Entender sin entender
• BSD'U (?
[ 승리 ]
Odiaba Estados Unidos.
Solo eso podía pensar al estar en aquella calle desierta en medio de la noche fría que le ofrecía Boston. Ni un alma se veía por aquella zona, sólo él, sentado frente a su hotel, en el borde de la acera y lamentandose de su vida, de los demás y del frío.
Ese viaje había sido la oportunidad de darse a conocer como el mejor detective del mundo, tal y como se lo había explicado Fukuzawa junto al gran evento de detectives al que fue invitado.
Y claro que quería demostrar que era el mejor detective del mundo con tan solo 20 años.
Por eso viajó solo, y ahora se arrepiente.
Otro horario, otra cultura, otro idioma... Habían muchos "otros", y eso solo hablando generalmente, porque el evento era un asco en los tres días que llevaba allí.
Obviando a los arrogantes y estúpidos detectives que intentaban en vano hacerle competencia, hasta los retos tan absurdamente simples que recibía. Lo único que podía ser un reto para él era el idioma, pero para eso tenía su traductor y cuidador que Fukuzawa le contrató. Bueno, era amigo de Fukuzawa,
Suspira con pesadez y hunde su cabeza entre sus brazos, apoyados en sus rodillas.
Estaba harto.
Su mente está harta, solo tiene sus pensamientos tan pesimistas y maldiciendo a cualquiera que se le cruzara por su mente: a los participantes arrogantes y estúpidos, a los organizadores, a los adultos que lo veían mal y de menos, a Fukuzawa por mandarlo solo a otro continente...
- a-are you oke-ey?
Se gira asustado, no había escuchado llegar a aquel joven alto, de cabellos castaños largos que cubrían sus ojos. Frunce el ceño al reconocerlo como uno de los participantes, aún no competía con él pero estaba seguro que era otro americano prepotente e ignorante.
- ¿Qué quieres? -pregunta groseramente. No estaba para tolerar a otros.
- are you okey? -vuelve a preguntar más calmado.- what happened to you?
Solo chasque la lengua y vuelve a girar la cabeza para no verlo, no estaba para tener ninguna plática por más sencilla que fuera.
- hey-
- solo vete al diablo y déjame. -le interrumpe rudamente.
Y escucha un pesado suspiro, pasos alejarse y silencio. Agradecía que no le hubiera maldecido y hubiera entendido su deseo que se fuera.
Vuelve a hundir su cabeza entre sus brazos, maldiciendo todo y esperando que el frío lo matara.
Escucha pasos y vuelve a girarse, encontrándose con ese castaño, que ahora le tendía un vaso con chocolate caliente.
Ranpo le mira extrañado (por no decir grosero o fastidiado), y el castaño le acerca más el vaso, para que finalmente lo tomara. Sus manos se aferran al vaso de cartón que estaba calientito y su nariz se deleita con el cálido y dulce aroma del chocolate.
Da el primer trago.
Suspira de placer al sentir la garganta caliente y dulce por aquel chocolate. No sabía que lo necesitaba hasta que dio aquel trago.
Bebe en silencio, con el castaño a su lado. Se sienta a su lado, guardando distancia, no le veía ni le hablaba, solo estaba allí en silencio, haciéndole compañía que Ranpo no pidió, pero no se iba a quejar de eso.
Cuando va por la mitad, deja el vaso a un lado, soltándo un pesado suspiro y sintiéndose un poco más tranquilo, pero inquieto. No estaba molesto pero no se sentía bien, era raro, demasiado raro lo que sentía.
Y siente unas temblorosas palmaditas en su espalda, acariciándolo suavemente.
Se gira y mira al castaño, que le ofrece una cálida mirada, como si con ese ojo dijera "todo estará bien". Se estremece y se siente tan débil en ese momento.
Se siente indefenso.
Baja la mirada y en silencio llora.
Por el cambio de horario, por el cambio de cultura, por el cambio de idioma... Por todos los cambios que estaba sufriendo allí.
Era solo un cambio temporal, volvería pronto a Japón, pero por dios, odiaba estar allí solo: sin amigos y sin Fukuzawa. Odiaba estar allí.
Tan solo.
Sabe que ha asustado al contrario y en ese momento no le importaba, así como no le importaba abrazarlo en ese entonces y llorar sobre su pecho como un niño pequeño y asustado.
Las manos del castaño son inseguras en sus caricias pero toma la confianza y el cariño para transmitirselo en caricias suaves por su espalda, brazos y cabellos.
Tal vez pasan tres minutos, tal vez cinco o diez, no lo sabe, así como tampoco sabe cuando deja de llorar y simplemente permanece abrazado al castaño por esa calidez que le brindaba.
Se siente demasiado bien.
Y si fuera por él, quedaría allí lo que quedaba en la noche, pero debía separarse y dejar de ser tan débil.
- how do you feel? -pregunta el castaño cuando se el azabache se separa de él.
- I-I... -duda pero termina diciendo la frase que más sabe.- I hate here...
- yeah, me too... -suspira.- it's quite, cold and the people are rude... I imagine that it's worst for you, who are japanese, right?
- uh lo siento... -le detiene.- yo... En verdad no estoy entendiendo un diablo lo que me dices y creo que me estoy desesperando. No me cuentes tu-
- wait wait wait, -le detiene nervioso.- I'm sorry but I don't understand you.
Claro que no lo hace, y de hecho, ni siquiera Ranpo le entiende.
Ranpo solo suspira con una suave sonrisa, haciendo un ademán con la mano, restándole importancia a lo que decía.
Vuelven a estar en silencio, mirando simplemente el oscuro horizonte que era adornado por los edificios.
Escucha un cansado suspiro.
Ligeramente se gira para ver al castaño, notando el cansancio y la angustia en su perfil.
- ¿Qué sucede?
El castaño le vuelve a ver, confundido.
- sorry, what?
Ranpo suspira con pesadez e intenta pensar
- yo-ou... You are okey? -pregunta tontamente, mal pronunciado y con su acento japonés muy marcado.
El castaño solo ríe débilmente por si intento de inglés, provocando dos cosas en Ranpo: que le gustara su risa y que no quisiera hablar inglés en su vida.
- no. -se limita a responder con algo de cansancio.
Tan simple y Ranpo lo entendió.
Sin malas intenciones, toma nuevamente el vaso que tenía a su lado con chocolate y se lo ofrece al castaño, aunque no estuviera tan caliente como antes.
Le mira sonreír un poco antes de aceptar el vaso y darle un trago. Se veía que necesitaba un trago de aquello en medio de aquella noche de frío.
Lo aprecia mejor y sabe que él estaba harto, igual que él. Por un instante se siente mal por pensar que el castaño era como sus demás oponentes.
- hey-
- ¡Ranpo!
Ambos se asustan y sus miradas se dirigen a la entrada del hotel, viendo a un hombres de cabellos oscuros acercarse a ellos rápidamente.
- ¿¡Dónde estabas!? -le reclama a Ranpo, agachándose para estar a su nivel.- ¡Te estuve buscando por todos lados y-! Espera... ¿Estabas llorando? ¿Qué te pasó? ¿Te hicieron algo? ¿Este idiota americano te hizo algo?
Frunce el ceño y por instinto vuelve a ver al castaño, y no evita reír débilmente al ver su expresión confundida por el japonés rápido y dinámico que acababa de escuchar. Y sabe que quisiera preguntar, pero se limita a resignarse y desviar la mirada.
- no soy un niño, Mori. -suspira Ranpo, volviendo a verlo.- él no me hizo nada, tranquilo.
Ve el alivio de Mori al saber eso.
- ¡No te puedes ir así, muchachito! ¿Sabes lo que Yukichi le haría si algo te pasa? ¡Me mata!
Dios, que pena estaba pasando.
- tenemos que irnos ya, Yukichi quiere hablar contigo. -se levanta el mayor.- despidete de tu amigo.
Ranpo duda un poco, pero termina por levantarse y caminar al lado de Mori en silencio. Porque no tenía nada que decirle, o un cómo.
- ¿Eh? ¿No te despedirás de él?
- no sé inglés. -le recuerda pesadamente.
- ¡Ah! ¡Pero yo sí! -y se gira a ver al solitario y desanimado castaño.- he's says thank you and bye-bye! Thank you for cares him!
¿Podía matarlo? Quería matarlo.
Entran al hotel y caminan al elevador. Mori le habla y le habla del evento, de su imagen como detective, sus responsabilidades... Cosas que en ese momentono le importaban a Ranpo. Porque son cosas que odia.
Cosas que le hartaban.
Y le harta más la idea de haber dejado allá afuera al castaño que no lo hartó.
Se arrepiente al último momento y sale del elevador justo antes de que cerrara, dejando a Mori atrás.
Se regresa corriedo y sale del hotel, encontrando a aquel castaño en el mismo sitio, más tranquilo.
- ¡Hey! -le grita.
El castaño levanta la mirada y lo mira llegar a dónde él.
- uh... Yo... Edogawa Ranpo. -se presenta, haciendo una reverencia.
Silencio.
- Poe, -le escucha decir suavemente.- Edgar Allan Poe.
Se levanta y lo mira con una suave sonrisa que lo hace estremecer. Lo piensa muy poco cuando puede pronunciar correctamente:
- thank you, Poe.
Sintiendo su rostro arder, se gira y regresa por donde vino.
- I'll see you tomorrow! -le escucha gritar.
Cuando supo lo que le dijo, solo pudo sonreír y esperar ansioso el mañana y verlo en el evento.
Verlo en la final, aunque no se entendieran del todo y fuera la última vez por mucho tiempo.
Y años después, volver a ver al castaño que ahora lo entendía. Al único que no le trató mal, que le hizo sudar y que ahora entendía perfectamente.
[ f i n ]
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.
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Duuuuude
Que estrés esto de los shots! Este es el segundo que termino entre los 12 borradores que tengo a medias!
Soi una desgraciaaaa
Nos vemos pronto!
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