15
Mientras Raven viaja a su trabajo a poner orden y escuchar cada una de las aburridas, pero importantes reuniones junto a sus socios. JungKook y Hope, ayudan a las sirvientas a limpiar la casa.
Hay un par de cosas que al castaño no le parecen atractivas y hogareñas, el haber sido comprado y alquilado por tres hombres distintos antes que Jeon, le había ayudado mucho a conocer de decoraciones hogareñas.
—¿Qué hago con esto? —pregunta el jardinero, sosteniendo un horrible florero.
—¿Existe alguna habitación desocupada? —cuestiona el chico a Camile.
—Hay muchas, pero la habitación al lado del gimnasio del jefe, tiene algunos adornos que la señora Raven, dejo guardados —comenta la sirvienta.
—Llévalo ahí, por favor —le ordena amablemente, el chico al jardinero. —Hope, ten cuidado, no lo muevas —le pide JungKook a la rubia, que juega con otro florero idéntico al anterior. —Déjalo, no —repite el castaño, pero la niña está divertida viendo los movimientos tambaleantes que el florero realiza para mantenerse estable. —Maldición —articula preocupado, al escuchar el grito de susto de Hope, luego del fuerte estruendo del florero contra la cerámica. —Te dije que pararas —la reprende JungKook, cargándola en brazos. —Debes obedecerme, si te digo que no, es no —le explica el chico a la niña, mientras limpia las lágrimas del rostro de Hope.
—No, no —repite entre sollozos la rubia.
—No es no, así es —dice el menor alejándose del desastre que la pequeña causo. —Quédate acá —le ordena JungKook, dejando sobre la alfombra a la niña, para luego encenderle la televisión. —¿Ponys o Mickey? —le pregunta a Hope, señalándole las caricaturas en la pantalla.
—Ete, ete —dice emocionada, señalando los ponys.
—Ok, serán los ponys.
La niña asiente, tomando asiento sobre la alfombra.
—Joven JungKook, tiene visita —le informa Camile.
El menor, alza su vista y observa a una mujer rubia, vistiendo un vestido gris junto a una chaqueta negra. Sobre su hombro derecho una cartera negra, y en su mano izquierda sostiene una carpeta color manila.
—Bienvenida —dice nervioso el castaño.
—Gracias. Me presento, soy Roxanne, trabajadora del servicio social —se presenta la rubia, extendiendo su mano derecha hacia el chico.
—Un gusto Roxanne. Soy Jeon JungKook, el esposo de TaeHyung —habla el castaño, estrechando su mano con la de la mujer.
—¿No llevas su apellido? —pregunta la mujer, mientras le echa un vistazo a la casa.
—No, lo hablamos antes de casarnos y él respeto mi decisión —responde de forma rápida el chico.
—Entiendo —dice, sonriendo la mujer. —¿Van a mudarse? —realiza una pregunta más, la rubia.
—Claro que no, estoy cambiando algunas cosas en la casa —contesta JungKook, acercándose a la mujer. —Por favor, tomé asiento —le pide amablemente, señalando el sillón tras Hope.
—Muchas gracias, podrías traerme agua —pide la mujer mientras toma asiento.
—Por supuesto, vuelvo en un momento —dice JungKook.
El castaño mira a Camile, camina hasta la cocina, toma un vaso de vidrio, antes de llenarlo con agua, saca su celular del bolsillo de pantalón y marca el número de Raven.
—Vamos, atiende —murmura el menor, tomando una botella con agua a temperatura normal. —Genial —dice molesto, al no obtener contacto con Kim.
Abre la botella y llena el vaso con agua.
Toma de nuevo su celular, le escribe un par de mensajes a TaeHyung, dejándole saber que tienen visita de trabajo social.
Guarda su celular, toma el vaso lleno de agua y regresa a la sala.
—Hope —pronuncia el nombre de la pequeña.
La niña gira su rostro hacia la derecha, mira de reojo a la mujer y de nuevo regresa su mirada a la televisión.
—Hope, cariño, di hola a Roxanne —le pide dulcemente JungKook, entregándole el vaso con agua a la trabajadora social.
—Oa —articula la pequeña, obedeciendo la orden que ha recibido por parte de Jeon.
—Gracias —susurra el castaño a la nena.
—Gashas —repite Hope, haciendo reír de manera dulce a la mujer.
Raven, por su parte, esta en la tercera reunión, justo en estos momentos se arrepiente de haber retrasado tanto sus reuniones, e intenta hacerse un recordatorio de jamás volverlas a posponer.
Ha silenciado su móvil, después del encuentro para nada agradable con su madre, lo que menos quería era escuchar su voz por medio de una llamada, repitiéndole una y otra vez lo malo que es para tomar decisiones con respecto a su vida privada.
—Voy a hacerte una pregunta —interrumpe a la expositora.
Joy lo mira fijamente y luego ve a la castaña que expone los planes para su nuevo bar.
—¿Qué tendrá de diferente este bar al resto? —realiza la pregunta el pelinegro.
Dobla su brazo apoyando su codo sobre la mesa, lleva su mano a su sien, empezando a masajear con sus dedos su frente, mientras espera por la respuesta de la mujer frente a él.
—El bar no solo ofrecerá bebidas, también cenas. Cenas llamativas y acordes a la variedad de nuestros licores exportados y nacionales. Se tiene pensado hacer un espacio exclusivo para clientes frecuentes, ambientaremos el lugar no con la misma imagen que los otros bares tienen, este será cálido, seguro y con el ambiente para que nuestros clientes mismos lo recomienden y no dejen de visitarlo —responde a la pregunta la castaña, mostrando en la pantalla el diseño del bar.
Raven se pone de pie, mira a los accionistas y mentes encargados de cada uno de sus bares, restaurantes y algunos de sus hoteles.
—Lo quiero en el centro de Inglaterra, quiero que sea el centro de atención que este en la boca de todo el país. ¿Pueden conseguirlo? —habla dirigiéndose a todo su equipo de trabajo.
—Por supuesto —responden dos de los encargados, mientras el resto sonríe.
—No me decepcionen, mi dinero depende de ustedes, y su salario depende de mí —les recalca el pelinegro. —¿Algo más que agregar? —cuestiona TaeHyung, mirando a Joy.
—Eso es todo, hemos terminado —habla la pelinegra, poniéndose de pie.
Joy toma la laptop de su jefe, su saco y su vaso térmico.
—Terminamos —dice la mujer, parándose al lado de su jefe.
Raven, abandona la sala de reuniones, mira algunos cubículos vacíos y eso le deja claro solo una cosa, ya ha pasado la hora de salida.
La pelinegra, apresura sus pasos y abre la puerta de la oficina de Kim, para que entre antes que ella.
TaeHyung, introduce su mano derecha al bolsillo de su pantalón, toma su celular, lo desbloquea y lo primero que ve son las notificaciones de las muchas llamadas de su madre, y una de JungKook.
Desbloquea su celular mientras de reojo observa a su asistenta, la cual, ordena algunos folios de propuestas de remodelación por parte de algunos arquitectos y diseñadores de interiores.
—¿Qué quieres que ordene para cenar? —pregunta Joy, retirándose su saco, dejando al descubierto un centro color rojo escotado, luciendo la piel blanquecina de su cuello y clavículas.
—Para mí nada —acota TaeHyung, entretenido leyendo el mensaje que Jeon, le ha enviado. —Mi saco —le pide el pelinegro a su asistente.
—¿Ocurre algo? —indaga asustada la pelinegra.
—Debo irme —susurra Raven, agarrando su saco.
—Creí que querrías que te ayudará a relajarte —articula nerviosa y confundida, la mujer.
—Ahora no, Joy —dice con tono pesado, Kim.
Se coloca su saco, toma las llaves de su auto y camina hacia la puerta de su oficina.
—Me voy, hasta mañana, Joy —se despide sin siquiera mirar a su asistente, mientras marca el número de JungKook.
Baja del ascensor, camina a pasos rápidos hasta el estacionamiento, presiona el botón de su auto y luego abre la puerta.
Entra al auto, introduce la llave en la cerradura, la gira y lo enciende, se coloca el cinturón y arranca.
En el trayecto a su casa, no deja de marcar el número de JungKook, pero no responde ninguna de sus llamadas, acelera lo más que puede y avanza lo que los semáforos le permiten.
Gira de forma brusca y entra a su propiedad, gira un poco pasando al lado de la fuente que está en el jardín de enfrente, disminuye la velocidad, frena el auto, se retira el cinturón, abre la puerta y sale del auto.
—Buenas noches —lo saluda Mark.
—Estaciónalo bien —le ordena Kim, pasando de largo al costado de su empleado.
Entra a la casa, marca el número de JungKook una vez más, escucha el sonido del celular y se deja guiar por este, llega a la sala, mira la televisión encendida y algunas cosas desordenadas y como uno de los floreros de su madre está roto. Toma el celular de Jeon, qué yace en el sillón, cancela la llamada y luego toma asiento, mirando las caricaturas que proyecta el televisor.
—Llegaste —habla JungKook, entrando a la sala.
—¿Qué sucedió? —cuestiona el pelinegro.
—No mucho, solo hablo un poco conmigo, luego con Hope, observo la casa y luego se marchó —le explica el menor, mientras recoge los juguetes de la sobrina de Kim.
—¿Qué haces? —pregunta el pelinegro, observando el desorden.
—Quitó algunas cosas que le quitan lo hogareño a la casa —responde JungKook, introduciendo los juguetes en una caja—. Por cierto, tropecé sin querer con el florero, lo siento.
—Odiaba ese florero —comenta TaeHyung, retirándose su saco.
—Hope, está dormida, me ayudó a limpiar la casa y luego jugamos un poco —continúa hablando JungKook.
—Cállate —le ordena repentinamente, TaeHyung.
El castaño, alza su vista sorprendido y asiente. Camina hasta el sillón, toma el control de la televisión, la apaga y observa a Raven, serio.
—Quiero mi celular —dice el castaño, mirando el aparato electrónico en una de las manos del mayor.
—Toma.
Cuando JungKook, está por tomar su celular, TaeHyung, encoge su brazo haciendo que el castaño se acerque en vano a él.
—No es gracioso —lo reta JungKook, molesto. —¿Qué haces? —lo interroga el menor, al ver como la otra mano de Park, se posa en su cintura.
—Cállate —le pide nuevamente, el pelinegro.
El mayor, tira del cuerpo de JungKook hacia él, cuando está lo suficientemente cerca recarga su cabellera negra sobre el abdomen del castaño, enrollando su brazo en la cintura del menor.
—Quédate en silencio —habla en voz baja, Raven.
JungKook, alza sus brazos, coloca su mano derecha en el cuello de Kim, y la mano izquierda la posa sobre el cabello pelinegro de TaeHyung.
Los dedos nerviosos de JungKook, acarician el cabello del mayor intentando relajarlo, escucha un suspiro salir de la boca de Jeon.
Raven, alza su rostro y conecta su mirada cansada con la mirada confusa del castaño.
TaeHyung, enrolla su brazo izquierdo en la cintura de JungKook, la respiración del menor se descontrola un poco en el momento que siente una de las manos de Kim, palpar uno de sus glúteos.
—Tu celular —musita TaeHyung, introduciendo el aparato electrónico en el bolsillo trasero del pantalón del castaño.
—Raven —articula, nervioso JungKook.
—Tienes unos lindos ojos —dice repentinamente, TaeHyung.
El castaño se queda en silencio luego de escuchar el cumplido del millonario.
—Gracias —susurra JungKook, pasando sus manos tras el cuello de Kim, acariciando el cabello que desciende al cuello del mayor. —¿Qué quieres? —lo cuestiona el castaño, sin dejar de verlo.
—Besarte —contesta TaeHyung, bajando su mirada hasta los labios del menor.
JungKook, traga grueso, suspira, cierra sus ojos brevemente y luego los abre.
—Entonces hazlo —murmura el chico. Decido a enfrentar y acostumbrarse a este tipo de situaciones.
Raven junta sus labios con los de Jeon, las manos del mayor acarician la espalda baja del menor y las manos del castaño se entretiene en el cuello y pecho del pelinegro, olvidándose ambos de esa manera de sus preocupaciones y de lo que acontece a su alrededor.
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