💜🌷ramito de violetas 🌷💜
Era una mañana hermosa, sol brillante, pájaros cantando, las flores con algunas gotas de lluvia de la noche anterior y ¿Que es eso que se escucha a lo lejos?, a si... El sonido de campanas anunciando la celebración de una boda entre los hijos de las familias Coronel y Saavedra.
El hijo de la familia coronel, Ari Gonzalo, era un chico de corazón noble y grandes sueños, ansiaba ya con ganas el día de su boda, y que fuera con su novio de 5 años fue lo mejor que le a pasado.
El hijo de la familia Saavedra, Andrés Felipe, era serio y seco con Ari, en su relación no era muy de darle afecto y solo uno que otro beso por compromiso, le propuso matrimonio a Ari porque no sabía de que otra forma demostrarle su cariño.
Ambos jóvenes están siendo felicitados por sus padres y deseándoles una luna de miel magnífica.
—gracias mamá, l-la tendremos— dijo ari algo nervioso de intimar con su ahora esposo en la misma, no era tonto, sabía lo que las parejas hacían en la luna de miel pero el simple echo de hacerlo con su pareja le daba pena.
—cuídense mucho, Sparta—dijo la mamá del mismo llamándolo por su apodo.
—si, gracias mamá—dijo Andrés con un tono seco, ni en su día especial podría mostrar algo de alegría.
Los recien casados fueron a su casa que compartían después de su fiesta de compromiso donde fueron felicitados por el resto de familiares.
Arreglaron sus maletas y se cambiaron a una ropa de casa para irse mañana a su luna de miel.
Era feliz en su matrimonio
Ari, raptor para sus amigos, se encontraba haciendo el quehacer de la casa, su marido estaba trabajando, habían pasado ya 7 años desde que se unió en sagrado matrimonio con su novio Andrés.
Era feliz a su lado....pero solo se quejaba de algo, Andrés era frío y con mal carácter, si se encontraba estresado le gritaba a Ari por no hacer algo que le pidio.
Aunque su marido era el mismo demonio, tenía el nombre un poco de mal genio
Ari se quejaba de que nunca fue tierno, eso era lo único que odiaba de Andrés, nunca hacía algo romántico, ni en su aniversario de bodas, solo besos vacíos recibía de el, sin mencionar que la única que vez que intimaron fue hace 7 años, en su luna de miel.
Algo aburrido termino de hacer el aseo de la casa y se fue a acostar desanimado al cuarto que compartía con su esposo, sus pasos cesaron al escuchar el golpeteo de la puerta, no podría ser su esposo, el llegaba asta más tarde.
Fue a abrir la puerta encontrándose con un cartero el cual tenía una carta y un ramito de violetas.
—¿Usted es el señor Ari?—pregunto el repartidor.
—s-si, soy yo, ¿Que se le ofrece?—dijo mirándolo.
—entrega para usted—dijo sin más entregándole el ramo y la carta.
Ari firmo la entrega con algo de confusión, ¿Quién pudo darle esas flores y la carta?, su marido no pudo ser, el no se molestaría en mandarle flores ni hacer este tipo de cosas, lo conocía muy bien.
Busco en algún lado si había una tarjeta con el nombre de la persona quien envío las flores, nada, no había ninguna tarjeta de remitente.
Pensó que tal vez en la carta estaría el nombre de aquella misteriosa persona, la abrió y la leyó, empezó a sonrojarse de pena por lo que contenía.
¿Que sería de las plantas y las esmeraldas si no tratarán de igualar el hermoso color verde de tu ojo derecho?.
Las gemas envidian el color de tu ojo izquierdo, tenlo por seguro, y las fábricas de caramelo intentas con tanto esmero hacer un color igual de perfecto que tu piel para vender más su producto.
Las violetas son igual de hermosas que tú, por eso te las doy, un pequeño regalo por el inicio de la primavera.
Más cartas te llegarán con los días.
Atte:
En blanco también, más eso no importaba pues al menor se le olvidó para que leyó la carta en primer lugar y una sonrisa boba se formó en sus labios junto con un pequeño rubor.
Puso las flores en la mesa y se acostó en la cama de su cuarto releyendo la carta otra vez, cada que la leía sonreía, el que escribió la carta era alguien detallista y romántico, todo lo contrario a su esposo.
Desde ya, más de 3 años, recibe cartas de un extraño, cartas llenas de poesía, que le han devuelto,a alegría.
H
oy ya se cumplían 5 años desde que empezó a recibir aquellas cartas del chico misterioso, porque si, en una carta semanal aquel extraño dijo que era un chico.
Cada primavera acompañada de una carta Recibía un ramo de violetas sin falta, y antes de que llegara su marido lo escondía bien.
¿Quién te escribía versos?, Dime niño ¿Quién era?, ¿Quién te mandaba flores, en primavera?, le preguntaban sus amigos más cercanos a los cuales les contó lo que ah pasado esos años con el.
C
on amor las recibías, como siempre sin tarjeta. Y te mandaba a ti un ramito de violetas.
Aveces sueña aveces se imagina, como será aquel que el tanto lo estima.
— "¿Será más bien hombre de pelo Cano?...sonrisa abierta y de ternura es sus manos"— se preguntaba Ari mientras imaginaba la apariencia de su admirador
Lo que si debía saber, es que aquel hombre no estaba feliz de que esté casado.
¿Quién será quien sufre en silencio?
¿Quién puede ser su amor secreto?
Escucho la puerta abrirse de la nada sacándolo de sus pensamientos viendo que entraba su esposo a la casa y pasaba de largo para irse al cuarto.
Ari estaba barriendo la casa cuando su pareja llegó.
Y el que no sabe nada, mira a su marido, y luego se calla.
¿Quién te escribía versos?, dime niño, ¿quien era?.
¿Quién te mandaba flores en primavera?
Con amor las recibías, como siempre sin tarjeta.
Y te mandaba a ti un ramito de violetas
—"Otro día pesado en el trabajo, estoy cansado"—penso sparta mientras entrada a la casa y veía a su pareja leyendo una de las cartas semanales de su admirador secreto.
Cada tarde al volver su esposo, cansado del trabajo va y lo miro de reojo.
No dijo nada y se fue a su cuarto ya que seguro su pareja estaba tan inmerso leyendo la carta que no lo escuchó entrar.
No dice nada porque el lo sabe todo. El así, feliz, de cualquier modo.
Se acerco a su escritorio y volvió a escribir la siguente carta que le enviaría a su esposo junto con el ramo de violetas que se hizo costumbre enviarle cada inicio de primavera.
Porque el es quien, le escribe versos, el su amante su amor secreto.
El menor entro a su cuarto escondiendo la carta de su admirador al ver qué su esposo había llegado y al parecer estaba terminando algunos papeles importantes.
el que no sabe nada, mira a su marido, y luego se calla.
¿Quién te escribía versos?, dime niño, ¿Quien era? (Era tu esposo)
¿Quién te mandaba flores en primavera? (Tu esposo)
Con amor las recibías, como siempre sin tarjeta
Te mandaba a ti un ramito de violetas
Shararia~
Shararia~
Shararia lai la~
Shararia~
Shararia~
Shararia lai la
Fin del one-shot
Corto, pero así está bien, como debe de ser
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