twelve
— ¡¿Hobi qué estás haciendo?! —gritó el pelirosa viendo a su amigo apuñalando un limón con un tenedor.
Bien, quizá la idea de vender limonada no había sido tan buena cómo creyó, tenían ya dos horas en casa de Taehyung, la cocina estaba hecha un desastre, no sabía cómo pero a Hoseok le faltaba un mechón de cabello, tenían una bolsa de limones sin picar, Yoongi con una cortada en el dedo y el cabello lleno de azúcar, Taehyung con una olla de agua salada debido a que había confundido la sal con el azúcar, y Jimin al borde de un colapso nervioso.
—Creo que estos limones están malos... —murmuró Hoseok viendo mal al limón sobre el mesón.
—Yo creo que tú no sabes ni siquiera cortar un limón por la mitad. —El pelirosa negó con la cabeza y empujó a Hoseok tomando el limón, un cuchillo, el exprimidor y un bol de plástico.
En menos de veinte minutos Jimin ya había cortado todos los limones, otros diez minutos y ya los había exprimido y tenía dos tazas llenas con jugo de limón.
Taehyung, Hoseok y Yoongi estaban frente a él, con la boca abierta y sin entender cómo es que el pelirosa hacía parecer tan fácil algo tan difícil.
Jimin tomó un gran termo que habían sacado de la casa de Hoseok y vació el jugo de limón y luego le agregó agua mineral, una bolsa de azúcar, la removió un poco y ¡Voilà! Un poco de hielo y sería la mejor limonada del mundo.
— ¿C-Cómo...? ¿Cómo es qué hiciste todo eso tú solo? —preguntó Taehyung aún con una mueca total de asombro.
—Amigos míos, no quiero sonar rudo... Pero son los seres más inútiles que he conocido. —Jimin habló mientras negaba con la cabeza y luego agarró los vasos indicándole a Hoseok y Yoongi que cargaran el termo con el jugo.
Salieron de la casa de Taehyung mientras este y Jimin llevaban una mesa plegable, buscaron el lugar perfecto para montar su improvisado puesto de limonada, y luego de caminar un poco llegaron a la plaza más cercana, la cual estaba cerca de otro parque. Ese era un buen lugar, por lo tanto no buscaron más y solo se fueron hasta allí donde pusieron la mesa debajo de un árbol que daba bastante sombra y luego arreglaron todo.
—Aún falta algo... —dijo Jimin mirando la mesita y enseguida recordó el cartel que había traído, y casi sin pensarlo lo pegó a la mesa.
"Puesto de limonada: Los tres idiotas y el inteligente."
Entre paréntesis y con caligrafía más pequeña se podía leer "El inteligente es el pelirosa, no se confundan."
— ¿En qué momento discutimos el nombre de la empresa? —preguntó Hoseok mirando ofendido el cartel, luego se unieron Taehyung y Yoongi quienes miraron al menor asesinándolo con la mirada.
—Fue improvisado, no se preocupen, si esto funciona, en el futuro lo podemos cambiar. —Sonrió Jimin sentándose en la grama, sus amigos copiaron su acción y esperaron pacientemente a su primer cliente.
—Se suponía que yo sería un bailarín de salsa profesional junto a Taehyung... —murmuró Hoseok al mismo tiempo que se percataba de que lo había dicho en voz alta, Yoongi rió y Taehyung frunció el ceño—. Q-Quiero decir... ¡No me miren así! ¡La gente tiene derecho de soñar!
— ¿Por eso dejaste "accidentalmente" ese folleto de una academia de salsa en mi casa? —Taehyung interrogó al pelirrojo con una ceja alzada.
—Bueno... Quizá fue una casualidad, claro que no estaría mal que lo consideraras. —Hoseok respondió guiñando un ojo al chico castaño.
—Buenas. ¿Cuánto cuesta la limonada? —Una mujer junto a su hijo se acercó y preguntó directamente a Yoongi y este levantó un dedo indicándole qué esperara.
—Un momento, le preguntaré al inteligente... —Susurró girando su cabeza para ver a Jimin qué estaba a su lado — ¿Cuánto cuesta la limonada?
Jimin le respondió de vuelta en un susurro —: Mil doscientos₩.
Yoongi asintió y devolvió su atención a la mujer sonriéndole simpáticamente —Dos mil₩ por vaso.
Jimin fulminó a Yoongi con la mirada pero no estuvo seguro de si fue la dulzura del chico o qué, pero la mujer pidió dos vasos.
Taehyung se levantó y sirvió ambos vasos tendiéndole uno a la mujer y otro a su hijo. La mujer dio un sorbo y todos la miraron expectantes, una sonrisa apareció en su rostro y no esperó para formular un halago.
—Está muy buena, felicidades chicos. —Todos agradecieron y se mantuvieron silencio a excepción de Yoongi, quién solo hablaba cuando no debía.
—Si le gusta tanto puede dejar propina, estamos haciendo esto por una muy buena causa. —Yoongi puso su mejor cara de cachorro abandonado y la mujer pareció conmovida.
— ¿Y cuál es esa causa, si se puede saber?
—Verá... —Yoongi soltó un suspiro resignado e hizo un puchero antes de hablar—. Mi madre tiene cáncer de pulmón y leucemia, le amputarán una pierna la semana que viene y mi hermanita menor y yo no tenemos nada para comer, aparte nos hipotecaron la casa, papá se fue hace tiempo y hace un par de días un sicario vino a cobrarnos un dinero que le debía... Se llevaron a mi hermanita y a mí me golpearon hasta dejarme inconsciente... Mamá está en el hospital y nos dieron un mes para pagarlo...
Cuándo Yoongi terminó su perfectamente ensayado monólogo Taehyung, Hoseok y Jimin estaban tan sorprendidos cómo la mujer y su pequeño hijo, a diferencia de que la mujer tenía lágrimas en sus ojos y una mueca de lástima.
—Oh por Dios... Lo siento mucho cariño... Ten esto, no es mucho pero espero pueda ayudarte. —La mujer sacó un billete de diez mil₩ y se lo tendió a Yoongi, este le dedico una sonrisa triste y un asentimiento.
—Nos sirve de mucho, mamá lo agradecerá... —La mujer se despidió tomando la mano de su hijo y limpiando algunas lágrimas que habían caído por su rostro, apenas la mujer estuvo lejos, Jimin gritó.
— ¡Cómo pudiste inventar semejante cuento! —Lo acusó el pelirosa con los ojos entrecerrados, Hoseok y Taehyung seguían en shock.
—Oh bueno, requiere práctica, tuve que ensayarlo muchas veces para que fuese creíble... —Yoongi tenía una sonrisa altanera en su rostro y si no fuera su hyung favorito, Jimin ya lo hubiese golpeado.
Jimin iba volver a hablar pero un sollozo lo interrumpió, todos dirigieron su vista al emisor del llanto y observaron a Taehyung llorando sin consuelo y cubriendo su rostro con sus manos.
— ¡Oh Yoongi hyung! N-No tenía idea de que estabas pasando por todo eso... —Hoseok y Jimin lo miraron estupefactos mientras el castaño hipaba y se acercaba para abrazar a Yoongi.
—Sí Tae... Es fuerte, tú también puedes colaborar... Mientras más rápido recojamos el dinero, más rápido recuperaremos a mi hermanita y mamá podrá estar más tranquila... —Yoongi acarició la espalda de Tae y volvió a poner su cara de perro abandonado, Hoseok quería golpearlo.
—Oh, s-si, si —Tae limpió algunas de las lágrimas y buscó su cartera para darle algo de dinero a Yoongi, justo cuando el menor estaba extendiéndole todo el dinero que tenía en su cartera al mayor, Hoseok lo paró.
— ¡No le des nada, Taehyung! —Yoongi y Taehyung lo miraron, el menor confundido y el pelinegro en señal de advertencia.
—Pero Hobi... S-Su madre... Y, su hermani... —El pelirrojo lo cayó enseguida.
— ¡La mamá de Yoongi no está enferma! ¡Y no tiene ninguna hermanita menor! ¡Es hijo único! —gritó Hoseok exasperado y pasando una mano por su rostro.
¿A dónde llegaba la inocencia de este niño?
— ¿E-Eso es cierto, Yoongi hyung? —El mencionado observó los ojos llorosos de Taehyung y bufó abatido asintiendo en señal de derrota.
—No entiendo cómo puede inventar tanto... —Jimin habló, seguía negando con la cabeza sin poder creer del todo aquello.
—Entiendan chicos, situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas —habló el pelinegro tratando de excusarse.
— ¡Sh! ¡Sh! ¡Allí viene otro cliente! ¡Y esta vez no invente nada, hyung! —Jimin lo señaló con el dedo acusatoriamente y Yoongi asintió rodando los ojos.
— ¿Cuánto cuesta la limonada? —preguntó el hombre y Yoongi se levantó sonriente.
—Tres mil, puede dejar propina, hacemos esto por una buena causa —habló el mayor y Jimin se golpeó creyendo que Yoongi iría de nuevo con su monólogo.
—Oh, dame una, y... ¿Cuál es la buena causa? ¿Niños sin hogar? ¿Refugio de animales? ¿El asilo? —preguntó el hombre sacando su dinero, Yoongi se la sirvió y le tendió el vaso con una sonrisa.
—Oh no, es que tengo una multa por conducir con exceso de velocidad estando ebrio y un jarrón roto en mi casa producto de mi última fiesta, ya sabe, una casa pequeña y un montón de adolescentes alcoholizados y medio drogados no es una buena combinación, debo hacerme un examen de sangre para descartar que no tenga sida o sífilis y aparte me persiguen unos matones porque olvidé pagar mi último pedido de drogas.
Yoongi finalizó con una sonrisa, cómo si solo hubiese estado contando sus vacaciones de verano. El hombre pagó y se alejó casi corriendo y sin responder, evidentemente asustado.
—Al menos dejó propina —dijo Yoongi sonriente y Jimin gritó exasperado.
— ¡Claro! ¡¿Cómo no la iba a dejar si creía que podías robarlo?! —respondió Hoseok negando con la cabeza.
—Al menos dije la verdad, es lo que querían. ¿No? ¿Quién los entiende? —Yoongi rodó los ojos.
Jimin lloriqueó. Nunca más pondría en práctica sus ideas.
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