Capitulo 7
AMARGOS RECUERDOS
Cindy
—¡Ay! Ya dejen de mirarme así. —protesto al ver el gesto de sus caras.
—Bueno, pero es raro, acéptalo. Más que por el hecho de que estés así; de pendeja por Camilo. Lo digo porque él no es tu tipo. A ti te gustan mayores, como la canción. —Esa última parte la Kira la canta.
—Ni yo comprendo que mierda fue lo que hizo Camilo para llamar mi atención. —respondo sin tener una justificación.
—Cindy, ¿Nunca, nunca has salido con alguien de tu edad? —pregunta la más chismosa; Tania.
—No.
—¿Ni siquiera tú primer amor? —Ahora es la Susi quién hace las preguntas.
—Ya les dije lo que querían saber de Camilo, así que sigue otra. No me jodan más.
—Falta Kira y no creo que tenga algo que contar, que nosotras no sepamos. —comenta Tania.
—¡Oigan!, ¿Me están diciendo aburrida? —protesta ella.
—Si. —contestamos al unísono las tres, Kira se hace la ofendida, agarra una almohada y nos empieza a dar con ella. Nosotras también tomamos una y nos damos de almohadazos—. No es justo, son tres contra una. —Se queja al caer al suelo de culo—. No soy aburrida, soy feliz, es diferente.
—Ay si, ¿Qué haces aquí en vez de estar cogiéndote al Pinki? —Replico.
—Para tu información Cindy, lo hice en la mañana y —Hace énfasis en el y, y levanta sus cejas un par de veces—, un rapidín en cuarto de aseo antes de venir aquí con ustedes. —Ríe
—Huy, con razón tienes ese olor a clorox. Ni te bañaste. No entiendo por qué nada de ahijado para mí. ¡Carajo! —Le recuerdo para que no olvide que me prometió uno.
—Bueno, pues no ha sido por falta de hacer la tarea, eso te lo aseguro cuñada. —responde.
—Yo digo... —Miramos a la Susi que habla mientras observa el techo—, que no hay nada más hermoso y maravilloso como el primer amor. —dice y lanza un suspírote—. Esa primera ilusión ¿Recuerdan ese sentimiento, chicas? Hablemos de Eso, ¿Si? —propone y yo me tenso.
—Ay Susi, estábamos hablando de Kira y su vida sexual ¿Y tú sales con eso? —regaña Tania.
—Es un gran tema Tania, hablemos de eso, yo empiezo —Acomoda su cabello y nos sonríe—. Tenía 16 años cuando me enamoré por primera vez, no fue amor a primera vista, de hecho ni siquiera me inspiró un mal pensamiento cuando conocí a Pablo. No era tan guapo aparentemente, pero era muy dulce, aunque todo un nerd. Un día los chicos lo lanzaron en un charco de lodo, yo los vi y me acerqué a ayudarlo, lo llevé al baño para que se aseara y fue entonces que los vi; los ojos más hermosos del mundo y de los cuales caí prendida al instante. Una semana después, empezamos a salir y a la siguiente nos hicimos novios —Suspira. El brillo en sus ojos al hablar de ese chico nos dice que si estaba perdidamente enamorada—. Mis amigas y todo el salón de clases se preguntaban por qué mi interés repentino en él, también los chicos, lo que ellos no sabían, era que detrás de esos horribles lentes se ocultaban unos bellísimos ojos grises, tampoco que debajo de esa ropa ancha y sin estilo, había un cuerpazo y, un enorme pene.
—Huuuuuuu, eso fue lo que te gustó más ¿Verdad Susi? —dice la Taniecita con un poco de picardía.
—Después, lo admito. Lo horrible fue introducir eso en mi vagina en mi primera vez, me, dolió como no tienen idea, pero... si que provocó muchos orgasmos todo el tiempo que duramos juntos.
—¿Por qué rompieron? —pregunta Kira.
—Pablo ganó una beca completa para estudiar en Stanford, un mes después papá consiguió el dinero para comprar la zapatería y tuvimos que mudarnos aquí. Luego la distancia se encargó de hacer lo suyo. —explica con melancolía.
—Si, muy lindo y todo, pero ya es tarde. Vámonos a dormir. —Me levanto.
—¿Qué? No, no señorita. Aún faltan ustedes. —Reprocha Susi.
—Mi historia con Mauricio ya la conocen así que, que hable Tania, o Cindy. —Se zafa Kira para no hablar.
—Pues, mi primer amor fue sebas, aunque no mi primer novio. Me ennovié con Armando solo para olvidar mi pena de amor no correspondido. No fue malo, pero estar con alguien que no amas es muy duro, además de que le haces daño a la otra persona. Fue un error del cual me arrepiento mucho, lastimé a Armando, él en verdad me amaba y a pesar de que puse todo mi empeño en amarlo también, no pude. Se dio cuenta y me preguntó, decidí ser honesta y rompió conmigo ese mismo día. Nunca más volvió a hablarme y no lo culpo. Guarda un gran resentimiento hacia mí, solo espero que un día pueda perdonarme.
—Un día se le pasará y tal vez puedan ser amigos, Tania. —Susi intenta animarla.
—Eso espero. Bueno, es tu turno Cindy. —Me miran todas esperando por mi historia—. Anda , cuéntanos sobre tu primer amor.
—Paso. Hasta mañana, me voy a dormir ya, muero de sueño. —Bostezo intentando zafarme del tema. De nuevo me coloco de pie y esta vez intento salir.
—No creas que te vas a salvar. —dice Tania, me jala del brazo y las otras dos se pegan a mis piernas impidiéndome salir—. ¡Anda Cindy!, queremos saber quién fue el afortunado.
—No quiero hablar de eso, así que déjenme en paz. —Me niego mientras peleo para salir de la habitación—. ¡Suéltenme!, dije que no.
—¿Por qué? No seas mala, ¿Acaso fue muy malo? —pregunta Kira.
—¡Basta! Ya dije que no quiero hablar de eso. —grito.
—No te irás de aquí sin contarnos. —bromea Susi y me enojo.
—¡Que no! —Me altero.
—¿Por qué no! Queremos saber Cindy. —insiste Susi.
—¡Por qué no! No quiero, —Mi respiración se agita y mis ojos pican— ¡Entiendan qué que no quiero hablar de Marlon y... —Me callo al darme cuenta que dije su nombre, las chicas deciden soltarme al notar que una lágrima sale, no me había dado cuenta.
—¿Marlon? ¿ Así se llama? —No respondo. Respiro hondo y me atrevo a mirarlas. Están confundidas y a la vez sintiendo pena por mí.
—Está bien Cindy, si no quieres hablar no lo hagas, perdonamos por obligarte. —dice Kira haciéndome sentir muy mal por haberles gritado.
—Marlon Flores. —Tomo aire y limpio la lágrima—. Yo... Lo conocí en el orfanato cuando fue a visitar a Damián; es su primo.
—¿Primo? ¿Damián tiene un primo del cual nunca me habló? —cuestiona Kira indignada, asiento—. Ven, siéntate y háblanos de él. —Kira me lleva hacia la cama y de nuevo las cuatro nos sentamos sobre ella.
—Yo, acababa de cumplir 10 años y él 13. Marlon fue a verlo porque se sintió culpable de que su mamá no quisiera recibirlo en su casa y fue a disculparse. —Una pequeña sonrisa sale al recordar ese momento—. Fue él quién nos ayudó a escapar de ese lugar y nos llevó a ese escondite dónde vivimos por un tiempo, nos llevaba comida, agua y ropa que recogía con los vecinos. Lo admiraba tanto que llegué a pensar que era un ángel enviado del cielo. Me enamoré perdidamente de él siendo una niña, por eso te entendí Kira cuando nos hablaste de tu amor por el Mau. —Ella me sonríe—. Cuando cumplí trece años, estaba totalmente segura que era amor lo que sentía por él y deseaba que me amara como yo lo amaba, así que un día me armé de valor y se lo confesé. Me dijo que aún era una niña, pero que me esperaría, prometió que cuando cumpliera 18 años, me haría su esposa.
»Amaba como me cuidaba, amaba como me miraba, cuando lo hacía me hacía sentir protegida, segura, que no existía nadie más, me sentía afortunada de tenerlo conmigo. —Rio—. Lo obligué a darme mi primer beso un mes después de cumplir mis 13 porque él no se atrevía, supongo que por ser 3 años mayor que yo, pero yo no estaba dispuesta a esperar tanto. —Las chicas ríen logrando que yo lo haga también.
—Eso no nos sorprende, es típico de ti. —dice la Susi.
—Marlon era muy tímido y muy respetuoso, si no lo hacía no hubiese tenido mi beso, sino hasta después de mi boda.
—Bueno, eso habla muy bien de él. —dice Kira.
—Déjenla seguir, no interrumpan. —exige Tania.
—Cuando eso pasó, Damián y yo ya vivíamos con la abuela Ana. Marlon nos visitaba los fines de semana porque le quedaba lejos, nos hicimos novios una vez cumplí 14 años. Por supuesto Damián no estuvo contento cuando lo supo, pero terminó aceptándolo. La abuela ayudó con eso. Desde entonces, cada fin de semana llegaba a casa con una rosa roja para mí. Corría como loca cuando lo veía venir y me le lanzaba encima. —Me quedo en silencio unos segundos al formarse un nudo en mi garganta. Respiro hondo y continuo.
»Pronto otro año pasó, salir con él tomados de la mano, ir al cine o comer un helado mientras lo escuchaba hablar de su hermanita Alicia y sus cosas me hacían inmensamente feliz. Para mí cumpleaños número 15, me obsequió un anillo, para reforzar la promesa de hacerme su esposa en cuanto cumpliera la mayoría de edad. Le pidió mi mano a Damián y también a la abuela, dijo que ahorraría suficiente dinero en los tres años que me faltaban para darme una gran boda. Dicen que cuando sientes mucha felicidad, algo malo ocurrirá y en ese entonces yo no podía con tanta, ya tenía 16 y el 19. Yo había crecido y cambiado, pero él no, seguía siendo un flaco esgualamido, solo sus risos negros crecieron, casi le llegaban a los hombros, sus cejas pobladas y su piel pálida, me encantaban.
—Debía verse muy sexy con su cabello largo —comenta Tania y yo me río porque está equivocada.
—Nombe, para nada. En realidad se veía tierno. Tampoco es que fuera el más feo, tenía lo suyo. Marlon, era alto, pero delgado, odiaba hacer ejercicio y no engordaba aunque se comiera una ballena entera. Su nariz estaba torcida porque tenía el tabique desviado, quería operarse, después de ahorrar lo de nuestra boda, todo el dinero que ganaba estaba destinado a eso. Yo, le dije que no, que me gustaba así, que para mí él era el más guapo.
—Así es cuando una está enamorada, te vuelves ciega. —dice la Kiracita con un gran suspiro.
—Ajá, yo lo estaba ciegamente y perdidamente. Me sentía tan feliz y completa que creí que por fin todo el dolor que viví cuando mi madre me abandonó en ese orfanato, habían valido la pena, porque gracias a eso lo conocí a él. Lo amé, le di todo mi amor, todo lo que tenía, mi alma, mi cuerpo, todo, no me guardé nada. —Un sollozo se me escapa.
»El sábado 13 de junio, esperaba como siempre mirando por la ventana. Recuerdo bien esa fecha. Una pasó hora, luego dos y aun no llegaba, esperé y esperé pero nunca llegó. No llamó como siempre que no podía venir, no envió un mensaje y tampoco respondió su teléfono. —Mis ojos se humedecen y de repente mi llanto preocupa a las chicas—. Él nunca más volvió. —Las chicas se acercan para abrazarme.
—Debió ser muy doloroso para ti. —dice Tania.
—Lo fue. Yo estaba angustiada, así que le pedí a Damián que fuéramos a buscarlo. Cuando llegamos, su casa estaba vacía, se habían ido. Se fue y me dejó sin decirme a dónde y... —El nudo en mi garganta no me impide continuar, solo lloro—. Sonia, su vecina; nos dijo que se habían marchado a otra ciudad. Marlon no me dijo que se mudarían, no dejó una nota, no dejó una dirección, ni un número de teléfono, no dejó nada, solo mi corazón roto en mil pedazos. No quería aceptarlo, yo solo quería arrancar mi dolor y... estuve a punto de hacerlo, agarré ese tarro de pastillas que estaba en el baño e intenté tomarlas todas, pero Damián se dio cuenta y lo impidió, se enojó con él y conmigo. Esa noche lloré en sus brazos hasta el amanecer, estaba tan llena de ira y tan dolida que le pedí que no lo buscara más, que olvidara que lo conocimos y así lo hizo, hasta hoy. Nunca más supimos de ellos.
—¿No has pensado en buscarlo? —pregunta Kira, tiene sus ojos rojos.
—Lo pensé, pero... Luego me juré que nunca más lo buscaría, que lo borraría de mi memoria. Además Kira, hemos salido en la tele, mis redes tienen mi nombre y aún así él no...
—Yo querría una explicación, no sé Cindy ¿Y si le pasó algo? Según lo que nos dices, él te amaba, no parece que...
—No Susi, él eligió abandonarme. Irse sin dejar ningún rastro, decidió olvidarme. —Sorbo mi nariz—. Al principio quise saber, pero después entendí que sería mucho peor conocer sus razones. Yo solo seguí, gracias a Damián y a la abuela fue un poco más llevadero. Un año sin saber nada y aún me dolía, quería olvidar, quería arrancarlo y entonces hice una estupidez, me enredé con mi profesor de artes creyendo que él me ayudaría, cuando me di cuenta que fue un error, rompí con él. No pude, no pude soportar que me tocara, las primeras veces fue frustrante, después fue solo placer, pero no aliviaba mi dolor, no era justo para mi, no era justo para él. No volví a tener una relación con nadie, tuve aventuras de una noche si, pero nadie que lo borrara por completo, hasta que... apareció Juan. Él me hizo olvidar y les juro que nunca más pensé en Marlon. Lo amé mucho, aún lo amo mucho y...
—Cindy, no llores. No tienes que jurar, sé lo mucho que amaste a papá. —me consuela Kira mientras aprieta mi mano.
—No lo dudo, pero creo que aún guardas sentimientos por Marlon, te marcó. Dicen que el primer amor te marca para siempre y él si que te marcó Cindy. —dice Tania muy segura mirándome a los ojos.
—No, claro que no. Yo, lo superé. Juan logró que olvidara lo que una vez Marlon fue para mí, él... Es solo que...
—Es evidente que no. Lo amas aún. Todavía te duele su abandono. —asegura Susi.
—¡Susi! —regaña Kira
—¿Y Camilo? has estado saliendo con él. —pregunta Susi y la entiendo, después de todo Camilo y ella se han hecho muy buenos amigos.
—Camilo es... La verdad es que no lo sé. Él me confunde con su actitud, unas veces es tierno y otras se comporta como todo un imbécil y... también hace cosas que me recuerdan a Marlon, o eso creo, tal vez es porque últimamente lo he pensado, no sé, no me lo explico, no entiendo que mierda es lo que me pasa con él.
—¿Volviste a recordarlo? ¿No será un presentimiento. —Susi habla de nuevo y se queda pensativa.
—¿Qué? —pregunto confundida.
—Yo también creo que es extraño. —agrega Tania.
Me quedo pensando un momento en sus palabras y en lo que dijo Susi hace un rato, entonces me levanto rápido, salgo de la habitación corriendo, bajo las escaleras y busco a Damián, en cuanto me ve se preocupa, mis ojos pican de nuevo y las lágrimas corren.
—¿Qué sucede? —pregunta con preocupación al verme así, se levanta y viene hasta mí.
—Búscalo Pinki, busca a Marlon. —Me atrevo a pedir, él me mira con desconcierto y luego a las chicas—. Búscalo Hermano, por favor. —suplico. Aunque no los miro puedo sentir las miradas de los otros chicos, seguramente deben estar confundidos.
Hola, disculpen mi ausencia.
Les dejo un capítulo más (03-04-2023) trataré de terminar el siguiente para este domingo.
Muchas gracias por la espera.
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