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2. Encuentros

Ha transcurrido un mes desde lo sucedido en la excursión.

A partir de ahí comenzaron a suceder cosas a los alrededores.

Encontraban los cuerpos de personas alrededor del bosque o personas desaparecían.

Comenzaron a expandirse varios rumores desde un animal salvaje merodeando el bosque, un asesino serial, conflictos entre criminales hasta la posibilidad de que un vampiro esté atacando a las personas.

Esto último era cierto, luego de lo que atestigüé aquella noche era posible que ese mismo vampiro esté merodeando aquel bosque y los pueblos vecinos.

Me pregunto qué habrá pasado con el joven que me salvó el cual se me hacía sumamente familiar.

—Raven ¿éstas bien? Has estado rara desde lo de la excursión.

—estoy bien Nahiara solo estaba recordando que era lo que mi madre me encargó—miento

Había acompañado a mi amiga a la ciudad a comprar materiales de arte que no encontró en el pueblo.

—pudiste cómpralos en internet—comentó

—quise venir hasta acá y distraerme un rato.

Lleva su mano a uno de sus mechones castaños y lo lleva detrás de su oreja.

Noto un moretón que sobresale de la playera de manga larga.

Me molesto al ver eso en su piel.

—de nuevo te castigo ¿no?

Al percatarse que ha descubierto una nueva herida en su piel baja el brazo y comienza a bajar la manga para evitar que los demás lo noten.

—esta vez mi padrastro intervino, me dijo que me daría dinero para estar fuera unas horas en lo que hablaba con mi madre, sin embargo, eso la molestara más.

Era claro que Nahirara no era la culpable de las decisiones de su ex pareja sino aquel hombre que la engañó por años.

—no te preocupes Raven, en unos meses todo terminará. Una vez nos graduamos seré enviada a Londres cuando nos graduamos de la preparatoria.

La revelación me tomó por sorpresa como que mi mejor amiga desde el jardín de niños se marcharía.

—¿a Londres?

—si yo igual quedé sorprendida con la noticia, mi padrastro quiere trabaje con mi padrastro en donde el trabaja es por eso que me mandó a estudiar a Londres

—¿Es necesario ir hasta Londres? Tu padrastro trabaja como historiador.

—honestamente, es como una excusa para deshacerse de mi, seguro de que se hartó de que mi madre se la pase peleando conmigo además de que están esperando a primer hijo.

Permanezco en silencio analizando sus palabras.

Algo me está omitiendo, sin embargo, decido no insistir más.

—pensé que estudiarías artes—mociono

—me prometió que cuando terminara mis estudios en Londres podría estudiar artes en Nueva york, París o donde yo quisiera.

Con esa respuesta la conversación terminó y continuamos comiendo nuestras hamburguesas.

Mientras comía mi comida me quedé contemplando la ventana observando como todos pasaban por los pasillos del centro comercial.

Dejo de comer cuando entre los transeúntes veo al chico que me salvo.

—espera aquí Nahiara vuelvo en un rato.

Me levanto de mi asiento y salgo del establecimiento ante la mirada de confusión de mi amiga.

Miro a todos lados intentando buscarlo, no obstante, hay varias personas caminando por el lugar haciendo que no me deje verlo.

Estoy por rendirme y volver con Nahiara pero logró verlo sentado en una de las bancas como si me estuviera esperando.

Comienzo a caminar en su dirección,

Escucho como el corazón comienza a latir más y más.

Con cada paso que doy siento que por fin he encontrado la pieza que faltaba en mi vida.

Mientras camino recuerdo a un hombre parecido al joven que se encuentra en la banca.

Por la forma en que lo veo, me está sosteniendo entre sus brazos.

Deduzco que soy una bebé.

—Llévatela es un mostro.

Escucho la voz de una mujer la cual no logro reconocer su voz aun así se me hace familiar.

—ha nacido con la maldición debe morir.

Nuevamente la mujer habla.

La escena cambia ahora me encuentro frente a un espejo jugando con un carrito de madera a lado mío se encuentran dos niños uno de mi edad y uno más grande, el segundo lo reconozco es el mismo que esta en la banca.

Escucho como una puerta se abre dejando entrar al hombre que me sostiene entre mis manos.

—Deben escapar.

Noto que su camisa se encuentra manchada de un color rojo por lo cual llegó a la conclusión que es sangre.

El hombre se acerca al mayor de los niños y le dice unas palabras que no logro escuchar para luego sostenerme.

—ya no vivirá en estas cuatro paredes ahora serás libre hija de la luna azul, no mi hija.

Salgo de aquel extraño trance cuando escucho como una señora me dice que me quite.

Continúo mi camino hasta la banca y me siento a su lado.

—gracias por salvarme ese día.

Es lo primero que le digo, no se si me reconoce.

Permanece en silencio mientras me mira, noto que alza su mano pero al final se arrepiente.

Mientras me mira me percato que su brazo ya se encuentra en perfecto estado al igual que el resto de su cuerpo.

Al no obtener respuesta pienso que me he equivocado de persona.

—lo siento, creí que eras alguien más.

Me levanto para marcharme y volver a donde esta mi amiga pero su mano me detiene.

—espera Raven.

Una vez más escucho mi nombre salir de sus labios.

—¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres?

—soy un viejo conocido tuyo—responde

Está por responderme cuando siento como su mano se aleja de mi.

Algo que se me hizo extraño.

—Raven.

Reconozco esa voz como la de mi amiga.

—Nahiara ¿Qué haces aquí?

—me preocupe al verte salir así del local—responde—¿Quién es él?

Me giro para ver al chico el cual tiene una expresión llena de sorpresa.

Ahora noto el parecido de ambos por lo cual deduzco que él es el hermano que se llevaron.

Seguro aquella noche me confundió con ella después de todo tenemos un leve parecido.

—él es un amigo que conocí en un juego de internet—miento —ella es mi amiga Nahiara Rusell y él es....

Mierda no se su nombre.

—soy Razvan Vlad—se presenta mientras extiende su mano

Ambos estrechan su mano.

Luego de saldar se separan.

—también venía a buscarte para decirte que se nos hace tarde para tomar el último autobús

Saco mi celular para comprobar la hora al notar que falta menos de una hora.

—lo siento Razvan debemos irnos, me alegro de verte y gracias por salvarme el otro día en el juego. Espero que te conectes en línea cuando llegue a casa.

Espero que con eso entienda que quiero reunirme con él para hablar de lo sucedido en la noche.

Por suerte entendió a lo que me refería y respondió que sí.

Ambas nos despedimos de él y corrimos hasta la salida del centro comercial para tomar un taxi hasta la central de autobuses.

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