02. I belive in me
Después de esa cena, las cosas se tornaron un poco distantes. Con su madre marchándose al día siguiente con el vago pretexto de irse a visitar a su hermana. Ya lleva dos semanas en casa de su tía; por lo tanto la mansión Ragnor se ha sentido una calma y paz hasta que Perseus invito a sus amigos a quedarse unos días por diversión.
Hera era un enigma para los merodeadores, quienes le agradaban a la chica, pero no sus travesuras en el colegio. Y también, la rubio fresa no soportaba que fueran muy, pero muy ruidosos. Se escuchaba el escándalo en la sala principal de la mansión en su habitación, lo cual era mucho decir que están alejadas, y donde están todos lo chicos que recién llegaron.
La chica tenía hambre y ganas de un aperitivo, por mucho que no quería ver a los Gryffindors, tenía que pasar por la entrada de la sala para entrar al comedor e irse a la cocina. Lanzó un gruñido de molestia al aire, bajo de su cama, pasó su mano por su cabello ondulado a reglándolo y así salió de su habitación.
Iba descendiendo en las escaleras, cuando un azabache las iba a subir. Sirius Black estaba haciendo su presencia frente a ella, y solo pasó de largo por ello. Desde que escucho de los labios de Isabelle que la prometió a un Black, tenía miedo de que fuese este Black. No por el hecho de que sea amigo de su hermano, sino, por los rumores. Bien sabía Hera que los rumores podían mentir, pero Sirius hacía que esos murmullos acerca de él fueran ciertos.
Entro a la cocina por un bocadillo, y así como llego, salió rápidamente, para irse otra vez a su habitación y no ver la cara de los merodeadores, menos la de ese pelilargo. Solo que el mundo no la quería, porque en pleno acto de escape, su mellizo asomo sus narices en el comedor.
— ¡Raen! — exclama el azabache alegre y junta sus manos como si le fuera lanzar un discurso emotivo — Quiero invitarte a nuestro debate —
Hera alza una ceja, incrédula a lo que los labios de su mellizo acaban de decir.
— ¿Un debate? — pregunta con algo de sarcasmo en su tono — Me sorprende que los cuatro tenga algo de pensamiento crítico y que puedan debatir con Remus — se mofa para luego comer algo de la fruta picada que se hizo.
Sin replicar a lo dicho de su hermana, la toma de su muñeca y la arrastra a la sala principal donde estaban todos. Y la sienta en la silla individual que normalmente su madre utiliza cuando está en aquella parte de la mansión. De cierta manera le agradeció al morocho por ello, así no tenía que lidiar con los hombres en pelea de espacio en los sillones.
— Díganme que están discutiendo — pide la chica sin darle mucha importancia, comiendo de su fruta — Como quiera le daré toda la razón a Rem — exclama con algo de naranja en su boca.
James se aclara la voz y se acerca un poco a la orilla del sillón café, queriendo darle un poco de drama a lo que estaría a punto de decir.
— ¿Por qué las mujeres son tan confusas? — pronuncia el azabache como si estuviese diciendo la frase del año.
Hera solo gira los ojos y se ríe secamente.
— Te lo digo en dos palabras — contesta acercándose al azabache — Lily Evans —
— Joder — suspiró Perseus y pasando sus manos por toda su cara en negación.
La rubio fresa alzo una ceja, y dio una sonrisa incrédula, obteniendo la razón con solo ver el suspiro exagerado de Potter, luego de que este se recargara completamente en el sillón, rendido ante sus pensamientos. Divertida, come otro pedazo de fruta.
— La naturaleza de la mujer es demostrar que no estamos para servir — empieza a decir, viendo su cuenco con los pedazos de fruta — Por lo que para un hombre, como tú, será difícil comprender una mujer como Lily. Fuiste criado con un contexto purista fuerte y con ideales distintos a los de Evans, así que si ya por ser mujer es confusa, por su estado de nacimiento lo será más —
James la mira atentamente. Y es que, los merodeadores no tenían mucha conexión femenina más que Marlene y Anna, pero Hera era otra ramificación diferente. Al ser hermana de su amigo más cercano, ella podía llegarles de la anda y regañarlos y ellos acatarlo.
— Pero eres un buen chico — se encoge de hombros la pelirroja — Solo baja esos humos de superioridad dos rayas y creo que te podrás acercar más a la chica —
— O puedes seguir siendo un casanova y seguir mis pasos, Jamesito — interrumpe Sirius con una media sonrisa.
La pelirroja rueda los ojos y mejor sigue comiendo de sus frutas, escogiendo esta vez una uva. Sirius la mira y no deja de apreciarla despistadamente durante la estadia de la chica con ellos en la sala; siendo atrapado en varias ocasiones por Remus.
Pero este ya sabía que su gigoló amigo, tenia un leve enamoramiento por la hufflepuff que nunca ha revelado. Remus lo descubrió por si solo, más conocia a Sirius como la palma de su mano, este no arriesgaría nada por salir con Hera sabiendo como es su manera de ser, su definición de libertad era muy diferente al lenguaje de la chica.
Aunque Remus cree un poco en él, en que Sirius podría conquistar a Hera, si tan solo creyera un poco más en si mismo, en lugar de los rumores.
Lo que el hombre lobo poco conocia, es que Sirius si creía en si mismo, creía en el hecho de seguir siendo él mismo era mejor que darlo todo por una mujer.
Aclaro, yo no creo que alguien deba cambiar por alguien, sino tal vez mejorar para si mismos. Y recordemos que este Sober es un universo alterno al que todos conocen, pero la personalidad de los personajes es la misma. Asi que en el Sober original, Sirius era un cobarde para declarar sus sentimientos a Hera, aqui tambien.
Pero, obvio, habra muchos cambios.
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