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La pelinegra baja del auto, se queda de pie tecleando de forma rápida el táctil de su iPhone. Alza su vista y observa aún dentro a la "pareja" de su jefe.
_¿Qué esperas? Sal -le ordena de mala gana, para de nuevo regresar su atención a su aparato electrónico-. Sígueme y no toques nada
El chico la mira por unos segundos y luego la sigue.
Entra a la enorme casa blanca, mira los pasillos relucientes en cada paso que da, observa los retratos y como algunas sirvientas, vistiendo un vestido gris acompañado por un mandil, hacen una leve reverencia ante la pelinegra.
-Entra -le pide la mujer, luego de haberle abierto la puerta. -Tomaras una ducha, el baño es ese -señala con su mano izquierda y su dedo índice un pequeño cuarto-. Vas a colocarte la ropa que te dejaré sobre la cama, una de las sirvientas ayudará a arreglarte.
Mientras el chico escucha las indicaciones, con su mirada recorre la habitación.
-Cuando estés listo esperarás hasta que yo venga por ti -la mujer hace una pausa al escuchar el sonido fuerte de su celular-. ¿Entendido?
El chico asiente en dos ocasiones.
-Va arrepentirse de haberte elegido -suelta la pelinegra, al ver que el chico no habla.
Sale de la habitación dejando solo a la nueva "pareja" de su jefe.
El chico entra al baño, se retira su pequeño bolsón café y luego empieza a retirarse la ropa que le había obsequiado el gerente del lugar al que fue llevado.
Entra a la ducha y enciende el grifo, se baña lo más rápido que puede ya que, no sabe con exactitud qué clase de persona lo ha alquilado o comprado.
Sale del pequeño cuarto de baño con una toalla sobre su cuerpo, sosteniendo con su mano izquierda su bolsón.
-Lo siento, estoy aquí para ayudarlo, joven -dice la sirvienta, desviando su mirada.
-Gracias -susurra en voz casi inaudible el chico.
Deja caer el bolsón sobre la cama, toma la ropa interior, se la talla y luego hace lo mismo con el pantalón.
-Déjeme ayudarle -la sirvienta se acerca a él. -Debe acostumbrarse a esto -habla en voz baja la señora, mientras termina de abotonar la camisa del chico. -Listo -sacude la camisa del chico con sus palmas-. Le ayudaré con su cabello.
-Puedo hacerlo solo -dice el chico, está vez un poco más fuerte.
-Es mi deber ayudarle.
-Lo sé, pero puedo hacerlo solo -insiste el chico.
-Déjeme mostrarle como le gusta al jefe.
Resignado, el chico toma siento sobre la orilla de la cama, suspira al sentir las manos de la señora sobre su cabello. Minutos después se mira en el espejo.
-No, definitivamente no -niega.
-Al jefe...
-No me interesa, no voy a peinarme de esta manera -interrumpe a la señora.
-Escúcheme, él es... -la señora vacila al no encontrar una palabra tan pesada y grosera para describir a su jefe-. Debe tener mucho cuidado, ha venido a la casa del lobo.
-Yo...
-¿Listo? -escuchan la voz de la pelinegra y la puerta abrirse de par en par. -Cálzate los zapatos y sígueme -le pide la mujer.
El chico introduce sus pies a los zapatos de meter con un extraño logo de serpientes.
-Gracias -se dirige a la sirvienta, mientras abandona la habitación.
Observa las escaleras, y luego regresa su mirada hacia la silueta delgada de la mujer.
La pelinegra se detiene frente a la puerta, da dos toques y luego gira la manija.
-Está aquí -la escucha el chico.
-Haz que pase, y déjame a solas con él -le ordena la voz ronca y fuerte de un hombre.
El chico traga grueso al ver a la mujer frente a él.
-Adelante.
Atraviesa la puerta con un poco de temor, pero sobre todo intriga, curiosidad e incredulidad, por saber quién es la persona.
-Toma siento.
Gira su rostro hacia el frente dando con la silueta de un hombre alto, hombros anchos, cabello negro, luciendo un traje llamativo color gris.
El hombre frente a él se gira, y ambos se miran por unos breves segundos.
-Me presento -Kim toma asiento, desabotonando su saco-. Soy Kim Raven TaeHyung, estoy que seguro que quizás has escuchado hablar de mí.
El chico niega.
-Disculpa, no escuche tu respuesta -dice el pelinegro alzando su ceja derecha.
-No, no he escuchado sobre usted -contesta el chico.
-Dime tu nombre -le pide Raven, mientras abre y hojea la ficha con toda la información.
-Creí que toda mi información se encontraba en la ficha. La llené yo mismo.
-Dime tu nombre -le pide por segunda vez el pelinegro, con tono de voz para nada amigable.
-Jeon JungKook, tengo veintitrés años y mido uno sesenta y tres metros.
-Voy a dejarte algunas cosas en claro, JungKook -TaeHyung se pone de pie. -He leído tu ficha, y estoy sabedor de todo lo que puedes hacer -camina a pasos lentos, pero pesados. -Y espero que cumplas y hagas todo lo que tu ficha dice -se detiene a un costado de la silla en la que JungKook, permanece sentado.
Con sus manos fuertes hace girar la silla en la que el chico castaño claro yace sentado. Posa sus manos a cada lado de la silla, dejando a escasos centímetros su rostro del de JungKook.
-Espero que derroches cada uno de los seis millones de dólares que he pagado por ti.
Los ojos color café de Jeon, se ensanchan luego de escuchar la suma exorbitante de dinero que el millonario frente a él a pagado.
-Así qué, cuando diga que actuaras como mi paraje lo harás, sin rechistar, sin quejarte, sin molestarte, sin o ponerte y mucho menos negarte a mis órdenes y peticiones.
JungKook a recuesta su cabeza sobre el respaldar de la silla, luego de sentir las respiraciones de Kim demasiado cerca de su rostro.
-Si te digo no iras, no lo harás, si digo iremos, lo harás.
El castaño traga grueso.
-¿Entendido?
El menor asiente.
-Habla -le ordena TaeHyung.
-Sí, entendí -contesta JungKook.
-Bien, ahora lo más importante -retira sus manos de la silla, y camina hacia la puerta.
Abre la puerta, luego se gira sosteniendo una niña de cabello rubio en brazos.
-Ella es una de las razones por las cuales te compre -Kim se acerca a JungKook con la niña en brazos-. Su nombre es Hope.
Jeon se pone de pie, mirando a la pequeña.
-Hola, pequeña -la mano derecha de JungKook, viaja hasta la espalda de la niña. -Hola -repite, haciendo un mohín divertido con su boca, provocando que la nena sonría. -Ven acá -palmea sus mano, llamando la atención de la niña. -Hola, Hope -dice cuando la tiene en sus manos.
La pequeña sonríe tímidamente, a recostando su cabeza sobre el pecho del castaño.
-Seremos una familia desde ahora.
JungKook alza su rostro y mira un tanto asombrado a TaeHyung.
-Ten -saca un anillo de la bolsa de su saco y se lo entrega a Jeon. -Llenarán tu closet de ropa y zapatos, te daré todo lo que necesitas, al igual que con Hope -el chico sostiene la sortija con fuerza.
-Raven, tienes junta en veinte minutos -le informa la pelinegra.
-Hasta mañana, esposo -dice sarcásticamente el pelinegro, acercándose por completo al castaño.
Deja un beso en los labios del menor, el cual lo deja helado y molesto.
-Adiós, Hope -se despide de la niña.
Luego que el millonario se ha marchado, JungKook deja a la niña en el suelo, lleva su mano izquierda a sus labios, pasa sus dedos repetidas veces sobre sus belfos.
-Es un maldito arrogante, petulante, pretencioso, irrespetuoso y...
-Y solo comienza -escucha la voz de una mujer.
-Perdón, yo, no quería
-Está bien, todos en esta casa pensamos lo mismo que usted, joven.
JungKook suspira, mira la sortija, se la coloca en su dedo anular, cierra sus ojos por un momento y luego los abre nuevamente.
-Puedo hacerlo -susurra.
Camina hasta la pequeña, toma su manita y abandonan la pequeña habitación de Kim.
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Que les parece la historia???!!!
A mí me está gustando en general todooo jsjsjs nos estamos leyendo pronto, los quiero(づ。◕‿‿◕。)づ
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