Infiel?

—Si, infiel. La muy zorra le ponía los cuernos al Damián con tu amigo y... Para que sepas Sebas, también se los puso a tu amigo con él en Medellín.

—Medellín, ¿En qué te basas para asegurar eso? Explícame por favor.

—Ok, te voy a contar, pero si Damián se entera que abrí mi boca me...

—No lo sabrá, no te preocupes. Confía en mí palabra.

Cindy relató todo lo que sucedió en Medellín de camino a casa, las dudas se instalaron en Sebastián y algunas cosas empezaron a tomar sentido. Los viajes, las compras, todo concordaba.

Nunca se había metido en la relación de Mauricio y Valeria, pero no estaba de acuerdo, había algo en ella que no le agradaba y simplemente pensó que era porque aún no lograba aceptar que Sol y su amigo ya no estuvieran juntos.

—¿Por qué tardaron tanto amor?  —preguntó Tania en cuanto llegaron.

—Había cola y tuvimos que esperar. —respondió él.

—Bueno, bebamos esta ronda y nos vamos a casa.

—Si amor —respondió Sebas dándole un poquito a su novia,  se fueron a sentar para seguir con el juego de la botella hasta acabar las cervezas para luego despedirse e irse a sus casas.

Ya hablaría con Mauricio sobre el asunto.


Buenas noches.
Retomando rayo de sol.

Muchas gracias por esperar.
Bendiciones.

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