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Pesadilla/Relación Secreta

AU- ¿?

-Vamos Schiller, tienes que hacerlo mejor, no puedes ser menos que perfecto ¿me oyes?- se escucho una voz que el mencionado conocía bien.

Una voz que lo perseguía hasta el día de hoy y que pertenecía al hombre mas molesto en su vida, quien arruino su pasión por la música y lo separo de sus hermanos.

-Dame 100 abdominales mas, esos músculos no se hacen solos-

-¡Schiller! ¿Qué te dije sobre no usar alisante? Tienes que entender que a nadie le gusta tu cabello rizado, grábatelo de una vez-

-Pero me gusta mi cabello así- respondió Schiller a punto de llorar.

-Eso no vende, anda, deja de llorar y haz lo que digo- volvía a escuchar Schiller

¿Por qué?

¿Por qué no lo escuchaba?

¿Acaso él no tenía valor?

¿Él no importaba?

Tal vez por eso no importaba si se fue.

Nadie lo extrañaría

A nadie le importaría su desapareciera.

¿Mis hermanos me llorarían?

¿Mi abuelo lo haría?

Esto es horrible, no lo quiero, ya no quiero esto.

Yo solo quiero ser libre

¿Acaso no merezco eso?

¿Mi vida solo puede ser miserable?

Schiller empezó a llorar a mar vivo. Era demasiado dolor.

Ya basta

Ya basta

YA BASTA

Schiller sintió un nudo en la garganta tan asfixiante que creyó que moriría. No podía sentir la entrada del aire a sus pulmones ¿es posible morir de asfixia sin tener nada que te apriete el cuello o te bloquee las vías nasales.

Tal vez así se sentía cuando tu alma abandonaba tu cuerpo.

No era tan indoloro como lo dicen en la ficción. Todo lo contrario, es terriblemente doloroso.

Solo quiere que ese dolor se detenga ya.

Incluso con su temor a la muerte, ahora no sonaba tan terrible.

-Schiller-

Una voz

Pudo escuchar su nombre otra vez, pero ahora, además de ser varios tonos mas grave a la voz que él detesta. Tambien tiene un timbre mas amable, cargada con ternura.

-Schiller ¿estas bien?-

-Tranquilo, no pasa nada

-No te angusties-

-Todo estará bien ¿de acuerdo?-

-No llores, por favor-

-No me gusta verte triste-

Esa voz era como un bálsamo para el sufrimiento de Schiller, nunca imagino que pudiera haber alguien que se preocupara por él.

No

No

NO

Debe ser un producto de su imaginación.

Toda su vida escucho como nunca fue suficiente, nunca fue perfecto.

Toda su vida era un desperdició

Schiller podía volver a sentir esa asfixia en su cuello.

Mas fuerte

Mas doloroso

-Por favor, ya basta- logró emitir el pelirosa en un suave murmullo, con el rostro empapado en lágrimas.

-¡Schiller!- volvió a escuchar esa hermosa voz- ¡Despierta!-

-¿Despierta?- la duda cruzo por su mente.

¿A qué se refiere?

Un segundo ¿esto es un sueño?

.

.

.

En ese instante, Schiller despertó de golpe, tosiendo, como si se hubiera estado ahogando y apenas le permitió a sus pulmones respirar.

-Tranquilo- esa voz- ya esta todo bien- le confortaba mientras sentía la caricia de una mano (muy grande) en su espalda.

Cuando el pelirosa pudo enfocar la mirada, vio a un hombre muy alto, fornido, de cabello rubio largo hacia atrás, con una cicatriz en la frente, ojos azules y estaba desnudo.

Su cerebro tardó varios segundos en procesar quien era ese hombre apuesto, el porqué estaba desnudo y porque estaban en una misma cama.

-Mikene- soltó con un saber extraño en la lengua. Como si hubiera estado entumecida por años y apenas pudiera pronunciar algo.

-¿Necesitas algo? ¿quieres agua?- le preguntó el hombre. Respondió al nombre que dijo.

Un clic.

Por fin, Schiller pudo salir de esa extraña neblina en la que estaba perdida su mente.

Ese hombre no era otro que su esposo, su pareja desde hace 3 años, el amor de su vida y su salvador.

Entonces la culpa ataco su mente.

¿Cómo?

¿Cómo pudo permitir que su mente se olvidara de ese maravilloso hombre por solo 1 segundo?

Era peor de lo que siempre se dijo.

Schiller entonces se tallo la cara para causarse dolor en todas partes, hasta cuando su largo y rizado cabello se interpuso, solo lo tomo para jalárselo e irritar su cuero cabelludo.

-Oye, oye- le dijo Mikene alarmado- por favor no hagas eso- le pidió mientras lo sujetaba las manos para que se detuviera- suéltalo cariño- le rogo en un susurro juntando sus cabezas para que pudiera escucharlo.

-Me lo merezco- fue lo único que pudo decir Schiller entre susurros, estaba en un estado de shock.

-No es verdad- le contradijo el rubio- tú eres precioso, por favor no te hagas esto- le pidió acariciando sus dedos para que el pelirosa pudiera relajar sus propias manos y poder soltarse el cabello.

-Pero- dijo mientras giraba la cabeza de forma tosca para verlo a los ojos- yo no te reconocí Mikene- le soltó antes con ríos le lagrimas en sus ojos nuevamente- soy horrible y no te merezco- dijo entre sollozos.

-Yo te amo- fue lo único que le dijo en respuesta el mayor.

Cuando pudo hacer que Schiller soltara su cabello, el rubio aprovecho el momento para abrazarlo, poniendo la cabeza de su esposo en su pecho y acariciando esa hermosa melena que tanto enorgullecía a su pareja.

-Eres precioso ¿sabes?- empezó a hablar Mikene sin dejar de mimar a su esposo- eres perfecto tal cual eres, no necesito mas que estar a tu lado, comer contigo y disfrutar de la puesta de sol a tu lado- empezó a relatar.

Esas palabras y el latido del corazón de Mikene aliviaron al corazón de Schiller. Poco a poco dejo se sollozar y su respiración se regulo.

-¿Ya te sientes mas tranquilo- le preguntó tras unos minutos de quietud entre ambos.

-Creo que si- dijo el pelirosa separándose un poco de su lugar seguro para mirar a su esposo.

-¿Quieres agua?- le preguntó el rubio.

Schiller negó con la cabeza.

-¿Qué paso?- preguntó el pelirosa sosteniendo su cabeza. Ahora tenía una punzada en la frente por haber llorado de esa forma tan violenta.

-No lo sé- le confeso Mikene con semblante triste- empezaste a moverte muy violento, a gemir de dolor y luego a llorar. No te pude despertar, así que trate de calmarte entre sueño para ver si así te podía despabilar.

-Entonces esa voz gentil y amable era de Mikene- pensó Schiller suspirando aliviado antes de saltar a los brazos del mas alto.

-¿Qué pasa? ¿qué tienes?- preguntó el rubio preocupado.

-Te amo- dijo Schiller con un tono que Mikene reconoció como aliviado- gracias-

-¿Por qué?- preguntó el rubio confundido, pero abrazando a su esposo una vez mas.

-Incluso ahora me vuelves a salvar- dijo el pelirosa pegándose mas a su pareja, para sentir su calor.

-No entiendo porque lo dices, pero haría lo que sea por ti- le fue sincero a su agradecimiento- este terror nocturno ¿tiene algo que ver con la razón por la que llegaste a este pueblo?- preguntó delicadamente. Era muy consciente de que su pareja estaba huyendo de algo cuando lo conoció.

Incluso ahora, luego de 3 años de relación y 2 días después de casados, no tenía del todo claro el origen de ese trauma. Sin embargo, no le importaba indagar mas si eso le causaba mas dolor a su esposo.

-Si, yo...- contestó el mas bajo con una mirada triste- creo que algo me detono ayer, intente ignorarlo, pero tuvo que golpearme tarde o temprano-

-¿Por qué no me dijiste?- preguntó Mikene preocupado.

-Pensé que no era nada y no quería arruinar nuestra luna de miel- se justifico en un tono frustrado- lo lamento-

-No pasa nada-

-De verdad pensé que ya había superado esto, pero es obvio que no es verdad- se lamentó Schiller con una sonrisa derrotada.

-Sanar es un proceso lento- le recordó el mayor.

-Si, tienes razón-

-¿Puedo saber que te detono?-

-Ni yo estoy seguro, creo que fue algo que escuche, pero no puedo recordarlo- el pelirosa hizo una mueca tratando de recordar en que momento paso eso.

-Esta bien, no te fuerces- le pidió Mikene- creo que lo mejor es que se lo dejes a tu terapeuta cuando regresemos ¿esta bien?-

-Si, si, mas trabajo para el pobre hombre- se quejó derrotado el menor.

-Bueno, cobra por hora, así que debe ser una ganancia para el- se burlo Mikene para relajar el ambiente, cosa que de hecho funciono ya que Schiller empezó a reír divertido, relajado.

-Eres increíble amor- comentó luego de reír mucho.

-Por eso te casaste conmigo ¿recuerdas?- siguió bromeando el rubio.

-Eso y porque eres toda una feria en la cama- le respondió con un tono coqueto y una ceja alzada.

Ahora fue Mikene quien se rio a viva voz.

Eran tal para cual, aunque nadie pudiera verlo a simple vista.

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Listo, ya quedó

Lamento si este quedo algo raro, pero quise aprovechar experimentar un poco dado que es un sueño, o bueno, una pesadilla.

Si preguntan el contexto de la pesadilla, no estoy segura, tengo una idea, pero no se si quede. Posiblemente lo vean en el último día...tal vez.

Hasta la próxima. 

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