XVIII
Te dedico los renglones de mis pensamientos, aquellos que nacen y mueren con frecuencia hasta que llegas
tú para darles inmortalidad al recordarlos.
Te dedico las melodías del viento, de aquellas ventiscas sutiles que danzan con las hojas de los árboles en un vals de amor puro, casi tan puro como el nuestro.
Les dedico a tus ojos mi vista, que si bien el mundo no es igual ante tu mirar comparado con el mío, yo lo veo perfecto y a tu altura.
Se que a veces te arrodillas del cansancio, por eso mis pasos son la dedicatoria ideal, pues aquellos son un obsequio noble que sabrá guiarte entre la luz y la penumbra del tiempo.
Te dedico las canciones de mis recuerdos más preciados, las notas que me hacen existir y formaron mis venas con su belleza, solo por si algún día olvidas
quién soy o quién fui.
Entiendo que sueles perderte en ti misma, que tu camino a la realidad desaparece del mapa en ocasiones, a esto las memorias de mi alma te vengo a dedicar, han dejado huellas por las calles del ayer y los caminos estarán iluminados para ti, por si no vuelves a encontrarte entre la humanidad.
Te dedico lo que soy, lo que fui y lo que llegaré a ser, ya que si no soy el primero en hacerlo ante su amada, se muy bien que demuestra el amor que tengo por lo que tú eres en tu totalidad...
Hk~*
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