Escena eliminada/Flores.
Meses después de que Regulus tomara el cargo de Santo dorado a podía notarlo tan concentrado en sus responsabilidades que parecía otra persona, dejando de lado ese carácter más inocente y tranquiló que lo solía acompañar por uno más serio y orgulloso. Era un buen representante de un León en ese sentido.
Eso es algo que hasta el día de hoy mantenía, como bien le dijo cuándo se conocieron, a él le gustaba divertirse, así que pensó en ese momento en invitarlo a acompañarlo. Después de todo seguía siendo joven y merecía divertirse también.
De lo dijo de forma bastante casual, tendría que ser a altas horas de la noche y un secreto entre ambos. Pero le aseguraba tenerlo protegido, más aun si su tío o él patriarca se enteraban, Regulus parecía dudar pero termino aceptando acompañarlo. El detonante fue su curiosidad.
Tarde en la noche, Regulus estaba esperándolo. Manigoldo lo guio por el camino que solía utilizar para escapar del Santuario sin que lo vieran. Regulus le dejo saber que no recordaba hace cuanto no había estado por el pueblo, respondiendo que era una lástima pero al menos podía mostrarle bastante ahora. Conocía mucho para hacer por las noches, tanto dentro del pueblo como alrededor de este. Parecía que los ojos de Regulus brillaron cuando dijo eso.
Desde que dejo la recamara de Sage tenía ese recuerdo lucido en su memoria. No fue la única ni la última vez que habían salido juntos, no obstante ahora Regulus era su pareja. Era un buen momento para retomar esas prácticas ¿No? En vez de volver a su templo Manigoldo salió de los 12 templos, si estaba en lo correcto Regulus estaría en los coliseos, y así fue. Entrenando solo en un combate contra la nada, los 3 alumnos de El Cid lo acompañaban para darle cierta asistencia.
Saltando hasta una de los pilares en el coliseo, en silencio Manigoldo se sentó a observar a Regulus. Hace tiempo no lo veía tan concentrado como desde los últimos días. Podía decirse que los últimos días se iban haciendo un poco más pesados de lo normal. Apoyando su cabeza en su mano cruzo las piernas para más comodidad en su asiento.
- ¿Puedo preguntar qué haces Cáncer? – El nombrado casi se cae de espaldas al escuchar la voz del toro detrás de él. Parándose a su lado. Aunque no necesito mucho para notarlo. – He de suponer que no estarás ocupado para venir a fisgonear.
- Tranquilo torito que esta vez no me salte nada. De hecho, acabo de salir de ver a Sage. – Le hizo saber. Hasgard le tomo palabra.
- El silencio rara vez es buena señal, ¿No? También he llegado a hablar con él.
- Sage está pensando en eso. Pero bueno, por lo menos a mí no me gusta tanto amargarme esperando lo que viene. – Entre él y Manigoldo podían tener diferencias pero podía entenderlo bien en ese sentido, el estrés había podía ser mucho y cada uno tenía su manera de evitarlo. - Preferí venir acá. Creo que hace bastante no veo a Regulus así. Está muy concentrado.
- Yo tampoco. Si mal no recuerdo en sus entrenamientos con Sísifo podía volverse así con cierta frecuencia.
- ¿Enserio? Que información más interesante. Creo que cuando entrena conmigo nunca pierde lo amistoso. – Hizo saber, volviendo a la postura que tenía detallo un momento la expresión del toro. Pensando en que decirle, había cierta información de cual no se sentía en la posición de entregarla. – Por cierto. ¿No te sorprende que verme acá? Creo que con otros ya hubieras preguntado.
- Sé que estas esperando a Regulus. Estoy consciente de la relación que mantienen, si tienes planes con él, no sería mala idea.
- Gracias. Exactamente esos eran mis planes, estaba pensando que seguro necesita relajarse un poco después de estos días donde casi no hemos hablado mucho. ¿Puedo preguntar desde cuándo lo sabes?
- Sísifo me llego a comentar. El primer momento me sorprendió, no te lo negare, pero rápidamente pensé que no era tan raro. La forma en la que ustedes 2 se entienden es curiosa cuando menos.
- Lo tomare para bien. ¿Y tú torito tienes planes con alguien? – Sonriendo ladino le dijo en un tono bastante pícaro, parándose de su posición. Hasgard hizo el mismo gesto, sonriendo de medio lado, respondiéndole con suma seguridad.
- No de momento. Pero cuando llegue mi oportunidad puede que te enteres fácilmente.
- ¿Aún no? Como sueles salir con Dohko a tomar, pensé que algo tendrían. Yo lo noto con mucha estima hacia ti.
- No me molestaría que eso pasara, le tengo mucho aprecio a Dohko, pero no tenemos nada así. Además, te recuerdo que también suelo ir con Sísifo y El Cid, a veces con Kardia.
- Como digas entonces.
- Mejor me despido que tengo cosas que atender. Regulus no debería tardar en terminar. – Sonriendo se despidió. Volviendo su atención al león dorado, tomo la decisión de esperarlo en su templo, podía verlo y no sabría decir si estaba cansado o seguiría por un largo rato.
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Regulus estirada sus brazos tras haber terminado, regresando al templo que custodiaba. Por la hora seguro no tardaría en empezar el atardecer, tampoco tardo en encontrarse con la silueta del santo de cáncer esperando por él.
- Qué bueno que llegaste, quería proponerte algo. – Parándose frente a frente lo residió. - ¿Recuerdas cuando hace tiempo escapadas conmigo?
- No fueron ni 1 ni pocas veces para que se me olvide, era divertido. Aunque hasta ahora noto que hace mucho no lo hacemos.
- Y a diferencia de antes ahora eres mi pareja. ¿Te parece si retomamos esa costumbre? Creo que ambos merecemos despejar la mente un poco. Te note muy concentrado hace un rato, debes estar cansado.
- Claro que me encantaría. ¿Te espero a la misma hora de siempre?
- Dentro de 3 horas. Creo que puede haber nuevos lugares para nuestro interés personal. – Su voz sonó provocadora al decir lo último.
- No me desagradaría descubrirlo, suena prometedor lo último. – Antes de ir cada uno por su templo, se dieron un rápido beso. Yendo a arreglarse en espera de la ansiada hora.
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Si algún día hacen un capitulo del manga donde estos 2 convidan, 0 pruebas y 0 dudas que seria con Manigoldo alentando a Regulus a escapar para divertirse.
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