Salió fastidiado de aquella fea casa, se acomodó la camisa negra y se dio cuenta que la traía al revés, pero eso no le importó mucho. Dejó soltar un suspiro cansado y miró al cielo que estaba nublado.

En el césped había colillas de cigarrillos y latas de cerveza, dejando en evidencia de que la noche anterior había sido un completo desastre. Su cabeza sí que dolía.

—Eh, Luke —escuchó a sus espaldas, volteó a ver sobre su hombro y quiso reír cuando notó a Michael con un corte en su mejilla pálida.

— ¿Lizy o tu estupidez? —cuestionó viendo la línea enrojecida. El teñido de rojo se encogió de hombros.

—Ambos.

—Tiene sentido.

—Sí, bueno, cómo sea. Tu madre me ha mandado un tonto mensaje, dice que quiere que vayas a casa —comunicó harto porque odiaba tener que ser el mensajero de madre e hijo la mayoría de veces.

Luke no tenía un teléfono y honestamente no le interesaba o intrigaba tener uno, no lo desea, le parecía tonto ser esclavo de un rectángulo lleno de información, información que no dudaba que los del gobierno tuvieran en su poder. Luke realmente aborrecía al capitalismo.

— ¿Ah, sí? —frunció su ceño y asintió—. Por cierto, pedazo de imbécil, ¿Fuiste tú quien me hizo esto? —espetó entre dientes a la vez que señalaba su cabello rubio lleno de tintura negra.

Michael soltó una risa.

—No, fue Layla con un spray, se te quitará pronto —contestó viendo su cabello—. Yo estaba ahí, no te acuerdas de nada, ¿No es así? —el teñido le vio divertido y Luke le lanzó una mirada casi fastidiada.

—Estúpida Layla —escupió pensando en la chica de cabello rosa fluorescente—. ¿Que si recuerdo algo? Ja. A penas y sé algunas cosas que ocurrieron, no sé qué me tomé anoche.

—El amigo de Ginna trajo LSD, te dieron una. Parecías loco, Lizy te ha grabado lleno de sangre falsa en la bañera mientras parecías poseído, fue espelúznate.

—Uhm, ¿el amigo de Ginna? —y claro que aquello fue lo único que le importó al rubio.

—Sí, creo que su nombre es Calum, no lo recuerdo.

—Uhm.

— ¿Celoso?

— ¿Estás imbécil? No, claro que no lo estoy.

Entonces lo dejó solo, comenzó a caminar lejos de aquella casa donde vivía Michael y los demás en las peores condiciones, y trató de no pensar tanto.

Aunque aquello se le fue difícil porque la chica de cabello realmente corto y negro era lo único que rondaba por su mente, quizás y le jodía que Ginna se acercara a otros chicos, pero eso jamás lo iba a admitir. Igual a Ginna no le importaba en lo absoluto Luke.