Sorpresa

Extrañamente en el lienzo estaba el retrato de una persona diferente pero con ciertas similitudes al chico de voz profunda y gruesa. Es como si exactamente antes de voltear la pintura hubieran cambiado al instante.

"Pero yo recordaba que eran completamente idénticos"

Me sentía demasiado confundida. Ese sentir donde no sabes si lo que pensabas antes es falso y todo fue obra de una confusión repentina.
Tal vez Minha tenía razón, seguramente me equivoqué, tal vez al chico del sueño realmente no lo recordaba tan bien como creía antes.

Ese sentir me inundaba, me hacía dudar de mí misma y de mis anteriores especulaciones.
Pronto sentí que esto era demasiado para mí y deje de lado el lienzo, permitiendo que me recostara en mi cama nuevamente arropándome con las mantas que esta contenía.

Y entonces, me desvanecí en los brazos de Morfeo. Dejando que mis ojos se cerraran con facilidad y me permitieran sentir esa calma que tanto ansiaba desde hace rato.

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"Úsame cuanto haga falta, soy tuyo y de nadie más. Hazme tu muñeco porque mi cuerpo es de tu propiedad.

¿Aún no soy suficiente para ti? Descuida, puedo convertirme en lo tú que quieras. Moldéame a tu gusto.

Te pertenezco y me perteneces. Esto es una promesa.

Todo será tuyo si te quedas por siempre a mi lado"

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Desperté sintiendo el cuerpo pesado y miles de palabras repitiéndose en mi mente sin sentido alguno. Seguro se trataba de otro sueño que no recordaría a los segundos de haber despertado.

Me levanté tambaleando mi cuerpo hasta el cuarto de baño para tomar una ducha y cepillar mis dientes como cada mañana para sentirme libre de cualquier suciedad.

Hasta que llegue frente al espejo de ese gran cuarto blanco pude notar con detenimiento las marcas rojas con escasos tonos morados por algunas partes mi cuello, se notaban levemente.

"¿Qué demonios?..."

Estas no eran rasguños, tampoco cortes profundos o golpes. Si no más bien como chupetones, sobre todo en la parte de las clavículas. No comprendía como eso había llegado ahí.

Después de analizarlo por un rato, llegue a la conclusión de que probablemente serían fruto de picaduras de un extraño animal y me rasque con tal intensidad que provocó marcas.

Pero eso no me lo creerían mis padres si lo llegaran a ver ni aunque les prometiera que era casta y pura. Así que después de tomar un largo baño me dedicaría con sumo cuidado a cubrirlos con algo de maquillaje.

Y lo deje pasar.

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Salí de casa con un atuendo tan simple como camisa blanca y pantalones vaqueros para hacer paso a mi propia comodidad, hasta llegar a uno de mis lugares favoritos.

La tienda de arte.

Al ingresar mi sonrisa se extendió al ver la cantidad de productos que esta albergaba en estantes de madera y otros tantos en vitrinas altas y delgadas. Todo era tan precioso y útil que se apoderaba en mí el placer de querer comprar todo para mí sola.

Tomé lo que necesitaba hasta quedar satisfecha y llegar a la caja para poder comprar todo de una vez.

Y raramente el mundo era demasiado pequeño, tal vez más de lo que creía en realidad.

— Hola, no esperaba encontrarte por acá—Sonrió alegrado de verme.

—Jimin, hola...— Quedé impactada de verlo nuevamente, seguía tan lindo y simpático como lo recordaba .

Hasta ahora mis días solo se resumían en extraños sucesos. Pero esto era más bien digno de llamar una grata sorpresa.

—Es agradable verte de nuevo, te ves tan bien como siempre—Se ruborizo—Tenia pensado enviarte un mensaje intentando contactarte, ya sabes, no acabamos tan bien como...

—Perdón por eso, de verdad. Estaba pasando por un mal rato—Mentí, ni siquiera yo me entendía—Pero me alegraría que saliéramos de nuevo a un lugar, al que sea. No te trate tan bien como lo merecías.

—Descuida, todo está arreglado. Verte bien y feliz ahora es maravilloso—Agregó—Y sí, deberíamos ir a comer a alguna parte. De hecho, mi turno termina en unos minutos ¿Te apetece salir ahora?

—Por supuesto que sí.

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La tarde transcurrió con el a mi lado, entre risas y el dulce olor a vainilla que aquel joven risueño desprendía.
Después de comer y platicar con él como si el tiempo no transcurriese, era hora de volver a casa después de recibir la llamada de mi madre exigiendo mi llegada.

Él me acompaño hasta casa para cuidarme según él, como todas esas veces que salimos con anterioridad.

—Me parece que seguimos compartiendo la misma conexión de antes—Dijo son una sutil risita.

—Nada ha cambiado, y eso me alegra—Completé.

— Sabes, sé que tal vez esto te parezca extraño y sacado de contexto, pero sé que me comprenderás en algún instante.

Dicho esto, me rodeo lentamente con sus cálidos brazos por un largo tiempo, a lo cual yo no supe como reaccionar ni interpretar ¿Acaso me había extrañado demasiado?
Me tense ante el cálido beso que propinó en mi frente lleno de dulzura.

—Por favor, cuídate. Y no confíes en nadie plenamente, tengo que irme—Se separo de mí y me miro fijamente a los ojos— Descansa, Chaerin.

Él se fue y yo, simplemente no lograba procesar qué era lo que les pasaba a todos ahora para ser extraños y misteriosos.

Un frío repentino calo hasta mis huesos.

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"Soy completamente tuyo y tú eres mía ¿Pero porque esto último aún no lo entiendes?

¿Debo enseñarte para que lo entiendas?"

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Esto apenas es un comienzo de todo lo que viene mis lectores.

Por cierto, muchísimas gracias por los votos y comentarios que me regalan. Me hace muy feliz tenerlos por aquí. ♡