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☀️Cápitulo XIV☀️

CINDY

Dicen que el pasado nos marca, pero eres tú quien decide si dejas que te joda o cambias la perspectiva, lo aprendí a los golpes, por ello pensar en el futuro no es mi fuerte. Me gusta vivir el presente y disfrutarlo al máximo sin importar que sucederá, no sé si es malo o bueno, lo único que sé, es que he aprendido de todos los errores que he cometido por hacer lo que quiero, cuando quiero y con quién quiero. No tengo miedo a las consecuencias.

Aunque anoche en el bar reconozco que tuve un poco de temor al dejar a Kira ocupar el lugar del Pinki, y no por lo que ocurriera, sino más bien por su reacción en cuanto lo supiera. Gracias a Dios todo salió muy bien y todos contentos. El señor Maldonado nos dio una bonificación extra por hacer que los clientes compraran más tragos. Idea de Kira que funcionó de maravilla.

Llegamos tarde, así que dormimos mucho, son las once de la mañana y pos, hay hambre. Me duché y vestí rápido para ir a acompañar a "la" Kiracita en la cocina, a ver si encontrabamos algo, o sino ir juntas al súper, solo faltaba desenredar mi cabello, tomé el cepillo y comencé a peinarlo cuando de repente escuché voces.

—¡Lárgate! Vete ahora mismo! No quiero verte más aquí. —El grito del pinki se escuchó muy fuerte.

«¡Mierda! ¿Y ahora que fue?».

Aventé el cepillo y abrí la puerta rápido, ahí estaba Kira otra vez votando lágrimas, como que ese es su estado natural. Me miró un segundo, pero no dijo nada, solo corrió cruzando la puerta.

—¿Qué pasó, por qué la corriste Damián?

—¡No te importa! metiche. —diijo el muy idiota.

—A ver, a ver, bájale a la idiotez, yo no tengo la culpa de tu humor de mierda y no te vas a desquitar conmigo como lo acabas de hacer con ella —respondí molesta. —¿Qué fue lo que hizo para ganarse tu maltrato?

—¡Vete a la mierda!.

Odio cuando se pone en ese plan, sé como se pone y mejor dejé las cosas así, por ahora. Ya verá después.

Tomé las llaves y salí a buscar a Kira para que regresara, al llegar a la calle logré divisarla con un hombre, estaba de espaldas y no lo pude verlo bien, pero tenía un gran porte, supongo que debe ser su papá, y la chica su hermana.

«Bueno ya está con su familia»

Me dije y volví al depa.

—Ahora sí Pinki, ¿Qué mierda fue todo eso? —insistí.

—Déjame en paz Cindy, no me jodas.

—Si te jodo y qué ¿Qué harás? ¿Me vas a correr también? ¿Qué puta.mierda te pasa? Y no me digas que estás despechado y muriéndote de amor por esa, porque te rompo el hocico por pendejo. La muy zorra debe estar ahora revolcándose con el ex novio de "la" Kiracita y tú aquí fregandonos a nosotros.

—¡Qué me dejes en paz Cindy! No quiero oir tus sermones —reclamó.

—A-ah ¿Eso es lo que te molesta? te los imaginas culiando ¿Verdad? Pues me vale tres hectáreas de verga. No voy a permitir que te eches a morir por alguien que no lo vale, sé que te duele, yo sé cómo te sientes, pero la vida sigue. Debes ser fuerte para aceptar que se acabó, por mucho que te duela, debes continuar y no dejarte vencer. ¿No fue eso lo que me dijiste cuando yo estuve igual o tal vez peor que tú?. Entonces, no entiendo. —Por fin se atrevió a mirarme a los ojos, de mala manera claro—. Anoche nos dejaste tirados por andar chillando por esa mujercita sin importarte ni pensar en lo que ocurriera con nosotros, sin contar que... —El sonido del timbre me interrumpió.

Gonzalo se levantó del sofá dónde se había sentado a chismorrear y fue a abrir la puerta, Damián aprovechó para huir de mí y se metió a la habitación.

—Eso ¡vete!

—Jodete, cansona ¿No ves que estoy casi desnudo?

—Pues ¡pa qué te encueras si no quieres que te vean!, pendejo. —regañé, el idiota me sacó su dedo del medio y aventó la puerta con fuerza.

—Buenos días —dijo alguien.

—Buenos días, ¿Qué se le ofrece? —respondió Gonzalo.

—Dejaron esto para la señorita Cindy.

Abrí mis ojos de sorpresa y fui a tomar lo que el portero traía para mi. Olía súper delicioso. Era comida.

—¡Gracias Dios! ya moría de hambre. ¿Quién lo dejó? —Le pregunté al portero.

—Una señorita, dijo llámarse Tania Duarte, solo dijo que era para usted.

—Que raro, no conozco a ninguna Tania, pero gracias, lo tomaré. —Gonzalo cerró la puerta y me quitó la bolsa de las manos para abrirla—. ¡Oye! dijeron Cindy, no tragónzalo —reproché arrebatándole la bolsa de nuevo.

—Solo quería asegurarme que no hubiera una bomba ahí. —Se defendió.

—Ay si tú, y yo me chupo el dedo, tragón.

Coloqué la bolsa en la mesa, la destapé y...

»¡Huy, que rico! sándwichito con jamón y queso, huevitos revueltos, pan, calentao y chocolate —Nombraba cada cosa que sacaba de la bolsa de papel—. Trae platos si quieres comer Gonzalo.

En cuanto saqué el último vaso con chocolate, vi un papel.

»Hay una nota también. —comenté.

—¿De quién? Léela —pidió Gonzalo llegando con los platos y cubiertos.

Damián salió ya vestido mirando la comida en la mesa y luego la nota en mi mano.

—¿Y eso? —preguntó él.

—Trajeron comida y hay una nota. —explicó Gonzalo—. No sé por qué no la lee de una vez.

—¡Ay bueno, bueno, ya voy!. —Aclaré mi garganta primero—. Dice:

Cindy, Gonzalo y Damián

Quiero agradecerles toda su ayuda y colaboración hacia mi persona, no es mucho, pero es con todo mi cariño y gratitud. Disfruten del desayuno, de nuevo, gracias. Si llegan a necesitar algo por favor, sin pena alguna no duden en llamarme.

Este es mi número 34528754.

En cuanto estén en Bogotá los invitaré a comer a dónde quieran.

Con cariño.

Kira Duarte.

—Ahh, entonces la tal Tania es su hermana. Tan bonita la Kiracita y otros aquí tratándola mal.

—¿Vas a dejar de joder o no? —dijo con sarcasmo "el" pinki.

—¿Vas a comer o no? —igualé su tono.

—No. A lo mejor tiene veneno. —respondió de mala gana.

—Ok, como quieras. Después no digas que te matamos de hambre. ¿Verdad Gonzalo?

—Con veneno o no, igual nos comeremos tu parte. —respondió Gonzalo.

Nos sentamos a devorar todo mientras el idiota de Damián nos observaba desde en el sillón al lado de nosotros .

—Ojalá se indigesten. —Nos echó sus malas vibras.

—Gracias "Pinki" por tus lindos deseos. También te amamos —dije con mi boca llena. Pasé bocado y mordí el último pedazo de mi sándwich que quedaba haciéndole saber al idiota lo rico que estaba, desde aquí podía escuchar el rugido de su estómago—. Orgullo con hambre, mala combinación, pero bueno, es tu asunto y tú estómago.

Me levanté en cuanto terminé para dejar los platos en la cocina.

«¡Que Gonzalo los lave!».

Fui a la habitación para buscar el dinero que ganamos anoche y entregarselo a Damián.

»Toma, compra algo de comer o si no te va a dar el veri, veri. —Se levantó del sillón y me miró con sorpresa.

—¿De dónde sacaste todo ese dinero? —preguntó con sorpresa.

—De la paga de anoche —respondí con una sonrisa de orgullo.

—Pero... ¿Como? Creí que...

—Pues ya ves, lo solucionamos sin ti. Nos fue bien y ¿Qué crees? Estamos contratados para tocar toda la semana y además, podemos seguir ocupando este lugar todo ese tiempo, así que hay que ir al súper y comprar comida. No viviremos de aire —Sonreí sarcástica—. Y no nos agradezcas eh, agrádecele a "la" Kiracita, te reemplazó anoche.

—¿Qué? ¿Me estás jodiendo? —Respiró hondo, arrugó su frente y sus fosas nasales se abrieron, señal que no le agradó la idea.

—No Damián, es cierto. Ella lo hizo, resulta que canta de maravilla y baila aún mejor, lo hizo muy bien, con todo y tobillo adolorido —dijo Gonzalo riendo, tomó mi mano para alejarme de Damián.

—Bueno Pinki, si nos disculpas, Gonzalo y yo ya nos vamos al súper, te dejamos con tu amargura y... —fui arrastrada por Gonzalo hasta la puerta—. Ya tomé dinero para mercar —grité desde el pasillo.

☀️☀️☀️☀️☀️☀️

Días después...

Los días aquí pasan muy rápido entre ensayos y ensayos porque el señor Maldonado desea una canción para él en su cumpleaños, o sea; otra semana aquí en Medellín. El pobre Pinki no ha podido componerla y está como loco, aunque su estado de ánimo ha mejorado. El estrés que carga por no poder hacerlo lo va a acabar. Dice que la inspiración no le llega, que está bloqueado, eso me inquieta porque faltan solo tres días para el sábado, día en que todo debe estar listo, con la Kiracita incluida, y eso es lo peor de todo este asunto.

He intentado localizarla al número que dejó, pero entra al buzón, busqué el número que ella marcó desde mi teléfono, pero ya había borrado el historial.

«¿Por que no se me ocurrió guardarlo?»

Por tonta.

Tal vez la Kiracita anotó mal el número, o lo habrá perdido ¡Quién sabe! El asunto aquí es que no he sabido nada de ella y empiezo a preocuparme. El trato con el señor Maldonado la incluye una noche en el bar y la otra en su fiesta de cumpleaños. Tuve que accidentar a su papá, romperle tres costillas y una pata para justificar su ausencia. Le prometí al señor Maldonado que estaría aquí con nosotros el viernes en el bar y el sábado en su fiesta de cumpleaños. Falta poco para eso y ya no se qué hacer para contactarla.

Por supuesto Damián está enojado con nosotros por haberla incluido, sabiendo que se iría y me ha dejado toda la responsabilidad sobre el tema, ahora tengo que enfrentar también el genio de mierda del señor Maldonado y después de eso, los regaños del Pinki en cuanto nos corran y nos toque pagar la cláusula de incumplimiento que nos hizo firmar.

Ya se me ocurrirá otra mentira para solucionarlo.

«Eso espero».

Gracias ☺️.

Bendiciones.

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