VALERIA

Entré a mi departamento lo más rápido que pude, estaba nerviosa. Sabía bien lo que estaba haciendo, pero en el fondo tenía mucho miedo.

Mauricio es un hombre muy guapo e interesante, además de ser emprendedor, sabe lo que quiere y para donde va.

«Aún así no le llega ni a los talones a mi gansito»

Coquetee con él el día del desfile y todos estos días solo para fastidiar a Kira, no la soporto y ella tampoco a mí. Me parece la típica niña buena que no mata una mosca y todos adoran, lo tiene todo, incluyendo a un gran hombre, ella no se lo merece, yo sí.

Merezco un hombre como Mauricio Macías.

Es una pena que mi gansito no tenga lo que necesito y quiero para mí. Solo está metido en su estúpida banda de quinta y por más que le he insistido que la deje y consiga un buen empleo no me escucha.  No tiene metas ni aspiraciones para su vida, es de esas personas que se conforman con poco, pero ¿A quién engaño? Estoy loca por él porque es maravilloso.

Mi gansito también es muy guapo, tiene pelo negro y sedoso, unos hermosos ojos mieles y una mirada que hipnotiza, es muy noble, aunque su nobleza aveces me desepera. Es divertido, sabe enloquecerte en la cama y siempre está para tí cuando lo necesitas.

Si tan solo consiguiera un buen empleo yo... no tendría que hacer esto, lo amo muchísimo y aún no estoy segura de querer dejarlo.

El sonido de mi teléfono me trajo de vuelta de mis dudas, miré la pantalla y justo era él. 

«Lo llamé con el pensamiento»

—Hola gansito, te he extrañado mucho.

—También te extrañé gansita. Perdón por no haberte llamado antes ¿Cómo has estado?

—Gansito estoy nerviosa, conseguí empleo en una importante compañía de modas, en unos días es la presentación de la nueva colección y... ¡Dios! Temo hacerlo mal.

—Eres la mejor, lo harás bien.  Estoy seguro que serás la sensación de la noche, gansita porque eres hermosa, muy lista y muy talentosa. ¡Los encantarás! Ya verás.

—Gracias, tú sí que sabes como animarme gansito. Pero dime y a tí, ¿Cómo te fue?

—Bueno, no también como a ti gansita. No ganamos, ni conseguimos un contrato —Me conmovió la manera en como dijo eso, se notaba que estaba decepcionado.

—Lo siento tanto gansito, ¿No crees que es hora de dejar eso de la música y hacer algo más productivo para ti?, creo que es una señal, no sé, tal vez ahora si...

—No gansita, ya hemos hablado de eso. La música es lo mío, es mi pasión, mi vida. Yo no sirvo para estar detrás de un escritorio o metido en una empresa, lo sabes. Voy a lograrlo, mi grupo va a ser reconocido, seremos famosos, exitosos y cuando eso pase gansita, te juro que voy a darte todo lo que tú mereces. —Me quedé en silencio, esas cosas son las que me hacen dudar porque solo son palabras.

Yo necesito un hombre que me proteja, me cuide y me de estabilidad. Lastimosamente Damián no es ese hombre y por más que lo ame, no es suficiente para mí, aunque suene muy cruel hay que ser realistas.

No solo de amor se vive, esa es la realidad. En parte, eso es lo que me ha detenido en aceptar compartir mi vida con él.

—Gansito ya me voy a descansar, mañana debo estar muy temprano en el trabajo y voy a estar muy ocupada. Te hablo después. Chao.

—Que descanses gansita, mucha suerte y no olvides que te amo, voy a estar aquí echándote porras.

—También te amo gansito —Corté la llamada, no quería discutir con él por lo mismo de siempre.

🌼🌼🌼🌼🌼🌼

Los días se pasaron rápido entre ensayos y más ensayos, mi novio me llamó muy puntual en las noches para darme apoyo emocional, hice mi mayor esfuerzo para impresionar, prácticamente fue una rutina.  A Mauricio casi ni lo vi estos días, pero cuando pasaba por aquí a supervisar me aseguraba de sonreírle y así no se olvidara de mí.

Hoy, es el gran día y confieso que estoy bastante nerviosa porque esta es mi primera presentación ante tanto público, cámaras y personas importantes.

Por más que llevamos horas ensayando para la presentación y muy bien sé todo lo que hay que hacer, no puedo dejar de sentirme insegura. Todas son profesionales y aunque tengo algo de experiencia en pasarelas, siento miedo de no hacerlo bien.

«¡Dios! estoy cansada y tengo hambre, mis tripas no paran de rugir pidiendo alimento».

Iba a protestar cuando Mery por fin nos dijo que fuéramos a comer, por supuesto nos pidió que fuera algo ligero.

Después de unas horas el desfile había comenzado, las otras modelos han hecho sus presentaciones, y ahora la maquilladora está haciendo su trabajo conmigo porque  pronto será mi turno. En cuanto terminó,  me coloqué el vestido amarillo que escogieron para mi.  Mery entró justo en el momento que aplicaba un poco de brillo en mis labios para avisarme que era mi turno.  Todos mis nervios se habían ido gracias a la llamada que me hizo mi gansito hace unos minutos dándome ánimos y mucho apoyo, ahora me sentía segura y lista para arrasar con todo porque mis nervios se habían esfumado.

«Gracias a ti Gansito».

Salí con el vestido amarillo casual hasta las rodillas y empecé con mi desfile y cada una de las presentaciones hasta que llegó la última con el vestido de gala rojo.

Este vestido me quedaba genial, resaltaba muy bien mis atributos, la abertura en la parte derecha dejaba ver una de mis  largas y hermosas piernas, sin mencionar el escote.

Me sentía muy hermosa, sexy y segura de mí misma.  Caminé por la pasarela con porte y elegancia dejando a muchos con la boca abierta incluyendo a Mauricio quién no quitaba sus ojos de mí, estaba en primera fila, así que tenía acceso a él, lo miraba y sonreía cada vez que pasaba por su lado. También a Kira, quién a pesar de querer disimular sus celos no lo lograba, se había enojado y eso me agradó aún más, pero como hoy estaba muy feliz, hice lo mismo con el amigo de Mauricio para bajarle un poco el coraje, no recuerdo su nombre pero el tipo me miraba con muchas ganas de arrancarme el vestido. Luego salimos todas las modelos con los mejores diseños, los más costosos. Los aplausos se escucharon muy fuerte, las luces de las cámaras iluminaban el lugar. Mery subió al escenario usando un gran diseño, un vestido verde esmeralda de su propia creación, hermoso pero no se le veía tan bien como a mí. Tomó el micrófono y agradeció a los espectadores y luego a nosotras por nuestro trabajo.

Cuando la presentación terminó nos reunimos en el salón del hotel para felicitarnos por tan magnífica presentación.

—Señoritas, muchas felicidades por tan grandioso trabajo, sin duda obtendremos el contrato y pronto nuestra Marca será conocida en todo el país —dijo el señor Macías padre con orgullo.

Mauricio estaba a un lado de él y la estúpida de Kira pegada a su brazo sonriendo, usaba un vestido blanco hasta las rodillas, típico de ella.

—Muchas gracias por su gran trabajo, descansen y nos vemos el lunes —Ese si fue Mauricio.

Al ver que todos salieron y él también se iba, me acerqué un poco.

—¿Señor Mauricio me permite un momento por favor? —Detuvo su andar y volteó para verme, Kira lo hizo también, pero la ignoré—. ¿Podría ser en privado? serán solo unos minutos —Él asintió, le dijo algo a la estúpida y ella salió dejándonos  a Mauricio y a mi solos.

Tenía mucha vergüenza, pero decidí tragármela.

»Señor Macías, disculpe mi atrevimiento, pero en verdad necesito pedirle un favor —Su ceño se frunció—. Verá, es que... —Me di la vuelta.

—¿Qué sucede señorita Garcés? Dígame por favor ¿Qué es eso que necesita? —preguntó con tono amable.

—Señor, me da mucha vergüenza.

—¿Hable ya? —Se impacientó. Giré para quedar cara a cara.

—Yo... Quería pedirle que si por favor podría adelantarme la mitad de mi pago. Sé que es muy atrevido de mi parte, pero lo necesito porque si no...

—¿O si no qué? No hable a medias por favor, lo detesto.

—Disculpe, es que debo dos meses de renta y el señor Martínez me va a correr del departamento si no le pago todo lo que debo. Sé que no es su problema, pero no quiero que me echen a la calle.

—Entiendo. No se preocupe por eso, el lunes puede pasar por su paga, ya es muy tarde y mañana no hay nadie en la empresa.

—¿Habla en serio señor? —pregunté entusiasmada.

—Por supuesto. —Su expresión era muy seria.

—Muchas gracias señor Macías —dije y por impulso, lo abracé. Me separé un poco al sentir sus brazos rodear mi cintura.

Nos miramos unos segundos sin decirnos nada hasta que sus ojos se fijaron en mis labios, sonreí mientras poco a poco me acercaba hasta que nuestros labios casi rozaron. Me separé bruscamente para impedir que algo más pasara.

»Discúlpeme señor, no debí ser tan confianzuda.

—No tiene por qué, y por favor llámame Mauricio —Sonreí victoriosa.

—Lo haré si usted también lo hace.

—De acuerdo, es un trato, Mauricio —Me di la vuelta y salí lo más rápido que pude.

Me cambié de ropa y fui a casa muy contenta por todo lo que conseguí esta noche.

He logrado mi propósito, Mauricio me desea, le gusto y pronto va a caer a mis pies.

Lo siento mucho gansito, pero merezco una vida mejor y tú no me la puedes dar.

Holaaa, aquí un nuevo capítulo.
Disfrútenlo.
Gracias por seguir la historia.

Bendiciones.