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12

Al llegar a casa. JungKook, baja del auto sin decir nada, alejándose de forma brusca y para nada cortes del abrazo cálido que, Raven le había brindado en el trayecto hacia la enorme casa.
Confundido, TaeHyung entra a su casa minutos después del castaño, se queda de pie en la sala, suspira profundamente y niega.

No entendía que es lo que había hecho mal, aunque eso no ameritaba a que se sintiera interesado en Jeon. Él simplemente se sentía raro, incómodo con su extraño y repentino accionar.

La puerta se abre y Joy, aparece al lado derecho de Kim.

—¿Qué haces aquí? —la cuestiona Raven, mientras la observa de reojo.

—Tenemos un pequeño problema —dice la pelinegra, dando dos pasos hacia el frente y luego colocándose frente a su jefe.

—Ahora no, Joy.

—Uno de los bares está a punto de ser clausurado —suelta la chica, ganándose la atención de su jefe.

—¿Cómo y por qué? —la interroga, mirándola desafiante.

—No te desquites conmigo, te he dejado los avisos en tu escritorio, no es mi culpa que estés despistado.

Raven bufa.

—Vamos a ir a solucionar este problema y luego quiero que despedidas a todo el personal de ese bar y contrates uno nuevo —le ordena a su asistente, mientras sube los escalones de su casa de dos en dos, desabotonado su camisa.

Cuando pasa por la habitación de su sobrina escucha unas risas, abre la puerta y mira a JungKook junto a Hope, sentados en el piso sobre una alfombra jugando.

—¿Estás mejor? —pregunta el mayor.

El castaño, gira su rostro hacia la izquierda y mira a su comprador frente a él.

—Me disculpo por lo que pasó —dice JungKook, apenada e incómodo.

—Es la primera vez que escucho que alguien se disculpa por llorar —comenta Raven, riendo.

—¿Te parece gracioso? —pregunta el menor, frunciendo su entrecejo.

—Mira, JungKook —articula de forma pausada el mayor, adentrándose más a la habitación de su sobrina.

Jeon, se pone de pie, luego de cerciorarse de que Hope, esté atenta en sus juguetes.

—Si tienes algún problema más vale que lo resuelvas. Puedo ayudarte, si gustas, podemos...

—No necesito tu ayuda. ¿Qué te hace pensar que le pediría ayuda a un tipo engreído y arrogante como tú? —lo interrumpe el castaño, con palabras fuertes e hirientes, que solo sirven para provocar y golpear el orgullo de TaeHyung.

—Bien —dice Kim, alza su mano derecha, la lleva a su mentón, lo masajea con su dedo índice y pulgar por unos segundos, mientras mira de forma molesta a JungKook.

El mayor camina a pasos rápidos hasta el castaño, toma su mano izquierda, pero el menor logra zafarse.

TaeHyung, ladea su rostro, da dos pasos hacia el frente, intenta tomar una de las manos del castaño, pero este las agita y se mueve para que no lo consiga.

—Déjame —le pide JungKook, cuando el pelinegro ha conseguido su objetivo. —La niña —suelta el castaño.

Kim, le resta importancia y lo saca de la habitación, lo estrella contra la pared de forma brusca.

—Eres un imbécil —alza un poco su voz, al sentir dolor en su espalda y la parte trasera de su cabeza.

—Cállate y escúchame —le ordena Raven, mientras Joy, escucha todo desde la planta baja. —Dime lo que sucede —le pide entre dientes.

—No te metas en mi vida, no es asunto tuyo —refuta JungKook.

—¿Acaso no entiendes que te compre para que seas mi esposo? —lo cuestiona Kim, alterado.

—Sí, lo entiendo. Y estoy cumpliendo con mi trabajo, hago lo que me pides, aunque no lo desee. ¿Qué más quieres de mí? —se defiende el menor.

—¿En serio haces lo que te pido? —lo ataca TaeHyung, acercando su rostro al de JungKook.

—No te metas en mi vida —le repite el castaño.

—Ok —dice Raven, alejándose un no poco de Kim. —Si tú mierda personal llega a oídos de mis socios, juro que vas a arrepentirte —el mayor hace una pausa.

Se acerca de forma brusca de nuevo al castaño, asustándolo un poco, hasta el punto de pensar en que el mayor está por golpearlo.

—¿Entendiste, corderito? —susurra TaeHyung, sobre la comisura de la oreja de JungKook.

El menor traga grueso, pestañea unas cuentas veces espantando las lágrimas que se han formado en sus ojos.

—No te preocupes, Raven —habla JungKook. —Mi vida personal no afectará tú vida de fantasía y falsa apariencia. Te lo aseguro —dice con seguridad el menor.

—Eso espero —sonríe forzadamente, Kim.

—Tu asistente espera, no la dejes esperar más —añade el castaño, para cambiar de tema.

—Por supuesto, necesito distraerme y desestresarme —agrega TaeHyung, retirándose del lado de JungKook.

—Lamento ser la causa de tu estrés, cariño, pero sino me soportas, puedes comprar o alquilar a otra persona para que soporte tu vida de mierda —suelta furioso el castaño.

—¡Basta! —grita, el pelinegro. —No me provoques —lo amenaza, Kim.

JungKook, ríe, se da la vuelta, abre la puerta de la habitación de Hope, entra y luego cierra la puerta, dejando solo y enfadado a Raven.

El pelinegro baja las gradas con su camisa desabotonada, pasa de largo frente a su asistente, dirigiéndose hacia la puerta.

—Le dije que no lo comprará —habla sola, Joy.

—¿Por qué sigues aquí? —le pregunta JungKook a la pelinegra, desde la planta de arriba. —Ya lancé el hueso, se supone que tú debes ir por él —dice el castaño, con una sonrisa en su rostro. —¿Es lo que haces no? Seguirlo a todos lados como una perra —agrega, provocando enojo en la mujer.

—Eres un mal educado —se dirige la mujer a Jeon.

—Dime. ¿Por qué no eres tú su esposa? —la cuestiona el castaño, bajando los escalones. —Claro, ya recordé. No eres su tipo, solo te utiliza para follar, matar el tiempo y desestresarse —habla el chico.

—Hago lo mismo que tú —lo señala Joy, con su dedo índice, mostrando su larga uña postiza de color rojo. —¿O piensas que lo hace porque siente algo por ti? —se burla la pelinegra.

—Tal vez si hagamos lo mismo, pero existen dos cosas que nos diferencian —dice JungKook, acercándose hasta la asistente de Raven. —La primera es que no siento absolutamente nada por él. A diferencia de ti, que estás enamorada de él —espeta de forma provocadora. —La segunda es que yo recibí y continuaré recibiendo dinero de Raven, porque soy su esposo, te guste o no —la mirada desafiante de Joy, se encuentra con la mirada molesta y provocadora de JungKook. —Ahora entiendes que, aunque se acueste con ambos, siempre habrá dos cosas que nos diferencien —el castaño da dos pasos hacia la derecha.

—Joy, date prisa —le ordena molesto, Kim, mirando a JungKook desde el umbral de la puerta.

—Una cosa más, cada vez que te folle recuerda que es mi esposo con el que te revuelcas —alza su voz el menor, mientras sonríe y mira a TaeHyung. —Nos vemos, esposo —dice el castaño, agitando su mano derecha en despedida.

Joy, sale de la casa igual de molesta que su jefe.

JungKook, escucha el motor del auto, sale al jardín y suspira. Marca el número de su hermano y espera a que esté atienda.

—Tengo mil, haré que alguien los deposite en tu cuenta —habla de forma rápida el menor.

—¿Estás bien? —pregunta Chanyeol.

El castaño, presiona sus dientes con fuerza tensando su mandíbula.

—¿Te golpeó? —realiza una nueva pregunta su hermano mayor.

—No te metas Chanyeol, haz tu parte que yo me encargo de hacer la mía —dice JungKook, molesto. —No me llames, no vuelvas a contactarme a menos que yo lo haga, si alguno de sus socios lo involucra en lo que sucede en mi vida personal, habré tenido sexo con él por nada. Así que no me contactes, yo te llamaré cuando tenga dinero —el menor hace una pausa. —¿Entendiste? —cuestiona a su hermano mayor.

—Está bien —dice en voz baja, Chanyeol, desde el otro lado de la línea.

—Estoy bien, Channiem. Estaré bien —susurra el menor con voz cansina.

Antes de que su hermano diga una palabra más cancela la llamada, cierra sus ojos por unos segundos y luego los abre.

Camina hasta donde Mark se encuentra, junto al jardinero.

—¿Puedes hacerme un favor? —le pregunta JungKook a su amigo.

—Claro, dime —dice amablemente, Mark.

—Podrías por favor, depositar este dinero —le muestra un pequeño manojo de billetes de diversas cantidades. —A está cuenta —dice, mostrándole un papel. —Lo haría yo, pero si TaeHyung se entera tendremos un motivo más para discutir —añade el castaño.

—Está bien —asiente Mark, tomando el papel y el manojo de billetes.

—Gracias —susurra JungKook, sonriendo ampliamente para luego alejarse del chófer.

¿Qué si estaba bien? En serio su hermano le había realizado esa estúpida pregunta.

No, no estaba bien. ¿Cómo se supone que lo estaría cuando debía reunir una enorme cantidad de dinero, por si solo?

Limpia las lágrimas de su rostro, asiente mientras mentalmente se motiva y se da palabras de ánimo así mismo.

Lo conseguirá, siempre lo hace, pero debe buscar una forma de dejar de discutir constantemente con Raven. Debe buscar una forma en la cual, ambos puedan llevarse sin discutir cada vez que se ven, porque si no la encontraba se volverá loco y se rendirá.

Y rendirse para JungKook, no es una opción, no si al rendirse su familia estará separada y su padre bajo tierra.

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