*_Los ojos de las sombras_*

Todas las tardes salía, era hermoso pero había algo en él que perturbaba al verlo.

Nadie sabía de dónde era, sólo que cada día hacia su aparición a la misma hora y lugar.

Siempre su rutina incambiable, pasar entre las callejuelas y llegar a aquella pared adoquinada, trepar hasta la cornisa de aquella devastada construcción, salia junto con el ocaso y a cada rayo de luz perdido en el horizonte, le abría camino.

Al oscurecer se perdía su silueta sobre aquella antigua construcción en ruinas, pero entrada la noche solo quedaba hasta la madrugada el brillo de aquellos penetrantes "ojos de gato" y una voz a forma de suspiro.

- ¿Me amas doncella míau, aun después de la muerte?