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-¡Me encantan las frambuesas!-dijo una chica viendo una cesta llena a rebosar de estas bayas encima de la mesa de su cocina.

-T/n no te las puedes comer. Son para tu tarta-dijo su madre, deteniendo a la chica de coger un puñado de frutos.

-Pero mamá, solo una-rogó la chica-¡Por favor!

La madre pensó y sonrió. Sabía que su hija no era capaz de comer solo una.

-Está bien, una sola-se dió la vuelta y se dispuso a recoger unos trastos que había sobre la encimera.

-¡Bien!-t/n alargó la mano y cogió dos frambuesas, las cuales engulló.

La madre sabía que cogió más de una pero no le dió importancia.

-Corre a prepararte para la escuela-le dijo mientras la miraba de reojo-, ah y por si quieres del mercado a parte de traer las frambuesas traje fresas. Llévate algunas para el almuerzo.

-De acuerdo mamá-t/n fue a revisar una bolsa y sacó una de fresas. Metió algunas en su propia bolsa para el almuerzo-. Pasaré antes por el cementerio a dejar flores para papá. Seguro le gustaría verme en mi cumpleaños.

-Tienes razón, a tu padre le habría encantado verte cumplir dieciocho.

T/n dejó a su madre y se preparó la mochila para su día de clases, se puso su conjunto favorito y salió al jardín a cortar unas flores amarillas, el que había sido el color favorito de su padre.

Cuando todo estuvo listo cogió la pokeball de su compañero y se despidió de su madre.
Salió de casa y fue tarareando una canción mientras que daba pequeños saltos de emoción. No todos los días uno cumple dieciocho y a demás tiene su tarta favorita esperando en casa a que termine las clases.

Antes de ir a clases, tomó un desvío hacia el cementerio. Esquivó los pokémon fantasma y casi sin buscarla llegó a la tumba de su padre. Había ido allí tantas veces que ya se sabía el camino de memoria.
Se arrodilló y dejó las flores sobre la tumba.

-Hola papá, hoy es mi cumpleaños. Espero no te hayas olvidado-dijo con una sonrisa-. Mamá va a hacer mi tarta favorita, tarta de frambuesas. Está mañana fue al mercado y las compró frescas, también compró fresas, hoy me llevo algunas de almuerzo-cogió la pokeball de su mochila y sacó a su pokémon.

Un rufflet bastante pequeño se sacudió al salir de la pokeball. Miró a la tumba y se inclinó en señal de respeto.

-Ruff.

-Papá, rufflet hace algún tiempo que salió del huevo que me dejaste. Tardó mucho en salir y salió muy pequeño. Pero yo lo quiero mucho. Tú braviary huyó de casa cuando moriste y lo echo en falta, rufflet es todo lo que me queda de ti...-a pesar de la sonrisa en su rostro, su tono de voz era melancólico- Bueno, no tengo mucho más tiempo, me tengo que ir a clase o llegaré tarde. Nos vemos papá. Volveré pronto.

Se puso en pié y rufflet voló hasta quedar en su hombro, miró por un momento la tumba con la flores dio un último adiós.

Volvió sobre sus pasos y tomó el camino a la escuela pokémon.

Llegó justo a tiempo, cuando sonaba la campana de entrada. Con rapidez fue a su clase, saludando y dando las gracias a los compañeros que la veían por los pasillos y la felicitaban por su cumpleaños. T/n estaba en último curso, así que conocía a casi todo el mundo en la escuela.
Se sentó en su pupitre y esperó a que llegase la profesora.

-T/n, felicidades-dijo una voz tras ella.

La chica al reconocer esa voz se volteó y miró a quien la había felicitado. Era su compañero de clase Liam.

-¡Gracias!-respondió ella.

-Te traje un regalo, mira-se agachó para buscar el regalo en su mochila. Entonces llegó la profesora y rogó por silencio y atención-. Bueno, te lo doy luego.

T/n asintió y miró al frente.

Las clases transcurrieron rápidas, pues ese día explicaron los efectos de algunas bayas y ese era uno de los temas favoritos de t/n.

Llegaron a la hora del almuerzo y cada quien salió al patio para encontrarse con sus amigos, pero Liam detuvo a t/n de irse.

-Ah claro, me ibas a dar un regalo-dijo acariciando a pequeño rufflet, el cual estaba en su hombro.

-Si, espera un momento-Liam rebuscó en su mochila y encontró un papelito. Se lo tendió.

-¿Qué es esto? ¿Una carta? Liam, con esto volverías locas a todas las chicas que van detrás de tí-rió la chica mientras cogía el papel con la mano en la que no tenía su almuerzo.

-Jajaja, no, no es una carta. Mírala bien.

T/n desdobló el papel y vió que era un vale por un montón de malasadas gratis.

-¡Malasadas! Me encantan, con esto podré pedir la nueva malasada de baya meloc que hay de edición limitada-guardó el vale en su bolsillo y se comió una de sus fresas.

-Me alegro que te guste-dijo con su característica sonrisa tranquila.

-Bueno, Liam, me están esperando. ¡Nos vemos pronto!-y se fue con rapidez al patio, dejando a Liam solo con sus pensamientos en la clase.

T/n llegó con su grupo de amigas, las cuales estaban debajo de una palmera.

-¡Isobel, Beatriz! Ya estoy, lo siento, Liam me entretuvo.

-¿Liam?-preguntó Beatriz, una chica de cabello rubio-¿El chico popu?

-¿Que quería?-preguntó Isobel, una chica que con suerte media poco más de 1,50.

-No, nada. Me felicitó por mi cumpleaños me dió un regalo, mirad-sacó de su bolsillo el vale y se lo enseñó a sus amigas.

-¡Wow! ¡Con eso tenemos al menos para diez malasadas!-se sorprendió Isobel.

-¡Que dices Iso! ¡Para quince! Se nota que Liam es de buena familia...

-Os invito a malasadas esta tarde en la ciudad, para vosotras y vuestros pokémon también-dijo t/n sonriendo.

-¡Te quiero t/n!-dijo Bea dándole un abrazo.

~•••~

Las tres chicas estaban ya en la tienda de malasadas. Habían pedido seis malasadas, todas dulcesadas, menos la de t/n que era la especial meloc. Se habían sentado en una de las mesas con sus pokémon y estaban todos comiendo.

-Hoy casi llegas tarde a clase, t/n-dijo Isobel tras tragar un poco de malasada-¿Donde estabas?

-Oh eso-dió un bocado a su propia malasada y tragó-, fui a ver a mi padre.

-¿A tu padre?

-Si, al cementerio. Le dejé unas flores y hablé un poco con él. Seguro se alegró de verme-dijo t/n viendo cómo el makuhita de bea comía.

-Lo siento mucho t/n, no debí preguntar-se disculpó Isobel.

-¿De que murió tu padre?-preguntó de pronto Beatriz.

-¡Bea! ¡No seas maleducada!-dijo Isobel dándole un codazo.

-No te preocupes Iso-t/n se aclaró la garganta-. Murió de cáncer cuando yo tenía ocho años.

-Oh, es verdad. Nos lo contaste una vez. Ya no me acordaba-dijo Beatriz recordando todo de pronto.

-Fue de cáncer de pulmón, ¿O fue de páncreas?

-De pulmón-respondió t/n dando un muerdo a su malasada. Comenzó a toser y sus amigas se preocuparon.

-Hey t/n, ¿Estás bien? ¿Se te fue una miga para el lado que no es?-preguntó Bea.

-¿Quieres agua?-preguntó Iso.

T/n negó mientras se daba ligeros golpes en el pecho.

-Creo... Ahg, se me fue todo para el lado que no era-soltó una risa una vez puso respirar normal-. Bueno, ha quedado en un susto.

El slowpoke de Isobel terminó de comer su malasada y entonces se durmió y comenzó a roncar. Ella lo guardó en su pokeball.

-T/n, ten cuidado con eso. Sabes que mi hermano acabó en el hospital por culpa de que se le fue la comida por el conducto del aire-dijo Isobel.

-¡Tu hermano lo que pasa es que es un ansias comiendo!-rió Beatriz.

-¡Hey! Es cierto pero me asusté mucho.

T/n dió un último mordisco a su malasada y le dejó a rufflet que se comiera lo que había quedado. El pokémon pió en júbilo.

Todos terminaron de comer y salieron de la cafetería.

-Oye t/n, Iso y yo nos vamos a hacernos unas fotos en el fotoclub, ¿te vienes?-preguntó Bea.

T/n vaciló por unos instantes.

-Lo siento chicas, tengo que ir a mi casa a hacer los deberes. A demás mi madre me espera con la tarta.

-Claro, sin problema-Iso le dió un pulgar arriba.

T/n comenzó a caminar en dirección a su casa y se despidió con la mano de sus amigas.

Rufflet revoloteaba a su alrededor, investigando todo lo que había por ahí. Entonces se metió por una calle y t/n tuvo que seguirlo.

-¡Ruff! ¿Dónde vas? ¡Vuelve aquí!

Rufflet se detuvo frente a una gran casa y comenzó a comer una baya aranja que había en la entrada. Entonces un eevee trató de espantar al pokemon pájaro. T/n reconoció ese eevee y también a la persona que salió de la casa tras él.

-¿T/n?

-Pues vaya con los azares del destino, ¿Liam?

Liam se acercó a eevee y le dijo que estuviera tranquilo. T/n le ordenó a rufflet que dejara la baya.

-¿Que haces tú por aquí?-preguntó Liam a t/n sonriendo.

T/n no se esperaba encontrarlo ahí, así que tardó un poco en procesar.

-Ruff salió volando, solo lo perseguía. ¿Y tú?

-Vivo aquí.

T/n miró a su alrededor y se dió cuenta que había llegado a la zona de ricos de la ciudad. Se sentía totalmente fuera de lugar.

-¡Oh! Debería irme ya-recogió a su pequeño rufflet en sus brazos y se alejó un poco.

-Espera t/n.

-¿Hm?

-Has usado ya el vale, ¿Cierto?-preguntó Liam.

-¿Qué comes que adivinas?-preguntó t/n descolocada.

El chico rió con delicadeza y se acercó a ella. Sacó un pañuelo de su bolsillo y le limpió la boca.

-Tienes la cara llena de malasada.

T/n se puso colorada. Había estado hablando con Liam con la cara toda sucia. ¿Cómo era posible que ni Isobel ni Beatriz le hubieran avisado de que estaba toda manchada?

-¡Ah! Eh... Gracias supongo...-dejó escapar una risa nerviosa-Lamento las molestias.

Liam arrojó el pañuelo a una papelera cercana y su eevee correteó entre sus piernas.

-No pasa nada.

-Bueno... Yo ya me voy, no quiero molestar más-t/n se dió la vuelta y salió corriendo de allí.

Cuando hubo salido del barrio de los ricos se detuvo y puso a rufflet frente a ella, sujetándolo con sus manos.

-¿Flet?-dijo el pájaro.

-¿¡Cómo se te ocurre!?-exclamó t/n-¿Sabes la vergüenza que he pasado? A demás, que puntería tienes para ir justo a vasa de Liam.

-Ruf.

-Ya, fue sin querer. ¿Pero sin querer queriendo?

-Rufflet-el pokémon negó con la cabeza.

-Está bien, pero que no se repita-dejó a rufflet en su hombro y retomo el camino a su casa.

Cuando llegó a casa su madre la recibió con un trozo de tarta. Le dió un regalo y luego t/n fue a hacer las tareas de la escuela y a estudiar.

Luego pasó por el cementerio una última vez.

-Papá, te extraño-dijo-. Cada «feliz cumpleaños» que paso sin ti no se siente del todo feliz.

Estaba arrodillada en la tierra frente a la tumba.

-Hoy he recibido muchos regalos-continuó t/n-. Iso y Bea me han regalado cada una una pequeña carta, unas chicas en clase me regalaron un bolígrafo que escribe con brilli brilli, mamá me dio paga extra... Ah y un chico en clase me dio un vale por un montón de malasadas gratis-t/n sonrió al recordar el sabor de las malasadas-. Casi no he hablado con él nunca, hasta este año no había coincidido con él en clases y no lo conozco mucho. Me da un poco de cosa hablar con él porque es el popular... No quiero tener a todas sus fans enfadadas conmigo... Bueno, papá, te dejo descansar. Regresaré pronto.

Rufflet se subió la hombro de su entrenadora y ella se levantó.

Dejó atrás el cementerio mientas miraba el atardecer en el horizonte.

~•••~


¡¡¡Alola!!!
Traigo el primer capítulo listo para que lo leáis.

Si, ayer publiqué por impulso el cap 0 y hoy traigo el 1.

Tengo algunas cosas planeadas para esta historia pero voy a ser una escritora brújula con esto.

Quiero decir, que me iré guiando sobre la marcha. Así que traeré capítulos depende de cuan motivada o inspirada esté. Así que no puedo asegurar capítulo semanal, diario, mensual... Solo que de vez en cuando iré actualizando.

También que usualmente hago capítulos de mil palabras, pero para esta historia los haré algo más largos, de dos mil. Siento que los capítulos de mil palabras se me están quedando pequeños jsjsjs.

Solo era eso, espero que os haya gustado el cap. Comentad y votad si os ha gustado.

¡Astro la vista!
✨✨✨

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