30
JiMin mira a JungKook caminar hacia la puerta, ve la bolsa que el castaño le ha entregado, sin pensarlo se pone de pie luego de haber escuchado como la puerta se cierra.
Abre, sale de la habitación y acelera sus pasos y con su mano izquierda consigue sostener el antebrazo derecho de JungKook.
—No te irás, no lo harás —lo detiene el millonario.
—Estás lastimándome —le hace saber JungKook, intentado no dar la cara para que Park no mire sus lágrimas. —Suéltame —le pide el menor.
—No —se limita a decir Park.
Camile los mira a ambos, se gira y regresa hasta las escaleras, las baja sin mirar a la pareja.
—Camina —ordena JiMin.
—Te dije que...
—No me interesa lo que dijiste, así que camina —le exige Park, forzando a JungKook a caminar.
Llegan a la habitación y sin cerrar la puerta, el mayor, toma el mentón del castaño y lo obliga a que lo vea.
—Explícate —le exige el pelinegro.
—No hay nada que explicar —replica JungKook, derramando unas cuantas lágrimas.
—¿Entonces porque lloras? —lo cuestiona el millonario—. ¿Quieres marcharte en serio?
Jeon se queda silencio, no dice nada, solo mira la silueta de Raven frente a él.
—Vas a irte después que te he dicho que me gustas, que te quiero a mi lado y que me tienes. ¿Vas a marcharte en serio?
—Lo siento —susurra el castaño.
—Dime la verdad —le pide JiMin.
—No hay una verdad —miente el menor.
—Bien —dice Park, molesto. —Entonces vete —suelta de sopetón, Raven, sorprendiendo al menor. —Hazlo, vete. Quieres irte después que me abrí a ti, hazlo, márchate —habla con desesperación, Park, señalando la puerta de la habitación. —Y toma —le entrega la bolsa con dinero—. No necesito el maldito dinero de la cláusula.
El pelinegro se aleja del menor, se cruza de brazos y ambos se miran mutuamente sin articular y dirigirse una sola palabra por unos minutos.
—¿Por qué no te marchas? Dijiste que te marchabas, hazlo —rompe el silencio, Raven.
—Eres un maldito idiota —suelta JungKook, lanzando el dinero al suelo.
—Yo soy el idiota —se señala Park, mientras repite las palabras del menor—. ¿No eres tú? Dices que te vas, pero sigues en mi propiedad.
—Debo irme —habla en voz baja, JungKook.
—Entonces hazlo, no voy a obligarte a qué sientas algo por mí. No puedo obligarte a qué me quieras como yo te quiero y a qué te abras a mi como yo lo hice.
Park se gira.
—Si lo hago —susurra Jeon.
JiMin lo mira sobre su hombro.
—Siento lo mismo que tú sientes por mí, al inicio no, pero tú cambiabas a mi lado y, aunque me negaba a sentir algo por ti, al final tuve que aceptarlo al saber gustabas de mí, pe...
Las palabras que JungKook quiere seguir expresando son interrumpidas por los labios del millonario. Las manos de JiMin se posan sobre las mejillas húmedas del menor y los brazos del castaño rodean la cintura del pelinegro, fundiéndose en un necesitado y deseado beso.
—Sabía que no estaba equivocado —susurra Raven, sobre los belfos del menor.
—No, espera —lo detiene JungKook. —Debo irme —insiste el menor.
—JungKook. ¿Acaso soy yo el que está interpretando mal tus palabras?
El castaño niega.
—Dime lo que sucede —le pide nuevamente, JiMin.
—No puedo —murmura el chico.
Raven bufa, molesto.
—¿Por qué no puedes decírmelo?
—Es complicado —dice el castaño.
—JungKook —escuchan una tercera voz.
Ambos giran sus rostros hacia la puerta de la habitación.
—Chanyeol. ¿Qué haces aquí? —pregunta el menor, alejándose de JiMin y acercándose a su hermano. —Lo lamento, JiMin. Nos iremos ahora mismo —se disculpa el castaño cuando ha llegado frente a su hermano. —Muévete, Chanyeol —le ordena JungKook, con sus ojos llorosos.
—¿Qué? No —suelta el mayor de los Jeon, evitando que su hermano lo tome de la mano.
—¿Qué mierda haces, Chanyeol? Ven acá —le súplica el castaño al ver al peligris acercarse a Park.
—Debes ver esto —se dirige el hermano de JungKook al millonario.
Raven, toma el celular que el peligris le extiende, reproduce el vídeo y mira a JungKook y a Chanyeol salir de su casa y luego ve a su madre salir del auto.
—Fue por la mañana —le informa el peligris.
—Chanyeol, vas a estropearlo todo —lloriquea desesperado el castaño.
—¿Es ella la razón por la cual quieres marcharte o es otra? —lo confronta JiMin.
—Déjalo así —es lo único que dice el chico.
Park ignora las palabras de JungKook y continúa escuchando y viendo el vídeo.
—Él no quiere irse, no quiere dejarte. Se enamoró de ti, te lo seguro —habla con seriedad, Chanyeol—. Mi padre grabó el video desde mi auto, cuando llegamos a casa me lo entrego, lo ví y conduje hasta acá para impedir que mi hermano menor sea infeliz y para que nos ayudes con nuestra hermanita.
El millonario alza su rostro, da dos pasos hacia el frente, le entrega el celular a Chanyeol y camina hasta el castaño.
—Voy a preguntártelo solo una vez más, corderito —dice Park, limpiando con el dedo pulgar de su mano derecha el rostro de JungKook. —¿Quieres marcharte?
El castaño mira fijamente al pelinegro, sorbe su nariz y traga grueso.
—No —susurra—. No quiero marcharme, no quiero dejarte.
JiMin asiente, extiende sus brazos y atrae el cuerpo del castaño hacia el suyo, lo abraza fuertemente reconfortando a ese chico que había comprado para fingir estar casado, pero del cual se terminó sintiendo atraído hasta el punto en el que actualmente se encontraban.
—Todo estará bien, su —afirma el millonario. —Te prometo que tú hermanita no irá a un hogar aditivo y que tú familia no perderá nada de lo que mi madre dijo —le asegura Raven, limpiando las lágrimas que recorren el rostro del castaño. —Necesito que confíes en mí y dejes que me encargue de esto —le explica Park—. Dijiste que me dejarías ayudarte. ¿Lo recuerdas?
JungKook asiente, además de hacer un sonido de afirmación con sus cuerdas vocales.
—Todo va a estar bien, corderito. Te lo aseguro.
El castaño alza sus brazos, coloca sus manos en la parte trasera del cabello de Jeon y empieza acariciarlo.
—Lo siento —se disculpa el menor, sin dejar de jugar con los mechones negros del cabello del mayor.
—Está bien —balbucea JiMin, cerrando sus ojos disfrutando de las caricias que el castaño le regala. —Entiende que me tienes —comenta Raven, posando su frente sobre la de Jeon.
—Lo entiendo —susurra JungKook, acercando sus labios a los de Park.
Deja sus labios tan cerca que deja un casto rozar en la piel de los belfos del mayor aspirando las respiraciones complacidas que el pelinegro, suelta.
JungKook posa sus labios sobre los de JiMin, el millonario se toma su tiempo para explorar la boca del chico, habían iniciado un beso, un beso que iba ser seguido por otro más profundo y con más deseo y anhelo de no separar sus bocas.
Sus besos ahora sonn provocativos, amorosos, juguetones y cariñosos. Los labios de Raven se habían apropiado de los labios del castaño como si fuesen los suyos, los acaricia y saborea con su lengua, se detiene y mordisquea el labio inferior y regordete del chico haciéndolo estremecer. Se separan por un momento, JiMin sonríe coquetamente y JungKook responde a su sonrisa de la misma manera.
Escuchan a Chanyeol salir de su habitación, se miran fijamente divertidos y prosiguen con sus rondas de besos, dejando que sus lenguas jueguen al mismo tiempo que las manos de Park recorren lentamente la cintura, espalda baja y glúteos del castaño. Durante sus besos sus corazones se conectan, se entregan el uno al otro, tal cual y como ambos lo estan haciendo mientras el chico continúa acariciando el cuello y cabello del pelinegro, dejando que los minutos y las horas pasen mientras disfrutan de la cercanía del contrario.
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