Capítulo 48°: La urgencia de una noche que no deja respirar entre palabras
La urgencia de una noche que no deja respirar entre palabras.
Poco sé de la noche, pero la noche parece saber de mí, y más aún, me asiste como si me quisiera, me cubre la conciencia con sus estrellas. Tal vez la noche sea la vida y el sol la muerte. Tal vez la noche es nada y las conjeturas sobre ella nada y los seres que la viven nada.
—Alejandra Pizarnik
Han comenzado a caer pequeñas gotas de lluvia desde el cielo oscurecido que se muestra a través de la ventana.
Se siente como si hubiese una tormenta y no estoy seguro si es afuera o es adentro.
Él dijo que mientras la noche posara sobre mi cabeza nada malo pasaría, y puedo creerlo desde que las mejores cosas de mi vida han caído del cielo cuando el sol ha dado paso a la negrura, cuando es demasiado tarde para seguir manteniendo los ojos abiertos.
Espero que esta noche sea igual.
El cuarto piso del hospital no es lo suficientemente alto como para bloquear la vista de la ciudad, pero me permite visualizar el manto nocturno con bastante claridad, sin embargo, las nubes de lluvia bloquean la imagen de las estrellas.
—Min Yoongi.
Del otro lado del pasillo, a través de una puerta cerrada y una habitación silenciosa, mi estrella y su hermano tienen una visita, mientras la cena termina de enfriarse en la silla en la cual la he dejado y el temor del resultado del inesperado encuentro me carcome con culpa las entrañas.
—Namjoon hyung.
Semanas atrás, no me habría planteado por ningún motivo conocer al sujeto, mucho menos a su socio medio dormido en una de las hileras de sillas en la sala de espera. No obstante, tantas horas pasadas en aquel café como una búsqueda inconsciente de Jin, me fueron acercando de palabra en palabra al hombre alto de aire misterioso.
Namjoon se recuesta del otro lado de la ventana por la que he estado mirando el ultimo rato y, mientras yo lo miro, él parece más concentrado en mirar hacia abajo a lo que se alcanza a divisar de la ciudad.
—Llevan un buen rato allí —menciono, solo para no dejarnos consumir en el silencio porque he descubierto que no me gusta, desde hace tiempo en realidad —¿Crees que...están bien?
—No puedo saberlo.
Hago una mueca y tengo una extraña necesidad de morderme las uñas.
Hace un mes, un poco más o un poco menos, le he contado a Namjoon la verdad mientras estaba demasiado ebrio como para darme cuenta de que había ido a parar a la cafetería. Él estaba solo, cerrando el local, y estoy bastante seguro de haber hecho un desastre de mí mismo, llorando sobre una estrella que había vuelto al cielo.
Namjoon habría atribuido mis palabras a una temprana demencia, a un estado de alicoramiento preocupante, pero yo le mostré la luz que colgaba de mi cuello, las fotografías en mi teléfono, y quizá fingió creerme, o quizá si lo hizo, no puedo dar nada por hecho, lo único que puedo señalar con certeza es que, al día siguiente, Namjoon me dijo que no volviera a mencionar una palabra al respecto.
Y no lo hice.
Hasta ahora.
—Creo que, después de este día, el jefe Kim Taehyung va a necesitar ayuda profesional —me muerdo la lengua cuando las palabras ya han salido de mi boca, mirando con preocupación hacia Namjoon quien ha comenzado a jugar con una caja de cigarrillos que parece estar vacía.
—Siempre la ha necesitado —dice simplemente y nos sumimos en más silencios incomodos que no sé cuánto tiempo nos toman.
La atmosfera se vuelve fría y me descubro a mí mismo buscando a la luna chismosa en el cielo, intentando preguntar, quizá, intentando buscar algún tipo de respuesta que me haga sentir menos culpable de lo que me siento ahora.
Quizá fue demasiado pronto.
Pero Kim Taehyung parecía demasiado roto.
—Min Yoongi —Escucho mi nombre de nuevo. Namjoon ahora me está mirando fijamente, serio y silencioso, de fondo los ronquidos de Jackson se hacen cada vez más y más sonoros.
—Tan formal, hyung. Debería solo llamarme por mi primer nombre.
Bufa, ignorando evidentemente mi petición —Fui... a ver a mi padre después de un tiempo.
—¿Oh?
—Esa noche, luego de que logré que tomaras un taxi sin intentar lanzarte por la puerta a penas arrancara.
—Oh...
—Fui directo a verlo. Él estaba sorprendido cuando le pregunté por mis tíos —Namjoon agita la caja, aparentemente vacía —Él es tan bueno fingiendo que hemos vuelto a ser una familia unida con todas sus reuniones y cenas mensuales, pero realmente no los ha visto desde hace casi medio año, ¿Eso es normal?
—Lo lamento.
—¿Por qué? Tú no has obligado a mi padre a ser como es.
Hablar con Namjoon es difícil. Jin lo hace ver tan fácil.
—Solo pensé que sería algo correcto qué decir.
—Si...lo correcto.
—Pero ¿Por qué me está contando esto?
Los Kim tienen una extraña forma de iniciar conversaciones.
Namjoon toma aliento, desviando la mirada nuevamente hacia la ventana —no podía creerte. Estaba convencido de que las cosas que me decías eran erradas ¿Cómo podías saber todas esas cosas?, ¿Era posible? así que necesitaba confirmarlo, convencerme de que era yo quién estaba confundido. Por eso fui hasta él, quería que me recordara nuestra familia diluida. Le pregunté sobre mi niñez.
—Y ¿Qué descubrió?
—Él me mostró algunas fotos. Jinnie aparecía en varias de ellas. ¿Sabías que no había visto su rostro desde que tenía doce años? No podía recordarlo en absoluto.
—¿Ni siquiera cuando lo viste en la cafetería? ¿Nada?
—Seokjin es intrigante, me causó curiosidad desde la primera vez que lo vi...pero hay una posibilidad entre 135 de que exista un doble exacto de nosotros allá afuera ¿Has leído eso? Lo leí en algún artículo.
—Es una posibilidad muy remota.
—Pero sigue siendo una posibilidad. Así que me aferré a ello, y me dije que era curioso que se parecieran tanto, pero que no era imposible, tampoco tenía su rostro claro en mi memoria, no fue un pensamiento muy recurrente para mí mientras crecía, no como Taehyung, que sigue atrapado allí... yo avancé, y eventualmente, lo archivé en algún sitio.
—Hasta que yo lo traje a colación.
—Si, Min Yoongi, parece que esa es tu tarea en esta vida ¿No es así? Traerle de vuelta.
—¿Qué quiere decir?
Namjoon abre la boca, a punto de decir algo, hasta que el sonido de la puerta frente nuestro lo interrumpe.
Se desliza suavemente, dejando a la vista una pequeña figura temblorosa que da pasos pequeños, saliendo de la habitación con la cabeza gacha.
Estiro mi mano esperando llamar su atención, sin embargo, Seokjin se desploma, abrazando sus rodillas con un sollozo quebrado.
★★★
Tú no eres mi hermano...pero estoy feliz de vivir en esta mentira, quizá así pueda llegar a perdonarme a mí mismo.
Las palabras de Taehyung me persiguen incluso cuando vamos camino a casa.
Yoongi no ha deshecho el agarre férreo de su brazo alrededor de mi cintura mientras el tren se mueve silenciosamente por las vías y parece que la lluvia se ha enojado más que hace una hora.
Mi cabeza reposa sobre su hombro y mis piernas sobre su regazo, en donde juega silente con la tela oscura que cubre mis rodillas con su mano libre, dejando pequeños besos sobre mi cabello, sobre mi frente, y una vez sobre mi mejilla.
—Perdóname — Le oigo murmurar con voz queda cerca de mi oído, donde acaricia suavemente con apenas la sombra de un beso.
—¿Por qué? —la pregunta sale tarde, sin registrar del todo el significado de sus palabras o las mías. ¿Tienen algún significado? Son solo palabras ¿No es así? Como las palabras de Taehyung...las palabras solo son palabras.
—No debí hacerte pasar por esto. Debí hablarlo contigo primero, no sé en qué estaba pensando.
Palabras de aire. Las palabras no tienen mayor connotación que el ser solo palabras.
Sin embargo, el tinte de dolor y culpa impregnado en la voz tímida de Yoongi es lo que me trae de vuelta a la realidad, lanzando un aguijonazo de pánico, un toque de angustia, un soplo de alarma.
Me incorporo, apoyando con fuerza mis manos en su pecho para poder mirar sus ojos.
Lo hago muy rápido.
Estamos demasiado cerca.
Puedo sentir la respiración calmada de Yoongi contra mis labios y puedo ver claramente sus ojitos preocupados y tristes. Oscuros. Profundos.
Hermosos.
Deslizo mis manos por su pecho hasta que tomo con delicadeza sus mejillas entre ellas, repasando la curva de sus pómulos con mis pulgares y rozando su nariz con la mía cuando mi acerco, esperando que toda su atención esté enfocada en mí.
—Gi, quiero que me escuches —sus labios entreabiertos me invitan, me distraen, obligándome como magnetismo a tocarlos con la punta de los míos, a crear un contacto nimio que calme la zozobra —No voy a mentirte ¿De acuerdo? Me habría gustado que esto sucediera bajo mis términos...poder hacerlo mejor, pero —las palabras de repente se atoran en mi garganta, se obstaculizan por un cumulo invisible de circunstancias que no comprendo. Yoongi parece poder leer mis ojos tormentosos, llevando su mano hasta la parte posterior de mi cabeza para guiarla hacia su cuello.
Mi lugar seguro favorito.
Me aferro a él quien me devuelve el abrazo y no quiero salir nunca más. De repente, llorar parece una opción más real que cualquiera, pero no quiero, no lo deseo.
—A pesar...de eso —mis palabras, que son solo palabras, salen amortiguadas por su piel —te agradezco que lo hicieras p-porque —mi voz desciende a un murmullo apenas entendible y su agarre alrededor de mí se hace más firme —si me permito ser sincero conmigo mismo, de haber esperado a estar listo...creo que nunca lo habría hecho.
—No digas eso, cariño. Yo sé que lo habrías hecho.
La fe obcecada en sus palabras me abruma y se vuelve imposible explicarle a mi fuerza de voluntad el permiso concedido a la primera lagrima que, obstinada, se desliza por mi mejilla hasta llegar a su cuello.
Si las palabras son solo palabras, las de Yoongi son mis favoritas.
—¿Gi?
—¿Mmm?
—Crees que... ¿Crees que pueda arreglar su corazón?
Muerdo mi lengua. La expresión devastada de Taehyung permanentemente impresa del lado interno de mis parpados, se hace presente cada vez que cierro los ojos, sus palabras heridas, su resolución quebrantada que lo ha dejado tan agotado que se ha quedado dormido nuevamente en medio de una frase, haciéndome salir de aquella habitación donde el aire se había vuelto bruma y había comenzado a asfixiarme.
—Creo que tendrás que intentarlo mucho, cariño —Yoongi entrelaza sus dedos con los míos, apretando solo un poco —Y entonces, cuando se dé cuenta de que realmente estás aquí, quizás...quizás él se permita ser feliz por fin.
La habitación está en silencio mientras él y yo estamos acostados, uno junto al otro, en total calma.
—Namjoon hyung dijo que él se encargaría de la cuestión del hospital —me dice, buscando a tientas mi mano entre las sabanas.
—Gi, esa no es mi mano —volteo mi rostro y él sigue mirando al techo, sonriendo —y lo sabes ¿No es así?
—No sé de qué me hablas.
Sonrío también. Él aun no me ve, y espero que se quede así un tiempo porque no estoy seguro de si mi dignidad resista el ser visto con la expresión tan obnubilada que he de tener.
Sin embargo, sé que él siente que lo observo, sus mejillas cada vez más sonrosadas lo delatan.
—¿Crees que pueda visitarlo mañana?
—E-Es posible que le den de alta temprano. ¿Podrías dejar de mirarme tan fijamente? Me crearás un complejo.
—¿Sería demasiado de mi parte buscar su dirección y visitarlo en casa?, ¿A qué te refieres con complejo? Eres, posiblemente, lo más bonito en esta habitación. Posiblemente, porque también estoy yo, tú dices que soy bonito.
—Taehyung es un adicto al trabajo, así que es posible que vaya a trabajar de igual manera ¿Quieres ir a mi lugar de trabajo?. Sí, eres hermoso, Jin, por eso me siento intimidado si me miras de esa manera.
—Tengo miedo de ir, quizá él no quiera verme. Y ¿Mirarte de qué manera? Si pudieras darme la cara, te darías cuenta de qué tipo de mirada te estoy dando.
—No puedo saber qué piensa tu hermano, pero ya que es posible que me despida mañana, podemos tomar ciertos riesgos
Yoongi se queda en silencio. Sonriendo y con las mejillas encendidas, mirando el techo fijamente como si le contase un secreto interesante.
—Mírame, Gi.
Él ríe, como no lo he escuchado reír en un tiempo, dándose la vuelta demasiado pronto como para darme cuenta y, antes de siquiera notarlo, su cuerpo delgado está sobre mí, envolviéndome con brazos y piernas en una misión homicida.
Y realmente no me importa.
Devuelvo su abrazo mientras escucho las notas altisonantes de su risa, y siento contra mi cuerpo los espasmos casi imperceptibles de su cuerpo que cada vez se deja caer más.
—¡Deja de mirarme! ¡Deja de mirarme! Qué vergüenza.
—¿Vergüenza? ¡Pero si hasta llevas la ropa puesta!
—Ugh, me siento como un adolescente cada vez que lo haces, hoy simplemente estoy muy cansado para controlarlo.
Incluso si no puedo verlo, casi puedo escuchar el puchero en sus labios.
—¿Cada vez que te miro?
—Cada maldita vez que me miras. Me vuelvo un poco loco aquí adentro, pero quería jugar genial así que actuaba como si no me provocara demasiado.
Yoongi se incorpora sobre mi cuerpo, quedando sentado casi en mi estomago con sus manos apoyadas en mi pecho, sin ejercer demasiada presión. Su rostro está completamente enrojecido y sus ojos muy brillantes, mirando hacia sus dedos cuando coloco mis manos sobre las suyas.
Él muerde su labio, murmurando con voz ronca —Mi patética verdad es que siempre que estoy contigo y consigo tu atención, quiero lanzarme al suelo y girar mientras me río.
—Hacía mucho que no usabas esa palabra.
—¿Patético? Bueno, alguien me hizo todo un discurso acerca de ello, así que ya no la uso con resentimiento.
Sonrío —Lindo.
—¡Mph! —Deshaciéndose de mi agarre, Yoongi cubre su rostro con ambas manos, negando una y otra vez —estoy seguro de que, si tuviese cola, también se movería feliz.
—¿Cómo los cachorros?
—Como los cachorros.
—Serías una competencia para Cebolla.
—¡Cebolla!
Y así, nuestras palabras, que son solo palabras, se convierten en una conversación más larga, con temas irrelevantes o quizá no, con risas tontas o quizá no, con suspiros ligeros o quizá no. Y entiendo que, dentro de cada aprendizaje que he obtenido en la tierra, aunque las palabras sean solo palabras, los significados y las intenciones que les damos, hacen la completa diferencia entre dormir solo con los ojos cerrados y expresión neutra, a suspirar rendidos con una sonrisa en los labios.
—Así que, no hemos avanzado en ninguna tarea ¿No es así? —Me pregunta entre un bostezo y otro cuando hemos apagado la luz de la lampara y lo único que alumbra la habitación es el remanente de mi alma que cuelga de su pecho.
La mitad del cuerpo de Yoongi reposa sobre mí y mi brazo derecho ha quedado atrapado debajo de su cuello y mi mano ha sido retenida contra su voluntad entre sus cabellos.
Cada vez que quiero dejarla caer, él se asegura de llevarla de vuelta a su cabeza.
Obstinado.
—Tengo...ciertas dudas al respecto que no sé cómo resolver.
—¿Por qué no le preguntas a Jimin?
Tarareo en evasión, recordando sus ultimas palabras dirigidas hacia mí —No tengo manera de comunicarme con él.
—¿Uh? Y ¿Por qué no lo invocas o algo así?
Me río, haciendo que el movimiento de mi cuerpo sacuda al suyo —Yoon, Jimin no es un demonio que pueda invocar.
—¿Estás seguro de eso?
—¡Yah!
Es solo en la madrugada, cuando Yoongi se ha envuelto a sí mismo en una pequeña oruga de sabanas color índigo, que las preguntas que rondan por mi cabeza llegan al consenso de que no me dejarán dormir.
Comprarme un celular suena como una buena idea en estas situaciones.
Suspirando, me pongo de pie con cuidado, tocando con suavidad el piso frío con las yemas de mis dedos hasta que logran acostumbrarse.
Yoongi refunfuña en sueños y se envuelve con más fuerza entre las sabanas, luciendo ahora solo como un bultito en medio de la cama.
Sonrío mientras me levanto por un vaso con agua.
El apartamento silencioso y oscuro parece compartir mi mismo insomnio mientras el gran ventanal del balcón, cuyas pesadas cortinas están a medias cerradas, me muestra el cielo nublado que no revela ni una sola de sus luces.
—Las marcas —me pregunto a mí mismo al acercarme a la ventana —¿Cómo encajan las marcas? ¿Qué significado tienen?
Abro un poco más las cortinas, observando mi propio reflejo en la oscuridad a través del cristal y las luces de una ciudad que sigue despierta. —¿Jimin? ¿Puedes escucharme?
Pero no hay respuesta.
—Esas fotos que envió la abuela Min, ¿Podrían ser alguna pista? ¿Es acaso sobre las tareas que tengo que cumplir? Por favor...dime algo. Ni siquiera puedo verte entre todas las nubes.
Girando, mi vista se queda clavada en la pequeña mesa de café donde la agenda de Yoongi con las fotos que hemos traído de la casa de los Jeon están guardadas.
Un relámpago ilumina la habitación justo en ese momento, y como si de una señal se tratase, me dispongo a buscar las respuestas que necesito en el ultimo lugar donde las debería estar buscando.
Del otro lado del pasillo.
Yoongi tiene un libro de tapa amarilla que está corroído en las esquinas y tiene un bordado dorado en el lomo. Está viejo, dice él, no manoseado, por eso parece caerse a pedazos incluso si él no lo ha leído ni una sola vez.
Lo vi por primera vez la primera semana que estuve en la tierra e intenté leerlo, pero era muy aburrido que ni siquiera lo puedo recordar.
No obstante, si recuerdo una frase al comienzo de uno de los capítulos, de un autor de apellido Battaglia que solo recuerdo porque las glías son células del tejido nervioso que me parecen interesantes.
Él decía que, de noche, cada cosa asume formas más leves, más matizadas, casi mágicas. Todo se endulza y se atenúa, incluso las arrugas del rostro y las del alma.
Y quizá tenía razón porque la puerta blanca que antes me generaba angustia ahora parece resplandecer en medio del pasillo oscuro y no tengo tanto miedo en mi pecho cuando toco suavemente la puerta tres veces.
Si no me responde nadie, es porque esto ha sido un error.
Me doy cuenta de que mi cabeza suele divagar mucho mientras espera.
Si nadie abre, da la vuelta y regresa a la cama.
Sin embargo, no pasan más de 8,67 segundos antes de que la puerta sea abierta y estoy preparado para el discurso que he repasado cuatro veces en mi cabeza, pero me quedo en silencio ante la vista de una mujer anciana con su bata de dormir color uva.
—Uh...
—¿Jinnie? Hijo, ¿Qué haces despierto y en medio del pasillo cuando hay una tormenta afuera? Vamos ¡pasa, pasa!
—Señora Han, hace mucho que no la veía.
—Ah, estaba en mi pequeño pueblo visitando a mi hermana mayor, ¿Quién diría que sigue con vida? Es un hueso duro de roer.
—Que dice...
—Sí, sí, que mujer, ¿Quieres café?
—En realidad, estaba buscando a Ji-Hye noona, sé que es muy tarde y no quiero molestar, pero realmente no sabía que usted estaría aquí.
—Oh sí, mi Hye se ha quedado sola en casa mucho tiempo desde que Hyo-Joo decidió mudarse por su cuenta.
—¿Oh? ¿Desde hace cuánto?
—¿Tres meses? Algo así, una noche solo...despertó muy triste y dijo que se mudaría. Supongo que es normal que los pájaros dejen el nido. ¿Dijiste que querías ver a Hye? Seguro sigue despierta, es nocta..nocto...no recuerdo la palabra.
—¿Noctambula?
—Sí, sí. ¡Ji-Hye! ¡Hija, despierta! —grita la mujer a todo pulmón y mi corazón se sale por mi boca con miedo de que el ruido haya llegado hasta el otro apartamento —saldrá en cualquier momento, siéntete como en casa, pero no mucho.
La mujer desaparece tras el pasillo del fondo, dejándome petrificado en medio de la sala pobremente iluminada con una lampara de poste alto en la esquina norte del apartamento.
—Pero ¿Qué ha sido todo este rui-? ¿Seokjin?
Giro rápidamente ante la voz adormilada que viene de la puerta más cercana a la sala, sonriendo cortésmente ante la chica en pantalón corto y blusa de tirantes que me mira con los ojos demasiado abiertos y la mandíbula caída.
—T-Tú... estás.
Oh vaya, ella no sabía que había vuelto.
El silencio envuelve la sala y me recuerda a la primera vez que vine aquí en busca de respuestas. Estamos en la misma posición que esa vez, incluso, uno frente al otro en sofás distintos.
Ji-Hye ha tocado mi rostro un millón de veces antes de sentarnos, solo para asegurarse de que no estaba alucinando, y ha llorado un poco cuando se ha dado cuenta de que ya no podía sentirme, de que ya no era una estrella y que el ultimo atisbo de mi alma que estaba ligado a ella, ya no existía.
Ha intentado golpear mi pecho en un arrebato y luego ha intentado cortarse a sí misma el cabello como castigo por tratar de hacerme daño. Le dije que no lo hiciera, a este punto ya he entendido la magnitud de su inestabilidad. Por algo a aquellos cambiantes sin explicación se les llama lunáticos.
—Entonces, dices que si cumples estas cinco tareas...
—Me dejarán quedarme.
—Y viniste aquí porque quieres mi ayuda para eso. Pero sabes que ya no puedo hacer nada, estoy atrapada en este cuerpo quien sabe cuantos siglos más y con la ultima transferencia he sido castigada otras décadas, no puedo interferir más. Incluso si quisiera y, por tu bien, realmente prometí alejarme de ti, no quiero ser más una pared en tu vida.
Sus palabras son calmadas, como si para un ente nacido para la eternidad, los siglos fueran solo polvo entre los brazos del viento.
—No quiero pedirte ayuda con las tareas. Quiero información, es todo, noona.
—Ugh, no me llames noona, con esta poca fuerza de voluntad que cargo y tú pidiéndome favores.
—Por favor.
Rodando los ojos, se endereza en el asiento mientras se cruza de brazos y me mira resignada —¿Qué es?
Aquí vamos.
Mis palabras, solo palabras, fluyen tranquilamente mientras la noche da paso a la madrugada, y antes de que sea la una de la mañana, extiendo a ella las fotos que he sacado de la agenda de Yoongi. Ella las toma entre sus manos, girándolas en todas direcciones con el ceño fruncido.
—Woah, ¿De dónde las has sacado?
—La abuela Min se las envió a Jungkook.
—Suena como una mujer con conexiones, estas fotos ni siquiera deberían existir.
—¿Por qué no?
—Pues... en primera, dos de estas fotos no han sucedido aún.
Ji-Hye se inclina frente a la mesa, colocando las fotos en el mismo orden en las que las hemos encontrado en el álbum de Jungkook, sin embargo, las posiciona mirando hacia mí.
—Yoongi está en la escuela media en esta foto, ¿Viste la fecha?
Asiento —Es la fecha en la que deberíamos habernos conocido de no haber fallecido.
—Perdón por eso de nuevo.
—Noona, deje de pedir perdón si no lo siente.
—Está bien, lo retiro. Pero entonces, ¿Ves esta marca? Es una espiral circular, hace mucho tiempo que no veía una de estas. ¿Sabes que es? —niego despacio —Esa es tu marca, Jin, representa a tu padre Helios.
—¿Mi marca? ¿Qué quiere decir eso? ¿Por qué Yoongi tendría mi marca?
—¡Duh! Es una representación física de su lazo. Por eso estas fotos no son reales, porque aun su lazo no existe, son fotos...hipotéticas o algo así, fascinante.
—Entonces, de tener Yoongi mi marca, yo tendría-
—El símbolo de la noche, su madre, por supuesto.
Me quedo pensando algunos segundos, no demasiados como para contarlos. —Mi primo Namjoon tiene una marca parecida, también es una espiral, pero no es así, luce como un abanico.
—Tu primo Namjoon debe ser un hijo del cielo también. Ya te digo yo, el cielo los crea y ustedes se juntan. ¿Sabes por qué tu primo Namjoon si tiene su marca? —niego —¿Has visto alguna marca representativa de la luna en Yoongi? —vuelvo a negar, esta vez mi expresión se siente a medio camino entre disgustada y confundida.
—Es porque la marca aparece con el primer contacto físico de un extremo del lazo con el otro. Seguramente, tu primo Namjoon ya encontró a su persona, ya se conocieron.
—Esa fue mi teoría en un principio, pero, la descarté cuando noté que aun así Yoongi no tienen ninguna marca, ¿Cómo sería posible si él ya ha tenido contacto con Hyo-Joo, el otro extremo de su lazo actual?
—Mmm —Ji-Hye se recuesta de nuevo, sobando su mandíbula con su dedo índice mientras me observa, como si estuviese pensando —la marca suele aparecer en un lugar significativo para ambas personas. Allí, en la primera foto, se ve claramente la marca en su muñeca, quizá fue el primer lugar donde hicieron contacto, o puede que tenga otro significado para ustedes... con ustedes me refiero a los hipotéticos ustedes, no a los ustedes reales. Tu primo Namjoon ¿Dónde tiene su marca?
—En su clavícula.
Ji-Hye sonríe —Puede tener muchas razones para ellos, quizá pudo haber sido un beso, una cicatriz, alguna anécdota que haya tenido con la otra persona... llevar la marca cerca del pecho es bastante importante.
—Pero, él y la persona que, creo, es su otro extremo, no están juntos, no de esa manera.
Ella se encoje de hombros esta vez —Almas gemelas no siempre significa amantes, y es una verdad difícil de afrontar. En todo caso, la razón más viable por la cual Yoongi no posee una marca es porque para él ningún lugar es significativo, al ser Hyo-Joo una persona insignificante en su vida.
—Eso...suena horrible.
—Las verdades siempre suenan horribles, ¿Por qué crees que he seguido disculpándome? Ya te he hecho suficiente daño ¿Cierto?
—Tan molesta...
—Como sea, si su lazo se hubiese creado, probablemente la marca habría aparecido, eventualmente, cuando ambos tuviesen contacto. A veces tarda tiempo en aparecer, incluso puede mudar de lugar con el paso de los años, así como su dinámica de pareja cambia y se adapta, así lo hará la marca.
—Vaya.
—Interesante ¿Cierto? Que lastima por ustedes.
—Está siendo molesta de nuevo.
Ji-Hye sonríe, negando con la cabeza cuando vuelve a inclinarse cerca de las fotografías que reposan en la mesa. —No te lo tomes tan a pecho, Jinnie, es cuestión de mi naturaleza, nada personal.
—Como diga. ¿Qué hay con las otras fotos?
—Uh, claro, claro. Estoy bastante segura de que son fechas que aun no han sucedido, y a juzgar por la relevancia de la primera foto, parecen ser tomadas en un momento importante. Si esta —dice, señalando la foto de Yoongi con el uniforme —fue del día que debían conocerse, es posible que las otras dos sean eventos de igual magnitud.
—Y ¿Cómo lo puedo saber?
—Jinnie, no creo que eso sea importante, creo que el objetivo de estas fotos ha sido el de señalar un punto, mostrarte una conexión donde antes no la habías visto. Quizá debías conocer sobre la marca para poder actuar en consecuencia con la tarea que involucra a tu primo Namjoon ¿No lo crees?
—Q-Quizá...
Ella me sonríe —La marca es una cuestión simbólica, Jin. Ten eso presente, es el reflejo de un lazo entre dos personas. En la tercera foto no puede verse por el ángulo, pero ¿Ves la segunda? la imagen de la marca se ve más nítida, mejor formada y oscura, es la evidencia de que su lazo creció y se fortaleció, se impregnó más en su piel...supongo que deberías tener eso en cuenta.
Suspiro, porque al terminar de escuchar sus palabras, mi memoria atribulada me lanza una imagen de la marca que pude divisar solo por algunos segundos en la piel de Namjoon.
La marca estaba borrosa y demasiado clara.
—Entonces, ¿Qué más quieres saber? Porque el tiempo se te agota y son cinco tareas.
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N/A: Este capítulo es básicamente un borrador. Por eso si la narración es un poco forzada y parecen más ideas pobremente hiladas es porque ha sido un capítulo borrador.
Perdón por la ausencia T^T, tampoco estoy segura de cuándo logre publicar el siguiente capítulo.
Tengan días maravillosos.
Les amo un montón.
Siento (no sé ustedes) que el final se acerca WTF.
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