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24

—No olvides la corbata —le recuerda el castaño, acercándose al pelinegro.
JiMin, alza su vista mientras termina de atarse las agujetas de sus zapatos de vestir color café.

—Ven acá —le pide el mayor, tomando la mano del chico, evitando que lo deje solo en la habitación.

JungKook sonríe, extiende sus brazos, eleva el cuello de la camisa de Park y le coloca la corbata.

—Voy arrugar tu pantalón —espeta el castaño, concentrado en realizar el nudo a la corbata de Raven.

—No importa —susurra JiMin, dejando besos sobre el cuello de JungKook.

—Quieres detenerte, por favor, estoy intentando arreglar el nudo de tu corbata —lo reta el menor.

—No puedo —habla sobre la piel del cuello de Jeon. —Y lo más importante, no quiero —dice el pelinegro, llevando su mano derecha al rostro del castaño.

—JiMin —lo llama el chico.

—Solo un beso —habla en voz baja y coqueta el millonario.

—Siempre dices lo mismo, y lue… —el menor es interrumpido por la boca del pelinegro que se posa de forma lenta y sensual, sobre los belfos del castaño.

JungKook había evitado a toda costa el tocar el tema de la confesión de Raven, hace más de una semana. Intentaba mantenerse al margen y continuar con sus planes, aunque no niega que su millonario esposo de mentiras es demasiado atractivo y sexi, le encantan sus besos. La forma en la que sus caricias le hacen olvidar todas sus preocupaciones principales, pero no puede corresponderlo de la misma manera sentimental, no de la manera en la que JiMin lo hace.

Actuaría como siempre lo hacía con sus compradores o sus alquiladores, no podía arriesgarse a dejarse llevar por sus sentimientos. Es la vida real, no una estúpida película en la cual, el millonario se enamora verdaderamente del chico que ha comprado para obtener una empresa y la custodia completa de su sobrina.

—Dijiste solo un beso —le recalca con voz agitada el menor, sobre los labios delgados del mayor.

Dos toques se escuchan en la puerta de la habitación, JungKook se aleja de JiMin, y lo mira fijamente.

—Detente —lo señala, intentando recobrar el aliento.

—Buenos días, Joven Raven. La señorita Roxanne, de servicio social se encuentra en la sala —les informa la sirvienta.

—Vamos en seguida —alza su voz JungKook, levantándose del regazo de Raven. —Date prisa —le pide al pelinegro.

El millonario se pone de pie luego de ver salir al chico de la habitación, toma su saco y alcanza a JungKook en las escaleras. Hope, mira a su tío y extiende sus bracitos en su dirección.

El menor sonríe al ver que JiMin, ya no protesta por tomar en brazos a su sobrina, toma el saco del mayor luego que ha tomado a la rubia.

—Buenos días —saluda el castaño a la trabajadora social.

—Señor Raven —saluda castaña, mirando al millonario.

—Roxanne —articula JiMin, tomando asiento en el sillón más grande al lado de JungKook.

—Saluda, Hope —le pide el chico a la pequeña.

—O-a —dice la niña, haciendo reír a la trabajadora social.

—JiMin y JungKook. ¿Verdad? —habla la castaña, sacando de su cartera una carpeta.

—Sí —responde el menor, nervioso.

—¿Cómo se siente, JungKook? —pregunta la mujer al chico.

—Bien, muy bien, gracias por preguntar —responde el castaño.

—¿Pasa el señor Raven, tiempo con nuestra Hope? —realiza otra pregunta la trabajadora social, dirigida una vez más hacia, JungKook.

—Sí, cuando regresa del trabajo juegan juntos y me ayuda dormirla —contesta con claridad, Jeon.

—¿Trabaja, JungKook? —continúa con las preguntas la castaña.

—No por el momento —contesta el chico.

—Entonces pasa la mayoría del tiempo junto a Hope —dice Roxanne, mientras anota sobre una página.

—Sí, Hope y yo pasamos juntos, hasta que JiMin regresa del trabajo —agrega el castaño.

—¿Entonces el tío Raven, ahora es responsable? —interroga Roxanne, ahora al dueño de la casa.

—No como usted y servicios sociales desea, pero sí como Hope y mi esposo lo merecen —responde el millonario, mirando fijamente a la castaña.

—Entiendo —masculla la mujer, sonriendo. —Tendrán que visitar juzgado —dice Roxanne, ganándose una mirada desagradable por parte de JiMin. —No me vea de esa manera, señor Raven. Usted y sus actos lo llevaron a esto, el juez dará el dictamen si la pequeña permanecerá bajo su custodia como su hermana lo pidió, o si la pequeña será entregada a custodia compartida entre su madre y su hermano —informa mientras se pone de pie.

—Ella debe permanecer a mi lado —insiste JiMin, poniéndose de pie luego de haber bajado de su regazo a Hope.

—No está en mis manos, Raven —dice en voz baja, Roxanne.

—Mi hermana me dejo la custodia —le recuerda el millonario.

—Todos lo sabemos, pero si tanto la querías a tu lado no debiste demostrar lo contrario —lo confronta la trabajadora social. —Recibirán una carta con el día y la fecha para visitar el juzgado. Hope debe ir con ustedes —les especifica la castaña.

El menor asiente, mientras mira de forma preocupada al pelinegro.

—Un gusto, JungKook. Adiós, Hope —se despide de ambos.

—Igualmente —espeta el chico.

—Bye —dice Hope en despedida.

Roxanne sale de la casa, JungKook se queda en silencio observando a Hope, suspira y decide no decir una sola palabra, al mayor por ahora.

—No puedo perder la custodia de Hope —habla JiMin.

—No lo harás, cálmate —le pide JungKook. —Ven Hope —llama a la pequeña, extendiéndole sus brazos para cargarla. —Vamos —se dirige el menor al pelinegro.

—¿Adónde? —pregunta Raven, con su ceño fruncido.

—Llévanos al super mercado, necesito algunos ingredientes para cocinar —acota el menor, mientras camina hacia la puerta.

—Mark, puede llevarte —dice con desagrado, el mayor.

—Yo quiero que me lleves tú. ¿Te cuesta tanto hacerlo? —lo cuestiona el castaño, de pie bajo el umbral de la puerta.

Park se queda en silencio, el chico asiente y se gira mientras carga a Hope.

—Bien, gracias. Le diré a Mark, que me lleve —dice molesto JungKook, saliendo de la casa.

Raven recoge su saco y sale de su casa a pasos rápidos hasta llegar donde JungKook y su sobrina se encuentran.

—Sube a la camioneta —le ordena el pelinegro, con voz para nada agradable.

—No, gracias, no pienso dejar que nos lleves cuando estás molesto por algo que no provocamos Hope y yo —dice a la defensiva el menor.

—Mierda —masculla JiMin.

El castaño lo observa con seriedad.

—Ve a tu trabajo, estoy seguro que Joy, estará feliz de ayudarte a desestresarte —suelta el menor.

—JungKook, sube a la camioneta —le pide el pelinegro.

—Ya dije que no —espeta entre dientes.

—Bien, bien —murmura el mayor, acercándose a JungKook y a Hope. —Lo siento, lo digo en serio. Ahora sube a la camioneta, te llevaré al supermercado para luego ir al trabajo —le pide Raven, rodeando la cintura del menor con su mano izquierda.

JiMin toma a su sobrina y la sube a su sillita, mientras JungKook, aguarda fuera de la camioneta.

—No necesito a Joy, no vuelvas a decir lo que dijiste —dice acercándose al menor. —Ya te dije que me gustas, te tengo a ti ahora —susurra JiMin, sobre los labios del castaño. —Me crees, ¿verdad? —lo cuestiona, luego de haber besado los labios del chico.

—Sí, claro que sí —responde, nervioso, JungKook. —Vamos —agrega, dejando un último beso sobre los belfos del pelinegro, para luego entrar a la camioneta.

Tal y como JungKook, se lo pidió. Raven, se encarga de llevarlo al supermercado he incluso hasta acompañarlo.

Mientras el menor busca los ingredientes que necesita, el pelinegro empuja una carretilla grande en la cual, Hope, viaja como una reina en una sillita, señalando algunas cosas que le llaman su atención.

—Listo, solo voy por cebollas —dice el castaño, introduciendo lo que ha escogido a la carretilla.

—¿Por qué…?

—No preguntes —le pide Raven, cuando se ha dado cuenta que JungKook, ha visto los juguetes dentro de la carretilla.

—Claro, las peticiones de Hope, son tu debilidad —bromea el castaño, mientras ríe.

—También las tuyas —le hace saber el millonario, provocando que las mejillas de JungKook, se tornen un poco rojizas.

—Ve por helado de chocolate, por favor —le pide el chico.

JiMin sonríe, gira la carretilla y va por lo que su esposo le ha pedido.

Ambos se encuentran en la caja, Raven, se gana algunas miradas de personas que lo reconocen dentro del supermercado. Mientras espera pagar, JungKook sale del supermercado junto a Hope, cuando están por llegar a la camioneta una voz conocida los detiene.

—Mi dulce, Hope —habla Dave, saludando a su sobrina.

—¿Qué haces? —lo cuestiona JungKook, molesto.

—Te vi salir en el supermercado y quise pasar a saludarte —contesta el hermano menor de JiMin.

—Creí haber sido claro contigo la vez anterior —le recalca el castaño.

—Solo quiero conversar contigo —insiste Dave.

—Dios, que parte no entiendes —espeta JungKook, frustrado.

—¿Qué haces aquí, Dave? —indaga Park, dejando la carretilla atrás.

—Vi a tu esposo y a mi sobrina, y quise saludarlos como la vez anterior —responde el rubio, enfureciendo a JiMin debido a su respuesta.

—¿Vez anterior? —cuestiona Park al castaño.

—Olvide decírtelo —murmura JungKook. —Escucha Dave, deja de seguirme, si tienes algo que decirme, dímelo frente a tu hermano, mi esposo. No me gusta que me acusen e insinúen cosas que no vienen al caso —dice molesto con el hermano menor del millonario.

—No tienes nada de qué hablar con JungKook, Dave —se dirige Raven a su hermano. —Ten —dice JiMin, entregándole las llaves de la camioneta a JungKook.

—Podrías escucharme antes de que te marches —le pide el castaño.

—Te escucho —susurra JiMin.

—Se acerco a mí la vez que fui por la cesta de frutas que me pediste, iba a decírtelo, pero cuando llegue a tu oficina discutimos, luego nos besamos y olvide comentarte que tu hermano insiste en querer hablar conmigo, mientras tú no estás presente —le comenta JungKook de forma rápida.

—Está bien —se limita a decir el mayor, para luego introducir las compras al baúl de la camioneta.

—¿No me crees? —duda el castaño, desilusionado.

Toma a Hope, pasa frente a Dave, lo ignora y deja a la pequeña en su sillita.

JungKook, se gira y se encuentra con el cuerpo de JiMin, frente a él.

—Te creo —asevera Park, posando su frente sobre la del castaño. —Pero cosas como esas debes decírmelas, antes que mis besos y caricias te hagan olvidarlo —le pide Raven.

—Lo haré —le asegura JungKook.

—Desde ahora, saldrás con Mark si yo no puedo acompañarte —le ordena el pelinegro.

—¿Por qué? —inquiere a la defensiva, el menor.

—Porque conozco a mi madre y conozco a mi hermano, corderito —contesta JiMin, acariciando el rostro de JungKook.

—Está bien —murmura no tan convencido el castaño, posando sus manos sobre la cintura del mayor.

—Dave, me llevara al trabajo, hablaré con él.

JungKook, asiente a lo que el millonario le ha dicho.

—Nos vemos en la noche —susurra JiMin sobre los labios de Jeon.

—Sí —habla entre el beso el menor. —Nos vemos en la noche —articula, rozando sus labios contra los de Raven.

—Vamos, Dave, llévame al trabajo —le ordena JiMin a su hermano.

JungKook sube a la camioneta luego de ver partir a Dave y a su esposo.

El castaño siente temor, luego de que el mismísimo JiMin, le confesará y aclarará la desconfianza que tiene hacia su propia madre y su hermano. Después de todo, Camile, tenía razón, vivir en el mundo de los Raven, no es para nada fácil.

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