02
Mariposa
—Vaya, y yo pensé que hablabas en serio cuando dijiste eso de no encontrar inspiración para el concurso—Dijo Minha mientras entraba al salón de artes— Y mira, parece que estás muy animada.
—Solo encontré lo que buscaba, un sueño me hizo querer plasmar lo que vi porque es digno de ser detallado—La miré sin apartar el pincel del cuadro—Ya verás que hermoso será.
—Me parece que te llevarás el premio mayor, y yo sin embargo, no sé qué hago aquí aparte de molestar a Jin para que me enseñe sus malditos trucos de prodigio ¿Es tan difícil compartir el secreto de su talento?—Empezó a mover los pies haciendo un berrinche cual niña pequeña.
—Podría enseñarte yo, pero ya veo que con Jin no solo quieres conseguir que te dé consejos—Revelé, y es que era bastante obvio.
— ¿Qué insinúas? Él no me gusta.
— Yo no mencioné nada sobre eso, pero igual gracias por confirmar lo que pensaba—Me dediqué a sonreírle inocentemente y esperaba no recibir un golpe de su parte.
—Maldición ¡Seokjin no-
Y al instante apareció aquel aclamado hombre, que miraba confundido el grito de Minha por haber mencionado su nombre tan de repente, pero pronto cambió su cara modo "coqueteo" que era más bien una mueca rara y graciosa.
— ¿Tanto me extrañabas para gritar mi nombre así? Haberme enviado un mensaje MinMin y así venía corriendo a tu rescate—La miró con diversión desde arriba observando como esta parecía un tomate viviente.
— ¡Cállate, no me llames así! Y no te creas tan importante, creo que escuchaste mal—Desvío la mirada avergonzada y sabiendo que su mentira no había funcionado para nada.
—Ni yo soy tan malo mintiendo, admite que te puse nerviosa —Dijo sin contener su risa escandalosa que seguramente llegaba hasta el pasillo asustando a unos cuantos.
Pronto el par de idiotas comenzó a pelear de manera cómica y decidí ignorarlos. Para ellos mi existencia era nula en ese momento así que no había caso de meterme en sus clásicas peleas.
Mi mirada se concentró en aquel ventanal, justamente el lugar donde mi sueño se desplegó pero nuevamente, no había más que árboles, flores y un cielo muy azul dándome una sensación de tranquilidad.
Y entonces, vi aquella atractiva mariposa azul radiante posarse en mi pincel. Quedé maravillada por su color y belleza, lamentaba no tener alguna cámara con que capturar su singularidad. No había visto una como ella antes y me volví a sentir como una niña emocionada por descubrir nuevas cosas.
Me levanté suavemente de la silla donde me encontraba para acercarme lentamente al ventanal. Esperando poder dejarla ser libre.
Una vez llegué, moví levemente mi pincel en señal de que era hora de partir, y así lo hizo. Los suaves aleteos eran hipnotizantes y dignos de admirar.
Pero sonidos de alguien caminar irrumpió en mi observación, así que me dispuse a ver de dónde provenía el sonido desde el segundo piso donde me encontraba, y divise una cabellera castaña desde abajo que se dirigía hacia aquel árbol naranja.
"¿El chico del sueño?" fue lo primero que pensé.
Estaba dispuesta a ver de quien se trataba, tal vez mi mente jugaba con las coincidencias del chico castaño y comencé a sentirme mareada. Mal a decir verdad.
Me agache sin poder seguir la mirada tratando de encontrar su rostro, en cualquier momento me desmayaría si seguía de pie, o así lo sentí en ese momento. Mi respiración también se agitó sin razón alguna, o tal vez era por la falta de comida y sueño que sentía mi delicado cuerpo estos últimos días.
—Chae ¿Qué haces ahí en el suelo?—Mencionó Minha y levanté mi mirada hacía ellos viéndoles, y reflejaban una pizca de confusión por mi comportamiento.
—Eh... Mi pincel se cayó, nada importante—Me excuse.
—Parece como si hubieras visto un fantasma, estás más blanca de lo que eres y eso de por sí que no es normal—Bromeo Seokjin poniéndole humor a la escena y haciendo que se desvíe el tema, le agradecí mentalmente—Pero nada es más blanco que los polvos de aspecto ilegal que encontré en la mochila de Minha.
—Bastardo ¡Que era un polvo traslucido blanco! Ya te lo expliqué.
— Con o sin drogas, te seguiré queriendo, pequeña. No te preocupes ¡y arriba la libertad de hacer lo que quieras cuando quieras! Aún dentro de una institución educativa—Finalizó con una sonrisa de niño inocente.
— Pequeña y una mierda, tienes la libertad de correr antes de que te alcance y termines 100 metros bajo tierra, pendejo.
Entonces Jin apenas escucho la advertencia salir desde esa voz amenazadora, salió volando del salón después de ser seguido por Chaerin, y estaba segura de que ambos eran un caso perdido. Menuda pareja más extraña.
No sé cuánto tiempo pasó que me quede viendo a la nada y algo me hizo recordar cuál era mi objetivo hace un rato y rápidamente me incorporé para dirigirme a observar el patio desde la ventana. Buscando la respuesta a mis dudas y curiosidad.
Pero la respuesta se esfumó: El chico, no estaba más.
• • •
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro