Capítulo 5°: Humano también
Humano también
Así que muéstrame donde termina mi armadura, muéstrame dónde mi piel inicia. Como la ultima pieza del rompecabezas, ahora todo tiene sentido para mí...la pesadez que cargo en mi corazón pertenece a la gravedad
—Pluto-Sleeping at last
Mi decisión.
Me he quedado pensando en las últimas palabras de Jin desde que nos sentamos a desayunar. Ya no tengo sueño y mientras él termina de comer y descubrir cómo explota cada sabor en su lengua, me he puesto a limpiar un poco y poner algo de música.
Aprendo rápidamente que Jin prefiere a Sinatra por sobre Eminem porque este último canta demasiado rápido para él.
Es tonto y sé que estoy haciendo tiempo porque el golpe de la realidad es mucho más difícil de sobrellevar cuando una parte de mí sigue insistiendo en que estoy soñando. Un sueño que puedo tocar y que me hace compañía.
Qué bien lo haces Min Yoongi.
Mi dinero se ha secado y he intentado plancharlo con mis manos dos veces de decidir que necesito hacer esa pregunta.
Me dirijo nuevamente a la cocina y sorprendo a Jin mirando por la ventana alta que está junto al lavaplatos, ha dejado lo que había ensuciado en el lavavajillas sin encenderlo y los restos de la excesiva cantidad de jarabe para la tos que ha dejado en el plato me hace sonreír.
Le dije que no era dulce.
Está sentado de piernas cruzadas encima del mesón jugando con algo entre sus manos hasta que me ve y lo deja a su lado. Mi frasco con dos luces sigue en el mismo lugar e incluso parece que Jin se esfuerza por no mirarlo y la luz que se filtra refleja sus orbes de galaxias de forma asombrosa pero sus cejas se ven caídas y es cuando recuerdo la pregunta que venía a hacer.
—Hey, ¿No me dijiste que tenías sueño? —Comienzo, porque no sé cómo tocar el tema o cualquier cosa en general y sé que debo hacerle muchas preguntas, pero no sé cómo.
—No creo poder dormir ahora —responde simplemente y sé que no dirá nada más. Maldita cosa irritante que no me la pone fácil. Decido concentrarme en otra cosa mientras pienso en mis palabras siguientes y veo que Jin es realmente más hermoso de lo que me había permitido apreciar. La belleza de las personas es algo que me ha gustado admirar desde siempre, pero descubro que él no es como ninguna otra persona que haya visto antes. Me descubro a mí mismo esperando sus comentarios inoportunos, su curiosidad, su gesto desafiante e irritante y me doy cuenta de que me he sentido más solo de lo que me había detenido a pensar. Y es realmente preocupante que me diera cuenta por alguien a quien he conocido por solo unas horas y que realmente me cuestiono el considerarlo real.
Estoy perdido en mis pensamientos cuando escucho la voz de Jin decir: —Dilo ¿Quieres? Sé que te mueres por preguntarme algo.
Su voz suena divertida y yo trago duro asintiendo, acercándome a la encimera hasta llegar justo frente a él. Estamos muy cerca para una persona que no le gusta el contacto físico y otra que apenas y lo conoce, pero Jin descruza sus piernas y las deja guindando del lugar alto y me sorprendo yendo hacia allí, para estar más cerca y poder mirar sus ojos cuando le haga la pregunta y espere que me responda con sinceridad.
—¿Te duele? —Pregunto simplemente y él solo me mira sin expresión —Ayudarme, cumplir estos deseos... ¿Te duele? ¿Es malo para ti?
Se queda en silencio por muchos minutos que yo tengo tiempo de contar cuantas pestañas tiene en el parpado inferior de su ojo izquierdo y descubro que tiene 31 pero son demasiado pequeñas y claras como para notarse a simple vista.
—Sí —Y yo no sé por qué esperaba esa respuesta y sabía que me haría sentir tan mal como lo hizo. Los ojitos cansados de Jin están fijos en los míos y sus manos están inquietas jugando con el dobladillo de la camiseta con inquietud.
—Explícame, y no me digas Reglas, Gi, porque puedo matarte —murmuro despacio y él sonríe.
—Tus amenazas van subiendo de nivel con cada hora —Seokjin susurra —Pero lo que iba a decir es que... bueno, no sé qué quieres que te diga. Es energía que se desprende de mí, una especie de sacrificio por la energía que el universo invierte en cumplir cada deseo. Dependiendo de qué tan grande sea lo que pidas, así de grande será mi sacrificio —termina con solemnidad, levantando su barbilla como si me retara a decir lo contrario.
—P-Pero —él bufa, aun sonriendo con calidez hacia mí.
—No es nada ¿De acuerdo? No sufro, mi energía la puedo recuperar, pero me lleva tiempo siendo un humano porque tengo un cuerpo que también me pide energía, pero de otro tipo, así que es doloroso, pero no es algo que no pueda manejar, entre más pequeño sea el deseo, más rápida será la recuperación.
Él lo dice mientras intenta mantener su sonrisa estable, pero puedo ver entonces los estragos del deseo que decidí pedir una o dos horas atrás.
—Lo lamento —digo y espero que sienta que de verdad lo lamento, pero él solo mantiene su expresión suave y suspira antes de murmurar:
—Ahora que sé qué es lo que te molesta, ¿Crees que podamos dormir?
Seokjin es casi de mi misma altura, pero su complexión lo hace lucir mucho más pequeño que yo; es más joven que yo, después de todo; y no lleva mucho tiempo siendo humano así que, en teoría, es un bebé, por eso me siento con la responsabilidad de mantenerlo estable sobre sus pies, de cuidar que no se golpee, de esperar que se sienta cómodo, como lo haría con cualquier cachorrito porque nunca he sido bueno con los niños.
Estoy mintiéndome, claro, porque no logro concebir mi propia comodidad a su alrededor.
Me acerco un poco más a su cuerpo sin decir nada y pongo mis manos en su cintura luego de pedirle permiso. Le ayudo a bajar con cuidado y él ha puesto sus manos en los hombros de mi pijama cuando está sobre sus pies, sosteniéndose contra mi cuerpo en lo que puede hacerlo por sí mismo.
Luce tan agotado que por un momento tengo miedo de que se desvanezca en mis brazos y es esa nueva sensación la que me da escalofríos.
Tengo verdadero miedo de que desaparezca ahora que lo he conocido y ese siempre ha sido mi problema. Acostumbrado tanto a la soledad que el primer lucero que aparece se ve deslumbrante y quiero atraparlo, porque no sé solo sostener.
Seokjin camina a mi lado hasta la habitación y lo dejo entrar bajo las sabanas a pesar de que realmente no hace frío. Se mueve y se retuerce hasta encontrar su comodidad del lado derecho de la cama. Me acuesto a su lado y me está mirando mientras parpadea con lentitud y tiene una sonrisa leve que abulta sus mejillas.
Espero a que se duerma, pero no lo hace, ni siquiera se mueve y me comienzo a sentir agitado.
—Dormir no es fácil —susurra entonces, casi como si fuese solo su aliento lo que saliera por su boca, tan bajo que por un momento creo que me lo he imaginado, pero he visto sus labios moverse y por poco lo pierdo.
—¿A qué te refieres con que no es fácil?
—Se supone que tengo que dormirme si tengo sueño, pero no lo hago, todavía me siento muy consciente y agotado, pero siento que tengo menos acceso a mis funciones cognitivas complejas —Sonrío colocando mi peso sobre mi costado para mirarlo directamente, Seokjin ha adoptado una posición algo incomoda, parecida a la mía, pero con ambas manos bajo su mejilla y no luce tranquilo.
—Primero debes colocarte en una posición más relajada... y segundo, creo que podrías probar con cerrar los ojos.
—No quiero —bosteza —cerrar los ojos —cada vez le es más difícil mantenerlos abiertos y sus labios están vueltos en un mohín inconsciente.
—¿Por qué no?
—Porque —se queda callado y pienso que se ha quedado dormido, pero sigue mirándome, como intentando enfocarme y luego habla —Estoy comenzando a experimentar las dudas existencialistas que poseen intrínsecamente todos los seres humanos —su voz suena con gravedad y adopta una expresión seria. Asiento, porque a pesar de lucir como la diatriba de un ebrio, tiene bastante sentido.
—Y ¿Qué dudas existencialistas no te dejan dormir?
—Cerrar los ojos y que cuando los abra me dé cuenta —otro bostezo, con toda su boca —me dé cuenta de que todo esto ha sido un sueño... ¿Y si no soy una estrella? ¿Y si el alucinado soy yo? ¿Qué pasa si...qué pasa si despierto y tú ya no estás?
Seokjin cierra los ojos cuando la última palabra sale de su boca y suelta el aliento. De verdad se ha quedado dormido y verlo tan pacífico y callado es satisfactorio porque el único otro modo que conozco de él es su ser irritante.
Debería dormir ahora, aunque nunca lo he hecho con alguien más que no haya sido mi madre o mi hermano junto a mí, sin embargo, el deseo que he pedido me ha dado la energía de un sueño completo de tres días seguidos.
No obstante, me quedo y lo observo dormir hasta que no sé cuántas horas han pasado y el cielo se ha oscurecido de nuevo.
Me levanto con cuidado para no despertarlo y me muevo por la casa hasta la cocina. Los dos luceros titilan y captan mi atención de inmediato y sonrío, la estancia se siente más cálida de lo que alguna vez ha sido y me permito olvidar que en algunas horas tendré una entrevista de trabajo para la que no estoy preparado y una clase cuya temática realmente no recuerdo.
Voy hacia la encimera a tomar un vaso cuando noto que mi teléfono está allí, donde en definitiva no lo había dejado y recuerdo que era justo el lugar en donde Seokjin había estado mirando por la ventana y jugando con algo entre sus dedos. Lo tomo entre mis manos e intento prenderlo y ni siquiera trato de actuar sorprendido cuando se enciende como si nada.
—Tsk, cosa presumida
Me siento atacado y es cuando noto que el celular ha comenzado a vibrar de forma incontrolable con decenas de mensajes que intentan entrar al tiempo.
Mamá. Hoseok. Jungkook...
Jungkook. Me ha enviado quince mensajes que solo contienen un punto y luego ha comenzado a contarme de su día. Pero son los últimos mensajes lo que me hacen entrar en pánico.
The Baby Kook
Eh, hyung. ¿Te la has pasado durmiendo todo el día? ¿Por qué no contestas las llamadas de mamá? 16:02 pm
¿Fue por lo que dije? 16:04 pm
¿¡ME HAS BLOQUEADO!? 16:20 pm
Ah, lo siento, me has hecho usar mayúsculas para nada, ¿Por qué tienes el teléfono apagado, hyung? 16:22 pm
Acabo de encontrarme con Hoseok hyung en la plaza. Luce horrible ¿Qué estuvieron bebiendo? 18:37 pm
Eh, hyung ¡Despiertaaaaaaaaaa! 18:52 pm
Olvídalo, te iremos a despertar, estaremos allí en quince 19:02 pm
Miro la hora en la parte superior de la pantalla: 19:20 pm. Y el pavor me ataca.
Comienzo a recorrer frenéticamente la casa, buscando las pistas de la presencia de Seokjin porque realmente no sabría cómo explicarla, no habría manera de explicársela a las dos personas que más me conocen en la vida y que pueden llegar en cualquier momento.
Escondo la ropa de mi abuelo que había estado tirada en la entrada del baño y enciendo el lavavajillas para deshacerme de la evidencia de su primer desayuno en la tierra.
Estoy a punto de ir a despertarlo cuando el timbre comienza a sonar insistentemente con el ritmo característico de mi hermano y me paralizo.
—¡Hyung! ¡Abre la puerta! —Grita Jungkook
—¡Sabemos que estás en casa! ¡Tú, rata de cloaca! ¡No nos dejes afuera! —y ese, por supuesto, es mi mejor amigo.
Por favor, que no se despierte, que no salga del cuarto, que no haga ruido.
Camino hacia la puerta con rapidez, encendiendo las luces de la sala y me toma varios respiros abrir la puerta de un solo tirón. Soy un buen actor, soy buen mentiroso, así que supongo que mi rostro de fastidio es suficiente para que crean que acaban de despertarme.
—¿Qué creen que hacen? —mi voz es ronca, pero no por la irritación sino por fingir que no estoy sin aliento. Mi hermano y Hoseok me muestran las bolsas que sostienen en las manos y es una clara muestra de paz que no quiero corresponder
—Venimos a comer, por supuesto —dice Jungkook, con las esquinas de sus ojos arrugadas mientras sonríe y muestra sus dientes frontales con orgullo. El cabello negro de mi hermano está revuelto y en todas direcciones y su hoodie negro gigantesco parece que se lo tragara —a menos, claro, que tengas algo mejor que hacer.
—O alguien mejor que nosotros, en todo caso —Hoseok menea sus cejas de arriba abajo mientras sonríe con complicidad y no puedo evitar tragar visiblemente sin detenerme a pensar en que ese solo gesto me ha delatado frente al siempre observador Hoseok. Mi mejor amigo sonríe y acomoda su cabello castaño hacia atrás en un movimiento exagerado —Verás, Min, nos hemos encontrado con tus adorables vecinas del piso nueve —comienza a decir mientras me empuja para entrar seguido de Jungkook —dijeron que estaban realmente impresionadas de verte con alguien que no fuésemos nosotros en todos estos años que llevas viviendo en el edificio.
—Ah... —siempre elocuente, Min Yoongi
—Ellas fueron muy amables, hyung —continúa mi hermano —y dijeron que el chico era realmente guapo y —Jungkook se aclara la garganta, desviando la mirada —sabes que te apoyo ¿No? Desde que dijiste aquello esa vez sobre tu sexualidad siempre te he apoyado y si te ha gustado un chico pues eso me hace muy feliz.
—Escucha, Kook —llevo mis dedos al puente de mi nariz cuando suelto un suspiro, pero como lo supuse, no me dejan hablar.
—Tu hermano tiene razón, Min. Personalmente, siempre creí que el día en que te dieras una oportunidad sería con una chica, siempre pensé que te inclinabas más hacia las mujeres, pero ¡Oye! No seré yo quien te diga que no debes hacer algo solo porque sí y ¿Realmente? Me parece genial que hayas encontrado a alguien que no te pareciese insípido y-
—¡Basta! No sé de qué están hablando, yo no tengo a nadie y ¡Deberían dejar de hablar de mi sexualidad como si fuese un tema que les incumbiera!
—Ah ¡Vamos, hyung! Nos importa porque nos importas tú, pero ya sabes, ese chico tiene que hablar primero con nosotros —Jungkook hace eso que él cree que lo hace ver mas rudo: empujar su mejilla con su lengua mientras alza una ceja y se cruza de brazos.
—Jungkook tiene razón, de nuevo, primero tenemos que determinar si te merece y, ya sabes, advertirle sobre la protección y todo eso.
Suspiro una vez más y me giro hacia la cocina. Siento el dolor de cabeza escalar por mi cráneo cuando me doy cuenta de la única cosa que no he cubierto.
Mi frasco.
Vuelvo a encararlos y veo que están inmersos en una conversación sobre lo que le harían a mi chico misterioso para asustarlo si determinan que no es para mí y comienzo a retroceder a paso lento hacia la cocina y solo me permito darme la vuelta cuando estoy fuera de su visión y puedo tomar el envase en mi mano.
Piensa, Min Yoongi.
Lo único que se me ocurre es esconderlo en las gavetas donde guardo los productos de la limpieza y al ponerme de pie rápidamente me doy cuenta de que algo está mal.
La casa está tan silenciosa que me pone los pelos de punta y solo atino a darme la vuelta suavemente para notar qué es lo que está fuera de lugar.
Desde donde estoy solo puedo ver hacia el lugar donde mi hermano y mi mejor amigo habían estado un segundo atrás, discutiendo, y ellos siguen allí, pero miran hacia el pasillo del otro lado de la sala tan quietos y silenciosos como es humanamente posible.
Me toma solo unos segundos salir de la cocina y darme cuenta de qué ha logrado lo que nunca he podido hacer en todos mis años: dejarlos sin palabras.
Y lo veo.
Seokjin.
★★★
Me siento extraño cuando me despierto y siento todo mi cuerpo entumecido.
He tenido un sueño, o lo que los humanos conocerían como uno, pero estoy seguro de que aquello no fue lo que ellos convencionalmente conocerían como tal. Creo que ha sido un recuerdo, pero no puedo identificar de dónde ha salido.
Tengo que repetirme que no tengo tanto tiempo como me gustaría para quedarme y que tengo que actuar rápido por la sencilla razón de que no puedo seguirme humanizando.
No han pasado veinticuatro horas y he experimentado solo un bocado de lo que sería ser un humano y la experiencia es tan aterradora y tentadora que me asusta. Yo no soy una persona, yo he sido fabricado, una ilusión, pero ¿Qué pasará cuando mis sentimientos y emociones dignos de esta especie me haga tener mis propios deseos? ¿Qué pasaría si deseo ser un humano?
¿Una estrella puede pedir un deseo? ¿Eso es posible? ¿El universo podría hacerme un favor como tal?
Pero me recuerdo que yo no quiero ser humano, que yo soy energía, y que cuando el deseo que me ha traído aquí se cumpla yo volveré a ser lo que era antes.
Yoongi, entonces, será feliz y mi tarea estaría realizada.
Pero una cosa que he aprendido es que, aunque mi energía no sea parte de la tierra, soy un humano ahora, y los humanos son complejos, los humanos tienen la capacidad de engañarse a sí mismos y temo que llegue el momento en el que haga lo mismo conmigo.
He dormido demasiadas horas y gracias a ello he recuperado la totalidad de mi energía normal, la que he tenido estando en el universo, cosa que nunca había pasado teniendo un cuerpo humano así que necesito dejar salir algo de ella, encapsularla fuera de mi cuerpo para que no me lastime a mi mismo y estoy sintiendo como recorre todo mi organismo.
La luz que desprenden mis venas es como sangre corriendo por mis arterias, pero en lugar de líquido sanguíneo es energía pura e ilumina la habitación a oscuras de Yoongi. No he tenido tiempo de detenerme a analizar que no estoy sumergido en la inconsciencia y que no siento a nadie en casa cuando ya estoy buscando la manera de sacar algo de esto de mi cuerpo.
Este cuerpo humano es inestable y no posee grabada ningún tipo de experiencia así que no sé que hacer. Lo siento vibrar y mi piel se expande y quema, pero el propio miedo agarra mi garganta como si fuese un acto físico, una fuerza externa a mí que pretende aniquilarme.
Tomo una gran bocanada de aire antes de comenzar a decirme a mí mismo que debo ser capaz de dejar fluir mi energía por fuera de las yemas de mis dedos, solo las yemas de mis dedos y todo estará bien, podré sostenerla el tiempo suficiente como para envolverla en cualquier aparato o materia que me rodee y mantenerla estable.
Ahora que sé cuánta energía puede soportar mi cuerpo humano será más fácil manejarme, y con ese pensamiento positivo, lo hago.
Soy un ser de energía, soy un ente organizado, y creado a la perfección por el universo. Soy más fuerte que cualquier objeto y poseo todos los conocimientos que el padre cielo me ha otorgado
Soy Seokjin y solo pienso en que ser capaz de dejar fluir mi energía sin lastimarme es pan comido.
Abro los ojos sin haberme dado cuenta de que los había mantenido cerrados y mis venas siguen brillando con la luz cálida que me recorre porque mi energía ahora está en su máximo estado de actividad, pero en las palmas de mis manos ahora sostengo algunas luces pequeñas que me son fáciles de conducir hacia donde quiera.
Verlas es hermoso, porque nunca había tenido ojos para observar como lo hacen las personas de la tierra y quiero que Yoon las vea igual que yo antes de tener que dejarlas ir.
Estas no son mis lágrimas, pero es mi sangre. Es el material del que estoy hecho, todo lo que soy y quiero que él lo vea. Me vea. Porque sé que aún duda de mi realidad.
Escucho voces que vienen desde la sala y presiento que debería volver porque no sé qué pasa, pero alguien grita y el sonido es tan diferente al escándalo de Gi que me sobresalto y las luces salen disparadas de mis manos antes de que pueda detenerlas.
Todo se queda en silencio de inmediato y no quiero saber qué he hecho. No quiero saber si he roto algo por la velocidad en la que mi energía ha viajado y mucho menos si he lastimado a alguien.
Me quedo al fondo del pasillo y sigo sin escuchar nada así que ignoro el sudor en mis manos vacías y la sensación de que mi sangre ahora corre más rápido por todas partes y comienzo a caminar hacia la luz encendida en la sala.
Me doy cuenta del error que he cometido demasiado tarde.
Hay dos hombres de pie en la sala y sus ojos están fijos en mí. Me han visto salir de la habitación de Yoongi, no sé en dónde han ido a parar mis luces y no veo a Gi en ninguna parte.
—Santa mierda... —susurra uno de ellos, pero no sé cuál, estoy demasiado concentrado en pensar un millón de excusas a cualquier pregunta que alguno pueda lanzar. Intento que mi voz salga, pero no lo hace y tengo miedo porque Yoongi no está y no sé qué se supone que debo hacer.
Lo he hecho mal.
Quizá rompí a alguno de ellos con una de las luces.
Quizá lastimé a alguien.
Lo he hecho muy mal porque no se supone que las cosas deben pasar de manera determinada y no es esta.
—¡Jin! —La voz de Yoongi viene desde la cocina y sé que ha gritado y pienso que debe estar muy enojado, pienso que va a regañarme o que va a lanzarme una de sus miradas frías, pero cuando entra en mi campo de visión veo la profunda preocupación que deforma su expresión y eso me descoloca, porque no luce preocupado por lo que sea que haya hecho, luce preocupado por mí, y no entiendo —¡Jin! ¡¿Estás bien?! ¡Háblame! ¿Por qué están sangrando tus manos? ¿Qué ha pasado?
¿Qué?
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