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☀️Cápitulo XV☀️

KIRA


Mis manos tiemblan, mi corazón está acelerado y todo el valor que traía se esfumó en cuanto coloqué mi dedo en el timbre. Respiré profundo cerrando mis ojos y presionándolo por fin.

—Sol —Abrí mis ojos al escuchar la voz de Mauricio.

—Hola mi a... Mao —corregí.

—No te esperaba. Te estuve llamando y... ¿Qué haces aquí? ¿Cómo estás?

—Lo supe. Disculpa por venir sin avisar, pero necesitaba hablar contigo, quiero y necesito entender muchas cosas Mao y...

—Sol no creo que sea conveniente.

—Si Mauricio, es necesario y muy conveniente. Quiero respuestas, quiero saber por qué, quiero entender para poder cerrar este capítulo de mi vida. Tengo muchas preguntas y te exijo que las respondas. ¿Por qué Mao? ¿Por qué no me dijiste que Valeria te gustaba? ¿Por qué no rompiste conmigo en vez de traicionarme? ¿En qué momento pasó? ¿Son novios?.

—Son demasiadas preguntas y la verdad no sé que responder, yo... No lo sé Sol, en verdad traté de evitarlo, pero no pude, quise luchar contra ese sentimiento, intenté mantenerme alejado de ella, pero no lo logré. No quería lastimarte, lo juro. Tal vez por eso no te lo dije, porque sabía que te dolería.

—Claro, y preferiste mejor engañarme, romper con toda la confianza que había depositado en ti, en vez de ser sincero y decirme que ya no me amabas, que te habías enamorado de alguien más.

—Iba a decirte.

—Pero no lo hiciste, aunque me lo prometiste. Dijiste que si algún día tu, o yo nos interesabamos en otra persona, seríamos honestos y no cumpliste. Me engañaste, me traicionaste, aún conociendo la historia de mis padres, aún sabiendo que me harías dañ... —No pude continuar porque el nudo en mi garganta no me dejó, mi llanto me ganó y todo mi dolor volvió.

—Sol, no llores por favor. Tienes razón, debí ser honesto y decirte lo que estaba ocurriendo conmigo, pero por favor. No quiero verte llorar por mi, no quiero que sufras.

—¿La amas? ¿Vas a casarte con ella?

—¿Qué? No. Aún es muy pronto para eso, yo ni siquiera estoy seguro de mis sentimientos.

—¿Cuándo dejaste de amarme Mauricio?

—Sol, no te hagas esto. —pidió sujetando mis manos.

—Quiero saber Mao —Me zafé de sus manos para limpiar mis lágrimas que seguian saliendo sin parar—. Creo que todo el tiempo que estuvimos juntos me da el derecho a una explicación.

—Sol... No estoy seguro de que es lo que siento por ti ahora, tengo muchas dudas y... te quiero Sol, eso lo sé...

—Pero no me amas ¿Tan rápido dejaste de amarme? Valeria apareció hace muy poco Mao.

—Empecé a sentir cosas por Valeria desde que la vi desfilar, y por más que traté de alejarme, de negarme al sentimiento, simplemente no pude. No estoy seguro si la amo, tú lo acabas de decir, es muy pronto para hablar de amor y menos de boda. Solo sé que no es justo para ti continuar en una relación dónde hay dudas.

Dolió, pero necesitaba escucharlo.

—¿Qué hice mal? ¿Qué me faltó que no fui suficiente para ti? —pregunté porque queria aclarar las dudas sobre mí.

—No sol, no hiciste nada malo, así que sácate esas tonterías de la cabeza. Fue mi culpa, fue el destino, no lo sé, pasó y ya. No hay una razón que lo justifique, pero por ahora creo que es mejor que nos distanciemos.

—No vine aquí a tratar de recuperarte, yo no soportaría estar contigo sabiendo que tienes sentimientos por otra mujer, además; no te perdonaré. ¿Sabes por qué? —Negó—. Porque tú sabías bien lo que hacías, sabías que me harías mucho daño y no te importó pisotearme, no te importó romper mi corazón en mil pedazos, eso solo demuestra lo poco que yo valía para ti. Nunca me diste el valor que yo merecía.

—Sol, si pudiera calmar tu dolor sabes que lo haría, me duele, no sabes como me duele saber que soy yo el culpable de eso. —Se acercó para tomar mi rostro.

—Lo siento, de verdad lo siento Sol. Perdóname por haber sido un imbécil contigo por favor.

—Yo, solo vine aquí por respuestas y ya las obtuve —Quité sus manos de mi rostro—. Dicen que uno debe luchar por lo que ama, pero ¿Por qué pelear por alguien que traiciona y miente sin pensar en tu bienestar? —Sus ojos se humedecieron y pronto una lágrima corrió por su mejilla.

—Merezco eso y mucho más lo sé, incluso tu desprecio. Espero que un día puedas perdonarme Sol.

—Me lastimaste mucho Mao y la verdad por ahora no creo que pueda hacerl...

—Hola amor, ya llegué.

Apareció Valeria interrumpiendo nuestra charla y de paso hacerme sentir peor. Se acercó a Mao y lo saludó con un beso en los labios, consiguiendo lo que quería.

Lastimarme.

Mauricio se percató del mal sabor que eso me provocó y la apartó un poco.

—Valeria, dame un momento por favor, debo...

—Claro amor, veo que por fin tuviste el valor de llamar a Kira para decirle que viniera por sus cosas. —Lo miré y pude ver su vergüenza.

—Si Valeria, a eso vine —articulé muy dolida.

—Bueno, espera aquí, ya te las traigo. —Entró al departamento y como la puerta estaba abierta, no supe si ella tenía llaves.

—Sol, disculpa. No sabía que...

—No importa. —Me miró a los ojos con pesar y luego a los movimientos de mi mano al intentar quitar el anillo de compromiso de mi dedo, una vez lo saqué se lo extendí para que lo tomara.

—No, no es necesario, Sol. Quédatelo, haz lo que quieras con el.

—No lo quiero, y no necesito un premio de consolación.

—Amor ella tiene razón en eso. Es lo correcto en estos casos, debe devolverlo. —dijo Valeria tomando el anillo de mi mano ya que Mauricio no lo hizo, me llené de coraje y forcejee para arrebatarselo, se quejó cuando enterré mis uñas hasta que aflojó y pude tomarlo.

—Debo devolverlo si, pero no a ti zorra maldita.

—¡Sol! —protestó Mauricio

—Toma tus cosas y lárgate de aquí desagradecida, te hice el favor de recogerlas —Me lanzó la maleta a los pies y yo la levanté de mala gana—. Descuida, no me veas así, no usé nada de eso, además tampoco hubiese podido porque son dos tallas más grandes que la mía —Me dio una sonrisa bastante hipócrita.

«La estúpida acababa de llamarme gorda»

La miré mal e intenté ir a enterrarle las uñas de nuevo, esta vez en su linda cara, pero Mauricio se interpuso.

—Valeria ahórrate tus comentarios estúpidos, Sol es perfecta como es —recriminó Mao.

—"Gracias" —dije con sarcasmo y me di la vuelta para irme con las maletas, una en cada mano.

—¡Espera Kira! —Voltee.

—¿Ahora que quieres, Valeria? —Extendió su mano mientras movía sus dedos.

—Las llaves, no las devolviste tampoco. —Busqué en mi bolso las dichosas llaves y se las aventé tan fuerte que se cubrió con sus manos para no ser golpeada con ellas.

Pedí el ascensor y apenas se abrieron sus puertas me metí con mis maletas, ya quería salir de ese lugar. Lo bueno era que abajo me esperaba Thomás y no tendría que irme sola. Me sorprendió al ver a Mao entrar también mientras la estúpida de Valeria gritaba su nombre furiosa.

—Solo quiero acompañarte y disculparme por...

—Déjalo. —dije cortante.

Me quedé en silencio un rato, entonces recordé la discusión que tuve con Damián aquella vez, la duda me carcomía y ya no me aguanté la zozobra. Las puertas del ascensor se abrieron y entonces me decidí a preguntar.

—¿Soy mala en la cama, Mauricio? —Sus ojos se abrieron de la impresión y mi curiosidad creció.

—¿Por qué me preguntas eso Sol?

—Solo respondeme —Su silencio solo me estaba confirmando que el idiota de Damián tenía razón—. Si no hablas lo tomaré con un sí.

—¿Crees que es por eso que... Me, metí con Valeria? —Bajé mi mirada en aceptación. Mauricio tomó mi mano y una maleta, la más grande y me ayudó a salir del ascensor. Luego quedamos frente a frente mirándonos a los ojos.

—No Sol, no hay nada de malo en ti, menos en la cama —Sonrió—. Quiero que te lo graves en la cabeza y no lo olvides —Soltó la maleta  y luego colocó sus manos sobre mis hombros—. Eres muy buena en todo lo que haces, más que la experiencia, es porque te entregas dando lo mejor que hay en ti, sin guardarte nada. —Confieso que me sentí aliviada.

—De corazón Mauricio, espero que Valeria te ame aunque sea la mitad de lo que yo te amo a ti. —Me sinceré—, y no te preocupes, no interferiré entre ustedes, sé feliz, aunque sea con ella y... No te fies, una persona que engaña, traiciona y es capaz de mentir una vez, lo hará siempre. —Di la vuelta y salí del edificio.

En cuanto Thomas me vio, bajó del auto con prisa, sujetó mis maletas y las acomodó en la parte trasera de su auto. Me abrió la puerta del copiloto para que subiera y luego lo hizo él.

—¿Cómo te fue? ¿Hiciste lo que tenías que hacer? —preguntó.

—Si.

—¿Estás bien?

—No, pero lo estaré.

—Me alegra escuchar eso, eres fuerte Kira y pronto, más de lo que crees, habrás olvidado todo esto.

—Gracias Thomas por acompañarme.

—Lo hice con gusto, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea —Intenté, pero como la llorona que soy, lloré—. ¡Hey! Ven acá —Me pegó a él para darme un abrazo de consuelo que en verdad necesitaba.

Aunque estaba rota en ese momento, había aceptado el hecho de que Mauricio Macías, ya no estaría más en mi vida y que este es el final de nuestra historia. Una historia que empezó con la inocencia de una niña de doce años y termina hoy, y no de la mejor manera.

☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️

Al abrir la puerta de casa, papá y Tania estaban sentados en el sofá, supongo que preocupados porque no les avisé que saldría, lo hice a escondidas.

—¿Dónde estabas?

Papá se veía preocupado.

—Con Mauricio, perdón por no avisar. —
Tania se levantó del sofá y vino hasta mí.

—¿Te sientes bien? —Su pregunta me sorprendió, creí que me daría un sermón.

—Sí —Caminé hasta el sofá y me senté—. Aceptaré la beca para estudiar en Harvard. —Solté de la nada. Papá y Tania se miraron entre sí, sin decir nada—. Dijeron que me apoyarían, así que creo que este es un buen momento para que lo hagan.

—¿Estás segura nena?

—Si Papi, ya hablé con el director y mañana tengo que ir a firmar unos papeles y todo lo relacionado. Debo estar en Harvard el lunes.

—Me harás mucha falta hija, pero si es lo que quieres, cuentas con mi apoyo.

—Y con el mío, aunque me dejas sola.

—Tania...

—Está bien, lo mereces, además lo veré de esta manera —Limpió una lágrima y sonrió—, seré hija única y tendré a papá para mí solita —Me acerqué para abrazarla.

—Te amo, eres mi única hermana. Te extrañaré también, pero necesito alejarme, necesito... —mis lágrimas cayeron.

—Te entiendo Kira, solo no te quedes por allá, tal vez conozcas a un gringo, te enamores y te cases, o consigas un excelente empleo y ya no quieras volver con nosotros. Nos romperías el alma.

—Tonta, claro que volveré. No quiero vivir lejos de ustedes para siempre.

—Ya tienes todo planeado eh, ¿Hay algo que quieras que hagamos?

—De hecho si. Quiero mi teléfono de vuelta, necesito hacer una llamada — papá asintió, fue a su oficina y regresó con mi celular.

Lo encendí esperando mensajes o llamadas, entonces recordé que ahora tenía una nueva sim. Nadie hubiese podido llamarme.

—Papi, ¿Me pasas el número del que te llamé la otra vez por favor? —Buscó en su teléfono y me lo dictó.

Lo guardé y llamé.

Hola, aquí con yo, y allá ¿Con quién? —respondió ella.

—Hola Cindy, soy Ki... —Pegó un grito que casi me deja sorda en cuanto escuchó mi voz.

Kiracita bonita, eres tú por Dios, alabado sea el señor. Mis hechizos y todos los conjuros que hice para invocarte por fin funcionaron. ¡Aleluya! Reí.

—Eso es contradictorio Cindy, ¿Usas brujería y agradeces a Dios?. Es hipócrita también.

Ay, bueno bueno, como sea, el asunto aquí es que por fin tenemos noticias tuyas, te estuve llamado al número ese que me diste, pero se iba al buzón.

—Es que... Lo perdí y tuve que cambiar, ahora tengo este, guárdalo si quieres —Escuché que tecleaba—. Llamé porque los quería invitar a cenar hoy, papá quiere conocerlos y agradecerles lo que hicieron por mí en Medellín. ¿Pueden?

Ay no, nosotros aún estamos aquí en Medellín. Nos salió un trabajito extra, estamos contratados para tocar en la fiesta de cumpleaños del señor Maldonado este sábado y también toda la semana entrante.

—Me alegro mucho por ustedes, lo merecen.

Pues no te alegres tanto porque tenemos un problemomonon y solo tu puedes ayudarnos.

—¿Yo? —pregunté, coloqué el altavoz para que papá y Tania escucharan ya que estaban muy curiosos por la expresión de mi rostro.

Si, lo que pasa es que el señor Maldonado piensa que tú estás en nuestro grupo, casi se le explota su verruga cuando no estuviste al día siguiente y los demás días, y para calmarlo tuvimos que inventar una mentirita piadosa. Y para resumir, resulta que tienes que tocar con nosotros el viernes y el sábado o si no nos va a joder con lo del contrato ese que nos hizo firmar como garantía de que si estarías. —Hizo una pausa, tomó aire para continuar—.  No nos ha pagado y no lo hará hasta que hayamos cumplido, incluso si no vienes tendremos que devolver el dinero que ya no tenemos.

—¿Y por qué firmaron algo así?

Es que él quiso asegurarse, dijo que había contratado un grupo completo y faltaba un integrante, tú estuviste ahí cuando nos contrató y te quiere ahí. Nos hizo firmar eso como garantía.

No sabía que responder

—Cindy es que...

—Ve —dijo papá—. Ellos te ayudaron cuando estuviste en problemas, ahora es tu turno devolverles el favor. Además necesitas distraerte y creo que ese lugar te hará bien.

No estaba segura, pero papá tenía razón. Solo estaba el hecho de que Damián estaría ahí y no sabía cómo reaccionaría al verme de nuevo.

—Bien, iré, pero solo hasta el sábado porque el domingo debo tomar un avión para Estados Unidos.

Gracias Kiracita, aquí estaremos esperándote.

«Espero que todo salga bien y no sea una pésima idea».

Disfruten del capítulo.
Gracias por leer.
😊😊

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