Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

22

"El comienzo de las amenazas"

Cerca de mí se instaló un dulce aroma y pronto, una presencia furiosa ante lo que veían sus ojos.

Sentí como unos fuertes brazos me apartaban rápidamente ante la amenaza que hace poco estaba frente a mí.

—¡Vaya! Esperaba que llegaras ¿Te gustó el show?— Extendía una torcida sonrisa mientras volvía a guardar esa pequeña daga en su bolsillo. De lo más normal.

— Basta, Seokjin. Su familia no es motivo para que vengas y la atormentes. —Explico Jimin, sosteniendo mi mano y pidiendo que me quedara detrás de él.

—Te olvidas de lo que su familia le hizo a mis hombres. Claro que debe pagar si es un punto fundamental en su familia y no me detendré porque su ángel me lo pida, tú y yo somos muy diferentes.—Exclamo a la par que se veía como el odio inundaba sus ojos y trastornaba mi persona, me sentía aterrada y confusa.

Palabras que salían de la boca de ambos parecían más secretos en torno a la gente que conocía. Todo siempre estuvo lleno de persianas ante mis ojos. Parecía exasperante tener que saber siempre cosas nuevas, un secreto dentro de otro secreto.

—Es cobarde venir y hacerle daño a alguien que ni siquiera sabe su pasado. Si quieres vengarte, vete y hazlo con aquellas personas principales de esos actos, pero debes saber que no lo lograrás por más que lo intentes. Tú bien sabes que ellos no merecen castigo, pues de su pureza sanaron todos los errores que tu gente cometió, no hicieron algo malo.

— ¡Cállate Jimin! no vine aquí a tener una charla moralista tuya. Y si quiero vengarme, lo haré como me plazca y cuando quiera. Sin embargo, me has dejado sin ánimos de matar a esta aberración, pero no significa que estoy por rendirme. No sucederá, olvídalo. Espero que disfruten del poco tiempo que les queda a ambos. —Dio lentos pasos hacia atrás, poco a poco desapareciendo entre la oscuridad donde solo se podían ver sus ojos como orbes rojo intenso— Adiós Chaerin.

El sitio dejó de sentirse pesado y frío. Por lo cual supe en ese instante que se había ido y me desplome en el piso soltando todas esas lágrimas que contuve para aparentar ser fuerte.

—Por dios... Que es todo esto.—Me abracé a mí misma para buscar un refugió entre mis brazos de la única persona que podía confiar: Hwan Chaerin.

—Chae...—Jimin se arrodilló frente mío mirándome con lástima, se veía que no tenía la más mínima idea de cómo consolarme pues sus manos temblaban y sus ojos mostraban arrepentimiento— Te lo explicaré todo.

—Es hora de que lo hagas, toda mi maldita vida no puede ser una mentira para siempre. De otra manera no podré confiar ni siquiera en ti si no me dices todo lo que desde un principio sabías. Tú ya sabías lo de Jin y no mencionaste nada. —Baje mi mirada al suelo, sintiéndome pérdida y con un dejé de ira por la noticia que aún no abandonaba mi cabeza. En ningún momento.

Kim Seokjin, amigo... ¿Dónde estás? ¿Aún hay forma de salvarte? Dime que puedo.

—Claro, yo te diré todo pero creo que deberías irte a casa. No te ves nada bien y te entiendo por lo que acabas de saber. —Tomo mi brazo y ayudo a incorporar mi cuerpo tenso y algo débil—Podemos esperar a esta charla.

—Estoy cansada de esperar, quiero que lo digas ya —Implore agarrando de su camisa levemente— Explícame. Necesito saber sobre mí y sobre ustedes.

—Bien.—Suspiro dándose por vencido—Pero será mejor que vayamos a otra parte si no quieres que alguien más nos vea.

• • •

Oh sí, vaya que la esperé bajo las penumbras de aquella habitación olor a manzana. Los minutos corrían e incluso podría mencionar que fueron horas donde permanecía en la misma posición recta, mirando hacia sus sábanas.

Ella no estaba en su habitación. Y su madre había quedado profundamente dormida como todas las noches que ingresaba a su casa.

Me preguntaba a qué hora tenía pensado dormir, o si esperaba dejarme aquí.

¿Dónde está Chaerin? 

—Yo contestaré a tu pregunta, Kim. ¿Quieres saber dónde está tu amada? —Apareció repentinamente la figura de Seokjin tras la ventana, siendo iluminada por el despertar de la luna, sujetándose de la madera e impulsándose dentro de la habitación.

—¿Qué?... ¿Cómo que sabes dónde está? —Me acerqué con rapidez hacía él, tomándolo del suéter bruscamente y obligándolo a que dijera todo.

—Si me tratas de esa forma, no tendré la obligación de ser amable y decirte todo lo que sucedió— Canturreo feliz. Supongo que sabe que lo que sea que salga de su boca, me pondrá el triple de enojado.

—Bien —Le solté de inmediato— Ahora dime donde está.

—Es una historia larga, pero se resume en que tu chica— Rio sutilmente al decir esto último, burlándose- es bastante curiosa y como comenzaba a sospechar demasiado, me pareció buena idea deshacerme de ella. De cualquier manera es mi plan principal.

Hice el ademán de estar a punto de lanzarle un golpe en la cara pero precisamente con una seña me dijo que parara, levantando un dedo en mi dirección como si fuese amenaza. Todavía no era todo lo que tenía para decirme. Respiré y traté de calmarme.

—Demonios, que impulsivo eres, no he terminado.—Arreglo su cabello hacia atrás— Claro que no le hice nada, todavía. Apareció aquel ángel molesto, llamado Jimin haciendo su papel de protector para la doncella, imbéciles, arruinaron mi buen humor...

El aire comenzó a faltarme y mis ojos empezaron a escocer, sentí la mandíbula apretada y la presión de mis uñas enterrándose en la palma de mi mano. Ese nombre no me había sentado para nada bien.

—¿Has dicho Jimin? Él...

—Que sí, joder ¿Eres sordo?

Maldición, sí que iba a destruir a ese hijo de puta en el primer momento en que lo tuviera frente a frente. Y eso ya lo había acordado con Jin, pero no tenía en cuenta de que él actuaría rápido frente a nuestros planes.

La rabia permanecía en mi sistema al recordar todo lo que me había hecho, todo lo que había acontecido por su culpa, por sus palabras, por sus actos.

Todas aquellas noches donde mi cuerpo frío y desnudo, donde las torturas sucedían y cuando sentía casi ahogarme con mi propia sangre después de tantos golpes. Recordaba su cara, descompuesta en lágrimas fingiendo arrepentimiento cuando me expulsaron.

En cada tortura que lideré me imaginaba a él, y desquitaba mi odio frente a cuerpos desconocidos. Buscando calmar un poco la sed de su sangre en mis manos, pidiendo que lo torturara hasta que pareciera irreconocible entre sus propios órganos.

Si solo hubiera mantenido su boca cerrada...

• • •

—Dime si lo entendiste, yo sé que todo esto es demasiado y en gran parte surrealista. —Esperó que hablara después de no decir ni una sola palabra para escucharlo decir atentamente su relato y lo que parecía ser la verdad de todo.

Las hojas crujían y el aire se llevaba mi cabello por todas partes, sin embargo, esa silla de madera donde estamos, era muy cómoda.

—No te mentiré, esto parece una historia de fantasía por donde sea que lo veas. Aún lo estoy procesando. —Tome mi cara con ambas manos tratando de recapitular todo lo que había dicho— Entonces, se supone que ¿Yo soy alguna clase de heredera de poderes espirituales que pueden hacer daño a los demonios?

—No podría expresarlo como poderes, creo que más bien tienes una gran facilidad para identificar a estos demonios, atraerlos con tu pureza y finalmente exterminarlos con una clase de conjuro. Claro que hay unos más poderosos que otros pero a eso es a lo que se dedicaba tu familia, hasta que lo vieron demasiado peligroso y dejaron de colaborar con nosotros. Pero una muestra de que naciste con esa especialidad es el estigma en tu tobillo, esa pequeña cruz.

Miré hacia mi tobillo y acaricie esa pequeña marca.

—Yo—Mi voz comenzaba a ser temblorosa pues tenía miedo de lo que pudiera decir— ¿Tú crees que yo sea capaz de volver a ver a Jin? Me refiero a que si puedo devolver su alma a su cuerpo... El demonio mencionó que había muerto pero no quiero creerle —Volví a sentir ese nudo en mi garganta que me impedía hablar correctamente.

—Chae...—Acarició mi rostro— Puedes hacerlo. La clase de energía que llevas desde tu nacimiento te permite lograrlo. Es cierto que él puede comerse sus almas pero al no ser su objetivo, pudo solamente usar su cuerpo como fachada y el alma de Jin se encuentra pérdida. En algún rumbo no muy lejano. Pero no puedo prometerte mucho.

Y eso fue lo que me hizo llorar de alegría, ante una pizca de esperanza. Esperando poder encontrarle y volverle a ver. Porque durante todos esos meses, él seguro que se sentía confuso, solitario y triste. Y si yo era capaz de salvarle, lo haría.

Durante un rato Jimin me abrazo para tranquilizarme y explicarme con que pronto idearíamos su rescate cuando yo tuviera más energía que me permitiera comunicarme con su alma y así también, eliminaríamos a ese demonio de clase alta.

Yo volvería a ver a mi amigo.

—¿Y tú eres un ángel? —Miré su espalda para encontrar alguna clase de bulto donde escondiera esas grandes alas blancas que siempre veía en ilustraciones.

—Sí, lo soy, más específicamente tu ángel guardián. Y no hace falta que busques mis alas, no las encontraras por más que busques, tengo la capacidad para que no sean visibles. —Rió ante mi insistencia por encontrar sus alas.

—Siento que mi cabeza va explotar —Mi cuerpo se desparramó por el largo de la silla mostrando lo exhausta que estaba —Nunca pensé que mi ángel guardián podría ser tan atractivo e incluso parecer una persona sumamente normal.—Bromee sacándole una pequeña risa.

—Hay ángeles por todas partes, unos más escondidos que otros, pero siempre están ahí para protegerte. Pero hay otros que simplemente, pierden sus alas por motivos para nada buenos y a veces al perderlas, se hunden en una tortura interminable.. —Sonrío con amargura.

—Hey Jimin ¿Estás bien?—Me preocupé al ver sus labios temblar y lágrimas caer sobre sus mejillas sin señal de que pudieran detenerse. Su vista se dirigía hacía la oscuridad que había en ese lugar.

—Yo... Cometí un error, uno muy grande de hecho. Pude hacer más pero no lo hice y ahora no hay marcha atrás, está perdido, completamente perdido y me siento culpable por ello. Sufrió tanto y no estuve para apoyarlo, rescatarlo...

—¿De quién estamos hablando? —Sujete su mano con fuerza tratando de comprender.

Pero de inmediato soltó su mano con fuerza, alejando la mía. Y con nervios visibles se levantó rápidamente sin dejar de ver hacía la oscuridad. Esperando que algo pasara.

—Lo siento, creo que deberías volver a casa. Ahora.

• • •

Ahora que he vuelto a esta historia, planeo seguir escribiendo hasta finalizar con esto. Se vienen las peleas, revelaciones y una decisión importante para el futuro de nuestra protagonista.

Además de que nuestro querido Jimin, olvidó mencionar un detalle muy importante sobre Taehyung, no mencionó ni su nombre. Tal vez Chae ya esté sospechando sobre este sujeto, pero todos podemos ser engañados ante una mirada cálida y sonrisa agradable.

Hasta la siguiente actualización. ♡


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro