No es un poema VI

Esto no es un poema, es una despedida, esto no es un adiós simplemente, sino la bienvenida a lo siguiente.

No hoy, no ayer, sino que hace cuatro noches y cuatro soles, un pedazo de mi ser se ha desprendido de mi alma y cuerpo, un corazón más se ha apagado del plano vivo para viajar hacia la eternidad de lo desconocido.

Cuando una persona es tan bella y hermosa se vuelve imposible no ser egoísta para gritarle al creador que la deje una vez más respirar, que te permita verle otra vez con sus ojos vivos y abiertos sonriéndote para transmitirte que todo está bien... que no estás solo y no hay nada a lo cual temerle. Cuando una persona es tan pura y maravillosa... es imposible no romperte cuando se va para siempre.

No hoy ni ayer, hace cuatro soles que las ventanas a mi pasado se cerraron definitivamente, pues escuchar la voz de mi amigo me transportaba a esas planicies lejanas en las que corríamos ignorantes del sufrimiento, en las que lloramos no de tristeza, sino de insufribles carcajadas inentendibles de la crueldad del destino, aquellas llanuras eran interminables para nuestros ojos, no veíamos más al fondo de lo que se nos presentaba en aquel entonces...no conocíamos que más allá de la frontera estaba la realidad, esa cruda etapa que actualmente me ha tirado brutalmente de mis nubes.

Esto no es un poema... esto es el testamento que leo a la memoria de ese ángel que aprendió a volar más rápido que yo, yo un simple mortal que todavía no cumple su misión aquí.

A la hora de despedirte de un ser amado nunca te preguntas porqué se va, sino porqué se lo llevan... uno nunca sabe las desiciones tomadas en el segundo exacto del fallecimiento, uno jamás se entera de lo que él o ella sienten en su pecho, su dolor no es palpable a nuestro pellejo, solo a nuestra imaginación...

Donde estés, mando a tu saber que gracias a ti pude resistir tantas pruebas y tantos retos que de no ser por tu presencia, nunca las habría manejado, gracias a ti soy lo que soy y conseguí cambiar a lo que tengo... Yo era tú y tú eras yo...pero en una tonalidad más blanca. Yo era tu parte bruta y tú mi parte bondadosa, ahora mi única pregunta es porqué no me permitiste pasarte al lado donde ambos podríamos estar completos.

No te miento, me duele que ya no estés... pero estoy feliz porque al menos pudimos crear una historia juntos... Gracias por existir.

Amado amigo y hermano mío... sé que después de tanto ser valiente, tu corazón se debilitó, sé que de tanta fuerza que transmitiste a tus allegados, la tuya se extinguió...

Amado amigo y hermano mío... no tengo capacidad para entender, más sin embargo, la tengo para soportar y practicar tus enseñanzas.

Inmemorable espíritu de la felicidad... te prometo sonreír tanto como tú lo hiciste a pesar de todo.

Amada parte de mi pasado y ser, jamás voy a olvidarte, estarás en mi mente siempre, hasta la llegada de mi partida.

A la memoria de Christian Vázquez
14 de mayo 1999 -  26 de junio 2020