31
JungKook y Hope sonríen mientras desayunan, JiMin, los mira a ambos y sonríe.
Chanyeol el cual, se encuentra al lado de su hermano menor hace una mueca con su boca haciendo reír a la pequeña.
El teléfono de la casa suena, la mirada del castaño viaja hasta la del millonario.
—Yo atiendo —dice el menor.
Se pone de pie y Park lo sigue muy de cerca. Mientras que Chanyeol se queda al lado de Hope.
—Dile que aceptas, que vas a marcharte —masculla Raven.
Jeon asiente, coge el teléfono y mira directamente a JiMin pelinegro toma la mano izquierda de JungKook, dándole confianza y apoyo.
—Residencia Raven. Buenos días —atiende el castaño.
—Sabes quién soy, así que dime tú respuesta —habla la madre de JiMin.
Park realiza un pequeño asentimiento, el chico suspira y se anima a responder.
—Voy a irme, accederé a sus peticiones, dejaré a su hijo y me marcharé de Londres junto a mi familia —acota JungKook.
—Es lo que creí —se mofa la castaña. —Tienes solo este día para marcharte —le especifica la mujer.
—Por la noche no estaré más en esta casa —le asegura el menor. —Pero no me iré sin mi hermanita y sin el papel que tiene en su poder —le aclara.
—Primero márchate de la casa, luego hablamos sobre el papel y tu hermana —dice la castaña para luego cancelar la llamada.
—¿Qué dijo? —lo cuestiona JiMin.
—Quiere que me marche de tu casa y luego hablaremos de mi hermana —lo pone al tanto el menor, colocando el teléfono en su lugar.
—Eso es bueno —suelta Park, asombrando a JungKook. —No me mires así, el que ella se tarde en entregarte el papel que te da la custodia de Anne, me da tiempo para idear un plan y para que tú y tú familia le hagan creer que si se van a marchar —le explica el pelinegro.
—¿Estás seguro que esto va a funcionar? —inquiere en voz baja el castaño, acercándose al mayor.
—Haré que funcione, solo confía en mí. Tengo la empresa de seguridad, le diré a los mejores hombres que sigan a mi madre discretamente, voy a cerrarle todas las puertas a ella y a su amante —dice JiMin, abrazando el cuerpo del menor.
—Está bien, solo dime qué debo hacer para explicárselo a mi familia —le pide el chico.
Mientras ellos juntan sus labios escuchan el sonido del timbre, lo ignoran y continúan con su beso.
Joy, entra a la casa de su jefe y va directo a su oficina, toma asiento sobre el escritorio y luego cruza su pierna derecha sobre la izquierda dejando al descubierto parte de su muslo.
—Camile, me informo de tu llegada —habla JiMin, atravesando el umbral de la puerta de su oficina.
—Tengo a los tres mejores agentes de la empresa de seguridad —lo pone al tanto la pelinegra—. ¿Qué quieres que les ordene?
—Tú, nada, yo me encargo de ellos —contesta Park—. ¿Conseguiste el número de la esposa del fiscal?
—Claro, siempre consigo todo lo que me pides, ni siquiera tienes porque preguntar —responde Joy, haciendo reír a JiMin. —La pregunta aquí es —la pelinegra hace una pausa, mientras se baja del escritorio. —¿Qué quieres con ella? —lo interroga acercándose a Park de forma peligrosa. —Raven —susurra de forma provocativa, Joy, ascendiendo su mano hacia el pecho de su jefe. —Sabes que estoy aquí, siempre lo he estado y siempre lo estaré —continúa hablando la pelinegra, acercando su rostro al de su millonario jefe.
—Joy —la llama Park, posando una de sus manos sobre la cintura de la mujer.
—Acá esta su saco y te preparé un coctel de frutas como... —las palabras del castaño se desvanecen, sus pies se detienen y sus ojos se sobresaltan al ver lo que sucede dentro de la oficina de Raven.
—No es lo que parece —dice de inmediato, JiMin.
—Claro —articula JungKook, llevando su mirada hacia la mano del mayor que yace sobre la cintura de su asistente.
—Lo digo en serio, no lo malinterpretes —espeta el millonario, retirando su mano de la cintura de la pelinegra, alejándose de ella.
—Entiendo —comenta el chico.
Da algunos pasos hacia adelante adentrándose a la oficina, se detiene frente a una de las sillas, coloca el saco en el respaldar y el depósito en que se encuentra el coctel de frutas lo deja sobre el asiento. Se gira sobre sus talones y sin decir una palabra camina hacia la salida.
—Espera, JungKook, detente —le pide Raven.
El castaño deja de caminar, gira solo un poco su rostro y observa al pelinegro sobre su hombro.
—Ven acá —le suplica el mayor.
—No, es una reunión entre ustedes, no quiero interrumpir —suelta el castaño, para luego proseguir.
—Joy, espera en el auto. JungKook, regresa aquí —les ordena a ambos. —¿No escucharon? —se dirige el millonario a ambos.
La pelinegra camina hacia la puerta y JungKook por su parte, decide ignorar la orden su esposo.
—JungKook, no me hagas ir por ti, regresa aquí ahora mismo —le ordena nuevamente con tono más fuerte.
—Sabes que no entrare de nuevo si continúas hablándome de esa manera —le aclara el menor.
—Entra —articula entre dientes el mayor. —Por favor —agrega.
El castaño se da la vuelta y regresa a la oficina, se queda de pie al centro con sus brazos cruzados pegados a su pecho, mira el escritorio dándose cuenta que está un poco empañado. Ríe bajo y niega.
—Debo cuidar a Hope y encontrarme con mi familia, sino tienes nada que decir me iré —dice el chico.
—¿Me crees? —le pregunta Raven, aludiendo el comentario anterior del castaño.
—Te creo —acota el menor.
JiMin se acerca a JungKook.
—Pero sigues dejando que se siente sobre tu escritorio y te muestre sus piernas, dejas que te toque y hasta tú la tocas, pero claro que te creo. ¿Por qué no debería hacerlo? —sonríe el castaño de forma sarcástica, luego de haber hablado de forma rápida.
—Estaba por alejarla de mí, por eso coloque mi mano sobre su cintura —le explica Park.
—Ok —se limita a decir el chico.
—JungKook, lo digo en serio —insiste JiMin, tomando con sus manos el rostro del menor. —¿Qué quieres que haga? —indaga. —Dímelo y lo haré —susurra, juntando la punta de su nariz con la del menor.
—No lo sé, JiMin, es tú empleada. Solo quisiera que dejará de estar lanzándosete cada que están solos, que es casi todo el tiempo, quisiera que le especificaras que debe sentarse en la silla no en el escritorio o casi sobre ti. Pero eso es lo que yo quisiera, no lo que tú quieres —dice alterado el castaño. —Escucha, JiMin —habla en voz baja, JungKook. —Yo no puedo darte ordenes y no quiero hacerlo. No quiero estar a tú lado para obligarte hacer cosas que no deseas hacer o cambiar, solo te pido que pienses un poco más las cosas y que pienses en que sería lo más conveniente para ambos, porque mi intención no es lastimarte y espero que la tuya tampoco —culmina el chico.
—Cuando terminemos con todo lo de mi madre, te prometo que empezaremos de nuevo —dice Park, dejando un beso sobre la frente del menor. —Por ahora solo te pido que confíes en mí —le recuerda el millonario. —No me gusta, Joy. Me gustas tú —articula el pelinegro sobre el parpado izquierdo de JungKook. —No quiero a Joy a mi lado. Te quiero a ti —besa el otro parpado. —No quiero sus manos sobre mi cuerpo. Quiero las tuyas —ahora deja un beso sobre la nariz del menor. —No quiero sus abrazos, solo quiero los tuyos —besa la mejilla derecha del castaño—. No quiero las caricias de Joy. Solamente quiero las tuyas.
Mueve su rostro y se detiene frente a la nariz del chico rozando unas cuantas veces la del contrario, para luego llevar sus labios hasta la mejilla izquierda de JungKook.
—No quiero sus besos. Quiero los tuyos todos los días a cada segundo —detiene su rostro frente al del castaño.
Mira su rostro con un leve rubor sobre sus mejillas, detiene su vista sobre sus parpados con los cuales lucha para mantener sus ojos cerrados, el mayor sonríe y luego posa sus belfos de forma suave sobre los labios esponjosos del menor.
—No quiero a nadie que no seas tú a mi lado —confiesa Raven, sobre los regordetes labios de JungKook. —¿Entendiste? —lo cuestiona mientras sonríe.
—Entendí —murmura el menor, ladeando su rostro en el momento que siente el rozar de los labios del millonario descender sobre la piel de su cuello.
—Eres hermoso, corderito —susurra JiMin, sobre la piel del cuello de JungKook.
—Te quiero —balbucea el castaño, con sus ojos cerrados disfrutando de los besos que Park le da en su cuello, mientras él se encarga de acariciar el cabello del mayor.
—¿Qué dijiste? —pregunta el millonario, dejando de besar el cuello del menor.
—Lamento interrumpir, pero mi padre y Sana esperan por nosotros en la salida de atrás —habla Chanyeol. —Hope, esta lista —le asegura a su hermano.
—Voy a mandarte la dirección del hotel cuando sepa en cual nos quedaremos —dice JungKook alejándose de JiMin.
—Iré por Hope, en la noche —le especifica Park. —Sé cuidadoso —le pide Raven al castaño.
—Lo haré —asiente el menor, sonriendo.
—Gracias, Raven —agradece Chanyeol.
—Lo hago porque lo quiero a mi lado —comenta JiMin mirando al hermano de JungKook.
—Lo sé —murmura Chanyeol. —Es hora, JungKookie —añade el peligris.
El castaño se acerca nuevamente a su esposo, enrolla sus brazos sobre el cuello del mayor, se coloca un poco de puntillas y besa los labios del pelinegro, tomándolo desprevenido.
—Estaré esperando por ti, amorcito —dice entre el beso el chico, haciendo reír al millonario.
Se besan un poco más y disminuyen la velocidad de sus besos al escuchar el carraspeo que hace Chanyeol.
JungKook, aleja un poco su rostro del de Raven, se miran mientras se sonríen mutuamente, el castaño posa sus belfos sobre los de Jeon nuevamente.
—JiMin —susurra el menor sobre los labios del millonario para luego alejarlos manera lenta solo unos escasos centímetros para volver a susurrar una vez más—. Te quiero.
Deja un último beso sobre los belfos de Raven y luego sale de la oficina de su millonario esposo.
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