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23

JiMin, se encuentra dentro de la camioneta esperando por JungKook. El menor baja a toda prisa las escaleras, se despide de Hope y Camile y sale de la casa del millonario.
—Gracias Mark —susurra el castaño, el gesto de abrirle la puerta trasera de la camioneta. —Me disculpo —dice JungKook, dirigiéndose a Park, el cual se halla en una conferencia por medio de una vídeo llamada dentro de la camioneta.

En la mayoría del trayecto al nuevo bar de Raven, Jeon se distrae escuchando las voces que salen de la bocina de la tableta del mayor, mientras mira hacia fuera a través de la ventanilla.

JiMin, apaga la tableta cuando ha terminado, acomoda su saco y cierra sus ojos por unos momentos.

—Llegamos —anuncia el chófer.

El pelinegro, baja de la camioneta, JungKook se queda en silencio mientras se miran con el chófer de forma divertida.

—Vamos —escucha la voz de Park, luego de haberle abierto la puerta.

—Gracias Mark, nos vemos —se despide el castaño de su amigo. —¿Por qué ellos? —pregunta JungKook, sin formular bien la pregunta, señalando a los guardaespaldas frente a ellos.

—Porque soy yo —articula JiMin, con una sonrisa ladina, ofreciéndole su brazo al castaño.

—Claro, había olvidado lo engreído que eres —espeta el chico, tomando el brazo de su esposo.

—Van a fotografiarnos —le hace saber el mayor, mientras caminan sobre una alfombra roja rodeada por fotógrafos.

—Porque eres tú —comenta JungKook, mirando a JiMin mientras sonríe, haciendo sonreír de igual manera al pelinegro.

Luego de una incómoda sesión de fotos para JungKook, entran al bar, las miradas recaen sobre ellos, mientras ambos recorren el lugar recibiendo demostraciones de lo que se hace en cada sesión del bar.

—Es increíble —vocifera JungKook, mirando las mesas y sillas cómodas, en las que están los invitados de lujo de su esposo. —Todo luce genial —continúa el menor, halagando el nuevo bar que su esposo millonario ha abierto.

—¿Qué quieres hacer? —le pregunta JiMin, deshaciéndose del agarre de JungKook de su brazo, para rodear la cintura del castaño y acercarlo más a él.

—Comer, tengo hambre —contesta entre risas nerviosas el menor.

—Ok, entonces vamos por algo de comer —habla el pelinegro, encaminando a JungKook hasta una de las mesas en las que el chef cocina frente a los clientes. —Por cierto —susurra Park, mientras Jeon toma siento. —Te ves hermoso —lo elogia, haciendo que las mejillas de JungKook se pongan de un tono color rosa y sus manos heladas.

—Gracias, tú también te ves guapo —admite el castaño.

Sin saber el remolino de emociones que ese simple comentario causa en el corazón y sentimientos del millonario.

El mayor, acerca su rostro al del menor, cuando ya ambos se encuentran sentados uno al lado del otro.

—¿Vas a besarme o qué? —lo cuestiona JungKook.

—Claro que lo haré —afirma el millonario, llevando su mirada hasta los labios regordetes de su esposo.

—Raven, los accionistas esperan —interrumpe Joy.

—Genial, siempre tan oportuna —habla el castaño, girando el banco en que se encuentra para ver a la pelinegra.

—Voy enseguida —espeta Park con seriedad.

Gira el banco en el que JungKook se encuentra y besa los labios del castaño tomándolo desprevenido.

—Volveré pronto —murmura sobre los belfos de Jeon.
                                   
—Claro —susurra JungKook, descendiendo su mano sobre el abdomen del mayor.

El millonario deja al castaño solo, Jeon mira hacia el frente y mira al chef dándole la espalda mientras prepara algo.

—Podría regalarme agua, por favor —se dirige JungKook a uno de los meseros.

—¿JungKook? —escucha el castaño decir.

Regresa su mirada al frente y observa a alguien que sabía que en más adelante volvería a ver.

—Joseph —pronuncia admirado JungKook, luego de beber un sorbo de agua.

—Si eres tú —lo señala el chef. —¡Dios! no esperaba volver a verte tan pronto —dice Joseph, sonriendo ampliamente.

—También estoy sorprendido de verte —masculla el menor, al ver al último hombre que lo alquiló antes de ser comprado por JiMin.

—¿Qué te parece un poco de carne de cerdo? —lo cuestiona el chef.

—Mas vale que te des prisa, muero de hambre —responde JungKook, haciendo reír a Joseph.

—Entendido —dice el chef, empezando a cocinar frente al castaño.

Raven, por su parte, habla un poco sus accionistas y sus invitados de lujo, lo felicitan por el hermoso y llamativo bar que como franquicia Raven ha lanzado. El pelinegro se mantiene entretenido hablando, toma una copa de vino y decide mirar hacia el sitio en el que dejo a JungKook.

Lo observa desde lejos sentado mientras come y el chef habla con él, desvía su mirada y deja su copa a un costado para bailar con la esposa de Murray. Al terminar la pieza de la canción se despide de la mujer y toma la copa con el poco de vino dentro, lo bebe de un solo trago observando a JungKook riendo y bailando con el chef.

—Me voy —dice el pelinegro.

Joy lo mira asombrada, se pone de pie y niega.

—No puedes irte —le dice, poniéndose frente a él.

—Claro que puedo, ahora muévete —le ordena Park.

—Raven, es solo ese chico —espeta la pelinegra desesperada.

—Ese chico se llama JungKook, y es mi esposo —habla con seguridad el millonario pasando de largo ante su asistenta. —Interrumpo algo —articula entre dientes Raven, cuando esta frente a JungKook y el chef.

—JiMin —dice el castaño, entre risas siendo sostenido por los brazos de Joseph. —Él es Joseph, me alquiló antes de que tú me compraras —le explica el menor en voz baja, mientras la vista de Park esta fija en las manos del chef, que sostienen y tocan la cintura del castaño. —Me enseñó un poco a cocinar y... —las palabras de JungKook son acalladas, cuando JiMin lo toma de uno de sus antebrazos y lo atrae hacia él de forma brusca. —¿Qué te sucede? —le pregunta el menor asustado y molesto, al sentir el fuerte agarre en su antebrazo derecho.

—Un gusto Joseph, continúa trabajando a menos que quieras perder el empleo —se dirige Raven al chef.

—Suéltame —le pide JungKook.

—Guarda silencio, corderito, estoy despidiéndome de tu amigo y mi chef —le hace saber el pelinegro.

—JiMin, no te comportes como un imbécil —le pide JungKook, mientras caminan hacia fuera del restaurante.

El mayor detiene un taxi y hace que JungKook suba con él, no dice una sola palabra, suelta bufidos fuertes y suspiros desesperantes, que ponen los vellos de Jeon erizos.

Park se retira el corbatín y lo lanza hacia la calle, el menor lo mira, niega y procede a ignorarlo.

Cuando el taxi estaciona frente a la casa del millonario, JungKook baja del taxi al igual que JiMin. El castaño camina hacia la casa mientras el mayor le paga al taxista.

—Espera —le ordena Raven.

—Eres un maldito arrogante, demente bipolar —habla JungKook, adentrándose a la casa del millonario.

—Te dije que esperes —le recuerda Park.

—No me interesa lo que me dijiste —espeta furioso el chico.

JiMin trota hasta alcanzar a JungKook, abraza su cintura con su brazo derecho, lo alza y camina hasta las escaleras. Las sube de esa manera cargando al castaño mientras intenta soltarse.

Llegan a la habitación de ambos, Raven suelta a Jeon y cierra la puerta.

—Déjame salir —exige JungKook.

—No, no lo haré —niega JiMin, acercándose al menor.

JungKook se retira el saco, el chaleco y su corbatín. Por cada prenda que se retira esta es lanzada hacia el millonario con mucho enojo de por medio.

—Si intentas golpearme, juro que voy a demandarte —lo sentencia el chico, mientras los señala y no se mueve de lugar.

—¿En serio me crees capaz de golpearte? —lo cuestiona JiMin, cuando está completamente cerca de Jeon. —No soy ellos, JungKook —le recalca el pelinegro.

—¿Qué es lo que ocurre contigo, JiMin? —lo interroga el menor, mientras siente las caricias de Park sobre su rostro.

—Olvídalos —susurra el millonario, tomando con ambas manos el rostro de JungKook. —Olvídalos a todos —repite de nuevo Park, viendo los ojos de Jeon fijamente. —Por favor —murmura sobre los labios del chico. —Olvídalos a todos —le pide mientras deja pequeños besos sobre los belfos del menor.

—Raven —lo llama el castaño, llevando sus manos a las muñecas del mayor. —¿Qué te sucede? —pregunta con voz suave, JungKook.

—Sucede que me gustas, corderito —confiesa JiMin, acariciando con su dedo pulgar el labio inferior de Jeon. —Olvídalos —vuelve a repetir. —Olvida sus besos —dice el pelinegro. Besando con pasión, anhelo, deseo y cariño los labios de JungKook, el cual no tarda mucho en responder.

Llegan a la cama, JiMin deja al centro a Jeon, le desabotona la camisa al castaño y luego se la retira. Hace lo mismo con su pantalón y su ropa interior para luego de dejarlo desnudo ante él y empezar a tocar cada parte del cuerpo del menor con sus manos y sus labios.

—Olvida sus caricias —susurra Park, sobre la piel del cuello del chico.

Sigue besando y tocando cada parte del cuerpo de JungKook. El menor, suelta pequeños jadeos al sentir la forma en la que está siendo tocado y besado por Raven.

—Olvídate de ellos —musita el mayor, mientras se deshace de su ropa para luego regresar su atención al cuerpo del castaño.

—Raven —gime JungKook, al sentir dos dedos dentro de su entrada.

El castaño cierra sus ojos y lucha por acallar los gemidos de dolor y placer, que los dedos de JiMin le están provocando, mientras prosigue besando su cuerpo.

—Aaah —jadea bajo el menor, llevando sus manos hacia el cabello pelinegro de su esposo.

—Olvídalos —murmura JiMin, sobre uno de los pezones de Jimin.

El mayor retira sus dedos de la entrada del menor, lo mira por unos segundos, siente los ojos de JungKook sobre él, suspira al sentir el palpitar agitado de su corazón, al sentir el tacto de Jeon sobre sus brazos y su pecho.

—Olvídalos —habla bajo Raven, introduciendo su miembro en la entrada de JungKook. —Olvídalos a todos, JungKook —le pide JiMin una vez más, recargando su frente perlada de sudor sobre la del castaño.

—JiMin —articula con dificultad el menor, al sentir los movimientos suaves que empieza a realizar el mayor con su pelvis. —Los olvidaré —suelta JungKook con voz casi inaudible, perdiéndose entre el dolor y placer que las embestidas de Raven le hacen sentir en cada penetración, embargándolo de placer acompañado con pequeño y extraño sentimiento que empezaba a despertar dentro de él. —Lo haré —habla de forma pausada el chico. —Lo haré —dice de nuevo el castaño, sonando más como un gemido, al sentir más fuerte las embestidas de Park, mientras le brinda atención a su miembro.

Después de un tiempo, ambos se corren, Raven mira a JungKook, el cual, acaricia su cabello negro húmedo debido al sudor.

—Olvídate de todo —le pide una última vez el mayor.

—Lo haré —gesticula con voz cansina el menor, sin dejar de acariciar el cabello de su esposo, mirándolo a los ojos. —Me olvidaré de todos, JiMin —le asegura JungKook, mirando el rostro del pelinegro.

—Olvídalos y piensa solo en mí desde ahora.

El castaño sonríe y asiente.

—Solo pensaré en ti desde ahora, Raven —articula el menor, haciendo que JiMin cierre sus ojos y suelte un suspiro.

El mayor cierra sus ojos mientras abraza el cuerpo de JungKook, se aferra él, concentrado en los latidos acelerados del corazón del menor.

JungKook acaricia el cabello de Raven, mientras piensa en las palabras de Park.

¿Cómo se supone que dejará de pensar en el millonario arrogante y engreído? Luego de que se le ha confesado y le ha borrado cualquier rastro de los hombres anteriores con sus manos y besos, haciéndolo sentir deseado y querido por alguien por primera vez de forma real.

Y es que lo que JiMin provoca en él, es completamente distinto a lo que sintió con los demás.

Raven lo lleva al límite de la turbulencia y el orden, es ese lugar donde no hay reglas y te dejas llevar por lo que el cuerpo, el deseo y el corazón anhelan vivir y sentir.

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