Nadie me ha creído una sola palabra… me toman por loco, un desquiciado que acabó destruyendo por su cuenta a su propia familia pero, te juro que no es así. Por favor, quédate, y escucha lo que tengo que decir, es lo más que podrías hacer por mí…
¿Comenzar esta historia como un cuento de hadas? No, porque no es ninguno semejante, ni siquiera tiene el “vivieron felices para siempre”. No. Por favor, mantente lo más atento que puedas a mis palabras; puede que encuentres mucho en ellas, antes que experimentes todo en carne propia…

Aquella familia era… realmente única. No cabía duda que eran de lo más afortunados al tener consigo un padre que complacía en lo que podía a su esposa e hijos… Eran de lo más felices del modo en que vivían ya; quizás les faltaran algunas cosas que más que nada eran caprichos momentáneos, pero tenían al menos un hogar estable, los dos menores asistían a la escuela sin problemas. Una vida envidiable, ¿no te parece?
Pero bajo toda aquella alegría, comenzaba a surgir algo más allá de lo que hubieran imaginado.

Apenas entrar a la preparatoria, la menor de los hermanos comenzó a hacerse de amistades que la dirigieron poco a poco en el mundo de las fiestas, drogas, alcohol. Ella era lista, pero como casi todo adolescente, quería encajar a como diese lugar entre sus compañeros; aún si eso implicó dejar de lado sus estudios y bajar notas, ¿qué importaba? Las fiestas eran tan importantes para ella que se llegaba a salir antes de clase por irse a beber con el chico que ahora era su pareja, incluso teniendo relaciones sexuales con él. Simplemente asqueroso.
Pero al menos tenía amor y atención; ¿con la de sus padres no bastaba?

Curioso, que el mismo jefe de familia no anduviera en pasos tan distintos.
Su esposa lo tenía descuidado pues constantemente le dolía mucho la cabeza, o sólo buscaba cualquier excusa para no hacer nada con él. Se sintió tan herido y ofendido que no volvió a casa por toda una noche. La mujer no notó nada diferente, pero aquel hombre, su esposo, ya había pasado un muy buen rato con una prostituta bastante hermosa, cabe decir. ¿Cómo lo sé? La conocí hace tiempo… historia larga, quizás algún día te la cuente; por ahora enfoquémonos, ¿sí?

… a ver, ¿dónde me quedé? ¡Oh, sí! La mujer había comenzado a sentirse mal, dejando de lado a su familia lo que no le dio tiempo de saber razones del por qué su marido llegaba sino hasta ya entrada la madrugada o el cómo iban sus hijos en clases. He aquí un secretito, entre tú y yo. Ella mentía. Sí, tal y como oyes. Todos sus malestares no eran más que un problema psicológico muy suyo; algo que conocen como… “síndrome de Munchausen”. ¿Jamás lo habías escuchado? Ja, parece que soy muy sabio como para estar encerrado aquí, ¿no? Pero ya discutiremos esto los guardias y yo… Este síndrome es quizás uno bastante grave, donde el paciente finge enfermedad o miente de su condición con tal de tener atención… pero la jugada le salió al revés~. NADIE HACÍA CASO A UNA SOLA DE SUS PALABRAS, LA DEJABAN SOLA Y A SU SUERTE EN LA CAMA. Se lo merecía, créeme…

Ah, ¿quieres que te cuente del otro hijo? Hm… un completo parásito que vivía sin estudiar de tanto que reprobó y menos trabajaba, te digo que era un nini completo; además de un idiota adicto, robó inclusive con tal de tener dinero para seguir su vida en drogas. Nada interesante sobre él.
¿Seguimos?

Bien. Comienza el infierno.
La chica murió. ¿Causa? Sobredosis luego de tragarse un frasco entero de pastillas para su dolor de cabeza. Pobre, acabó con un inocente en el proceso… en fin, lo hecho, ya está…
El hombre, luego de meses de engaño, dio un beso en la frente de su ahora fallecida hija sin notar lo helada que estaba; prometió regresar por ella y su hermano y llevarlos a un nuevo hogar, para luego escapar con su amante y futura esposa. Ah, irse en el coche a toda prisa dejando a su verdadera familia en necesidad sola; simplemente un acto de cobardía pura.
¿Y la mujer? Ni yo lo sé… pero me hubiera gustado tanto que fuera ella quien pusiera un solo pie en aquel horrible lugar donde me encerraron por años creyéndome loco, saber que al menos alguna vez le importé…

… yo soy ese chico. Aquel adicto que no se dio cuenta de lo que ocurría sino hasta que fue tarde, hasta que dio a parar en prisión tras un asalto fallido y apenas enterarse de la muerte de su hermanita sólo… perdió por completo la cabeza… sé que ahora lo dudas porque me has visto tan racional, apacible…
Pero no te preocupes, estoy bien… sólo quisiera a mi familia de vuelta…
Y, henos aquí, madre.
No volveré a separarme de ti… de verdad, no sabes cuánta falta nos hiciste a Lilith y a mí. Olvídate de papá, déjalo lejos porque él nunca nos quiso de verdad, estoy contigo, tal y como querías… te amo, mamá; espero que entiendas que estar aquí es por tu bien.