Capítulo 8
SENTIMIENTOS
CINDY.
Estoy nerviosa, más bien ansiosa por obtener noticias de Marlon, ahora no estoy tan segura de haberle pedido a Damián que lo buscara. ¿Para qué volver al pasado? ¿Por qué después de diez años ansío tanto saber qué pasó? La respuesta es que quiero saber de él, qué fue de su vida, por qué no llamó ni me buscó. No entiendo,
Cuatro días, han pasado cuatro días de angustia y nada que el investigador aparece, solo dice que esta en eso. ¿Qué se podía esperar de él si ha pasado más de un año y nada que encuentra al donante? ¡No sé por qué Damián le encargó su búsqueda precisamente a él!
«La angustia me va a matar si no me calmo» Pienso.
Mi teléfono suena y veo que es Camilo de nuevo, lo he estado evitando dándole excusas tontas para que no venga, me siento avergonzada por buscar y pensar en otro hombre, pero hoy quiero estar en paz y él, logra eso en mí.
—Hola Camilo ¿Cómo estás? —Uso mi voz más dulce.
—Hola, eh bien, pero estaría mejor si pudiera verte. ¿Hoy si puedes o, todavía tienes asuntos que atender?
—Puedo.
—Abre entonces, estoy afuera. —Me río por su respuesta.
—¿Y para que llamas si ya estas acá? —cuestiono entre risas.
—Quería asegurarme que no me aventarías la puerta en la cara —Vuelvo a reír y voy a a abrir la puerta.
En cuanto lo hago, sus labios buscan los mios con desespero, lo recibo de la misma manera pasando mis brazos por su cuello. Al terminar el beso me saluda y lo hago seguir.
—¿No me dirás qué me extrañaste? Porque yo si eh. —Me hace pucheros y río.
—Si, te extrañé —respondo mirando a sus ojos—. Los extrañé. —Uso un poco de su picardía y ríe.
Voy hasta él y lo beso, bajo mis manos a su cintura e introduzco una por debajo de su camiseta.
—Te quiero en mi cama, ahora —Susurro.
—Igual yo.
🌻🌻🌻🌻🌻🌻
Sabía que estar en sus brazos me tranquilizaría. Temía que notara mi angustia e hiciera preguntas que no deseaba ni quiero responder, no aún. No estoy lista para hablarle de Marlon, ni siquiera le he hablado de Juan, aunque sé que sabe de él.
«Juan. ¿Me pregunto que pensará él sobre esto? Tal vez crea que no lo amé»
No, él sabía perfectamente que yo lo amaba. En verdad lo amé mucho, fue el único hombre que me hizo olvidar, lo amo aún y lo extraño.
¡Dios! ¿Ahora por qué estoy pensando en él? Acabo de tener sexo con Camilo y... ¿Qué siento por Camilo? A él también lo extraño cuando no está, no; no lo extraño, lo necesito. Me hace falta, es como una droga que aplaca mi ansiedad y...
¡Carajo! Estoy hecha una bola de enredos. Pensé en tres hombres en menos de un minuto.
—Cindy ¿En qué piensas? Estás en otro lado, ni siquiera me escuchas.
—Eh ¿Qué? Perdón es que, pensaba en... ¿Qué me decías? —pregunto tratando de evitarlo de nuevo.
—Dije que me gustaría salir. ¿Vamos?
—¿A dónde? Aquí estamos bien, mi cama me necesita. —Se sienta y hace que yo lo haga también.
—Acompáñame, salgamos. Quiero tomar aire fresco, conozco un lugar donde hacerlo. Y si te preocupa que puedan vernos juntos, te aseguro que el lugar es muy poco visitable. —Lo pienso un instante, me ha invitado antes y siempre me niego, así que esta vez acepto.
—Está bien. —Me sonríe emocionado como un niño que obtuvo su capricho.
Una vez vestida con unos shorts azules, un buso cuello tortuga negro, botines blancos y mi bolso con ropa de cambio, por si acaso, bajamos al parqueadero del conjunto a buscar su moto.
Escucho el sonido del motor mientras me aferro a su cintura, aún no sé por qué, pero me siento segura, es como si mi cuerpo reconociera el suyo, se siente cómodo, tan bien y...
—Llegamos —dice deteniendo la moto.
—Aquí no hay nada, ¿No íbamos a un parque? —cuestiono confundida al ver solo un muros con rejas.
—Ven —Toma mi mano para ayudarme a bajar, luego me hace correr con él muy pegados a la reja hasta llegar a la parte de atrás. Siento algo de temor en cuanto lo veo trepar el muro—. Dame tu mano. —La tomo sin dudarlo a pesar de mis nervios, me ayuda a subir y gracias a Dios de este lado no es tan alto porque está roto.
—¿Estas seguro que esto es legal? —cuestiono por el temor de que nos atrapen.
—No lo es, así que no hagas ruido o sino, nos atraparan. —confiesa. Lo miro mal, pero aún así lo sigo.
Sin duda es un lugar hermoso, está lleno de árboles, flores, es verde, muy verde, incluso hay un lago. El aire es puro, el cielo se ve más azul y el olor a naturaleza hace que me olvide de mis asuntos perturbadores.
—¿De quién es este lugar?
—No tengo idea, solo lo encontré y vengo aquí a relajarme.
—¿Cómo es que los dueños no te han atrapado? —Siento curiosidad.
—Soy muy ágil; además los dueños no viven aquí, vienen solo para vacaciones y el vigilante solo da dos rondas por aquí, una en la mañana y otra en la tarde, osea que tenemos unas horas para disfrutar —dice muy seguro.
—¿Y tú cómo sabes eso? —Ríe.
—Haces muchas preguntas, mejor disfrutemos de la vista y del maravilloso lugar. —Ruedo los ojos, pero obedezco.
Corro hacia el lago y lo reto a que me alcance, es más rápido y logra sujetarme por la cintura, me da la vuelta y me da un beso.
Nos tiramos en el pasto debajo de un árbol que nos cobija de los poderosos rayos del sol, estoy recostada de espaldas a su pecho y sentada entre sus piernas. En el rato que llevamos aquí me ha contado varios chistes terribles, pero igual reí, incluso me habló sobre su trabajo como mensajero y un poquito de su vida. Camilo y su madre se fueron a otra ciudad por cuestiones económicas, un familiar les ofreció trabajo, vivienda y ... Pa' resumir, "les pintó pajaritos en el aire" él se devolvió y está aquí en Bogotá solo hace casi dos años. Yo también le hablé un poco de mí trabajo, de como llegamos a ser el grupo del momento y los planes que tenemos para internacionalizarnos para que nuestra música se escuche por todo el mundo, Sky music tiene la idea de sacar un álbum en ingles, eso ha sido complicado porque la única de nosotros que habla inglés es Kira, del resto todos somos unos burros pa' eso.
—Aprender un nuevo idioma es beneficioso, te abre muchas puertas y es un gran logro personal. Deberías intentarlo.
—Pos si, puede ser, pero verás; Ni siquiera hablo bien el español y ya voy a hablar inglés. Tampoco entiendo por qué debo aprenderlo, si los cantantes son Kira y Damian. —Me quejo.
—Tu puedes, eres súper pila —Me anima mientras juguetea con mi cabello y yo me burlo.
—Soy muy burra para el estudio, Camilo, no pude con la escuela, por eso la dejé.
—¿Es en serio? ¿No terminaste? —pregunta sorprendido.
—No. Igual ni me ha serv...
El teléfono de Camilo interrumpe nuestra charla, continúa sonando hasta que lo responde.
—Bueno. —Más te vale que sea importante, estoy ocupado. —Imagino que la persona del otro lado de la línea habla porque se queda en silencio unos segundos—. No, no puedo ahora. —Mani, no seas cansón, hablamos cuando... —Ok, ok. Nos vemos en un rato. —Coloca su barbilla sobre mi cabeza—. Tengo que ir.
—Si, dale. No te preocupes. Ve. —digo preparándome de su pecho para mirarlo.
—¿Y si vienes conmigo? —propone con una sonrisa de súplica.
—¿Ir contigo? ¿A dónde? ¿No te estorbaré?
—Claro que no. No tardaremos, lo prometo.
—No sé. —dudo. No estoy muy convencida de acompañarlo.
—No está lejos de aquí y, nadie te va a reconocer.
—No es por eso, es solo que no quiero incomodar con mi presencia.
—No lo harás.
—¿Seguro?
—Muy seguro.
—Siendo así, está bien. Vamos. —Se levanta primero y me ayuda a levantarme.
🌻🌻🌻🌻🌻🌻
En menos de diez minutos llegamos a un conjunto residencial, Camilo estaciona la moto y entramos. Al pasar por la recepción, el vigilante lo saluda con confianza. Llevo mi casco puesto y él lleva el suyo en las manos, aunque me dijo que no me reconocerían, prefiero estar segura. Subimos las escaleras hacia el tercer piso, nos detenemos en el departamento 305. Recuerdo que traigo el casco y me lo quito, me sorprendo cuando en vez de golpear la puerta, Camilo saca unas llaves y la abre.
—¡Hola!
—¡Hola Mai... lo
El chico semi rubio se detiene al verme y los otros me enfocan sin disimulo, especialmente la mujer. Camilo toma mi mano y me acerca a ellos.
—Muchachos, ella es Cindy.
—Hola Cindy. —dicen todos.
—Cindy, ella es Eliana —Señala a la mujer, es bajita, como de metro y medio, tiene ojos cafés oscuros, cabello castaño muy risado, no tan largo—. Él es Leonardo —Señala al chico alto, delgado, ojos cafés, cabello ondulado, negro y largo hasta los hombros—. Él es Pedro —Se refiere al moreno, ojos cafés, cabello muy corto—, y él es Manuel. —Señala al semi rubio, digo semi porque su cabello es oscuro para ser rubio y muy claro para ser castaño, su piel es más clara que la de los otros, y su pelo cae sobre su frente.
—Hola. —Les sonrío con timidez.
—Todo un placer Cindy. Disculpa que te veamos así, pero es que Mailo nunca había traído una chica. —explica Eliana con emoción, no para de mirarme y me siento incómoda.
—Ajá. —Miro a Camilo arrugando mis cejas—. Mailo, los tienes bien entrenaditos. Eso les dicen a todas las mujeres que traes aquí ¿Verdad? — acuso.
—No, Camilo es muy reservado, nadie viene aquí Cindy, eres la primera persona que trae, y eso que vivimos juntos hace más de un año. —Abro mis ojos al oír eso.
«Así que esta es su casa y él es su amigo»
—No vivimos juntos, compartimos un departamento que es diferente. —aclara Camilo y me río—. ¡Ya Mani! Mejor di eso tan importante que me trajo aquí.
—Ay si, agárrate Camilo. —Los chicos se miran entre sí dejando salir una sonrisa—. Stereo Music nos contactó, haremos una audición mañana, si les gusta nuestras canciones, nos grabarán. Firmaremos un contrato con ellos de inmediato.
—Eso es grandioso, felicidades. Me alegro por ustedes —Camilo se acerca y los abraza uno por uno.
«Así que son músicos».
—Felicidades. No sé que música tocan, ni los he escuchado pero... Mucha suerte, lo van a lograr. —Los animo.
Esto me hace recordar cuando nosotros andábamos igual, buscando una oportunidad. Fueron muchas decepciones, pero al final, en medio de la oscuridad, apareció un Rayo de luz y pudimos grabar.
—Muchas gracias Cindy, estamos seguros que los deslumbráremos porque somos buenos. —Me gusta el entusiasmo de Eliana.
—Bueno, prepárense para festejar mañana después de firmar un gran contrato, ahora nos vamos porque hay que estar regios. —dice pablo, ya veo quién es el responsable del grupo.
—¡Si!, larguénse todos, menos tú Eliana. —pide Manuel
—No la trasnoches Mani, la necesitamos mañana. —dice Leonardo y luego se marchan.
Camilo toma mi mano y me conduce a una de las tres puertas que hay en el departamento. Es una habitación; no es muy grande, se parece a la que tenía en casa de la abuela antes de ser remodelada. Observo cada rincón hasta que algo llama mi atención; es un afiche encima de la cama.
—¿Debo asustarme? —digo en broma y Camilo ríe.
—Tal vez.
—Hum, estoy en la boca del lobo. —Quita su chaqueta y se avienta sobre la cama.
—Y pronto también en su cama —Palmea el colchón—. Ven aquí y conócela.
Voy hasta la cama y me lanzo también.
—Así que vives aquí, con un amigo del que nunca me hablaste, que además tiene una banda y, tienes en tu habitación un afiche mío. ¡No sabía que eras fan de Blue fonte! —bromeo.
—No lo soy, soy fan tuyo.
—Pos, ¡Qué buen gusto tienes! —alardeo.
—Seguro que sí —Da un leve suspiro—. Gracias por venir.
—Tu siempre te quedas en mi casa y...
—¿Quieres quedarte? —Me toma por sorpresa su invitación—. Podemos estrenar mi cama, está a tu disposición. —Me río
—¿Qué hay de Eliana y Manuel? Ellos están afuera y no quiero que nos escuchen.
—No tienen que decir nada, ellos me trasnochan cada vez que Eliana se queda, es justo que me desquite esta vez, porque si te quedas, prometo darle un buen estreno a la cama. —Se sube encima de mi para darme un beso muy suave.
—Entonces, ¿Te quedas?
—Ok, pero... tengo hambre.
—No te preocupes, pediré algo.
—¡Oye¡ yo cocino cuando te quedas.
—Si quieres tener una diarrea infernal, puedo intentarlo. —Golpeo su hombro.
—¡Qué asco! Cállate. —Me da otro rico beso.
—Préguntemosle a Mani y a Eliana si quieren comer.
—Ok. No estarán haciendo nada ¿Verdad?
—No, ellos no tienen pudor, si estuvieran cogiendo lo sabríamos, Eliana ¡si que grita cuando... —Carcajeo.
—¡Ya!, no quiero detalles. —Nos miramos unos segundos y entonces lo atraigo a mi boca.
Es la primera vez que nos miramos de esa manera y nos besamos así, me siento plena, completa. Cada parte de mi cuerpo es derrotado por la sensación que me transmite este beso, absolutamente todo se me olvida. Cierro los ojos y me dejo llevar por el sentimiento, es confuso, es... no puedo explicarlo, solo siento que podría quedarme así por toda la eternidad con él. Creo que es muy rápido para decir que es amor, pero si algo sé, es que esto es más que sexo, va más allá de placer, son sentimientos que...
—Te amo Cindy. —Escucho el susurro sobre mis labios mientras los rosa suavemente y lentamente provocando una enorme corriente eléctrica en mi ser.
—Yo también te amo. También te amo... Marlon. —susurro.
Abro mis ojos al darme cuenta de lo que dije.
Buenas noches.
Les dejo este capítulo. (30-04-23)
Muchas gracias por seguir la historia.
Bendiciones y saludos.
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