Extra 1
Después de la boda y la fiesta de que se llevó a cabo debido a la unión entre JungKook y JiMin. Ambos se encuentran en la aerolínea en la que está el avión del millonario.
—Sana, debes cuidarlas —le recuerda JungKook, sonando casi como una súplica.
—Lo haré, voy a cuidarlas, lo prometo —articula la castaña.
—Confío en ti, no me falles —la señala el menor. —Channie, cuida de papá y por favor asegúrate de que Sana este al tanto de las niñas —le indica el chico a su hermano mayor.
—Lo haré —le asegura el peligris.
—Camile, gracias —musita JungKook, con mirada cálida y voz suave.
—Pásela bien, joven JungKook —articula la sirvienta.
—Markie —pronuncia emocionado el castaño.
—Cuidare de las niñas —le promete el chófer.
—Lo sé —asiente el menor.
Jeon camina hasta su esposo el cual, carga a su sobrina en brazos mientras Anne, da vueltas alrededor de Park, haciendo reír a Hope.
—Anne —la llama el castaño.
La niña se detiene y se acerca a él.
—Quiero que obedezcas a Sana a Camile a Mark y a Chanyeol —le ordena. —Debes ser una niña obediente, debes cuidar a Hopie porque tú eres la hermana mayor. ¿Entendido? —la pequeña asiente. —Te amo —susurra JungKook, sobre la sien de Anne.
La pequeña abraza del cuello al mayor y deja pequeños besos sobre su rostro, JungKook, ríe y siente como la niña posa su boca cerca de oído.
—JungKookie amo a ti —murmura la castaña, haciendo sonreír al castaño.
Un quejido por parte de Hope se escucha, el chico alza su vista y la mira removiéndose en los brazos de Raven para que la baje.
—Alguien esta celosa —comenta Sana, haciendo reír a todos.
Cuando la rubia está en el suelo camina hasta JungKook, lo toca dos veces mientras lo mira con un puchero en sus labios.
—Ven acá, a ti también te amo —dice el castaño a la niña, atrayéndola hacia él.
Luego que ambos esposos se despiden de sus hijas, suben al avión del millonario, toman asiento uno frente al otro, la emoción puede notarse y percibirse por parte de JungKook. Es la primera vez que viaja en avión para disfrutar y no para ser trasladado a su nuevo comprador o arrendador.
La sonrisa enorme en su rostro demuestra lo feliz y emocionado que se siente, por su parte, Raven, solo puede sonreír con satisfacción al ver esa enorme sonrisa que tanto ama y que aviva y resalta todos los sentimientos y amor que siente hacia JungKook.
Luego de aproximadamente dos horas y media de vuelo, el avión aterriza.Jungkook y Jimin bajan, el chófer toma el equipaje pequeño que entre ambos han preparado con anticipación.
—¿Dónde estamos? —pregunta el castaño.
—Ya lo veras —acota Raven.
El mayor entrelaza sus dedos con los del menor y caminan hacia la camioneta.
—Lo planeaste todo, ¿verdad? —inquiere el chico, entrando a la camioneta primero.
Se sientan uno al lado del otro lo más cerca que pueden, mientras sostienen sus manos y las acarician con las yemas de sus dedos.
—Bienvenidos a Roma, Italia —anuncia el chófer, cuando han entrado a la ciudad.
—¡JiMin! —vocifera eufórico el castaño, presionando con fuerza la mano del mayor. —Italia, ¿en serio? —lo cuestiona, emocionado.
Park, está por responder, pero el menor lo toma del rostro y estampa sus labios sobre los del pelinegro.
El vehículo se estaciona frente a una gasolinera por orden de JungKook, el castaño baja de la camioneta.
—Por favor, abra el baúl —le pide el chico al chófer. —JiMin, baja —le pide el menor, encaminándose a la parte trasera del vehículo.
JungKook rebusca en la maleta el pantaloncillo color beige, su camisa negra y sus zapatillas cómodas.
—JiMin —alza su voz el castaño.
—No grites, estoy a tu lado —espeta Raven de pie al lado de la camioneta.
—Busca tu ropa —le ordena el menor.
—Espera, espera —lo detiene JiMin, cogiéndolo de la cintura. —¿Dónde se supone que nos vestiremos? —lo cuestiona el pelinegro.
—En el baño de la gasolinera —contesta.
—No, espera, puedo...
—Solo nos vestiremos, amorcito —lo interrumpe Jeon.
—JungKook —murmura Raven.
—Date prisa —exige el menor.
Después que JungKook se cambia de ropa espera por JiMin, cuando lo mira salir ensancha sus ojos y pestañea unas cuantas veces.
—Si me hubieras recibido vestido de esa manera seguro y me hubieras atraído de inmediato —comenta el castaño.
Raven viste unos jeans color celeste ajustado, una camiseta negra, una camisa de vestir color blanco y unas zapatillas color negras.
Park deja la ropa en el baúl y entra a la camioneta, recorren la ciudad en el vehículo hasta que se detiene una vez más.
—Vamos, abajo —dice JiMin, abriendo la puerta.
—¿Llevas dinero? —pregunta el menor.
—En mi billetera —contesta el pelinegro.
Se toman de la mano y caminan solo un poco, Jeon hace que se detengan, JungKook, lo mira extrañado.
—¿Qué sucede? —cuestiona el castaño.
—Cierra tus ojos y deja que te guíe —le pide Raven.
—¿Es una broma? —interroga el menor.
—Acaso me estoy riendo —replica el mayor.
—Ya entendí —articula con pesadez el chico, cerrando sus ojos.
Raven posa sus manos sobre los hombros de JungKook y lo encamina hasta el lugar que él considera apropiado para su sorpresa.
—Listo, abre tus ojos —le indica JiMin.
El castaño, abre sus ojos y observa el enorme Coliseo de Roma frente a él.
—Es bellísimo —dice alegre el chico, dando unos cuantos saltos.
Se da media vuelta y observa a su millonario esposo mirarlo con una sonrisa en su rostro, el menor trota hacia él, el mayor lo carga y se dan unos cuantos besos.
Se toman fotografías y caminan juntos por las calles de Roma, mientras realizan paradas a petición del castaño, para poder comer un poco o admirar algún edificio.
Suben a la camioneta de nuevo y los lleva hasta la pista de aterrizaje en la que el avión se encuentra.
La aeromoza les ayuda con la maleta, se sientan en sus asientos, el avión despega y JungKook decide no preguntar el destino, solo piensa dejarse sorprender por su apuesto y millonario esposo.
Luego de otras dos horas de vuelo, llegan a su nuevo destino.
—Señor Raven —lo saluda un chófer al verlo bajar del avión privado.
—¿Todo está listo? —pregunta millonario.
—Sí, señor, todo está listo, tal cual y como usted lo ha ordenado —responde el chófer.
—¿Estás listo? —cuestiona el pelinegro a su pareja.
—Sí, si es contigo —responde JungKook.
Abordan un nuevo auto que los transporta ahora sobre las calles de Venecia, el castaño no deja de tomar fotografías con la cámara de su celular.
—Te contactaré para que vengas por nosotros, lleva la maleta al embarcadero —le ordena Park al chófer.
—Sí, señor —articula el conductor, haciendo una leve reverencia a ambos.
Recorren algunos lugares de Venecia hasta llegar al canal.
—Quiero subir. ¿Podemos? —habla emocionado, JungKook.
—Aunque no se pudiera, yo te lo haría realidad a como dé lugar —musita JiMin, abrazando por la parte trasera al castaño. —Bienvenido a Venecia, corderito —susurra el pelinegro, sobre el oído izquierdo de su esposo.
Suben a una góndola veneciana, se sientan al lado mientras frente a ellos un italiano con bigote, vestido con pantalón blanco, camisa a rallas y un sombrero blanco, toca el acordeón y recita una canción italiana.
Durante el recorrido, Raven, le ofrece dinero al hombre por su sombrero para que JungKook pueda disfrutar las buenas vistas.
—Gracias por todo —dice JungKook, recostando su cabeza sobre el pecho del millonario—. Me haces demasiado feliz, JiMin. No solo por esto, sino por el hecho de saber que estás y estarás a mi lado por mucho tiempo.
—Estaré el resto de mi vida a tu lado sin dudarlo, JungKook —declara Raven, dejando unos cuantos besos sobre el cabello castaño de JungKook.
Al terminar el recorrido, bajan al lado contrario del canal mientras el millonario le paga al gondolero, el castaño llama al chófer para que vaya por ellos.
—Quédate ahí —le pide, JungKook.
El pelinegro niega.
—Por favor, JiMin —le suplica el chico, activando la cámara de su celular. —Ahora mírame —le indica.
Park ríe bajo y hace lo que el menor le pide.
—No tienes que pedirme que te vea, lo hago todo el tiempo sin que tes des cuenta —confiesa el millonario, caminando hacia su esposo.
—¿Ah, sí? —pronuncia, admirado JungKook.
—Siempre te veo, corderito —dice Park, posando sus manos sobre la cintura del menor. —Siempre —le asegura, dejando pequeños besos sobre los belfos regordetes y esponjosos de Jeon.
—No, espera, no —lo detiene JungKook al sentir los labios de su esposo sobre la piel de su cuello.
—Raven, lo digo en serio —lo reta el castaño.
—Somos esposos —le recuerda el millonario.
—Lo sé, amorcito, pero estoy seguro que si continúas no voy a poder detenerte. Así que contrólate —le pide el chico. —El chófer está aquí —menciona.
JiMin bufa y sigue a JungKook, hasta el vehículo.
Esta vez el viaje es más corto, llegan a un embarque, caminan sobre un puente de madera y se detienen frente a un lujoso yate.
—¡Dios! —suelta el chico, impresionado al ver las iniciales JK en el yate.
—Tú regalo de bodas, corderito —musita Raven, agitando las llaves.
—Deja de darme cosas lujosas —le pide en voz baja, el menor.
—Te daré todas las que quiera y las que quieras —le deja en claro el millonario.
Juntos, suben al lujoso yate, JiMin se encarga de encenderlo y de navegar, mientras JungKook toma fotografías del mar, del cielo, del interior del yate y del atractivo conductor que lo conduce.
Al oscurecer, Park, lleva a la parte baja del yate a JungKook, una pequeña mesa con comida adornada con pequeñas luces color amarillo y pétalos de rosa sobre el piso del yate adornan el pequeño pero lindo lugar, con el mar, la luna y las estrellas ofreciéndoles un precioso espectáculo.
Cenan, ríen y se dan muestras de cariño por unas horas, luego vuelven arriba, Raven, sube, enciende el yate y cambia de rumbo, para que la luz de la luna quede sobre el yate.
El castaño sube con una bata blanca sobre su cuerpo, divisa a JiMin, girando el volante del yate, se acerca él, posa sus manos sobre la espalda desnuda de mayor y lentamente las desciende hasta la cintura, lo abraza y acaricia con la yema de sus dedos el abdomen del pelinegro, mientras deja pequeños besos sobre la piel desnuda de la espalda.
El millonario, apaga el motor del yate, retira las llaves y las esconde en un pequeño compartimiento del bote, se gira y mira los ojos de JungKook.
Posa sus manos sobre las mejillas del castaño y besa los labios del menor.
—Ahora si no te controles —le pide JungKook entre susurros, disfrutando de los besos húmedos que su esposo deja en la piel de su cuello.
Una de las manos de JiMin se encarga de desamarrar la bata blanca del menor, sin dejar de besarlo.
—Mierda, cariño —mascualla Raven, relamiendo sus labios al darse cuenta que Jimin está desnudo.
—Estoy listo —dice en voz baja el menor, desabotonando el pantalón de su esposo.
—Estoy perdido, demasiado perdido en ti —masculla JiMin al escuchar esas dos palabras salir de la boca de su esposo.
Cuando la bata y la ropa de ambos no es más impedimento, los besos, las risas y las caricias sobran desbordan amor en la terraza del yate.
—¿En serio está listo? —pregunta el pelinegro, cerciorándose de no lastimar al castaño.
—Lo estoy, amorcito —le asegura JungKook, de haber preparado con anticipación.
JiMin sonríe ladinamente, se coloca sobre el castaño y este lo recibe deseoso con sus piernas abiertas, uniendo sus bocas en un beso largo y lascivo.
Los labios húmedos y el tacto de la lengua del menor contra sus labios provoca que el miembro del mayor se endurezca, dejando pequeñas gotas de pre semen sobre la sábana y la entre pierna del castaño.
JungKook gime entregándose por completo al hombre con el cual ha decidido casarse y pasar el resto de su vida.
—Voy amarte todas las noches, todos los días, cada minuto y segundo de mi vida —susurra Raven, contra los labios inflamados y rojizos del castaño, mientras empieza a abrirse paso en su estrecha entrada.
El menor jadea al sentir el pene del pelinegro abriéndose paso en su entrada, las manos de JungKook recorren con desespero la espalda, brazos y cabello de JiMin, mientras empieza a ser embestido por su esposo.
—No tienes, la mínima idea de lo perdido que estoy por ti —habla con voz cansina el millonario, sobre los belfos del chico.
Luego de esas palabras, el mayor penetra de forma fuerte y profunda, haciendo que sus testículos se estrellen contra los glúteos del menor. El castaño arquea un poco su espalda al sentir tan dentro el miembro del mayor. JiMin, posa sus manos sobre la cintura de JungKook y ahora lo penetra un poco más lento que al inicio, rozando el punto que hace perder la cordura y el control de Jeon
—Te amo, corderito —suelta JiMin, luego haberse corrido en la entrada de su esposo.
Recupera el control de su respiración, sale de la entrada de JungKook y empieza a besar los muslos, abdomen, pecho, pezones, sus manos, los dedos de las manos, el cuello y por último se detiene sobre sus labios.
—Jamás me arrepentiré de haberte escogido —dice el millonario sobre los belfos del contrario mientras aparta los mechones castaños de la frente del menor.
—También te amo —susurra JungKook, acariciando la espalda desnuda y sudada de Raven.
Los se habían escogido y eso los hacía sentirse plenos al estar juntos de todas las maneras que ambos desearán estar unidos.
❁ ════ ❃• - •❃ ════ ❁
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro