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Temática Libre: Dejando el nido.

Sobre el titulo: Desde hace tiempo he querido tocar el tema de una posible separación entre Sísifo y Regulus, pues su relación es sanguínea sí en dado caso que luego de la guerra Santa se tienen que separar no sería así como si nada. (me caga como su relación es pasada por alto) originalmente tenia planeado  hacer una historia para eso pero nunca me decidía sobre su duración, si hacer un one shot centrado en eso o hacer una historia más larga con todos los dorado, pues todos tienen cositas que me interesaba explorar.

Al final, lo decidí de esta manera pues con todo lo que he escrito hasta el momento lo vi como el final perfecto.

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- Regulus. – La voz de Sísifo se escuchó a sus espaldas al momento que iba a pasar por su templo, parecía que lo estaba esperando, aunque él solo hecho de verlo de pie alegraba al joven león. Sonriendose mutuamente al tenerse de frente.

- ¿Te encuentras mejor?

- Bastante. Y aprovechando eso, he querido hablarte de cierto tema. – Regulus al principio no entendió. Sisifo le hizo una señal con la cabeza pidiendo que lo siguiera.  No traían sus armaduras en ese momento, no las habían usado en varios días, tal vez fuera lo mejor después de todo Sísifo quería hablar como tío y sobrino no como Santos de oro.

>> Primero, siento que debo disculparme. En él tiempo que estuve recuperándome pensé en muchas cosas, primero, ¿Ya te sientes satisfecho?

— ¿Por mi venganza? Bueno, bastante pero a la vez es incómodo.

— ¿Nunca pensaste en que hacer después? — Régulus asintió. 

— Supongo que ahora me queda más tiempo para prestarle atención al cangrejito.

— ¿Cangrejito?

— Manigoldo me dice pequeño rey, ¿Por qué no puedo decirle cangrejito? — Ambos rieron.

— Bueno. En teoría no me extraña. Sabes que nunca me gustó cómo estabas obsesionado con éso, mínimo pude entrenarte pará que no termines muerto a la primera debido a la ceguera provocada por el odio.

— Supongo que gracias. Y ahora que lo dices. En todo este tiempo hiciste mucho por todos y casi nada por ti, y bueno... Tampoco te culpo. Viviste rodeado de esta guerra Santa desde que eras muy joven. ¿Cómo se siente ver que ya termino?

- Te puedo preguntar lo mismo. En serio se extendió mucho este conflicto. Creo que es el más largo de la historia.

- Cierto. Si para mi es satisfactorio, supongo que para tí mucho más.

—  Se puede decir, ahora también tengo más tiempo para mí. Lo que me lleva a pensar, creo que debí enseñarte más acerca de otra cosa que no sea ser Santo de oro, estaba muy centrando en muchas cosas, tal vez personales como para caer en cuenta de eso, allí falle como tío.

- No esperaba que te disculparas por eso. Pero la verdad no tienes que, más bien yo pienso que eras increíble, me cuidaste, a Sasha también, eras un santo poderoso y bastante noble. Tal vez no sepa mucho fuera del Santuario pero he aprendido bien por mi cuenta, no tienes que disculparte.

— Sabes que eres muy importante para mí, no solo como mi sobrino, disfrute verte crecer y madurar aunque haya cosas de las cuales nunca me prepare, otras en las cuales me hubiera gustado estar más pendiente. En el tiempo que estuve algo indispuesto, solo pude pensar ¿Qué pasara ahora? No podemos ser Santos de oro toda la vida, en algún momento deberemos entregar nuestras armaduras. Por eso es que quería hablar contigo.

- Cierto... Hace un tiempo hable con Manigoldo de eso. En ese momento solo quería quedarme con él... - Bajando la cabeza se sentía un poco egoísta ahora por no haber pensado en su tío. — El que debe disculparse soy yo.

- Pues, si tu deseo es quedarte con él, no te lo voy a negar. Aunque nos toque separarnos, siempre podemos seguir comunicándonos.

- ¿Estás seguro de eso?

- Sí. Siempre y cuando también estés de acuerdo, aunque muy posiblemente pasara un largo tiempo para que termine haciéndose realidad esa posibilidad. – Hubo un ligero silencio entre ambos, segundos antes de terminar abrazándose.

- De acuerdo, siento que me dolerá si ese día llega. Gracias por todo lo que has hecho por mí.

- Nada que agradecer.

- Por cierto... - Cambiando el semblante sonrió con picardía, separándose del mayor.

- ¿Por qué esa cara no me gusta?

- Porque si voy a dejar a mi tío será en buena manos. ¿Sabes a lo que me refiero?

- Puedo encargarme yo solo, aunque creo que debo agradecerte por tener esa consideración. No estoy muy seguro.

- ¿Debo suponer que te interesa alguien entonces? – El joven león quiso saber, mostrando una picardía inocente que Sísifo nunca había visto, sin poder decir si era la mala influencia de Manigoldo en él.

- Bueno, hace tiempo me encontré con un viejo amigo. Hemos hablado como no hace mucho, ha sido lindo conocerlo nuevamente. Ya te varas una idea de a donde va. – Deuterus de Géminis, en el pasado tuvo cierto remordimiento por como termino su historia cuando lo conoció, tras terminar todo eso se volvió a encontrar con él por accidente, tomando una relación más cercana como amigos.

>> Me gusta un poco. Pero supongo que será más cuestión de él que de mi si quiere una relación conmigo, si termina pasando te lo presento. Es una persona un poco... Digamos que tímida.

- Como digas. Ojala si pase.

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Una majestuosa Ave ingresada a la vivienda que los 2 usaban, entregando en su pico una carta. Regulus la tomo, bando de comer al ave para que descansara mientras escribía la respuesta. Con el paso del tiempo, todo había mantenido su debida tranquilidad entre todos en el Santuario. Poco a poco todo fue cambiando, y como Sísifo le había comentado se terminaron separando pero terminaron cumpliendo la promesa de seguir en comunicación.

En ese archipiélago es donde ambos se habían establecido tras dejar en santuario. En parte por sugerencia de Shion, al ser esa una costa que solía requerir de un guardián, sumado a que mucha de su gente estaba relacionada al Santuario. Tomando Manigoldo su cargo como "Estrella costera" y Regulus acompañándolo, teniendo su propio estudio donde a veces estudiaba, había encontrado varios hobbies después de haber dejado el cargo de ser santo, más de uno al que se quería dedicar el tiempo que viviera en ese archipiélago.

Justo un sonido lo saco de su ensoñación, diciendo para sí mismo un "hay no"

- Tenemos que hablar sobre los animales que tienes. – Manigoldo yacía en el suelo, riendo al ver su posición y el conejo desgraciado volviendo a su tranquilidad luego de haberse puesto frenético de la nada.

- Te digo que no entiendo porque se pone así. – Acercándose le ayudo a pararse. Uno de los perros se acercó a Manigoldo para consolarlo.

- Al menos alguien si me aprecia. – Acaricio al canino.

- Mi tío me envió una carta, tal vez venga a visitarnos por primera vez, junto con Deuterus. – Le hizo saber, poniéndolo al tanto mientras pensaba en cómo responder. 

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Muchas gracias a todo por el tiempo que fue invertido en la lectura, gracias por votos y comentarios, y gracias a los que organizaron este evento. Hace tiempo lo dije, Regulus no es santo de mi devoción pero me caga que lo traten como un idiota ingenuo cuando en todas sus apariciones demostró ser bastante capaz de mucho, el chico vivió toda su vida en el santuario con el único propósito de vengar a su papá, desde que empecé a escribir de esta pareja quiero tomar ese tema en torno a sus relaciones, no obstante no encontraba como incluirlo en los fic que hacia,  este week me dio la perfecta oportunidad de por fin hacerlo.

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