Capitulo 11.
ASUNTO PENDIENTE
Camilo.
Sus hermosos ojos mieles me miran con satisfacción. Ella saborea el helado con tanta ricura que parece que no ha comido uno en años.
—Me alegra que te guste el helado —digo.
—Es mi favorito, ya lo sabías, Camilo. Me compraste dos hace unos días. ¡Tontito!. —dice enfocando sus hermosos ojos mieles en los míos.
—Por eso te lo traje Melissa.
—¿Me traerás más Camilo? —pregunta. Sus ojos brillan encantados.
—Recuerda que los jueves, tenemos una cita tu y yo y… —toco la punta de su nariz con mi dedo, luego me acerco para mirarla más de cerca—, que es un secreto ¿De acuerdo?
—Soy muy buena guardando secretos Camilo, pero Rocky no lo es tanto. —Su carita muestra algo de preocupación.
—No te preocupes por él, no dirá nada. Yo me encargo. —Sonríe y dos huequitos se le forman en sus mejillas. Acaricio una de ellas con delicadeza y siento como mis ojos empiezan a picar un poco—. Princesa, ya debes irte. Anda, ve con Rocky. No quiero que Damián te regañe.
—Está bien, adiós Camilo. Gracias por el helado. Te veo el jueves.
—¡Aquí estaré esperándote! —grito mientras ella corre hasta dónde está Rocky esperando por ella.
El tipo no me quitó la mirada de encima ni un solo segundo, no fue fácil convencerlo de no decir nada de mi visita aquí, pero me las ingenié. Además porque no tuvo opción. No pudo negarse a esa dulce mirada de la niña y a una pequeña amenaza de mi parte por revelarle a Damián algo que sin querer, lo vi hacer, hace un par de días.
Lo vi darle una fotografia a una periodista. El hombre dijo que tenía un problema y necesitaba dinero. La mujer le ofreció una buena cantidad a cambio de una fotografia de la pequeña Juliana.
Damian y Kira la han mantenido oculta de los medios, cosa que tiene muy intrigados a los fans, están locos por conocerla y sin duda, una gran nota publicitaria. A Rocky no le fue fácil tomarle una foto con su celular porque hay cámaras en la casa y la pequeña siempre está acompañada. Así que agarró una del álbum de fotos que por descuido Melissa olvidó sobre su cama. Eso fue lo que me explicó el hombre.
Le reclamé el que abusara de la confianza que le han dado y el cariño de Melissa hacía él. También le hablé de lo mal que le haría si Damián se llegase a enterar del asunto. El hombre se sintió mal y tras darme sus razones y suplicar que no dijera nada, prometió no volver hacerlo y aceptó dejarme ver a Melissa.
La fotografía no saldrá a luz pública, me encargué de arrebatarsela a la mujer.
Subo a mi moto en cuanto los veo alejarse en el auto y me voy con rumbo al lugar dónde voy una vez al mes, pero hoy tengo la necesidad de visitarlo.
Está lejos, es otra localidad. Me tardo 35 minutos en llegar. Antes de entrar, compro un ramo de rosas blancas y camino con ellas en mi mano hasta divisar el sitio. Me agacho para dejar las flores en el suelo y me quedo observando la lápida un buen rato sin decir absolutamente nada.
Los recuerdos de su preciosa sonrisa llegan a mi, su dulce mirada y su melodiosa voz diciendo “te amo” hacen que mi desespero, mi rabia y mi dolor saquen todo mi odio. Aprieto una de las rosas tan fuerte que una de sus espinas se clavan en mi dedo índice, pero no duele más que mi corazón destrozado.
—Van a pagar, lo juro.
Salgo del cementerio con un solo propósito.
“Acabar con esos mal nacidos”.
Solo hay un lugar y una persona en la que pienso porque es la única que puede ayudarme “Roxana”.
Parqueo ni moto enfrente de su casa, toco el timbre varias veces hasta que ella abre la puerta. Sus ojos oscuros me miran con ilusión, de repente corre hasta mi y me envuelve en un fuerte abrazo.
—Cami, mi amor. No te esperaba, pero no sabes lo feliz que me hace tu visita. —dice con tono de voz dulce.
—Hola. —saludo. Ella cruza sus brazos por mi cuello y me besa despacio. Quito con suavidad sus manos y me separo con cautela para seguir.
—¡Qué aburrido te has vuelto! —se queja porque no devolví su beso—. Pasa —pide, cierro la puerta en cuanto lo hago. Va hasta la habitación y yo la sigo—. ¿Recuerdas cuando solíamos divertirnos en esta cama mi amor? —Se lanza sobre ella quedando apoyada sobre sus codos—. Yo si, incluso rompimos una tabla. —Rio recordando ese momento.
—Magníficos tiempos, pero hacen parte del pasado. —aclaro. Da un suspiro y ríe, separa un poco sus piernas dejándome ver su tanga negra de encajes, pues trae falda.
—La mujer con la que te estás acostando, ¿Es bonita? ¿Estás enamorado de esa? ¿Es más perra que yo en la cama? —indaga.
—No pienso discutir eso contigo Roxana.
—¿Quién es? Dime su nombre al menos. Quiero conocer a mi rival.
—Con quién me acueste no es tu asunto, hace mucho que tú y yo ya no estamos juntos y te recuerdo Roxana, que fue tu culpa. No mía.
—Si, pero seguimos teniendo sexo después y la pasamos bien. Tú no quisiste darme otra oportunidad y… ¿Todavía estás enojado? ¿Es por eso que estás castigándome? ¡Que rencoroso eres! Ya se me olvidó.
—Pues a mi no se me olvida que me traicionaste y me amenazaste con delatarme con el jefe. —refresco su memoria.
—Estaba furiosa, tu me terminaste así como así, no me diste una razón válida, solo dijiste que era por mi bien y dos días después te cogiste a esa mujer. Obvio que me molesté e hice tonterías, te quería a mi lado. Te quiero a mi lado mi amor.
—Te conozco Roxana, si no es porque tenemos asuntos en común lo habrías hecho, me habrías delatado aún sabiendo que me matarían sin piedad. —Vocifero.
—Eso no es cierto. Yo solo quería asustarte y que no me dejaras Camilo. Ya perdóname, sabes que te amo, que estoy loca por ti. Cometí un error, soy impulsiva y estaba celosa, ardida y... Te amo, te amo tanto que daría mi vida por ti sin pensarlo. En cambio esa mujer con la que estás ahora no…
—Hay un cargamento, son unas niñas. Necesito saber cuándo y dónde las llevarán. —informo cambiando el tema, la conozco y sé bien que si sabe más de la cuenta sobre Cindy, ira tras ella.
—Uh, ¿En serio estás enamorado de esa? —La miro con enojo y entiende—. De acuerdo. —Se levanta de la cama para colocarse enfrente de mí. —Voy a joder a ese maldito hijo de perra.
—Tenemos que evitarlo. Ayúdame por favor.
—Lo haré, déjamelo a mí, tu ve a hablar con la policía esa. Te llamo en cuanto tenga la información.
Sonrío imaginando la cara de ese maldito en cuanto sepa que su cargamento no va a llegar. Roxana ríe igual, también está pensando en lo mismo. Lo sé.
Roxana es una mujer muy hermosa pero peligrosa, su ojos oscuros , casi negros hipnotizan, hacen una perfecta combinación con su cabello lacio y largo, sus labios carnosos te invitan a pecar y su trasero… tiene un buen culo. Confieso que alguna vez caí en su encanto, luego fuimos pareja por un año hasta que decidí terminar por una simple razón, no la amo como ella merece. Nos entendemos bien, nos conocemos y además nos une algo en común.
“Venganza”
Ella ha sido mi apoyo, gracias a ella logré entrar a la organización y ganar la confianza del jefe, su tío. Eso no lo hace familia; ella lo odia por lo que le hizo a su padre y a ella cuando quiso ocupar su lugar, lugar que le fue negado por ser mujer. Desde entonces ella ha le ha hecho la vida imposible, por eso en cuanto el jefe supo de su interés por mí, me pidió mantenerla ocupada. Al principio lo hice por ganar su confianza, pero luego las cosas entre ella y yo se dieron, se lo confesé y aún así siguió conmigo, desde entonces estamos unidos para lograr nuestro propósito.
Salgo de mis pensamientos al escuchar el tono de un mensaje, sonrío al leerlo.
AC
En línea.
Lo encontré.
Sé prudente, no hagas una locura y la cagues. Lo necesito con vida.
Te envío los datos.
No te preocupes.
Lo trataré como se lo merece.
🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥
Tres horas me tardo en llegar a la dirección. Es una casa en las afueras de Villavicencio, la puerta está abierta porque antes de venir contraté a dos tipos para que lo tuvieran listo para mí. Intento cruzar la puerta cuando la mano de alguien me lo impide.
—¿Qué haces aquí Manuel? —pregunto en cuanto volteo a ver.
—Vine a acompañarte en esto Mailo.
—No me jodas, ella te envío a vigilarme ¿Cierto?
—No, vine por mi cuenta. —Le doy una mirada de incredulidad—. Bueno, si me dijo, pero yo quise venir. —Me suelto de su agarre y sigo hasta dónde está el tipo arrodillado implorando piedad.
Lo observo detenidamente mientras llora asustado, sus ojos rojos me examinan también.
—¿Quién eres tú? ¿Qué es lo que quieres? No tengo nada que te pueda interesar, ni siquiera te conozco ¡Bastardo!. —No respondo solo lo observo.
—Suéltenlo. —ordeno. Los dos tipos obedecen tirándolo al suelo, sus manos están atadas, se coloca de pie, pero uno de los tipos golpea su pierna haciendo que caiga de rodillas. Me agacho y presionó su mandíbula obligándolo a mirarme.
—¡Malnacido! ¿Qué quieres de mí? —cuestiona. —No digo nada esperando una reacción a mi, pero no pasa nada de lo que espero y me río.
—¿No sabes quién soy?
—Ya te dije que no te conozco maldito bastardo. —relincha enojado. Río a carcajadas y a la vez decepcionado.
—Tienes razón, no me conoces, pero yo a ti sí. —Me levanto para buscar una fotografía de mi chaqueta y se la aviento, el imbécil la recoge y la observa, su rostro palidece y entonces me mira con temor.
—¿Por qué tienes esa fotografía? ¿Quién eres? ¿Por qué haces esto? —pregunta con temor. Sonrío con satisfacción al verlo así.
—Soy un amigo que quiere cumplir una promesa, le prometí castigar a los culpables y limpiar su nombre. Nombre que tú ensuciaste con tus mentiras.
»Mentiste y eso no está bien. Así que ahora, serás un buen hombre y dirás toda la verdad. Tienes un asunto pendiente que aclarar y juro, que no te irás de este mundo sin hacerlo. —digo y el hombre se burla.
—Ya veo, eres su novio. Ya sabía yo que el imbécil era un marica, no sé que te habrá dicho el maricon, pero yo solo dije la verdad y nada más que la verdad. —dice con cinismo, sus palabras me enojan y me desespero—. Él lo hizo. Él lastimó a la mocosa.
—¡Eso no es cierto! —grito con desespero, mi respiración se agita y mi paciencia se pierde por completo—. ¡Habla de una vez maldito! O te juro que te mataré. —amenazo. Saco mi arma y le apunto a su sien.
—No lo harás —ríe—. No tienes los huevos para jalar el gatillo porque eres igual de marica que él.
—Di la verdad, ¡confiesa! ¿Por qué lo hiciste? ¿¡Por qué!? —Quito el seguro y aprieto el gatillo en forma de amenaza.
—¿Cuanto dinero estás dispuesto a pagar por limpiar el nombre de tú marica novio? Si me das una buena suma, diré lo que quieras.
—¡Era tu hija! ¿Como pudiste dejar que le hicieran algo así? ¿No tienes ni una pizca de remordimiento? Maldito.
—No, no lo era. Yo solo me compadecí de la zorra de su madre, ni ella sabía quién era el padre, yo solo vi una oportunidad cuando el niño me ofreció dinero cuando lo pillé con sus manos sobre la mocosa, dijo que no le haría nada más que toquetearla, ella nunca me importó, y si me darían dinero, pues...
—¡Maldito enfermo! Era una niña. —Mi ira crece y empiezo a perder el control de mí, tanto que su estúpida sonrisa me molesta y entonces lo golpeo, una y otra vez hasta que...
—¡Carajo! Mailo ¿Te volviste loco?. Vas a matarlo . —grita Maní furioso mientras me sujeta para que no golpee más al malnacido.
—¡Suéltame! Voy a matarlo a golpes.
—¡Maricón hijo de puta!. ¿Por qué te importa tanto esa niña?. Ni siquiera la conocias, pero si quieres saber... Te diré que lloró, gritó de dolor cuando el niño no cumplió su promesa y usó su pene en su pequeño y estrecho culo, no hice nada para ayudarla porque quería verla sufrir, quería verlo sufrir a él, lo odiaba y esa mocosa era su debilidad.
—¡Ahhh! !Cállate maldito! —grito con dolor y furia en mi interior, todo el odio que siento sale y lleno de ira le disparo pero gracias a Manuel que sujeta mi mano, fallo.
—¡Cálmate Mailo! ¿Te volviste loco? Casi lo matas. —Me dice Manuel sujetándome con más fuerza.
—¡Eso es lo que quiero, matar a ese hijo de gran puta. Déjame hacerlo Mani!
—¡Estas loco maricón! Eres un malnacido. —dice el tipo en medio de su dolor, fallé el tiro en la cabeza que quería darle, pero su pierna derecha si lo recibió.
—No lo escuches, solo te está provocando. Sabes que eso último que dijo no es cierto. Cálmate. Piensa Mailo, lo necesitas con vida, muerto no te sirve. No seas impulsivo. —Miro los ojos de Manuel, respiro hondo y pienso en que tiene razón.
—¿Y si dice la verdad?
—En eso no, hay un informe y lo leíste. Amelia te lo dio. ¿Por que caes en su juego?
—Está bien, ya suéltame. —digo más calmado. Manuel afloja su agarre y por fin me deja.
—¡Ustedes! —señala al tipo tirado en el suelo, su herida sangra—. Levántenlo y llévenselo, ya saben a dónde. —Da la orden como si formara parte de esto.
—Mierda, No se lo digas a Amelia. —pido.
—¿En serio crees que así como dejaste al tipo, ella no se va a enterar? Carajo Mailo ¿Y luego preguntas por qué me meto en esto?. —regaña.
—Encárgate de calmarla. —pido angustiado—. No quiero volver a prisión Mani. A ella no le temblará el pulso para devolverme ahí. Usa tus encantos para persuadirla.
—¿Yo? ¿Por que mejor no dejas de cagarla?
—Vamos Mani. Te acuestas con ella, no te va a costar nada.
—¡Oye! Oye. Eso no es cierto. Si Eliana te escucha se me va a armar. Yo no… Bueno solo nos acostamos unas cuantas veces y fue antes de andar seriamente con Eliana.
—Si, claro. —respondo con ironía, sé bien que también lo hizo cuando Eliana y él se pelearon.
—Bueno, también aquella vez que Eliana y yo terminamos. Y… hace unas semanas cuándo…
—Si, ya, ya entendí. Te acuestas con ella cada vez que Eliana te vota. O sea, es tú plato de consuelo.
—¡Bueno ya! No estamos hablando de mi, sino de ti. No quieras cambiar el tema. Vámonos a casa, necesitas descansar y calmarte. No te preocupes por él, Amelia se encargará de hacerlo hablar, no te aseguro nada pero intentaré hablar con ella.
No protesto y hago lo que dice.
Capitulo Nuevo.
Denle amor.
(10-03-2024)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro