AU Moderno

-Y luego le dije a Seiya que era una mala idea, pero igual lo hizo- río Aioria al recordar la ultima ocurrencia del pequeño Seiya.

-Y luego pregunta porque le digo burrito- comentó Angelo tambien riendo.

-Mas que preguntar, simplemente no le gusta que le digas así- le replico Aioria secándose una lagrima de tanto reír.

-Igual le queda- se encogió de hombros el peliazul mientras conducía su auto.

Era de noche de fin de semana, así que ambos iban de camino a uno de los restaurantes mas lujosos de la ciudad por petición de Angelo.

Se escucho un trueno bastante cerca de su ubicación.

-Guau- exclamó Aioria respingándose un por el estruendoso ruido- el cielo si que se quiere caer hoy- comentó a su novio quien tenía una expresión extrañamente seria- ¿todo bien amor?- le preguntó colocando su mano en el hombre.

-¿Qué?- preguntó algo confundido.

-¿Estas bien? Te noto tenso- le dijo Aioria preocupado.

-Estoy bien, solo necesito concentrarme en el camino para no resbalar o chocar con esta lluvia- se explico apuradamente y sin hacer contacto visual con su novio-

-Esta bien- aceptó Aioria.

Justo en ese momento, la señal de la radio se vio interrumpida un momento para luego escuchar al conductor de radio de las noticias.

-Noticia de último minuto amigos querido radio escuchas. Nos acaban de informar que por la fuerte tormenta, que nos ha caído desde la tarde y que se pronostica que seguirá toda la noche, se nos ha informado que el río de la zona este se ha desbordado. Por el momento es saldo esta blanco, sin embargo se ha decidido cerrar las rutas 4 y 7 para evitar accidentes, por lo que recomendamos que usen de desvió las rutas 4, 5 y 9-

-¿Esas no son las rutas que tenemos que tomar para ir al restaurante?- preguntó Aioria-

-Si- respondió Angelo de mala gana- aunque si vamos por la ruta 8 y luego damos una vuelta por el retorno en el cruce de las flores, cruzamos el parque y podremos llegar- planeo imaginándose una ruta super complicada en su cabeza.

-Pero ese viaje nos llevara hora y media- dijo Aioria tambien haciendo cuentas mentales.

-Si, bueno, ni modo- dijo el peliazul para sorpresa del castaño.

-No hablas en serio ¿verdad?- le dijo sin poder creer lo que escuchaba.

-Vamos a ir a ese restaurante, así sea lo último que hagas- dijo Angelo mas irritado de lo que esperaba- ¿te quedo claro?- eso ultimo lo grito mas fuerte de lo que él esperaba.

Aioria, en respuesta, frunció el ceño, más no dijo nada, solo volvió a mirar al frente, evitando a su novio. No iba a hablar con él mientras estuviera en ese estado. En primera porque Angelo estaba conduciendo en la lluvia, lo que era increíblemente peligroso y no quería tener un accidente en medio de la carretera, en la noche y sin posibilidad de recibir ayuda porque los servicios de emergencia le darán prioridad al río desbordado y sus alrededores. En segunda, ya sabía muy bien que si ambos empezaban a discutir entre el calor del momento se dirían palabras muy hirientes de las que luego se arrepentirán, así que no, no caerá en eso.

Angelo, quien lo miro un segundo supo que se había pasado con ese grito. Odiaba pelear por cosas tan pequeñas y tontas como la que hizo. Desvió la mirada, lejos de Aioria y se puso a pensar, realmente no quería arruinar la sorpresa que tenía planeada, pero era mejor a arruinar su relación con su novio de 4 años.

A lo lejos vio un desvió y decidió estacionarse ahí para hablar.

-Lo siento Aioria, no quise gritarte- se disculpó el peliazul al ver que era un lugar relativamente seguro.

-Fuiste muy grosero- dijo Aioria de forma cortante.

-Lo sé y lo lamento, no fue mi intención- se volvió a disculpar- se que no es excusa, pero la lluvia, el trafico y todo esto me puso de malas-

-Eso lo entiendo- aceptó el castaño- lo que no entiendo es porque te pusiste así por solo una cena, se que es un restaurante caro, que tiene muy buenas criticas y que es un buen lugar para cenar- empezó a enlistar- pero ¿por qué tanta insistencia en salir justo cuando empezó a llover como si el cielo fuera a caer a un lugar al otro lado de la ciudad solo para cenar?- le preguntó tratando de mantenerse tranquilo- ¿Por qué no pudimos quedarnos en casa, comer las sobras de ayer y ver unas peliculas como siempre?-

Angelo solo pudo suspirar ruidosamente.

-¿Sabes que día es hoy?- preguntó el peliazul aparentemente de la nada- y no hablo del día de la semana- le aclaro.

-Bueno, es día 3 de junio ¿por qué?-

-Este día , hace 4 años, fue el día mas feliz de mi vida- le aclaro mientras lo sostenía de la mano con una delicadeza absoluta.

Aioria parpadeo confundido.

La forma de hablar de Angelo indicaba que estaba hablando de algún tipo de aniversario, pero según él, todavía faltaba para su aniversario ¿Qué estaba pasando?

-Lo sé, lo sé- dijo Angelo como si le hubiera leído la mente- nuestro aniversario de noviazgo es hasta dentro de 5 meses, pero esta fecha es importante para mí porque es el día en que te conocí. Si, no éramos nada porque solo nos presentaron, pero fue muy especial para mí-

-¿Por eso querías llevarme a salir hoy? ¿para que tambien fue especial?- preguntó Aioria empezando a entender que estaba pasando.

-Mas o menos-

-¿Entonces?- le insto a seguir.

Con cierta vacilación, Angelo acepto a contar su plan.

-Hay algo que quería hacer en el restaurante, era muy importante para mí y no podía ser otro día- comenzó a decir- era una sorpresa para ti- dijo con mucha dificultad.

-Espera ¿estabas pensando en en...?- Aioria no pudo terminar de decirlo. Estaba demasiado sofocado de la emoción. Su cara estaba roja y sentía mucho calor.

Sin previo aviso, Angelo saco una pequeña caja de su saco.

Aioria no pudo evitar gritar de la emoción.

Si bien, ambos ya habían hablado del tema, varias veces, esto lo tomo totalmente por sorpresa.

-Se supone que una vez que cenáramos, te haría la pregunta y luego comeríamos postre. Hasta revise el menú de hoy para que pudiéramos pedir nuestros platillo favoritos- se lamentó apretando la caja.

-Espera un minuto- le interrumpió el castaño de forma infantil- ¿significa que ibas a pedirme matrimonio en medio de un restaurante, con decenas de extraños mirando, haciendo presión social?- le acuso con un dedo.

Angelo lo miro y una gota cayo por su cabeza.

En esos momentos se notaba que él y Seiya eran hermanos, con una misma neurona.

-No- simple y llanamente respondió con los ojos en blanco.

-Tienes 2 minutos para explicarte- le dijo serio.

No era un secreto que para Aioria, una propuesta publica era algo que le desagradaba enormemente. Incluso lo vería como algo patético o despreciable, en especial si era algo que no era consultado primero por la persona a quien se le hacía la pregunta.

-Reserve una mesa en la parte VIP en la parte mas privada para hacerte la pregunta- le dijo en menos de 1 minuto.

-Ah- fue lo único que pudo decir Aioria.

Un silencio extraño se instalo entre ellos.

Si bien no era del todo incomodo, tampoco era tranquilo.

-Supongo que ya no importa, porque ya debió vencerse la reserva- habló Angelo mirando su reloj.

-Por eso estabas como loco, bueno, mas de lo normal- bromeó Aioria al final.

-Si, básicamente-

-Bueno- Aioria entonces miro a su novio con una mirada extraña y una sonrisa en la cara.

-¿mmm?-

-¿No me vas a hacer la pregunta entonces?- le dijo ampliando mas su sonrisa, prácticamente lo incitaba a hacerlo con un tono coqueto.

Angelo se sonrojo. Luego miro la caja en su mano.

Trago saliva y abrió la caja con nerviosismo.

-Aioria- apenas pudo pronunciar- ¿te casas conmigo?- soltó de forma apresurada.

Bueno, al carajo el discurso que estuvo practicando por semanas frente al espejo.

-Nada me haría más feliz- aceptó el castaño con la sonrisa mas hermosa que le hubiera regalado.

Entonces le ofreció su mano izquierda y Angelo le colocó el anillo en su dedo anular.

Aioria sonrió mas, si era posible.

Miro su anillo encantado. No era nada extravagante, pero así le gustaba.

Una bonita piedra blanca, rodeado de 4 piedras pequeñitas azules a su alrededor, sobre un anillo dorados.

Lo mejor de todo, es que estaba hecho a la medida para su dedo. No le lastimaba, pero tampoco le quedaba grande.

-Te amo- soltó el castaño mientras intentaba abrazar a su ahora prometido.

-Yo tambien- le correspondió el peliazul como pudo al gesto. Los asientos de carro no ayudaban- lamento que haya sido una propuesta terrible-

-No, para nada- negó con la cabeza- me encanta, es perfecto y no quiero nada mas- le dijo empezando a llorar de la felicidad.

-¿Y qué tal un pastel y un café de la cafetería que esta una cuadra de la casa?- le propuso sabiendo que Aioria amaba ir a comer postre en ese lugar.

-Esta bien- aceptó el menor con una pequeña risa.

Luego de eso, sellaron el trato con un pequeño beso para poder alcanzar un poco de pastel antes del cierre.

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Listo, ya solo falta 1 día. Espero les haya gustado.