Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

EL CAZADOR, LA MUJER Y EL CANTO DEL CUERVO

La mujer se retorció suavemente sobre el suelo, su cerebro empezó a despertar poco a poco, y con ello, el resto de su cuerpo volvió a funcionar como debía, el dolor de aquella marca aún continuaba, cosa que le hizo apretar la mandíbula y sisear de dolor. Los bellos de sus brazos, al sentir aquella presencia imponente, se erizaron, de la misma manera que cuando sintió al cuervo observándola tiempo atrás. La diferencia era que, por un momento breve de una pizca infantil, pensó que el alado era una criatura inofensiva, pero se había equivocado.

Ahora, a causa del incidente anterior, temió que este otro ser que la estaba vigilando fuera igual o más peligroso que el emplumado. Incluso con sus ojos cerrados podía deducir que aquel ser, no era un humano común y corriente, este ser era mucho más que un común y debil humano.

Sé que esta despierta. — Le dijo aquella voz.

Ella volvió a sisear cuando el dolor la atravesó. Con las últimas fuerzas que le quedaban, la joven se apoyó en el suelo con su mano derecha y se impulsó hacia arriba, quedando finalmente sentada sobre la alfombra de pieles. Aún así, sus ojos se negaron a colaborar con ella, por mucho que lo intentase, sus párpados no cooperaron y esto le causó terror.

No le haré daño, señorita. Pero necesito saber que fue lo que pasó aquí, ¿podría ayudarme con eso? — Ella asintió en acuerdo, así que continuó: — ¿qué te ha dicho el cuervo?

Confundida, la bella mujer guardó silencio durante algunos minutos. Ya que, efectivamente, antes de ser marcada, había escuchado una voz estruendosa, grave y fuerte provenir del alado. Aunque no sabía con certeza si la voz provenía desde el interior del ave, o simplemente todo estuvo dentro de su cabeza.

Dijo que yo le ayudaría. Que yo acabaría con la oscuridad que había caído en su entorno y que los condenó a una vida solitaria y dolorosa.

¿Qué más te ha dicho?

Que regresaría muy pronto, que regresaría... por mí...

¿Sabes en qué momento ha de regresar?

No, eso no me lo dijo. — Ella estaba asustada. En ningún momento aceptó tales términos. El ave ha tomado la decisión por si sola, algo en lo que ella ni siquiera pudo objetar. — ¿Qué me hará si regresa?

El enmascarado no respondió. Habían muchas respuestas para una sola y simple pregunta como aquella. Raven podía ser impredecible, con habilidades verdaderamente monstruosas y con el don del engaño, uno que podía envolver a cualquiera y moldear sus presas a su antojo. Aquello fue y sigue siendo lo que a Raven le daba ventaja por encima de todos. Si es tan viejo como lo es la faz de la tierra, era por aquel don extraordinario que el destino le había dado, además de su inteligencia bruta. Era por eso que solo dos de ellos habían sobrevivido a la masacre de su especie.

Aunque ambos se encaminaron por direcciones opuestas. Eligiendo formas de vida completamente diferentes. Uno con sed de venganza y destrucción, y el otro con sed de redención y justicia.

No queriendo saber la respuesta, porque quizás los planes de Raven para el porvenir de la joven sean bizarros, él enmascarado se giro hacia la ventana dispuesto a irse y dejarla allí mismo. Si Raven ha de venir por ella, entonces no había nada que pudiera hacer, es una ley entre ellos, Raven hará hasta lo imposible por recuperar lo que cree que es suyo. Era mejor evitar la destrucción de una nación entera, que sacrificarlos a todos por salvar a aquella miserable mujer.

¡Espere! — Soltó a gritos cuando lo sintió marcharse.— Por favor no se vaya. ¿Qué pasará conmigo?, después de lo que pasó no me quiero quedar sola.

Le estás pidiendo a un desconocido que se quede junto a ti, ¿no tienes miedo de mí acaso?, ¿sabe si quiera de lo que soy capaz?

Quizás no pueda verle, pero sé bien que no es un humano común como lo soy yo. Usted destila el mismo aura que el ave de plumaje azabache, pero a la vez sé que son diferentes. Estoy segura que podrá protegerme de él.

No puedo quedarme. Tengo una misión que requiere de mi completa atención. Haz descuidado tu vida al darle cabida al cuervo en ella, y ya de eso nadie puede protegerte.

Solo quise ser amable con él. Lo vi agitado, pensé que se debía a largas horas de vuelo. Lo único que hice fue darle agua para saciar su sed. ¿Tiene eso algo de malo?, ¿por qué sería condenada al ofrecerle mi bondad al ave?

Quizás nadie te lo dijo, pero lo invitaste a quedarse al ofrecerle ese tazón de agua. Para el ave fue más que claro que podía poseerte como si fueras un objeto de valor. Y no, no estaba sediento, es imposible que él sienta sed.

Por favor... no me dejes aquí...

La mujer no pudo soportarlo más. Rompió en llanto al ver como, de repente, su vida había dado un giro inesperado en cuestión de solo unas horas, y ahora ya nadie sería capaz de salvarla.

Solo este hombre, él podría ampararla, si tan solo pudiera convencerlo.

Por favor... llévame contigo. Prometo que haré todo lo que me pidas, pero no dejes que me lleve con él, no me prohíbas intentar salvar mi vida.

No puedo prohibirlo, no soy dueño de la vida de nadie. Puedes venir, pero no me responsabilizo de lo que verás en el camino.

Raven es un ser maligno, ¿qué más podría ser peor que la bestia al reclamarme?

No es tan simple. Solo es su corazón herido... — Comentó en un susurro, uno dirigido así mismo que a la joven, pero no la dejó sobrepensar lo dicho. Solo agregó: — Esperaré unos minutos hasta que puedas ver. Si al caer la noche aún no lo logras, entonces tendré que marcharme y dejarte aquí a merced del ave.

Tal y como lo había prometido, abandonó la habitación, dejando a la mujer en el suelo y sobre la alfombra. Una ráfaga leve de viento llegó hasta el rostro de la mujer, fue así como ella comprendió que el forastero ya no estaba en la habitación. Pasaron las horas y el sol ya casi se ocultaba, ella empezaba a recuperar gradualmente su vista; aunque aún miraba de manera borrosa, pensó en que, quizás, el foráneo ya se había marchado del reino como lo había dicho. Pensar así, solo la entristeció y aterrorizó. Ahora si que estaba metida en un gran problema.

El ave regresaría, siendo ella su blanco. Rindiéndose ante su propia mente, que por esta ocasión había ganado la batalla, con mucho cuidado se levantó del suelo, con pasos leves y algo débiles, la joven caminó hasta la cama, donde se recostó y sobrepensó las cosas, ocasionando que su mente le hiciese ver miles de catastrofes, además de diversas maneras de ir al otro mundo. Todos teniéndola a ella y al ave como protagonistas, donde ella era reclamada por la muerte.

Esto solo ocasionó que terminara derrumbándose; y que su rostro formara un camino incontrolable de agua salada cayendo desde sus ojos.

[Voy a morir... ]

Fue ese el pensamiento que surgió desde el miedo. Pensó en lo que dijo el forastero. Y posiblemente tenía razón, Raven iba a destruirla, a matarla, a torturarla y a convertirla en cenizas; cenizas que nacerán desde el dolor, la pena, y el sufrimiento.

Sin esperarlo, de tanto darle vueltas a sus pensamientos la joven cayó en un sueño profundo, su mente estaba agotada. Agotada por los miles de escenarios y sucesos que su mente ha estado recordando y pensando como parte de su destino y de su futuro.

Mientras que allá, en lo más profundo y abandonado de la tierra, oculto entre la maleza y la intensidad de lo que es tenebroso, yacía un enorme palacio, uno donde las sombras y el aura mortífera eran más que bienvenidos. Cada rincón de aquel palacio estaba cubierto por tinieblas; un palacio aparentemente abandonado, pero no era así, este castillo tenía un dueño, uno al cual le desagradaban los invitados, pero, después de todo, no sería descortés con ellos, te advertirá sobre lo que piensa respecto a tu presencia, aunque si insistes en volver, ¿quien era él para no dejarte ingresar?

Y no se hable más del olor que el aire desprende al rededor de tan majestuosa construcción, tan asqueroso como la basura de la semana pasada, y tan fuerte como el olor de algún cuerpo en descomposición, un olor putrefacto que haría desmayar a cualquiera que pisase el lugar. La muerte y la mortandad eran tan evidentes desde que sentías en tus narices aquel aroma impregnando el ambiente.

Aunque los humanos son seres infestados de terquedad; una vez que en sus venas corre el deseo por algo, ¿quién los detiene?, aventurarse de tal manera era peligroso, ¿por qué arriesgarse?, pero claro, ellos no lo entienden. Más es su deseo en la ignorancia por descubrir nuevas riquezas, eso era falta de razonamiento en los humanos. Solo buscan verse valientes, ser también admirados, la fama y la avaricia los llama, llenan sus egos de aquella manera, pero al final, todos recorren el mismo y único destino: Raven, así lo llamaban.

Aquel malévolo ser era consiente de cómo la historia sobre los suyos cambió de rumbo. Como aquella historia se distorsionó con el pasar del tiempo. No siempre los suyos caminaron ocultos y en soledad, no siempre la mejor compañía para él fue la noche y las penumbras que con ella vienen. Hubo una época muy diferente. Y estaba más que dispuesto a traerla de regreso.

Sonrió con diversión, una sonrisa que pondría de rodillas a cualquiera que lo viese, el aire se llenaría con múltiples palabras de súplica y ruego mientras tiemblan como las aves del corral, al igual que unas reverendas gallinas. Eso eran los humanos para Raven. Cobardes e inútiles que no sirven para nada.

Con pasos sigilosos y sin ninguna pizca de ruido al pisar el suelo, Raven bajó hasta lo más profundo y subterráneo del palacio.

Silencio. Ni una pequeña cantidad de sonido, ni una pequeña cantidad de luz, y ni una gota de esperanza. Solo esperaban una decisión. Lo que a Raven se le ocurriera hacerles en ese preciso momento, ese sería el veredicto final de los pocos que aún seguían con vida allí adentro. Prisioneros que provenían de distintas naciones.

Raven se aventuró por aquel pasillo, empezó a entonar en silbidos una melodía suave, parecida a una canción de cuna. Había eco en aquel lugar y respondía a cada nota musical de aquel silbido, haciendo del ambiente uno más terrorífico. Además de eso, el canto era gélido y frío, como si aquel ser encontrara paz al torturarlos, los puso a temblar hasta los huesos y con el corazón sobre la palma de sus manos, casi a punto de ocasionarles un infarto. Gotas frías se deslizaban por el rostro de las victimas, ¡y como no!, tomando en cuenta que a Raven le encantan los juegos más oscuros e inhumanos del planeta, y lo del canto era un juego psicológico previo a lo que se avecinaba:

• In the night, my beloved rises in the sky,
Sweet and red, like the color of blood,
While my raven flies high over the valley,
In the shadows, it brings the abyss, fear in its cries,
And in the darkness of the world, it awakens horror.

• Sing, sing, my dark raven,
Fly over the storm of the night,
Let your soul be fed by their terror,
And return to me, sweet friend.
Fly over the cruel fate,
That with your choice, my feast will be joy.

• With your beak, you bear their burdens,
And in your eyes, pleasure in their fear,
Emerging in the sight of blood,
Which the raven carries in the shadows.

• Sweet and red, like the color of blood,
While my raven flies high over the valley.

• Sing, sing, my dark raven,
Fly over the storm of the night,
Let your soul be fed by their terror,
And return to me, sweet friend.
Fly over the cruel fate,
That with your choice, my feast will be joy.

Aquel cántico que anteriormente había interrumpido el silencio sepultado en aquellos calabozos, se detuvo. Así, de la nada, de una manera tan repentina. No se escuchaba ni un alfiler cayendo sobre el suelo, nada, solo un opresivo silencio.

Nunca imaginaron que algo tan silencioso pudiera causarles tanto terror. Antes anhelaban que los niños ruidosos en el patio y los animales alborotadores, como los perros ladrando y los gatos inquietos, se callaran y los dejaran en paz. Pero ahora deseaban lo contrario, ansiaban que aquellos ruidos rompieran el silencio que los estaba enloqueciendo, que pusieran fin a la pesadilla silenciosa que los llevaba al borde de la locura. Todo por culpa de un monstruo. Pero nada volvería a ser igual, aquí acababa todo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro